miércoles, diciembre 29, 2004

Mi vida como oso

Estoy con mi vida de oso: comer y dormir.
Por eso no posteo nada.
Quizá cuando pase el periodo de hibernación vuelva a las andadas.
Me consuelo con quesos de todo tipo, alcoholes de casi todos y muchas horas de sueño y de películas nuevas.
No quiero volver a mi vida humana. Quiero ser un oso siempre.
Adoro mi vida como oso con mamá oso y los tres ositos.

sábado, diciembre 25, 2004

La famiglia
Afuera los escucho gritar. La familia extensa que se me desparrama por el inconsciente que se formó en la infancia.
Ni siquiera se parecen a mí ni yo a ellos. Yo me parezco a mi papá. Ni modo. No me tocó la nívea piel de mis primas, ni sus buenas nalgas. Tampoco me tocó esa mamonería que no sé si es adquirida o hereditaria. No aspiro a casarme con un corredor de bolsa ni con un corredor de coches. Es más... no aspiro a casarme con nadie.
No pertenezco a ninguna de sus submafias ni me pongo de tapete con el Padrino. Mientras ellos viven en la Isla de la Fantasía yo vivo en la Isla del Doctor Moreau. A veces me pregunto porqué diablos los quiero. También creo que debe ser aprendido, que es un asunto de amaestranza en el arte de querer a los parientes. Otras veces creo que sí me quieren, pero que su cariño es una mezcla de costumbre con misericordia. Somos la parientas pobres, una especie de arrimadas silentes que ocupan un lugar en las fotos para poder estar "completos"
Claro, hay sus excepciones. En general, son el tipo de gente con el que no saldría ni a la esquina. Y eso es biunívoco. Yo soy justo el tipo de personas con las que jamás cruzarían palabra. De hecho, no cruzamos palabra, básicamente porque me aburren. Pero por alguna extraña razón, estamos en este mismo conglomerado social llamada familia y no sé, habrá que preguntarle a Levi Strauss o a algún antropólogo.
Me asomo por la ventana y los veo tan felices que podría llegar a imaginar que la disfuncional soy yo. La cuestión es que funciono y fluyo tan maravillosamente bien en otros ámbitos, que entonces sólo pienso que la cigüeña se equivoco. El problema es que sospecho que se equivocó tres veces: mis otras hermanas también están en el bunker huyendo de Luis Miguel y Dolce & Gabanna.
Mamá ¿En dónde está mi familia?
¿En una comuna hippie? ¿Se quedó en la ruina? ¿Son unos yonquis? ¿Se pelearon por una herencia? ¿Viven en un barrio marginal?
No sé... Los locos Adams me cuadrarían más como familia que esta linda y bonita famiglia que sostiene sus sonrisas con perchas finas y se apapachan con regalos lindos. Es que... son lindos.

miércoles, diciembre 22, 2004

La pianista

"No tengo sentimientos, Walter, y si los tuviera; no superarían mi inteligencia"

domingo, diciembre 19, 2004

Así nomás ¿Y?
Intentaría poner un texto irónico o una sentida metáfora. Hablaría del desamor o alguna de esas recurrencias tan circularmente mías.
Pero la verdad, estoy cansada. Realmente cansada. No metafóricamente, ni de alguien en particular. Simplemente siento ese cansancio que no tiene otro remedio que tirarse sobre la cama y quedarse dormido al poco tiempo.
Me duelen los pies y la espalda. Llevo todo el día (y el dia anterior y el anterior al anterior) pidiendo time codes, diafragmas, planos, secuencias. Subiendo y bajando sacos de arena, micas, cartones, cuadernos. Escuchando los mismos diálogos y corte, corte, corte...
Jamás había agradecido estar tan cansada. Tanto ajetreo no me ha permitido pensar en nada... o en casi nada. Si acaso se perfilan algunas claridades que se estropean ante la pregunta más escuchada en los últimos meses: ¨¿Qué vas a hacer?"
Seré simple en la respuesta:
Afortunadamente, no tengo ni puta idea.
Así nomás.
Así de gratuitamente feliz y simple.




jueves, diciembre 09, 2004

Cuatro gordos y muchas chelas

Habíamos una vez cuatro gordos que luego de varias cervezas, tuvimos la genial ocurrencia de crear nuestra propia revista virtual.
Por fin, después de muchos avatares, ires y venires, campañas políticas, arritmias cardiacas, cambios de domicilio y algunos reventones... Para todos ustedes:
Revista Cardamomo

Hoy jueves 9, en el Museo de Artes de Tlaxcala (MAT) a las 6 de la tarde se hará el gran show de presentación.
Habrá vino primero de honor, y después si se prolonga el reven también de deshonor.
Por supuesto estarán los infaltables bocadillos y más vale que se los coman porque llevo toda la noche haciéndolos.
Aquellos que no puedan venir porque les queda lejos, podrán consolarse viendo la revista vía internet. El link está ahí arribita.
¡Los esperamoooos!

miércoles, diciembre 08, 2004

Salud a tus 39
Salud por Bolaño que escribió Mexicochileasídejunto. Salud por nosotros que escribimos toda una historia con los saldos de crayón que nos dejaron otros cuentos. Salud por mi cobardía que te dejó marchar con los ojos llenos de Visine. Salud por tu capacidad de construirme una quimera. Salud por el Duque que nos permitió amarnos en su morada. Salud por mañana, y tus estrenados 39 años. Salud por la noche de marzo en que olvidamos que la única lealtad válida era la de nuestros cuerpos. Salud por mis crenchas rojas que hace tiempo ya no uso. Salud por las piezas que encajan sólo si están juntas. Salud por la cámara web que me devuelve la sonrisa que te he sacado a fuerzas. Salud porque ya nada más sonreímos al amparo del recuerdo. Salud porque el recuerdo es suficiente para pensar que por una noche, el amor existe todos los días.

martes, diciembre 07, 2004

Lamentos del desamparo autónomo

Gritas que todos se vayan, que no los necesitas. Y a él le pides que se largue y le aplicas dos golpes en las espinillas y un puñado de espaldas regadas en su diario camino rumbo al kiosco. Te aferras a un holograma que dice lavar sus calzones. Que no te dejen, que te abandonen, que te quieran, que te odien, que te aprecien, que te desprecien. Que tú no sabes si quieres partirte en vertical o en horizontal. Que no sabes si multiplicarte implica estallar y morir en el intento.
Les suplicas que te dejen sola con tus heterónimos y mientras uno bebé té con leche, el otro se inyecta heroína. Apenas se conocen porque temes que tú misma puedas hacerte compañía. Tus desamparos se muerden un labio con total de no llorar. Adoras tus rictus marchitos de risas vacías y prefieres el loop infinito del Chelsea Hotel en donde juegas a amanecer con el esqueleto de Leonard Cohen.
I need you
I don?t need you
Ineed you
Idon´t need you
And all of that jiving around
Y te vas quedando sola como querías, porque aquel que ose robarle las viandas a tu egoísmo será lapidado con las piedras de tus riñones. Tironeas con tus propios fantasmas el último pedazo de frase: ese medio decir de los hasta luegos que se convierten en hasta nuncas. Eternos Bona nits de una noche que no produce estrellas, ni sirenas, ni avestruces, ni detectives piadosos. No quieres que se acabe el cuento, pero te arrancaron la hoja del final y te quedaste para siempre atrapada en el vientre de la ballena... Como de costumbre, olvidaste los fósforos.

jueves, diciembre 02, 2004

Otoño
Este otoño no es apto para patos que no se quedarán a vivir entre nosotros. Las hojas secas me recuerdan al ejército de fantasmas que saltan de su caja de cartón para limpiar mis oquedades.
Una vez más mi cuerpo le llora a todos los muertos de la primavera pasada y a todos los vivos a los que corté la lengua una vez terminado el verano. Ya no hay encuentros ni cervezas pretextadas por el mucho sol. Ya queda solo mi cabello cobrizo en el que se enreda la serpiente luminosa que habita bajo la cama.
Este otoño no es apto para almas solubles, porque el pronóstico del tiempo anuncia que lloverá hacia adentro, nos haremos charco y otros pies nos harán estallar en mil colores.
Me barro y me escondo bajo la alfombra opaca de un parque en el que ir y volver es un mismo verbo que se define en la punta de mis zapatos. Entonces habremos de esperar otro ciclo migratorio, otro cambio de color, otra piel sobre piel.

lunes, noviembre 29, 2004

Frases llenas de razón que bordaré con esmero en la servilleta de las tortillas

No quiero un novio, uo-oh-oh-oh...
Nada de amor, uo-oh-oh-oh...
Las Ultrasónicas.

Me parece que el Dalai Lama es un poco más digno que el Papa. Por lo menos no babea y no tiene su Dalaimóvil.
Jorge.

La única manera de ser feliz, es que te guste sufrir.
Woody Allen.

A la gente como nosotros nos resulta imposible vivir en pareja. No se puede. Tú ya tienes asumido que es algo que jamás podrás hacer ¿no?
Jorge, again.

sábado, noviembre 27, 2004

¿Cuáles campanas?

Carretera, pequeño Chernobyl que unos hombres van limpiando con trajes de planta nuclear de Springfield. El tráfico apenas fluye en un solo sentido, un solo carril, un monótono rrrrrrrr del cuesta arriba a menos de diezporhora. Diez CD's para escoger. Love me two times y no entiendo porqué tan pocas. Raiders on the storm y recuerdo una lluvia de agua de limón artificial sobre piedras, madera y un buda que juré elefante hasta que enfoqué la vista. De este caos carretero sólo me salva la sonrisa que traigo desde ayer. I'm a passenger and I ride and I ride y canto lalalalaalalá shalala shalalá y me río, Río Frío con un calor endemoniado y yo con el aire bajito bajito para que no se acabe la gasolina; por favor diosito whatever, buda que ayer te reías de mí o conmigo, que no se me acabe la gasolina. Maracatú atómico rima con este solazo a rajatabla y mi ánimo que todavía no decae y ya en plan playero singsongueo con Marley mientras la señora del Scort rojo me mira tratando de adivinar qué tan rojos son los ojos de quien a la mitad del caos se atreve a gritar There's a natural mystic blowing in the air. Comiendo mofle de ADO entono con Lila Downs aquello de Tengo miedo de quererte, pero ahí ni miedo ni nada, simple afinación musicovocal que no perfora mis entrañas. Lo que las tiene perforadas es el hambre y aunque no se ve ni pa' cuando saldremos de esta caravana absurda yo tiendo un puente entre el ayer y el al rato que siga prlongado el ayer.

jueves, noviembre 25, 2004

Jazzí está la cosa...

Round about midnight (En la versión de Dizzy Gillespie, esa es la que suena en mi cabeza)
Round about my head.
Jazzí están las cosas ahora.
¿Jazzí seguirán?
Si todo fuera como ese piano, mi estimado Thelonius.
Si todo fuera tan simple...



domingo, noviembre 21, 2004

Juanito y las supuestas habichuelas mágicas sin conceder

Supongamos que un día cualquiera, subiste a mi casa y me entregaste un frijol.
Supongamos que yo olvidé el frijol en un lugar impreciso entre la cocina y el sillón.
Supongamos que después sembraste una enredadera de frases como "Somos afines" "Sigo pensando en el rollo" "Te descubrí diferente antes de irme"
Supongamos que entonces busqué el frijol y desde mi colina lo eché a rodar cuesta abajo.
Supongamos que se formó una avalancha.
Supongamos que la avalancha sepultó a mi clon, al único clon con esperanzas.
Supongamos que soy una ogra con abogado y te demando bajo el argumento de efecto mariposa, defraudación de corazones, falseamiento de declaraciones y autor intelectual de mentiras siniestras.
Supongamos sin conceder que gano la demanda y te encarcelo en mi castillo.
Y supongamos que entonces ahora sí te pongo a fuego lento y huelo a carne humana y de tus huesos se desprende el último cachito de verdad: me quisiste, sí, un poquito, tres minutos y ya.

viernes, noviembre 19, 2004

Cine Mociones, presenta: Érase que se era, un cuento a tu medida.

