miércoles, diciembre 17, 2008

Animal de costumbres

Habitar mi ecosistema me pone instintiva, glandular, intuitiva y expansionada . Habitarlo y sentirme parte de esta jungla me vuelve un animal gandalla, una bestia feliz.
Aunque le cambien el rumbo a la manada y ahora los ejes viales transiten a capricho de las modas sexenales, aunque los estanques de antaño sean franquicias de charcos artificiales, aunque cada día haya más depredadores al acecho... rujo con el mismo entusiasmo de mis años cachorros.
Reconozco y huelo a los míos. Me les voy encima con los dos brazos abiertos y los estrujo mientras un sonido tibio sale de mi garganta. Me regodeo en el gris oscuro del cielo.
Me encuentro.
Me estoy.
Me vivo.

miércoles, diciembre 10, 2008

Apuntes de la Moleskine
(15 horas encerrada fuera de Frankfurt)

III

Es la segunda vez en mi vida que estoy en un Starbucks. Una extraña promesa entre reivindicativa y dietética hizo que un día exclamara vehementemente para mis adentros "Jamás pisaré un local de estos". Como mi palabra es débil y mis promesas son frágiles; heme aquí. Podría decir en mi defensa que no tengo otra opción y es casi cierto porque el otro café está lleno, y es casi justificable porque el otro es más caro y más incómodo.
Me pedí un caffe late grande y con sabor a algo más que café con leche. Algún suplemento saborizante jodidamente apestoso.
Me siento con grandes aspavientos: dos mochilas, un abrigo y una torpeza congénita. El chico de junto lee Moby Dick y por eso lo bautizaré como Ismael. Ismael apesta. No me di cuenta hasta que se quitó el gorro. Me mira con incomodidad. O le hice mala cara o le moví a Moby. Posiblemente lo primero, mi cara es un órgano involuntario incapaz de fingir.
Ismael se comió un sandwich de camembert y mermelada. Justo el que yo rechacé por ahorrarme unos céntimos. Ismael va de hippie chic y lleva como penitencia una guitarra. Una guitarra, dos mochilas, una chamarra y un foulard rojo mismos que se lleva rápidamente con una gracia que me apabulla. Tú, Ismael. Yo, Moby Dick. Seguramente él zarpará primero y yo aquí: ballena-isla.
Es la segunda vez que estoy en un Starbucks. La primera vez fue en Chicago y no opuse resistencia pues venía vencida "apriori". Fue la culminación de una larga sesión de shopping.
¿Y qué quieren que haga? Así soy yo. Mis incongruencias están tejidas por el hilo de lana virgen de mi propio rebaño. Costuras que se rompen por el peso de mi hedonismo.
Incluso Ismael con su gorrito apestoso y sus pantalones hindús a media nalga sucumbió a la telaraña Starbucks. En él me amparo para justificar mi autotraición.
Dicen que la tercera es la vencida, o quizá, la vencedora. Sólo entonces entederé qué diablos le ven a estos lugares tan iguales, tan literalmente descafeinados, tan sórdidos en el primer mundo como pretensiosos en el tercero, tan carentes del encanto de las mesas cochambrosas o de la pomposa ingenuidad de los servilleteros de plástico.
Frente a mi duerme con placidez un sucedáneo del Dr. House. A sus pies reposa el bastón. A mi lado ronca un señor con dedos anormalmente gordos. Quizá yo también duerma para amortizar el gasto y el agravio. Un neón me da en la cara y empieza a picarme en el trasero. Seguro son las pulgas starbuckianas.

martes, diciembre 09, 2008

Apuntes de la Moleskine
(15 horas encerrada fuera de Frankfurt)

II

La chica de junto me recuerda a Yohandra, la mulata de Fontanar. Hace rato que la miro de reojo y ella también me mira. La diferencia es que yo me cubro con mi libro como todo buen espía. Ella no tiene escudo. Su carencia de libro me recuerda a aquella chica -mira tú, otra mulata- que un día, mirando nuestro librero piso-techo dijo: "quien tiene un libro, nunca está solo". Cuando se fue nos burlamos porque algunos libros los teníamos precisamente para estar solos o por estar solos. También nos imaginamos permanentemente acompañados, hacinados, con tanto libro compañía no solicitada. Nos daba miedo. Un miedo de risa que convirtió la frase en cotidiano choteo. Meses después se nos quitaría la risa cuando por culpa de la mulata que estuvo en casa, un hombre perdió la vida. Pero esa es otra historia larga y siniestra como todas aquellas que tienen que ver con muertos por amor.
La chica sin libro tose. Tos merecida que le entró por el escote profundo. No es envidia, es sentido común. Es aquí y es otoño. Es de noche y es el último día de noviembre.