Estás castigado. Ahora gira la cabeza hacia la pared hasta que yo concluya mi teatro de sombras. No te aburrirás, mis manos se deslizan: hacen y deshacen formas. Tú no puedes voltear, estás cas-ti-ga-do. Además no querrás ver cómo te rompo el hechizo y como te rompo la madre cuando intuyes una historia mientras miras otra. Sólo observa lo que te cuenta la pared. Las figuras te hablarán de lo que quisieras que ocurra... y sucederá, lo estoy haciendo por tí. Santa Mártir de todos los porros que no te has fumado. Cero efectos especiales pero de que brillo, brillo con o sin luz negra. Lo sé y lo sabes. Milagrito barato de rutina, por mí ya no lo hago, ¿Tú crees que no me duelen las falanges de tanto convertirlas en cisnes y aves?
Producciones de bajo presupuesto, amores de bajo perfil. No hay marcha atrás, sólo paredes sin ventanas.
Lo de "sin ventanas" estaba pensado desde que se construyó la escenografía. Es para que no se fugue el poco sueño que te construyo. Disfrútalo y punto. Quizá la próxima semana haya permanencia voluntaria o quizá ya se me haya fugado, de una vez y para siempre, la buena voluntad.
La lista de créditos crece con los extras que se incorporan a mi inventario de ocios:
(Y
con suerte
acabe
enredada
en los cables
del
tramoyista
en turno
Agradecemos a las autoridades
de nuestras bonitas ciudades
las lindas vacaciones
intercontinentales
que nos hicimos pasar
Gracias Gaudí
por el perfecto escenario
y gracias al paki
y a sus rosas)
Technicolor en desteñido, laboratorios recuerdo.
THE END.

martes, noviembre 16, 2004

Se avecina el nomadismo

Ahora que he de huir, vengo a poner aquí este cuento viejo y manoseado. Publicado en revistas locales, virtuales y fatales, ya es hora de ponerlo en este blog; sobre todo ahora que no tengo tiempo para mascotas. Por cierto, regalo un gato blanco y bizco y también una colección de revistas Muy Interesante de 1987.
Ahí les va el cuento, expriman lo que le queda de carne fresca.

Recuerdo de un circo
Recuerdo cuando me gané un avestruz en un concurso organizado por un circo bosquimano itinerante. Millones de seres se daban cita en ese lugar, pero el boleto ganador fue el mío. Parecía ser que todo el mundo deseaba ardientemente el avestruz, excepto yo. Era tal la ansiedad que se generaba en el lugar, que renunciar al premio se habría considerado no sólo falta de respeto sino una gran estupidez de mi parte.Entre aplausos pasé por mi ave. Avestruz y yo nos miramos con desconcierto y lo primero que cruzó por mi mente fue que seguramente despreciaría el alpiste; lo primero que cruzó por su mente fue una serie de descomposiciones gestuales que provenían de mi rostro.No supe cómo llevarla conmigo; una cadena de perro me parecía improbable y absurdo; cargarla bajo el brazo como un paraguas tampoco era posible. Me limité a caminar y el pajarote tomó el mismo camino que yo, como si fuera mi guardaespladas.Esto me dio un doble aire de ganadora, sin duda el avestruz nació para ser mío.Salí del circo bosquimano, cruce un puente de madera, llegué a un río y el avestruz tras de mi.Di vueltas en círculo, corrí a toda velocidad, me oculté tras unos fresnos y el avestruz tras de mi.Cada vez que volteaba hacia atrás estaban los grandes ojos del animal implorando descanso y comida.Por fin llegué a un hostal, pedí una habitación para mí y solicité que colocaran al avestruz junto con los otros animales. Al siguiente día pretendí huir por la puerta de atrás, dejar al ave y continuar mi camino hacia no sé dónde.La hija del dueño del hostal se dio cuenta de mi artimaña y me detuvo. Le dije la verdad: no tenía dinero y lo único que podía ofrecerle, era el avestruz en prenda y aceptó. Fui a ver al avechucho al corral que compartía con dos cerdos, una cabra y un perro sin dos patas y vi en sus ojos un dejo de angustia.Tuve que abandonarla.La última vez que volví a las antiguas instalaciones del circo bosquimano vi de nuevo a mi flamante animal cargado de cascabeles, flores y guirnaldas. Se le ofrecía como atractivo turístico del hostal donde me quedé.Avestruz y yo nos vimos a los ojos y supo enseguida que hacer. Caminó sobre mis huellas a pesar de que podría pasar días sin comer, sin beber, sin dormir. Yo lo acepté a mi lado otra vez. Caminamos y caminamos mientras se desprendía poco a poco de todos sus adornos y se adaptaba a su nueva forma de vida en la que sólo sería mi sombra.No recuerdo cuando murió, sólo recuerdo que después de unos veinte años, me volví para mirarla como cada dos días y ya no estaba. Con remordimiento volví sobre mis pasos y sólo pude ver a un grupo de niños peleando por sus ojos redondos como canicas. Lo demás era inservible, era un saco de huesos apestoso y viejo como yo. Después de todo, yo también me reconozco porque lo único que me queda de lo que fui, son mis ojos.


viernes, noviembre 12, 2004

De lo global a lo local y de regreso y así nos vamos...

El jueves pasado mi profe Luc Delannoy hizo una pausa en la transmisión de sus conocimientos musicales y con un plumón verde escribió esto en el pizarrón:

La guerra es la paz
La libertad es la esclavitud
La ignorancia es la fuerza.
George Orwell, 1984

Después borró muy pocos caracteres y el mensaje quedó así:

La guerra es la paz
La libertad es la esclavitud
La ignorancia es la fuerza.
George Bush, 2004

Lo iba a postear y luego lo olvidé por estar mirándome la mugre del ombligo. Pero ahora pienso en micro y veo como aquí, se reproduce lo mismo y este fin de semana electoral, me da pavor, sobre todo porque esa última frase me rebota en la cabeza: "La ignorancia es la fuerza"
Ojalá que no gane el peor. Que la mierda del mundo no haga de Tlaxcala su versión a escala.

lunes, noviembre 08, 2004

Just a perfect day

Mañana me pondré la camisa que menos me regañe, olvidaré la deuda que he contraído por creer que lo valgo, silbaré una tonada festiva (nada que hable de amores, abandonos y patrañas), convertiré el sentimiento en literatura basura maniaco depresiva, y una vez más daré click a mi lámpara de noche.
Mañana tendré que fingir que algo he aprendido aunque mis obsesiones sigan panza'rriba chapoteando en mis lagunas mentales. Mañana no me las daré de nada, pues con suerte seguiré siendo esta idiota que se cuelga de las tildes y que se predispone a hacer el ridículo cuando baile la última polka con los enanos.
Mañana pediré un deseo deshidratado mientras mato el tiempo jugando a apagar mi propio tiempo de un soplido. Vida de mierda, pienso, pero ahí viene ya el otro año encimándose sobre mi plazo postscriptum.
Mañana empiezo a cangrejear y 10, 9, 8, 7, 6... para exprimir los años perdidos. Mañana me bajo del tren mientras me felicito por quedarme en Estación Vostok cagándome de frío. No será mañana la primera vez que invoque una falacia para unirla a la colita de mis otros cientos de mentiras con que me tejo bufandas.
Así que mañana veremos cómo me sienta mañana y si me sienta bien, juro que antes de morirme de ganas, me muero completa. Ya es hora... salud.

viernes, noviembre 05, 2004

.
¿Sabes? No me gusta nada ese punto. No sé si el punto eres tú o si te escondes detrás del punto. Ese no es el punto. El punto es que te encierras como cochinilla, te lames la tristeza y yo sólo encuentro un punto en donde debería estar tu nombre. El punto es que quizá estés triste. El punto es que empiezo a sospechar que también estoy triste. Tal vez no estoy poniendo un punto sino un acento en mi tristeza. Yo también soy otro punto. Un relieve en la hoja de papel, un tímido tropiezo, una pausa perfectamente prescindible cuando leemos un texto a la carrera. Por eso siempre voy poniendo los puntos sobre las íes tan latinas que no figuran en tu perfil griego.
El caso es que no me gusta ese punto, no me gusta verlo ahí como un lunar inerte en el mapa de tus miedos. Algo te pasa y ese es el punto. El otro punto, es que eso a mí, no me corresponde. Soy el punto y aparte de un párrafo que no sé si habremos de escribir. Pero ese punto lo tocaremos otro día. Por ahora, sólo me queda desearte un punto final para tu punto muerto. ¿O me dirás que sólo es un grano de mostaza?



jueves, noviembre 04, 2004

Arrumaco desechable

Soy como un oso, como un árbol. La gente piensa que mis hombros pueden aguantarlo todo y que mi corazón es una servilleta hecha bolita después de un festín.
Y yo abrazo por petición expresa, porque cuando lo hago por voluntad propia termino por asir una bocanada de humo. Abrazo porque me lo piden y porque creen que se irán curados gracias a su perversa ingenuidad. No me gusta abrazar a la gente, pero a la gente le gustan mis metaabrazos abarcalotodo; después les gusta dejarme así, con mis brazos pinzas que no sirven ni para tallarme los ojos.
Soy la santa de escasos fieles convenencieros. Soy el pecho en el que hunden su cabeza. Aman dejarme así, empequeñecida y gastada después de cada función de articulaciones mecánicas. Muñeca inflable super inflada, infinito paño de lágrimas con sistema superabsorbente, arrumaco desechable que se recicla y se recicla y se recicla...

miércoles, noviembre 03, 2004

Apuntes en las piedras


Ir es muy fácil. Lo difícil es volver. Por eso prefiero caminar de espaldas, así casi no se siente el regreso.
Entre la sed y el asma queda un pequeño huequito en donde duerme la noche convertida en gato negro.
Certidumbre rima con podredumbre. Mi mundo de certidumbres lo cambiaría gustosa por una sola certeza.
En las estrellas vuelven a formarse, lo mismo que en la tierra, lo mismo que en mis ojos si tuviera a mano un espejo. Como ellos no lo saben, no miran mis ojos.
Hay unas manos que me desmenuzan por dentro y me jalan hacia el fondo de mi propia sucesión de imágenes.
No comprendo esa manía por convertirlo todo en palabras. Si no voy nombrando las cosas que voy viendo, se quedan atoradas. Esto es como un juego de lotería y me angustio cuando alguna forma no tiene un nombre concreto.
Soy una mantis religiosa.
Tengo tres espinas clavadas en la mano derecha. La más inútil de mis manos. Es el souvenir merecido por llevarme las estrellas de la tierra.
Soy un compendio de peculiaridades y datos curiosos. Demasiado sensible, demasiado pensante pero una verdadera plasta espiritual.
El desierto es una representación física de sí mismo. Esto que estamos siendo es una metáfora de otro tiempo y de otro espacio. Es que aquí no somos nosotros. Somos las representaciones mentales de este desierto que nos está inventando. Por eso me asombro aquí y ahora. Después seguiremos siendo tan grises y anodinos como cada lunes.



martes, octubre 26, 2004

Instrucciones para una correcta taxonomía

Como resultado de numerosos estudios, he llegado a la conclusión de que podemos dividir a las especies masculinas en tres familias: Amores, Pretextos y Obsesiones. Si bien en algunas ocasiones pueden confundirse, básicamente en la taxonomía debemos decantarnos por la mayor cantidad de caracterísiticas que lo apeguen a su familia correspondiente.
En la familia de Amores (Desde ahora Amorae en consideración a la clasificación taxonómica) encontramos aquellos individuos que presentan los siguientes caracteres: Patas con filamentos adherentes al músculo cardiaco, alas diseñadas para altos vuelos y nula visión, los Amorae pueden confundirse a simple vista con las otras dos familias sin embargo podemos diferenciarlos por su apreciada sangre usada como potente droga y a causa de la cual, se encuentran en vías de extinción.
La familia mayor en extensión, es la Pretextae. Debido a la disposición de sus cortas alas, zumba pero no remonta el vuelo. Estas especies tienen un profundo apego por los espacios vitales, así que no es difícil encontrarlos dando vueltas sobre nuestro frutero, nuestra cama, nuestro baño. Aunque aparentemente son inofensivos y caseros, su inestabilidad y desapego los convierte en altamente peligrosos. Si bien se les puede adoptar como mascotas, no olvidemos que son sólo pretextos para llenar vacíos de forma temporal.
Los Obsesionae son la familia más longeva. Pueden vivir durante años alimentándose sólo de miedos, complejos y dudas. Los Obsesionae y las cucarachas, son quienes sobrevivirán a la bomba atómica. Con una trompa enorme para producir picaduras, los hay venenosos e inofensivos. También se les distingue por los dientes con los que se aferran, mismos que heredaron de sus antepasados parásitos. Su cuerpo mutable los hace repelentes a todo tipo de insecticidas y artimañas para sacarlos del paso. Esta misma mutación los confunde con los Amorae, sin embargo su sangre es amarga y con efectos adversos, aunque eso sí, a veces más adictiva que la de los mismos Amorae.
Y después de un poco de teoría, pasemos a la práctica:
Necesitamos una caja con poca profundidad. El ancho y el largo van de acuerdo a nuestra colección particular.
Se dispone la caja con tres divisiones: Amorae, Pretextae y Obsesionae. En cada una de ellas habremos de ir colocando cuidadosamente los especímenes de la forma más simétrica posible. Con mucho cuidado se les introduce un alfiler a cada uno, justo a la altura del medio cuerpo procurando no dañarlos mucho. Hay coleccionistas extremos que alfilerean a las creaturas vivas. En lo personal, prefiero coleccionar cadáveres, que es tanto como coleccionar recuerdos. Lo que se recomienda es que si se tiene una especie viva de la familia Obsesionae, se le introduzca de inmediato el alfiler. Con los Amorae, lo mejor es dejarlos que vivan lo que tienen que vivir, y los Pretextae, van y vienen a placer.
Una vez performados, ponemos el insecto con todo y alfiler y debajo el nombre científico siempre escrito con cursivas. Posteriormente añadimos datos como fecha, lugar de captura y paraje.
Ejemplo:
Orden: Coleoptera transitania
Familia: Pretextae
Especie: Galanpoethia chilensis
Fecha: Marzo del 2002
Lugar de captura: Colonia Condesa, México D.F.
Paraje: Cantina Xel- Ha.
Debemos tener mucho cuidado y poner un vidrio grueso que tape bien la caja. Esto para evitar que parásitos se coman a los insectos exhibidos y también para prevenir que un buen día nos persigan todos juntos.
Recordemos que el interés de este ejercicio es básicamente educativo y de acercamiento vivencial al objeto de estudio. Tener siempre a la vista a estos bichos, nos ayudará a no repetir experiencias desfavorables y a ubicar a cada familia sin que se mezclen entre sí.





viernes, octubre 22, 2004

Merde dipinto di merde

Después de hacerle inumerables getas, veo salir a esa chica de perfecto trasero y cadera conmovedora, y pienso que el cinturón no le combina para nada con la ropa que trae ...inche naca. Y me doy risa, porque siempre estoy buscando la paja en el ojo ajeno. La culpa es del mundo, yo soy inocente. Todos están mal, yo salgo incólume de mi balance. Ella cinturón feo y yo necesitando metros y metros de mecate para rodear mi cintura.
Estoy en otro ataque de misantropía y llevo transcurriendo estos días entre la oficina, la casa y la esperanza de una resurrección. Los muertos apestan, que no resucite Lázaro porque llenará mi vida de jirones de carne podrida. Que descansen en paz todos menos mi conciencia.
Y así voy con mi brochita pintando a todos? manchándome con quien se deja, fastidiando al que no se ciñe a mi paleta de colores. Bah, jódanse.

miércoles, octubre 13, 2004

Carta imposible

Querido ExQuerido:
Te escribiría una carta, pero odias leer; aunque ahora pienso que quizá el morbo de saber qué dice te haría pasar los ojos por estas líneas. Te mandaría la carta si no tuviera la lengua tan seca y tan incapaz de pegar dos sellos de correo en la esquina de un sobre. Quizá el viejo cojín de la oficina de correo me auxilie, pero aún así el sistema de envios es lento y como esta pasión tiene fecha de caducidad, seguro te llegaría una carta rancia y enmohecida.
Por eso te escribo esta carta imposible, que sólo deje constancia de que en un domingo tan nublado, el único rayo de sol que perforó las nubes, me hizo recordarte. Pero después, lo de siempre, se volvió a cubrir el cielo del mismo gris que tenían tus ojos y ahora amenaza con llover en los míos.
Y si pudieras leer esta carta verías que en algún lugar escribí Te querré siempre, pero mis siempres son tan imprecisos y contradictorios como mis alguna vez y como mis no lo sé, así que es mejor que no cargues con mis palabras tan endebles y con mis eternidades tan breves.
Si me respondieras esta carta, escribirías Yo también te quiero mucho pero tu mucho no es siempre y ese mucho vive contenido entre los muros de tus prejuicios. Si me respondieras esta carta, no la enviarías de vuelta porque todo el tiempo que le quites al extraordinario ejercicio de mirarte el ombligo, es un tiempo vano.
Y ahora sé que tampoco me responderías porque sabes que te estoy mintiendo, que no te querré ni siempre ni mucho, que te quise lo que pude y tú no pudiste hacer nada con ello.
Aquí acaba la carta porque se me desdibuja el destinatario y de pronto siento que te estoy inventando, que no te escribo a ti sino al que no fuiste. Al que me fragüé una noche en que alguien -quizá tú- llamó para pedirme que estuviéramos juntos. El resto es una historia que se bifurca y que cada quien cuenta a su modo.
También te mandaría un beso, pero no uno cualquiera, sino uno con música de fondo y miradas sorprendidas... Tú sabes a cual me refiero.
Luego firmaría en esta parte.
Y te pondría una postdata ligera, para restarle contundencia a lo demás. Una frase insulsa seguida de una carita feliz como para graficar que no hay rencores, que todo está bien aunque no nos estemos riendo juntos de la misma película dominguera.

lunes, octubre 11, 2004

Múrgulas con vientre de tocino

En los capítulos anteriores, la protagonista parecía tener todo bajo control: los malos en la cárcel, los buenos de aliados, los regulares de extras, el diván en la tapicería, el pan pan y el vino vino.
Pero como dijera Manu Chao: "Todo es mentira en este mundo, todo es mentira, la verdad..." Así que los malos están en sus sueños, los buenos para nada, los regulares saltan sobre su medianía, el diván es un trapecio donde no cabe su trasero, el pan duro y él vino... pero así como vino se fue.
Y es que ahora la protagonista no sabe cómo diablos se empata una vida a cuestas con una panorámica de tapiz. Y cuando mira su regalo con moño rojo (Gracias, Rafa) lo primero que lee es "Múrgulas con vientre de tocino" y luego lo abre y mira esta cita de Pepe Carvalho: "Hay que beber para recordar y comer para olvidar" y se cree que todo es una cábala, un I Ching y se toma dos margaritas al hilo con tal de no deshojarlas sobre el pantalón negro porque no hay nada más patético que hacer llover los recuerdos sobre fondo negro, produce chroma y no se ve bien en la pantalla. También come postre doble para olvidar un campari en la playa, un beso en día festivo, un destinatario imposible... Y sigue comiendo una pera almibarada para barnizarse la amargura y olvidar su mano sobre la de él y nunca viceversa... y aaaaah, suspira porque con tanto dulce se pone cursi, cursi y gorda.
Pero no todo está perdido. La siguiente semana será de acción. Tendrá que lidiar con su padre, su abuela, su tía, sus hermanas impertinentes y con el saldo de una noche de antro ocurrida hace meses. Súmenle el trabajo que por estos días no escasea, la duda que pende de un hilo, la lectura obligada de Nietzsche que tanto le recordará a su ex, los mil y un formatos, la ola amarilla, los problemas económicos, las promesas que no va a cumpir por pura venganza de lo que no le han cumplido, el amor de lejos que es de pendejos...
No se deje de perder los siguientes capítulos en donde la bien bautizada "Oficinista disfrazada de aventurera" complicará más las cosas con todo el mundo. Así que quedan advertidos. Deje de ver como destruye todas sus relaciones con el rayo láser que se robó de un hotel de Oklahoma y pierdase... pero de su vista porque incluso matará al mismísimo Mr. Blogger.


domingo, octubre 10, 2004

Agua pasa...

Agua pasó por la cajita de recuerdos que destaparon las Palmeras Kaníbales. Hace cinco años que Emiliano era tan guapo como hoy, o quizá más. Hace cinco años también había lluvia pero menos que hoy. Yo recién había llegado aquí y me parecía que el ancla con el DF era necesaria. Entonces eran días de lluvia festiva y no de lluvia triste como la de hoy que se queda en mis huesos y... ay mis reumas.
Y siguió lloviendo y mi tolerancia se deslavaba con cada gota. Le grité a mis amigos que no son mis amigos, pedía a gritos una silla, una gota resbaló por mi espalda y se quedó ahí mojando el coxis por el resto de la tarde/noche.
Mojé mis botas, fuimos con el juez, sacamos a dos Antidopings de los separos, reggaemuffin revolution, qué bien se portan esos niños. Primero pensé que habría marihuana en el fondo del asunto, pero no. Con tanta agüita a uno le dio por mearnos el Centro Histórico. El otro rescatando al meón, fue llevado por obstruír las labores de la polecía. Legalizer rastaman, hasta les cantaron a los borrachos detenidos.
Colmada de lluvia y desesperación ya no quería saber nada de fiesta. Las bandas tampoco porque nadie se quedó. Ni las Palmeras ni los Da Punto. Les esperaba un largo camino de carretera escurriendo por los cristales.
Y para mi un par de cervezas, la visión de una mundanza a medias y cuando creía que todo estaba mejor, rematamos el día con una nalgada en plena calle sobre mi culo húmedo. Y yo ahí con el alma escurriendo, sin capacidad de respuesta e indefensa después del caudal de gritos que se mojaron antes de hacer eco.

jueves, octubre 07, 2004

Sociología zen

Son las 10 de la noche con 40 minutos y sigo en esta oficina redactando artículos, textos, documentos sobre juventud.
¿Qué diablos se pensó Bourdieu cuando dijo que "La juventud no es más que una palabra"?
El día de hoy he hecho más de doce cuartillas y no sé cuantas tablas...
Pinche Bourdieu, te pasaste de lanza con tu capacidad de síntesis.

miércoles, octubre 06, 2004

A quien no corresponda:

Por medio de la presente
le informo
cordialmente -eso sí-
que a partir del próximo mes
lontananza es un mito sexenal
que culmina en el tercer cajón del escritorio
y resucita al calor
de un nescafé sin azúcar
pero con dos cucharaditas
de mala leche.

Sin otro particular,
le envío un atento - y rutinario-
saludo.
Atentamente,
Nombre
y firma
de la que viste y
lamentablemente
calza.


Con copia para:
Mis días muertos
Con copia para:
La manzana que yace en mi bolsa
Con copia para:
Archivo muerto.



domingo, octubre 03, 2004

Polaroids de un sábado largo

Salón de té
Las puertas carcomidas pintadas en beige, el candil de cristal de bohemia y el piso de duela. A mi me gusta desayunar en el salón de té de el Sanborns de los azulejos.

Frida, siempre sí te quiero
Ayer me reconcilié con la Kahlo y a la Frida le vale madres. Una la transfunde y otra la desangra. Siempre sí la quiero, lo que pasa es que me atoro en el cliché y se me olvida que no hay nada más cliché que negar los clichés.

Crónica de sociales
Y dos novios bailando afuera de Bellas Artes al ritmo que les marca el cilindrero. Hache me dice: "Nena, el sentimiento es cursi" En un minué, el novio se gira y descubro que es Alberto Chimal.

Pa' vestir santos
Testigo de un acto místico, vi como sin ninguna consideración artística y/o mística tres chalanes bajaron del altar a San Francisco y luego lo vestían. Los santos no están desnudos, los visten sobre su ropa de yeso y madera. Por lo tanto no hay ningún goce sensual en las solteronas que se quedan pa' vestir santos.

Borceguí
Hache necesitaba unos zapatos porque en la casa rodante que traía en los dos tremendos maletones más el estuche de la guitarra más su "bolsito de mano" que pesaba doce kilos, no le cupieron los zapatos. Y henos ahí, en el famoso Borceguí rodeados de niños con patas chuecas y apestosas. Un mal viaje de zapatería. La primera vez en mi vida que no me siento feliz de estar rodeada de zapatos nuevos.

Café de Tacuba
Me encantaron las meseras de anchas caderas y vestidos blancos. Enfermeras culinarias de mi siempre voraz estómago. Fui minimalista y pedí unos tacos de pollo.

Dos de octubre se me olvida
Es el primer año que olvido que es dos de octubre. Me sentí mal. Peor que cuando no iba a misa en pleno domingo. Es que uno va cambiando de evangelio y de apostolado... ahora sospecho que soy hedonista así que seré consecuente con mi nuevo dogma.

Vejez divino tesoro
Y mientras pasaba la multitud que pedía educación primero al hijo del obrero y después al hijo del burgués, un viejo se nos acerca y nos dice: "Treinta y seis años gritando las mismas consignas. Deberían hace una estatua de Díaz Ordaz y quemarla en el Zócalo o hacer algo más novedoso" Después, como buen jubilado, nos contó media vida y de paso nos convocó a un paro simbólico el 7 de octubre. Hache dice: "Ochentaytres años y militando, qué maravilla" Sí, qué maravilla... y esto no ha cambiado.

Central del Norte
Sólo he ido tres veces a la Central del Norte. La primera cuando hacía trabajo comunitario en la sierra de Hidalgo pero de eso hace tanto que casi lo tengo en el mismo cajón de olvidos del dos de octubre. La segunda, pufffff... la segunda es un recuerdo tan perversamente divertido que me obliga a reír bajito. En esta tercera dejé a Hache en su autobús esperando que llegara bien después de tantas escalas: Buenos Aires, Bolivia, Panamá, Ciudad de México y por fin, Monclova. Me quedé un rato mirando los destinos de los autobuses y conclui que el norte también existe.

Pokar de aire
Soy tan mala para jugar cartas... no me puedo concentrar. Tengo repelencia a los números y por eso siempre evado con gran fortuna los dominós y los naipes, pero ayer no me pude salvar de las tías jugando cartas. Uno y ya, les dije. Perdí, perdí y volví a perder. Jugué tres rondas y me fui sin entender el chiste del juego. No tolero el azar, hasta en eso soy una dominatrix.

miércoles, septiembre 29, 2004

¿Sería usted tan amable de dejar de joderme la pituitaria?

Es que esta niña es muy amable, toda lindura. Es tan detallista y considerada que es la única que a estas alturas todavía me trae regalos: chocolates, duraznos, cajitas de origami y ositos de goma.
Es tan dulce, que cuando la caga sonríe tímidamente y me dice con su voz aniñada "es que yo pensaba que..."
Y bueno, yo aguanto vara con mi geta de no importaaaaaaa. Podría perdonarle todo menos el acento que le ha puesto a su dulzura con esa horrenda fragancia de Avon.
¿Cómo diablos le explico sin herirla que su pinche perfume me está trepanando el cerebro hasta sentir como mi globo ocular pende de un mucoso ligamento?
Mientras se me ocurre una táctica políticamente correcta, todo lo trato vía teléfono.
Lo malo es que no es la única... hay otra que está peor pero que se le perdona porque está instalada en sus cuarenta años con hijos adolescentes y divorcio en ciernes. Pero la niña no, la niña todavía es un cuerpo salvable de la ignominia de la bergamota, notas de sándalo, maderas diversas, acentos florales y meados de zorrillo.

domingo, septiembre 26, 2004

(((Paréntesis)))

Doctor, es un sonido grave. No el piiiii del mosquito o del si bemol del extremo sur del teclado. Es el pooooo del barco que va a ningún lado, es un camión de pasajeros mudos.
Todos los sonidos pasan por el tamiz de ese poooo que llegó a habitar mis oídos. Curiosamente lo único que me calma es la música. Entonces lo que necesitas es un psiquiatra, sentencia Ximena entre currys, cardamomos, lassis y frente a un Rodrigo que secunda la moción cuando digo que lo mejor de la Cenicienta es el fetiche por los zapatos.
El poooo es amable y me dejó escuchar el concierto de Chucho y Cigala, Lágrimas Negras mi canción favorita desde que las lágrimas incoloras no fueron suficientes para mi azotadez habitual. Y luego aquello de Se me olvidó que te olvidé, Inolvidable, Riachuelo.
Supuse que estaba curada, pero hoy en la mañana otra vez ese poooo, esa pecera circundando mi cabeza, ese sonido perpetuo y la voz del médico diciendo necedades del tipo: usted no puede fumar, tiene el tabique desviado, los senos paranasales jodidos, si el lunes sigue el poooo tendrá que guardar reposo absoluto, a veces el poooo puede ser permanente e irreversible... y yo tomo todas sus palabras y las sumerjo en un pooooo profundo.
Estoy entre paréntesis.

miércoles, septiembre 22, 2004

¿Cómo me escapo de mi?

Estoy empezando a ser la mujer que odio. Incluso me di el lujo de creer en un hombre y de pintarme los labios de rojo. Ambas cosas denotan pésimo gusto.
Me estoy transformando y llevo más de tres meses sin desayunar chilaquiles y tomando yogurt... y más me doy cuenta del cambio cuando no bajo un pinche gramo pese al esfuerzo.
Lo peor es que algunos niños (ciegos o miopes, supongo) me dicen señora. Lo más grave es que el otro día me descubrí comparando precios de chícharos en el supermercado y poniéndoles nombre a hijos imaginarios.
Mi carácter va de mal en peor. Ya no ligo ni por casualidad, ni por ebriedad, ni por conformidad. Los tennis salen de casa sólo en fines de semana y ya entendí que los granos premenstruales no se resuelven más con las cremas antiacné.
Si sigo así, tengo dos opciones:
Ser el clon de la Señorita Rottenmayer o ser Doña Pepa la del 7.
Mejor me instalo en el forever young y le doy cuerda a mi desmadre un buen rato.






lunes, septiembre 20, 2004

Tenemos que ponernos de acuerdo

Todos los habitantes de mi circo ambulante, tenemos que ponernos de acuerdo.
Ayer salió una minificción mía en La Jornada Semanal bajo el alias de Vetusta Morla y me costó convencer a mis amigos de que yo era yo.
El otro día el compatriota bloguero de los caracoles transcribió un poema que había escrito hace años y que aparecía firmado como Beat PatDib.
El caso es que si no empiezo a decir que yo soy yo jamás podré hacer un recopilatorio con mis escritos.
Tendremos que organizar un mitin con Vetusta Morla, Beat Pat Dib, Bersabea, Santacannabis, La loca de la colina, Cabronetta y todas las que escriben por mi. A los demás personajes que se dedican a otras cosas, los organizamos otro día.
La cuestión es que estoy muy feliz. Muy, muy feliz. Feliz por Vetusta Morla y también por mi que ya no me acuerdo como me llamo.
Creo que me quedo con este nombre, con el de Beatriz Patradox. ¿Les gusta?


domingo, septiembre 19, 2004

Freud, échame una mano

Estaba haciendo un examen de certificación para mi título. El examen era una estupidez: tests de personalidad y un texto larguísimo en inglés con ilustraciones como las de los testigos de Jehová que había que traducir. El salón estaba muy oscuro y cada uno de nosotros tenía una lamparita personal para leer las instrucciones. De pronto siento una respiración en el cuello y le empiezo a decir a Gudulup que por favor me deje en paz, que hay mucha gente, que no es el lugar indicado. Demasiado tarde, ya estábamos en plena fornicación sobre la mesa del examen.
Cuando salimos, veo que todos se dieron cuenta de la escena. Le digo al hijo del Jefe Gorgory (que iba vestido de charro) Que ya no sabía si había sido verdad o era una alucinación, me miró muy feo y me dejó hablando sola.
De pronto estábamos en una casa de Cuernavaca conviviendo con muchísima gente desconocida. Era una casa grande, con alberca. Gudulup estaba ahí pero yo no lo veía. Entonces busqué desesperadamente a Claudia para contarle lo que había pasado, y no me hacía caso. Llegado este punto, ya todos lo sabían.
Salgo a la calle y hay un hombre alto, fornido, bigotón con sombrero que me dice que si ya le aflojé a Gudulup, también le tengo que aflojar a él. Entonces me meto corriendo a la casa y ahí me entero que ese hombre es un hacendado a quien me habían prometido en matrimonio. Motivo por el cual Gudulup me envia una tarjeta diciéndome que no me preocupe, que me pide disculpas y que me ofrecerá protección. Un chofer me lleva a no sé dónde mientras mi supuesto futuro marido nos persigue a bordo de su troca... y me despertó la música del vecino y entonces no supe qué estaba peor si el sueño rarísimo o el malviaje de abrir el ojo oyendo a Nicho Hinojosa.
Vamos por partes y analicemos mi sueño:
1 El hecho de no titularme, se convierte en mi peor pesadilla. La presión social al respecto está cabrón, porque siendo sinceros a mi casi me da lo mismo.
2 Hasta ahí vamos bien de pesadilla, pero ¿Acaso mi sueño es el Show del Horror de Rocky para que de la nada le salgan tintes pornos?
3 Toleremos el pornohorror. Pero lo que sí es de espanto es soñar con el hijo del jefe Gorgory enfundado en traje típico y haciéndome caras. Fiel representante de nuestra pacata sociedad provinciana.
4 Gudulup es un tipo que he visto tres veces en mi vida y con quien he cruzado un par de palabras. No me gusta nada y creo que es gay.
5 En la casa de Cuernavaca estaba toda mi familia incluyendo primos, tíos y añadidos. Estaba también la familia de Gudulup (a la que ni conozco pero soñé), medio gabinete político, un candidato a gobernador, Claudia, Horacio, Ximena, Nacho,Brama, gente de mi oficina, Tatiana, Memo, chavos de las comunidades en las que trabajamos, Isidro, los de Santa Sabina con todo y manager, Camilo... en fin, que aquello parecía el En dónde está Wally?? de mi vida.
6 Aquí debí empezar a sospechar que todo era un sueño. Claudia no se pierde un chisme ni por error.
7 ¿Cómo que un marido? ¿Cómo que ranchero? Y justo cuando escribo esto, recuerdo que el actor que hacía de futuro marido en mi sueño, es otro tipo que he visto en la calle, que no tengo ni idea de quién es, pero que no soporto porque siempre me mira de forma extraña.
8 Gudulup es un pinche cobarde que ni la cara me dio después, pero eso sí, me manda con un chofer que no tiene. Yo no sé cómo voy a reaccionar cuando vea de nuevo a Gudulup en la calle y tenga que saludarlo.
9 Prefería seguir soñando este tipo de cosas bizarras que despertarme con los covers del Nicho. Pese a todo, los sueños son mejores que la realidad.
10 Casi en automático vine a la computadora a escribir mi sueño. Lo recuerdo con muchísima claridad y lujo de detalles. Ahora sólo necesito un especialista que me dé su diagnóstico... Creo que ya estoy lista para el manicure.

viernes, septiembre 17, 2004

Y sólo un orgullo tengo, que a naiden le sé rogar....

La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar
La chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar

miércoles, septiembre 15, 2004

Cumpleaños

Mañana cumple un año mi querido blog. Mañana también cumple noventaytantos años mi abuela.
Lo que más le agradezco a mi blog es haber satisfecho mis ansias exhibicionistas y obtener un importante ahorro en terapias y psicoanálisis. Lo que más le agradezco a mi abuela es haberme heredado su ironía y su humor ácido.
Quizá este post no debería decir "mañana" sino hoy.
La cosa es que es feriado y yo no pagué mi teléfono, así que no podré conectarme desde la casa de la colina.
Vamos, no sea tímido. Deje su óbolo o envie su regalo.
Y gracias por leer y no salir huyendo.




domingo, septiembre 12, 2004

Lady Nevermind

Y ahora todo es mejor, la lluvia de asteroides ya pasó. No fue para tanto... o eso dice Bunbury. Habrá que preguntarle a los dinosaurios si es verdad que no tienen recuerdos. O mejor todavía, habrá que preguntarle a mis recuerdos porqué dejan vivo al Tirano-sauro Rex y matan sin piedad a las cucarachas. ¿Qué no se supone que era al revés? ¿Que al final vencerían las cucarachas comeplástico?
Mis recuerdos se creen invisibles tras el humo de cada calada. Traje del emperador. Todos te están mirando, jodido recuerdo.
¿Te estás durmiendo?
No, estoy bien...
Nevermind, jamás lo entenderías. A millones de años libran un duelo los dinosaurios mientras nosotros tenemos que escuchar las sandeces de una tipa que lleva tres meses enamorada de un tipo.
Eso no es nada, si lo sabré yo. Cuéntale a un ahuehuete tu desgracia para que se ría de ti y convierta tus tres meses en una larva.
Nevermind, los fósiles vivientes vamos a permanecer toda la vida. Lady fosil con lacito. Señorita Nevermind mirando a la monologante como si nada, como si cualquier cosa, como si tres pendejos meses hicieran de un amor algo irrevocable... bah.

jueves, septiembre 09, 2004

Soy mala

Ayer sin querer, hice sufrir a un niño pequeño. De seis añitos, o algo así. Todos sus compañeros iban vestidos de animales. Las niñas de mariposas, de abejitas; los niños de tigres, leones, perros. Él iba de conejo, pero el traje le quedaba demasiado chico. Su disfraz era un mameluco al que su mamá había cortado los pies para que al pobre chamaco le entraran las piernas. Por supuesto las largas mangas, ahora eran tres cuartos y el traje le quedaba tan estrecho que se marcaban sus nalguitas. No sé porqué lo vi y no pude parar de reír. Imaginé que el conejo se había tragado al niño cuando era un bebé y que el pobre creció dentro del conejo hasta romperlo. Entonces me dio un ataque de risa estúpida e incontrolable y por más que trataba de no ver al conejo no podía evitar mirarlo de reojo y seguir riendo esquizofrénicamente. El niño se dio cuenta, y supongo que todo el día fue blanco de burlas de sus compañeritos, pero que llegara una vieja tarada a reírse de él, fue el colmo.
De pronto me topé con su carita triste y... lo siento, no pude parar de reír. Hoy trato de sentirme mal, pero cuando me acuerdo me entra otra vez ese impulso de risa tonta.
aaaay, Beatriz... qué bruta eres.

martes, septiembre 07, 2004

De la causa por la que tengo mala suerte, cigarros y hoy no soporto el Rhythm & Blues

No me dirán que es pecado hacer brotar por esta garganta seca una serie de improperios a mi mala fortuna. Y lo de mala fortuna se cuela porque hablar de tristezas nos remite siempre a una mala fortuna que viaja en la noria. Por eso las historias son siempre circulares, marchemos todos al compás.
Pensándolo bien, mi fortuna no es ni buena ni mala, es quizá sólo un poco insabora, bastante miope y ligeramente imbécil. Menos mal que se va a solucionar hundiéndose para siempre. Menos mal que para mi, futuro se refiere a un día de mañana en que me pesará leer a Habermas mientras echo de menos a Salinger. Son todos mis planes. Eso y un puñito de Salvo Lavatrastes para pulir los platos rotos que siempre pago.
Y sí, me gusta quejarme para llamar mi atención. A últimas fechas esto de ver para delante, hace que olvide que los zapatitos de cemento me están sacando ampollas en los pies muertos. Ahora por ejemplo, tengo la queja en la punta de los pulmones. No hay más cigarros y tendré que desenrrollar los gusanitos que no descabecé antes. Al menos queda un gusano gordo, en realidad una oruga que me pregunta con voz desafiante: ?¿Quién eres tú?? y expele humo por todas partes. Esta oruga es un regalo envuelto en alas de mariposa. Olvidé que alguien dijo que si sólo había un paquete de cigarros lo justo era dividirlo en dos. La justicia me trae de cabeza añorando la otra mitad del naipe que me amputé, pero gracias a eso, fumando espero con un hoyo en la panza que no ha cicatrizado. Fumando a tus costillas, Adán, fumándome a mi misma gracias a lo que encontré detrás del paraíso de cartón piedra: un recuerdo bajo luz negra con Ciudad Gótica de fondo.
Escupo al cielo en reproche por mi mala fortuna y momentos más tarde, lluvia ácida resbala por las comisuras de mis miedos. Tengo frío dos veces. Una por mi presente y otra por un pretérito desarrapado que le causó hipotermia a mi sentido común... otro cigarrito para empantanar a la traquea insumisa que no cesa de morderse la lengua y canturrear los coros de la Oda a la Prudencia.


lunes, septiembre 06, 2004

Mutis mutandis
Los lunes solíamos comer lo que quedaba del domingo y yo me empachaba con los recuerdos del fin de semana y después los expulsaba sobre un cuaderno con pastas azules y florecitas.
Hoy ya no me empacho,sencillamente vomito sobre la pantalla, sobre el mosaico, sobre los siete días de la semana.
El viernes, por ejemplo, tomé varias fotos de esas imprescindibles. De las que podrían quedar perfectas en un álbum para documentar historias añejas. Esas fotos bien podrían venderse en una papelería que las archiva entre las monografías de Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Wolfgang A. Mozart y Florence Nightingale. Imagenes de una tarea que quedó inconclusa. Deberes no cumplidos que me mandaron a segunda vuelta.
El viernes fue como un viernes de hace siete años pero instalado en la aparente seguridad de frases dichas por todos en rítmico canon: Hoy tengo un buen empleo, hoy tengo mil libros más en la cabeza, hoy tengo pareja, hoy sé que me largo, hoy ya no me meto nada... "hoys" que justifican también muchos "ays". Los que se quedaron en el viaje aún no han vuelto y los que se van de viaje ya no volverán a ser los mismos. A mi lo único que me queda para saber que yo soy yo, es ese silencio mordaza tan estúpido. Ese mutis sobre el cual se van generando intereses año con año hasta que llegue el día en que no me quede más que darle libre tránsito al embargo o huir para siempre a mis propias Islas Caimán.
Ya vi que los "para siempre" son un mito pues aún se nos puede reciclar un viernes de eternas despedidas.
Y este lunes comeré lo que quedó del domingo y ahora inclusive me hace gracia. La comida agarra mejor sabor en el recalentado y además ya sabes qué servirte y qué no. Igual que los viernes que se quedaron congelados y fosilizados y hoy queremos comerlos con la misma fruición de antaño... pero no, a mi los recuerdos ya no me empachan.

viernes, septiembre 03, 2004

Lo olvidé...
Ayer camino a casa elaboraba un post mental para este blog. Post plagado de frases elocuentes, ingeniosas, metafóricas. Oximorones de buena factura y metonimias radiantes. Sí, todo eso que ya olvidé. Me preocupa porque mis olvidos suelen ser del lado de lo material en cambio para las ideas tengo buena memoria... o quizá deba decir "tenía"
Entre mis más celebres olvidos están el querer entrar al metro sin boleto y golpearme ridículamente la pelvis, lavar el auto con las ventanillas abajo y llegar a la caja del banco a hacer un depósito sin llevar el dinero. Un par de veces he recorrido todo el supermercado, llenado el carrito sólo para darme cuenta que olvidé la cartera. Llevarme los papeles equivocados de la oficina, mil veces. Dejar las llaves dentro del coche, dentro de la casa, otras tantas veces hasta el punto de que el cerrajero ya me conoce. Olvidar la tarjeta dentro del cajero automático, también. Comprar algo, que me den el cambio y no llevarme el artículo comprado, me ocurre seguido.
Y si ahora estos olvidos se transfieren a las ideas - que casi siempre ocurren por estar pensando en otras cosas- estoy frita. Es que yo venía aquí para muy hermosamente expresar porqué estoy tan orgullosa de mí. Pero ya no recuerdo porqué estoy orgullosa de mí, a lo mejor olvidé los motivos porque me los inventé... ya no estoy orgullosa ni de mi, ni de mi memoria.

miércoles, septiembre 01, 2004

En sus marcas, listos...

Parafraseando a la canción que reverb integrado popularizara José Feliciano, mis amigos ya se han ido casi todos: Melissa, Isidro, Gianluca, Sol. Nacho también se va. Y es mejor así porque habrá menos que extrañar cuando ya no pueda estar aquí porque todo esto que está pasando me deja ver que aquel que ose quedarse tendrá que sindicalizarse o cambiarse la camiseta como si nada y como si siempre... cosa que a estas alturas del partido, tampoco me causaría sorpresa, no hay nada más endeble que las convicciones políticas. ¿Será moda o yo soy una ortodoxa?
Estoy también jugando a modelos de perfección. Orden y disciplina hasta para comer. Vida relativamente sana sin caer en los excesos de una sanidad que pueda perjudicar mi sistema nervioso. Se trata de cerrar el círculo con un moñito fingiendo que estos años aquí no han sido puro reatazo y mecatazo. Cinta de terciopelo negro para clausurar sin claudicar.
Otra cuestión sintomática es que ya no estoy comprando zapatos de tacón. Cuando los veo en el aparador pienso en que no es necesario si los que tengo aguantan perfecto las últimas juntas, eventos sociales, y convites del año. Después se acabaron los zancos en atención a mi fianceé más bajo que yo -nada raro- y para descender de nuevo a un status sin chofer, sin traslados, sin sillón ergonómico y sin pisos parejitos en donde no trastabilleé demasiado.
También sin quererlo, la vida me prepara para el desempleo. Ayer me regalaron un chaleco de reportero con mi nombre bordado. Es como una funda de Rotoplas. Siempre renegué del banqueterismo y de la reporteada. Cuando mis maestros de la Septién me instaban a hacer tal o cual ejercicio, yo pretenciosa decía que no estaba estudiando para correr tras una nota y así ha sido, en efecto... pero who knows? Mejor me voy haciendo de una grabadora. También me queda el recurso de volver a ser hippie y eso de hacer collares a manera de terapia relajante, podría convertirse en un modo de vida para que me odie a mi misma cuando me descubra diciendo frases como: "Puede verlos sin compromiso". Por lo visto, todos mis posibles futuros empleos no van más allá de la banqueta.
En relación con el tema anterior, ahora viene el golpeteo en la cabeza contra la pared de tablaroca de esta oficina: ¿Por qué no ahorré? La respuesta está precisamente en la marca de tus zapatitos, en los viajes de placer a cualquier parte del mundo como si se tratara de un tablero de Turista Mundial, en el "yo invito", en el control remoto con nosecuantos canales para hacer zapping, en la marca de tu rimmel, en la obsesión porque todos tus discos sean originales, en que las fondas te causan colitis, en fin... cuesta caro este estúpido juego en el que me dejé llevar.
Pues eso, a prepararse para emigrar como las oscuras golondrinas becquerianas. A veces sólo quiero volver al nido a que mi mamá me mime, y creo que estoy diciendo eso porque sé que es temporal... voy más lejos y nada me detiene. Yo me voy aunque a medio camino me muera por unos esquites de la San José o por unas quesadillas de setas. Me largo aunque me prive de asomarme por el ventanal de esa casa. Me retiro porque más vale decir aquí corrió que aquí murió. Y después de este ciclo, todo me huele a muerte, a charco putrefacto.


lunes, agosto 30, 2004

Escape
Por fin pasé un muy buen fin de semana. Evidentemente para que eso ocurra, debo salir de mi poblado y volver a mi radiante paraíso lejos de toda esta gente que me tiene hasta la madre, incluyendo por supuesto a mis amigos cada día más insoportables y más insulsos.
El sábado llegué antes de la hora de la comida, justo a tiempo para el aperitivo y el queso buenísimo (ajá, rompí mi dieta... nada opacaría mi felicidad) después la comida altamente satisfactoria como me resultan todas las comidas caseras desde que no tengo hogar. Fin de la comida y frase triunfal de mi madre "Ayer murió Cachirulo, es hora de que te quites esos pelos rojos" así que fuimos al supermercado a comprar una tinte color pelo de Superman y después a ver ropa y a comprar alguna cosa.
Después del proceso de teñido y acicalado, me dirigí a casa de Nacho en donde al calor de unas cervezas y algo más, no dejaban de discutir sobre el desafuero de López Obrador, la real politik de la ciudad, la escondida homofobia en la clausura de antros gays, el velado bloqueo del jefe de gobierno a la ley de sociedades de convivencia y el secuestro de la marcha por la diversidad sexual. Temí que terminaramos en un antro gay, pero el plan ya estaba hecho: Fiesta en Copilco, aniversario del "Cenote Azul" y vuelta a los antiguos rumbos universitarios y a esa banda evidentemente ahora más joven. Desde un tapanco Nacho y yo observábamos a la gente y desde ahí arriba ubicamos a dos conocidos "Mientras no perdamos el hilo conductor de estos reventones, no podemos sentirnos viejos" Le sonreí sólo por evitarme la pena de reprocharle sus cuatro años más que yo. Mientras tanto, junto a mi, Jorge se quitaba la camisa retando a la sociedad buga. Mala noticia: Ya no hay chelas y la juventud se pone impertinente. Y no sé cómo ni porqué terminamos en un restaurante chino que por la noche vende chelas con la excusa de una muy chafa rockola. Jorge y Lucia pisaron varias veces a unos gordos inmensos de la mesa contigua. Le dije a Nacho que tenía miedo, que podía armarse la de Kill Bill, pero tenía razón: ni sumando a todos los comensales éramos 88. Poco a poco y de manera misteriosa, los que estaban en la fiesta anterior fueron llegando a este antro al que además se entra por la puerta trasera, y de un momento a otro se armó el bailoteo mientras los meseros explotados por los chinos nos veían con ojos de odio. Finalmente terminamos comiendo tacos en "el arbolito" mientras Jorge gritaba que él no quería comer, que sólo quería unas líneas, que nos largáramos de ese lugar porque los fresas de San Angel apestaban. Yo fingí que no venía conmigo, y me zampé los cinco tacos al pastor de rigor. De vuelta a la Roma aborté la misión de continuar el reventón, así que me enfilé hacia la Del Valle mientras ellos insistían en el after hours. Llegué a casa, abrí la puerta con sigilo, metí el coche, dejé a la perra afuera y no eché llave a la puerta. Al día siguiente esperaba los reproches de mi hermana por dejar afuera a su alma gemela y los gritos de mi madre por haber dejado abierta la posibilidad de que la delicuencia se colara a su morada... sorpresa: nadie me dijo nada y me comentaron el tema suavemente, es más, cuando mi otra hermana dijo: "Seguro venías bien peda" mi madre abogó por mí y dijo que no había sido así, que ella vio cuando llegué en perfectas condiciones aunque eran las cinco de la mañana (esto último lo dijo como al descuido, como tratando de borrar los mil y un pleitos por llegar después de la hora establecida).
Al día siguiente (porque el día acaba cuando uno va a dormir), desperté a la hora que me dio la gana, no había nadie en casa, hice uso del internet infinitum que no llega a mi colina, desayuné choco krispis crujientes y no húmedos como los de mi casa, y luego disfruté de la comida familiar en donde incluso vi con simpatía a algunos de mis primos lelos y tomé varios whiskys mientras comí todo lo que mi capacidad estomacal me permitió. Pude haber ido al cine, pero preferí gozar de los cientosmiles de canales de la tele mientras mi mamá me llevaba a la cama algo ligero para rematar la tragazón del día. Esto es vida.
Y ahora, lunes, héme aquí de nuevo suspirando por el próximo viernes. Fin de semana siguiente: agenda llena y nuevos planes. La vida a veces es bella y estas muy superficiales situaciones me hacen llevadero el trago amargo de la agobiante cotidianidad. Volveré a mi sanísimo hábito de largarme todos los fines al DF en vez de quedarme aquí viendo malas caras.


martes, agosto 24, 2004

Yo, personaje

Estoy en un periodo más bien flojo en lo que a escribir se refiere. No me ha salido nada bueno y justo de eso estoy hablando por el msn con un amigo. El último cuento acabó siendo una especie de terapia curativa y eso es algo que no tolero, porque para terapias explícitas, diarreas mentales y avisos de ocasión, está este blog.
Y el caso es que el personaje principal no era yo, ni siquiera pretendía serlo, pero la muy cabrona terminó sentada sola en un café -como yo- y poniéndose mi bálsamo para los labios. Las demás manías eran similares a las mías pero exageradas en aras del ámbito de teatralidad de los relatos breves y en el afán de esgrimir la autobiografía.
El cuento no debía terminar como acabó, pero es que a mi no se me dan las heroínas, tampoco las mujeres sufridas; creo que se me da más bien este personaje que camina entre lo intrascendente y lo cotidiano. Alguien ya me había dicho antes que mi vida era como de personaje de Carver.
Pero una cosa es que tu vida sea como... y otra muy diferente que tus cuentos te regañen sobre una vida que no es como nada, sino que es un personaje sentado en tu cuento, desafiándote con una petulancia inexplicable, desechando tus argumentos racionales y obligándote a darte vida propia a través del teclado. Yo no quiero estar en mis cuentos pero no puedo salir de ellos. Yo no quiero ser el personaje, pero cuando hago un personaje femenino odioso, siempre termina mirándome con mis propios ojos. El ojo no es ojo porque lo mires sino porque te ve. Lo que todavía no sé es como puedo huir de mis propios ojos si cuando se asoma el yo personaje, no perdona y me juzga con las mismas cejas arqueadas con que juzgo al mundo.

sábado, agosto 21, 2004

jueves, agosto 19, 2004

¿Te acuerdas?

Yo sí.
Yo sí recuerdo cuando íbamos tooodos los jueves a Cholula como si fuera una religión.
Siempre me contabas cómo buscabas fósiles y piedritas debajo de las pirámides y yo te escuchaba como si fuera la primera vez que lo dijeras. Reconozcamos que no solías decir cosas interesantes, así que no importa que las anécdotas fueran repetidas.
Después comíamos tacos en una esquina y llegábamos a mi casa. Largos besos y tu cabeza en mi almohada apestando a alcohol.
¿Te acuerdas?
Un día incluso dijiste que me querías. Tiempo después reconociste que te clavaste. Yo también.
Hoy tú no estás, ya no están los amigos de antes, ya no existe el antro al que solíamos ir, ya no tengo la misma cama, ya no hay camioneta, ya no hay amor disfrazado de amistad.
Cuando vi por la webcam que habías cortado tus bucles, recordé que hoy es jueves. Ya ni bucles hay.
Ya no hay nada... este día no debería llamarse jueves.

miércoles, agosto 18, 2004

Carta de lluvia

Lugar de siempre, 18 de agosto de 2004

Estimado Señor de Marrón:

Ocho de la mañana tu llamada, como siempre, puntual y cotidiana. Ruega por mí, reloj, en estas horas monótonas como ronroneos de gatos. Semidormida, dije las cosas de rutina: te quiero, te extraño, saludos a la familia. La única diferencia es que te pedí una carta en el mismo tono en el que el principito debió pedir su cordero. Me sorprende que siendo un hombre de letras tus correos sean más bien flojos. Necesito una carta tuya que sirva de carátula a todas las cartas que vinieron antes y que tengo guardadas para cuando requiero de un suspiro con olor a viejo. Aquí no debo recordar a nadie. Quiero que me des una carta exhorcista, porque cuando leo las otras cartas siento que no hay retorno posible ni salida del laberinto. He vuelto al lugar que hace renacer la ceniza de los fantasmas que odio. Reencarnación virtual de unos ojos que no son los tuyos diciendo adiós en el aeropuerto y luego correos que fueron y vinieron con sus letras tan precisas, simulando que en verdad era amor el espejismo que nos dejó enganchados a una luz artificial titilando aún en todos los ángulos de las consonantes plasmadas en papel cultural. Amor de dos días multiplicado por todas las palabras precisas.
Por eso necesito que me escribas una carta. No un cuento, no una dedicatoria a los libros de hadas que me regalas. Necesito una carta de papel y tinta. No una carta idiota como la que por horror entregué en diciembre ni una carta anodina como la que llegó de Perú. Necesito una carta para invocar el futuro posible. Necesito una carta que llegue al destinatario. No una que se guarde hasta que las vocales palidezcan frente a la contudencia de un buen chocolate belga. Necesito una carta que se entregue, no que se guarde para madurar mis delirios de primer amor. Y al despertar veré que el pan sobre la mesa tiene un resplandor más grande que el de los planetas enemigos cuando lo partan tus manos de adolescente. Necesito esa carta para que llueva sobre las otras y deslave las letras del poeta y las cartas en lata de galletas que aún reservo para aquel que amé por tantos años. Tú, como en mis sueños vienes atravesando las estaciones, con las lluvias de la infancia en tus manos hechas cántaro. Por favor, escríbeme una carta en donde diga que lo deje todo y me vaya contigo. Por favor, hazte llover sobre las cenizas. Yo por mi parte prometo corresponder con litros de lluvia que se quedaron en el tintero y quitar de mi mesita de noche las Cartas de amor a Nora Barnacle para dejar de darle vueltas a mis obsesiones epistolares.
Pero ahora te envío una carta de lluvia
que te lleva un jinete de lluvia
por caminos acostumbrados a la lluvia
Jorge Teillier*


Adeu i petonets per a tu.


PS: Todas las cursivas son del poema de Jorge Teillier Carta de lluvia, creo que ya te había comentado lo mucho que me gusta. Casi tanto como Pessoa y de forma diferente a Cummings. No te olvides de mi libro de Sandman y de enviarme las fotos de los molinos.

jueves, agosto 12, 2004

Azul cerúleo
Ayer podaron el pasto. Olvidé decirle a mi buen amigo podapasto que había un pedazo intocable en donde la maleza debía crecer hasta sepultar los restos del incendio forestal en donde pereció mi guitarra, los óleos, los bastidores, los libros de Auster, la vida conmigo.
Hoy que salí a ver cómo había quedado el espléndido jardín vi el residuo de óleo azul cerúleo en la piedra angular de aquella fogata en donde se nos quemó la posibilidad. Después de eso, intentamos construir un barquito de cenizas, pero ya no se pudo. Ya no más vida juntos. Se quemó el mapa para ir a Valparaíso, la brújula enloqueció con tanta bipolaridad.
Por alguna razón, nos causaban mucha risa los cielos azul cerúleo, los paisajes artificiales, los colores alejados de los grises. Por alguna razón, el único color sobreviviente fue ese pinche azul. Azul costra, azul recuerdo, azul arlequín burlándose de mi vida contigo. Mal chiste en tres actos y epílogo suspendido en la asfixia.
Todo ya pasó, todo pasa... pero el azul cerúleo es un color persistente que ha resistido la lluvia, los pisotones, la angustia y el transcurrir de este tiempo.
Mis recuerdos están hechos de un indeleble azul cerúleo. Del mismo tono que tanto odiabas.

lunes, agosto 09, 2004

Fenómenos trashumantes

Soy el freak demiurgo de mi propio circo. La Mujer Metafenómeno. Por mi cuerpo transitan buena cantidad de personajes para complacer mis ansias de carnaval dantesco. A veces me dan ganas de meterlos a todos en una caja de Petri decorada como carpa hasta que se revienten a golpes o hasta que las encías cansadas de tanta risa, les tiren los dientes.
Cuando soy condescendiente con este circo de pulgas humanas, de plagios edulcolorados, de esculturas de plastilina al sol; me introduzco para hacer mi big show y de entre seno y seno saco un sentimiento aperlado seguido de caracoles que dejan su rastro en mi cuello. Después llegarán los ácaros a ponerse el sentimiento de calzones y los caracoles mutarán en gominolas agridulces.
Conmigo nada es en serio, pero los personajes se toman todo a pecho porque no existen más allá de la circunferencia bicolor que da vida a sus fracasos. Cuando hago como que lloro se creen que realmente lloro y cuando rompo un espejo toman su pedacito de mala suerte repartiendo los escasos siete años que permanecerán en la cartelera de mi memoria. Conmigo nada es verdad, la profesionalización de la mitomanía me ha llevado de un continente a otro sin mojarme los pies y sin tener que recurrir a la insolencia de una verdad de lanzallamas.
Adoro a estos fenómenos, acomodaría sus fetiches en mi cuerpo y los invitaría a viajar en la caravana de mi carne para que se hundan como sanguijuelas o se sujeten a mi pelo como chicles sin sabor. Me iría con ellos hasta siempre. Vía Doxa, Destino Fracaso. Caminos polvorientos nos esperan y pueblos fantasmas acudirán a observar como hacemos malabares con nuestra dignidad y nuestras gracias artificiales. No pediré ovaciones para mí, sólo para el tinglado y sus actores. Un aplauso por favor para esta serie de enquistados a mi vida. Porque usted lo pidió aún seguiremos dando un par de funciones en este poblado. Niños gratis, llévese tres y monte su propio circo.

sábado, agosto 07, 2004

Noches sin suavizante
Tengo un pedazo de noche que expele miseria a través de una garganta que alterna la tos con el hipo. Pocas cosas son tan tontas como el hipo; es como esos tipos anodinos que te sorprenden a mitad de una fiesta aburrida, después te desesperan y al final debes sacártelo de encima con un buen susto. Si no funciona, no hay de otra: ahógalo.
¿Qué hago con mi pedazo de noche toda para mi sola? Podría escribir un cuento pero mis personajes están en huelga. Hace meses que no me sale un poema digno. Debería hacer el artículo que adeudo, pero es mi trozo de noche de viernes y no me sale nada que tenga que ver con términos como autogestión, participativos, grupos etáreos o coadyuvar.
La televisión es muy mala hoy. Las noticias me angustian más de lo normal. No saldré porque he decidido no ver a nadie. Estoy agresiva con la gente y triste conmigo. Encierren a la fiera por el bien de nuestro pueblo.
Podría arreglar mi ropa por colores pero hoy todo es blanco y negro, o lavar mis tres tristes trastes que resuman cochambre en el trastero. Podría escribir los versos más tristes esta noche, pero alguien más ya lo dijo antes.
Sigo con hipo y con noche. Me meto a un chat como antes, como en los tiempos ingenuos. Ahora me inventaré una vida y un pelo largo negro y sedoso y un cuerpo a la medida de los cánones estéticos. Mi mal humor se deja deslizar por la banda ancha. Todos son unos tarados, lo pienso y lo escribo. Me acusan de soberbia, de intelectual frustrada (lo de frustrada lo entiendo, pero lo de intelectual...) de homosexual reprimido... el que me acusó de soberbia, debe tener un sexto sentido. Bueno, log out. Tampoco podemos andar dejando girones de amargura a una bola de pendejos que reparten caritas felices como hostias en misa.
Ya no tengo hipo, un acceso de tos me lo cambió por un connato de vómito. Soy un mar de gérmenes. Tengo la gripa del pollo, el mal del marrano y la comezón del séptimo año. Tengo roña y acné y una flema que no es inglesa. Tengo un disco deprimente. Play. Cuando llegue el track diez le damos un loop interminable hasta que quede luída como este pedazo de noche que lleva dando vueltas y vueltas en la lavadora de culpas.



jueves, agosto 05, 2004

martes, agosto 03, 2004

Del baúl de los recuerdos...

Estaba analizando que todos mis horóscopos son muy fuertes. En el zodiaco, escorpión; en el maya, serpiente cristal roja; en el chino, dragón de fuego.
En eso estaba cuando vi que la gatusa puso en su blog a mi querida Candy Candy y me llené de recuerdos. Yo era una niña bien cursi que degeneró en esta mujer cursi con coraza para poner a buen resguardo un corazón más empalagoso que pastelito de nutella relleno con mermelada y cubierto de leche condensada. Confieso que mi libro favorito de los seis a los once, fue Sissi. A los doce llegó para mi fortuna El Barón de Munchaussen.
Guac, soy asquerosamente cursi. Tan cursi que jamás pude ver Remi sin sentir angustia, por eso no seguí bien la historia, porque no toleraba el vitral en que se congelaban sus momentos más tristes. Y luego dirán que los Pokemones son agresivos... ni madres, para agresiones sentimentales: Remi.
¿Que porqué toleré a Candy si era igual de triste?
Pues porque Candy sufría por amor y yo tengo una necesidad fisiológica de sufrir por lo mismo. Vamos, que entiendo perfecto a Candice White cuando llora por Terry y clarooo, al final jamás se le concede su amor y se queda con el buen Albert. Adoro los amores insatisfechos o inconclusos... son mejores que aquellos que se hicieron realidad y terminaron dándonos muchísima hueva. Seguramente si Candy se hubiese quedado con Terry, Albert ardido, la hubiera desheredado y Terry ahora sería un chelero panzón al que la pecosa Candy arrearía de por vida (fan fic freakie). Esa historia ya me la sé y no la vi por Imevisión.
He aquí el primer beso de Candy con Terry. Observen cómo la cretina lo besa con los ojos abiertos.


Por supuesto, no se pueden perder esta canción: Terry's song

lunes, agosto 02, 2004

jueves, julio 29, 2004

La resaca
(Para Arce, Memo y Royer... compañeros en el bien y el mal)

Resaca, cruda, ratón, mona o guayabo.  Todos estos nombres sirven para designar lo mismo:  el infierno en la tierra.
Después de vivir un paraíso en donde éramos los mejores cantantes, los más sensuales bailarines, los mejores oradores, los más aptos para ligar, y en donde queríamos a nuestros amigos hasta la lágrima y el abrazo y nuestros amigos nos querían hasta hermanarnos todos; viene el purgatorio de una cama voladora, una esposa regañona o un esposo de cejas arqueadas.  Pero nada se compara al infierno de la resaca: ojos rojos, sensación de vómito, mareo, taquicardias, dolores de cabeza, sed, calosfríos, si el clima es caluroso nos sentiremos ahogados pero si es frío nos sentiremos desamparados.
A todo lo anterior, hay que sumarle las dudas y los recuerdos bochornosos: ¿De verdad me quería ligar al mesero? ¿En serio bailé sobre la mesa? ¿Quién duerme a mi lado? ¿Realmente prometí que recibiría a todos en casa para ver el futbol?  ¿Te cae que le menté la madre a Fulano?  La cruda moral, suele ser en varios casos peor que los síntomas físicos, pues duran más, mucho más tiempo y con el malestar del cuerpo a cuestas uno no puede pensar que quizá no sea tan grave como parece.
La causa científica de la resaca ?esta frase sonaría mucho más linda si la dijera en estado de ebriedad- radica en que no alcanzamos a digerir todo el alcohol que consumimos.  Nos tardamos una hora en digerir una cerveza.  Imaginen esperar una hora entre chela y chela. Por supuesto moriríamos de tedio.
Una buena manera de pasar la resaca es tener un Gatorade a la mano y hacer zapping todo el día en nuestra cama.  Pero desgraciadamente, no todas las crudas caen en sábado o en domingo.  Y maldita sea la resaca en un miércoles, por ejemplo.  A media semana y tú con medio cuerpo y con un cuarto de cerebro.  El ring del teléfono parece surround, los claxones de los coches repican por horas en tu oreja y además resulta que necesitan un trabajo urgente para ese mismo día en la tarde.  Penitencia, penitencia en el infierno.
Aquí en México lo que se acostumbra en la resaca, es un caldito bien picoso llámese pancita, pozole, birria o similar.  Lo caliente de la sopa alivia el estado, el irritante del picante no va bien con la resaca pero al menos te hace sentir vivo. ?Sudas la peda? dicen.
Sin embargo yo tengo un remedio para cuando no hay caldos, ni tiempo y sí una jornada larga de trabajo.
Primero se prepara el estómago con una capa de antiácido tipo Melox o similar.  Después se ingieren dos cafiaspirinas acompañadas de Red Bull.  El sacudón puede ser medio fuerte, pero hasta ahora es lo que mejor me ha funcionado para los malestares físicos.  Para lo demás tengo un Alzheimer que se aparece a voluntad.  Hay quien dice que lo mejor es una cerveza bien fría... en fin, ahí abajo, en los comentarios, también se aceptan sugerencias para disminuir los estragos de la resaca, aunque como siempre lo mejor es no beber, pero esa respuesta podemos obviarla.  Salud.

 

lunes, julio 26, 2004

Sabadomingo
Salí de mi casa y empecé a descender. Pasé por la escuelita y seguí bajando. Esperé en el parabús y jamás pasó el camión así que decidí hacer todo el camino a pie. Hace mucho que no caminaba un buen tramo así que iba casi de buen humor, a pesar del sol y de los tres kilos de tierra que tragué. Llegué al Zócalo directo a comer con los músicos. Ya conocía a unos cuantos pero todos me resultaron familiares. Seguramente nos topamos en algún antro o en casa de algún mutuo amigo en mis épocas de dorada chilanguez.
Después decidí disfrutar nuestro último concierto. Bailé y bailé hasta obtener un par de ámpulas. Gocé a los Da Punto Beat como nunca... seguí bailando pensando que si paraba, la felicidad volvería a quedar suspendida. Nada me preocupaba, todo iba marchando estupendamente. No llovía, los grupos puntuales, los zanqueros le dieron color al evento, los asistentes tranquilos y pidiendo otra. Aplausos, fin.
Después a cenar y a la fiesta en casa del carajo en donde una mandala se iba haciendo del tamaño de mi ojo mientras las manos se hacían fractales sobre el fuego improvisado. Un tipo llegó a decirme "El tiempo es la atmósfera de la mente" y se fue.
Volvimos a casa de Claudia y uno a uno se fueron quedando dormidos mientras yo trataba de apaciguar mi recién adquirida felicidad. Al final yo también me dormí acunada por Madredeus.
No sé cuánto tiempo pasó pero la mañana/tarde del domingo también era un evento feliz pese al frío inusual y la amenaza de lluvia. Comimos quesadillas de setas y después llevé a los Da Punto y compañía a la Central de Autobuses. Quise ser la jarana de Alejandra que viajaba de Mexicali e iba a Veracruz. Quise ser el disco de Luis y scratchear en alguna fiesta lejos de aquí. Quise irme con ellos a no sé dónde y volver no sé cuando.
Y lo peor de estas visitas a nuestro reclusorio -le digo a Claudia- es que mis ansias de libertad se acrecientan y no habrá liberación previa por buena conducta. Eso sin contar que están restringidas las visitas conyugales.

sábado, julio 24, 2004

Viernes por la noche

En el colmo de la desesperanza, fui a recortarme el pelo.  ¿Más? me decía el buen Juanjo mientras yo le decía con los ojos cerrados, métele tijera, no tengas piedad.  Y tijereteó, tijereteó y me preguntaba que qué tal el trabajo que seguramente ahora debería estar pesadísimo y yo le decía que en efecto como si me estuviera adivinando y cortando las ideas.  Me preguntó que si estaba deprimida y le dije que pssss... más o meeenos, que me salía más barato un corte que una sesión con el psicólogo.  Sí, siempre lo hacen, y seguía empuñando la tijera.  No mucho porque luego te arrepientes.  No, no me voy a arrepentir, tú dale.
Y salí con nuevo look a cenar un fondue y una coca light.  ¿Ni un vino por ser viernes? dijo Camilo.  No Padrini, nada.  Nada, nada.  Y me chuté dos coca colas y después un café.  Y ni loca iría a ese rave, que no estamos para esos trotes así que me dejan en mi casa que yo sabré apañarmela para sobrevivir a esta noche.  Y sí, sobrevivo y estoy tranquila y a punto de estar contenta. 
Aprovechando el cambio estético de mi cabeza, la pintaré de otro color y héme aquí con una bolsa de plástico y fumando, fumando para que el tiempo se alargue y después vendrá la ducha y me daré un automasaje.  Luego a ver Sex and the city y a no añorar lo que pasa en otros lados.
En mi casa pasa todo, y le pongo play al Café del Mar 2.  Me sumerjo en una espesa oleada de sensaciones en lo que se me tiñen los pensamientos.
Qué bien estoy conmigo misma y qué odiosos son los demás, pienso al tiempo que doy otra larga bocanada que contengo unos instantes.  Exhalo y ahora sí, a sentir el agua resbalando por mi cuerpo.  Qué bonito sería el mundo sin gente que lo estropeara.  Asomo mi cabeza plastificada por la ventana y sólo veo árboles y más árboles.  Creo que allá fuera, todos emigraron de planeta.

jueves, julio 22, 2004

Palabritas bálsamo
Joyitas que encontré limpiando mi correo, frases que alguien me escribió y ahora me pertenecen:

?La honestidad es solo una característica de algunas personas, no necesariamente una virtud, y hasta pudiera llegar a ser un defecto? S.L.

"Me duele el pie izquierdo, quizá una bola -no estoy seguro-, pero sobre todo una sospecha: no sé qué santa mierda habría pasado si antes de llamarte te hubiera llamado antes" L.U.B

"No hay respuestas. Solo parentesis, jeroglificos sobre el mapa, señales como rasguños sobre el calendario. Y un gran vacio que llueve sobre los desiertos de los ojos, sobre la planicie marchita del aliento, sobre las arenas insomnes del pecho... " C.O.

"Yo uso el silencio cuando me parece que me llaman ?loco?, porque es mi única defensa; cualquier movimiento me haría sentir incómodo" L.L.

"Creo que nunca estaremos conformes con lo que somos, lo más que podemos hacer es ser honestos en cuanto a lo que deseamos" I.R.

"Me gusta leerte por que me reflejo en tí, me siento una Beatriz esperando que me caiga el veinte de que existe una verdad analítica a la cuál aferrarme y poder compartir" V.Q.

 

 

miércoles, julio 21, 2004

Mamá, mamiiiiiiitaaaaa

Mi mamá vino de visita.  Una visita muy breve, pero reconfortante.  Una visita casi fugaz, porque aunque mi mamá ni trabaja ni es ama de casa, siempre tiene un chingo de compromisos sociales.   Así que aprovechó esta mañanita libre para hacer una visita a su hija.
Llegó con su pelo muy lacio y sus pantalones nuevos.  Me llenó toda la oficina de humo de Camel y me reconfortó a su modo.  "Su modo" quiere decir nada de apapachos baratos sino una inyección de fuerza y de huevos. Es que justo cuando llegó, yo venía de una junta en donde las entrañas del poder  me dijeron:  "ñaca, ñaca, ahora que tu jefe está super ocupado te vamos a torcer"... y me torcieron. 
Le comenté a mi madre que esta semana no voy a tomar nada de alcohol, ni de comida chatarra, nada de desayunar lonchibones del Oxxo y de cenar hot dogs de perro atropellado.  Me miró con cara de satisfacción y le dije que estaba tomando tanta, tantísima agua que ya no sabía por dónde sacarla.  No le dije que estos días la he estado expulsando por los ojos.  Como si no fuera suficiente el esfuerzo de la dieta y la vida sana, me pidió que por favor no trasnoche tanto, porque según ella hace muy mal.  Caso omiso, como siempre.
Cerré la puerta de mi oficina y dejé que me peinara.  No repelé como suelo hacerlo cuando me peina y ni siquiera chisté cuando dijo que mis pelos rojos se veían nacos,  entonces empezó a sospechar y tuve que soltarle todo el rollo económico, político y social que me embarga en estos momentos.  "Las has pasado peores" me dijo e hizo un recuento de los momentos más jodidos de mi vida... gracias madre, mil gracias por el flashback de fracasos.  Después me dijo que cada vez faltaba menos, que aguantara, que no armara uno de mis acostumbrados berrinches y mandara a todos a la chingada con esa sutileza que me caracteriza.  "Es que a ti siempre te gana la pasión" pues sí, ya quisiera ser ecuánime y centrada como ella.  Cínica y dulce a la vez.  Heroína favorita desde siempre.
Después fuimos a comer y me dijo que me portara bien  "Yo siempreeee mamá" E hizo su mueca de incredulidad.  Luego abordó la camioneta y ella se fue para la derecha y yo para la izquierda.  No quise voltear por el retrovisor y de pronto me descubrí llorando y diciendo mamá, mamiiiita.  Es que aunque suene a comercial de Elektra, es la persona que más quiero en el mundo. Ojalá se hubiera quedado un rato más, por lo menos hasta que tuvieramos nuestra primera pelea.

 

lunes, julio 19, 2004

Terapia de concatenación fashion
 
Sí, soy totalmente cliché.  Me deprimo y corro a las tiendas ¿Qué se le va a hacer?
Me compré unos tennis para correr bien lejos de la realidad, un bolso rojo y grande para meter la cabeza hasta que todo esto termine y una falda negra para que el luto me roce las pantorrillas.
Y lo mejor:
Dos discos y un libro.
En el primer disco, Robert Smith me dijo: 
"I'm going nowhere. don't look so scared (...) Oh, tell me that you love me again, tell me that you care"
En el segundo,  Bunbury exclamó:
 "Yo soy el as de corazones, y el as de copas cuando las emociones se vuelven en mi contra y la incoherencia sentimental me deja fatal frente a ti"
Y finalmente Paul Auster, sentenció:
  "Ya había saltado desde el borde del acantilado y justo cuando estaba a punto de dar contra el fondo, ocurrió un hecho extraordinario:  me enteré de que había gente que me quería.  Que le quieran a uno de ese modo lo cambia todo"
Compro cosas para huir y letras para retornar. 
Y para que este post tenga alguna utilidad, y por si a alguien le interesa, sirva como lista de recomendaciones:
The Cure - The Cure
Bushido
Paul Auster - El palacio de la luna
Los tennis y el bolso - Zara
La falda - C&A
Maquillaje - Inexistente
Peinado - Precario 
Letras y música con dedicatoria para el señor de marrón. 
  
  
 

sábado, julio 17, 2004

Terapia de negación
Y los pajaritos cantando y tú con el rimmel corrido y tus ridículas medias de red botadas en algún lugar de la recámara.  Hace ya varias horas le contaste a el teu amor que te las habías puesto y casi adivinaste una sonrisa en su cara por la ilusión que le hace pensarte con ellas y porque las compraste durante un paseo, en el que tú tardabas horas en las tiendas mientras  él escuchaba a una Big Band frente al Corte Inglés.   A ti también te hacen gracia tus medias porque durante todo el día has pensado que son sexys, que son horrendas, que pareces puta, que son elegantes... pero que definitivamente tus nalgas deben parecer un enorme waffle.
También has pensado en los circos y en tu obsesión por ellos.  Y otra vez las medias te recuerdan a una trapecista que viste hace muchos años en un circo decadente. No recuerdas su rostro, ni el número circense, ni el color del traje, sólo recuerdas su media cosida y recosida y el tutú rasgado.  Más ridícula eres tú hoy.  Por fin te asumes como parte del espectáculo y has representado a la perfección el papel de la Pobre Idiota.  No esperes más aplausos que los de tu porca miseria.
El amanecer te pone aún más triste.  Faltan diez minutos para las siete de la mañana y todo está nublado.  Tus ojos, tu corazón, tu mente.... todo nublado.  Y entonces no sabes para qué mierda amanece aquí.  Beatriu, ets tan ximple, eres tan verdaderamente tonta,  que no piensas en futuro sino en el simplón presente de una realidad que te está comiendo las entrañas.  Y pretendes que el día de ayer pase por el cernidor de tus medias, pero todo es tan espeso, tan podrido, tan caduco, que todo se atasca en la red de agujeritos.
Quisieras que la vida fuera como un calendario de dibujos animados en donde las hojas van cayendo rapidísimo una a una para que transcurran tots els mesos que falten y tu vida sea como la piensas y no como la sientes.  Pero no es así y lo único que te queda es fingir que no está amaneciendo, que los putos pajaritos son producto del delirium tremens, que el camión del gas ha cambiado extrañamente de turno, que las campanas de la iglesia están llamando a misa de gallo y que ayer en la noche tuviste un mal sueño.  
Ahora sabes que es hora de desayunar.  Irás a la cocina por un jugo de naranja, una quesadilla y media manzana.  Verás las noticias o jugarás con el control remoto.  No te explicas qué diablos hacen esas medias de red tiradas en una esquina como si hubieras llegado con prisa o muy alterada o algo borracha.  Deberían estar en su sitio.  Ayer comiste con Arce, Memo y Claudia; después supervisaste los pormenores del concierto,  fuiste a casa y te dormiste placidamente mientras veías alguna serie gringa. 
Nena, sólo fue una pesadilla, aquí no ha pasado nada y el día que no ha terminado, apenas comienza.

jueves, julio 15, 2004

Breve II
 
 
En la oscuridad de tus sábanas
anidan
las mariposas de mi estómago.

miércoles, julio 14, 2004

Armando pescados
No sé cuantas mojarras se metieron a nadar a un mar de aceite y varias perdieron sus cabezas. Dice Arcelia que primero hay que armarlas y después comerlas. A Claudia no le corresponde la cabeza con el cuerpo. No, no me refiero a su pescado sino a ella misma porque su cuerpo le grita unas cosas y su cabeza le dicta otras y así mismo estamos todos. Yo misma he decidido ser una eficiente secretaria y tomar únicamente el dictado de mi cabeza. Esto es lo que me conviene y listo y así se lo hago saber también al cuerpo.
Una vez armado el pescado, viene el tema de las espinas. Yo preferí meterme una cantidad considerable de espinas para que se me atoraran las palabras. Eso, más vale no decir nada en donde todo está dicho. Incluso me construí un cerco con el esqueleto para no salir, para tener mi propia jaula con barrotes juntitos y no poder asomar ni las manos. No hablar, no tocar. Si acaso cantar como sirena que para eso ponen rocolas en las cantinas. Ahí yo, sirena cola de lechuga cantando y cantando, nadando en un mar de cerveza y buscando arrecifes de limones.
Para concluir, hay que voltear el pescado y picarle el ojo. No soporto que me mire mi propia comida mientras doy cuenta de ella. Tampoco soporto que me miren cuando lloro, pero a veces no puedo evitarlo. Tampoco puedo evitar las ganas de picarles los ojos a dos, tres, que andan por ahí y me miran llorar.

viernes, julio 09, 2004

Viernes
Me regalaron una bolsa de ciruelas y tengo dos cuentos de Chéjov en el correo; recuperé mi cartera, mi dinero y mis llaves; compré un libro de Gabriel Celaya por veinte pesos y es viernes.
Sospecho que la vida me quiere hacer creer que la felicidad existe pero esta vez no caeré en la trampa desus pequeñas golosinas cotidianas.

miércoles, julio 07, 2004

Ornitorrincos oníricos

Nunca pensé que la mezcla explosiva de dos tragos de jarabe de dextrometorfano, una coca light y la transmisión de las 2 y media de "Sex and the city" causaran un sueño tan extraño.
Soñé que hacía el amor maravillosamente con un argentino morocho, guapísimo, altísimo: fa-bu-lo-so. No era nadie conocido, a lo mejor lo vi en algún anuncio o en un catálogo de zapatos. Durante el cigarrillo después de, me decía que ya tenía contrato de trabajo para quedase a vivir conmigo y con el niño.
Después seguía cogiendo con el mismo argentino pero por esas cosas raras que tienen los sueños, poco a poco se iba transformando en mi ex y me decía que había vuelto para estar con su hijo pero que por favor nos volviéramos a Chile.
Al final llegaba el señor de marrón a reclamar al niño y a decirme que el hijo era suyo, entonces... adivinaron. Terminábamos follando divinamente.
Finalmente iba a un consultorio a que hicieran la prueba de ADN para saber quién era el padre, la prueba me la tenían que hacer a mi (otro capricho onírico)
En la sala de espera había un ornitorrinco a mis pies. Mi mamá me decía que no hiciera la prueba, que el bebé era del señor de marrón y listo y yo le decía que lo que pasaba es que ella siempre había tenido una notoria preferencia por él (cosa que fuera de sueño, es cierto). Mi madre insistía y me decía que lo viera bien, que era idéntico al señor de marrón y yo le contestaba que eso no era un bebé sino un ornitorrinco pero a medida que el animal se acercaba, se convertía en un bebé, lo miraba de reojo y era un ornitorrinco... y me desperté con las hormonas a mil, ningún hombre en mi cama y la incertidumbre sobre si parí o no alguna vez un ornitorrinco.