lunes, diciembre 08, 2008

Apuntes de la Moleskine
(15 horas encerrada fuera de Frankfurt)

I
Yo: ¿Y si de pronto el aeropuerto fuese un coso kafkiano del que no pudiera salir?
Yo Misma: Imposible, Kafka es checo.
Y: Mierda.
YM: Mierda kafkiana.
Y: (...)
Atrás un hombre habla solo. Habla solo en alemán. El cabrón no iba a hablarse en español sólo para complacer la interrupción de mi monólgo dialogado. Es por eso que pienso, así, fugazmente:
"soledad".
No la suya, la mía.
Y: Qué tal que nadie me entiende?
YM: Siempre te quedará el inglés...
Y: ¿Y si se me atora? ¿Se me olvida? ¿Se me retuerce en la garganta?
YM: Sabes decir apfelstrudel, de hambre no morirás.
Y: Pero sí de diabetes y de colesterol. Lleva mucha mantequilla.
YM: A lo sumo tendrá manteca vegetal.
Y: ¡Estamos en Alemania!
YM: ¿Otra vez mitificando Europa?
Y: Es que esto sí es Europa. Bueno, Esto, esto, no. Esto es ninguna parte. Un alemán puede reclamar que su strudel es de manteca y no de mantequilla.
YM: ¿Cómo lo sabes si no hablas alemán?
Y: Buena pregunta, el caso es que yo lo que quiero es volver, no comer strudel.
YM: ¿Volver? ¿A dónde?
Y: A México, pendeja.
YM: ¡Ja! ¡La pendeja soy yo! La pendeja eres tú que sigues asociando "Volver" y "México"
Y: Es gramaticalmente correcto. Siempre es posible volver al lugar en el que se ha estado.
YM: "Gramaticalmente correcto" la peor excusa para alguien que trata a la gramática con las patas. En fin. ¿Es sentimentalmente correcto?
No me respondo nada por una razón muy simplona: hace mucho que no escribo a mano y ya me duelen los dedos. Es eso y un chiflón que me da en la espalda cada vez que se abren las puertas automáticas. Buscaré otro lugar. Quizá beba café.

sábado, noviembre 29, 2008

Marquesina


El otro día hice planes porque sí. Como si yo fuera otra persona a la que tengo que dictarle la vida: esto se hace así, no debes hacer tal, tienes que ir a cual...
Seré mi propia actriz en un guión que no dé lugar a la improvisación.
Seré mi propia diva y me peinaré con una gélida onda que caiga sobre mi frente, me daré de comer con la cucharita pequeña, dormiré a horas decentes y brindaré toda la noche con la misma copa.
Me canso de perderme en el laberinto de la incertidumbre. De refugiarme en la tibieza de lo ordinario que ni siquiera llega al caos. De aceptar papeles secundarios en producciones de bajo costo. De lidiar con aquellas que no se saben sus líneas pero que me roban cámara.
Así que volveré renovada y con muchas ganas de aceptar protagónicos más dignos de mi trayectoria artística y del caudal de osos de berlín que se revuelcan a mis espaldas, de oscars que me abren la puerta de la limousine y de leones venecianos que me sirven de guardaespaldas.
Esto será el próximo año después de mi gira promocional que incluye ciudades como Frankfurt, D.F., Oaxaca, Cuernavaca, San Pablo Apetatitlán y varias más.

jueves, noviembre 20, 2008

Estimado Amigo y Compañero de Autoexilio:

Prométeme que si un día me ves en el parque vestida de blanco y bailando para atraer las buenas vibras, vas y me tiras de los pelos y me recuerdas que te estoy pidiendo esto cuando tengo todo en orden: el cerebro, las tetas y el amor.

Júrame que si un día te digo que busco a mi media naranja guiándome por una carta astral, tú me recordarás lo mucho que quería a mi marido racional y rockero, tierno y amable, ateo y sibarita y entonces me llevas de cabeza a alguno de los bares en que yo era esa treintona que a veces hilvanaba dos o tres ideas coherentes.

En ti recae la responsabilidad de que no me convierta en una vieja ridícula como las que describe Houllebecq, como las que aparecen en las plazas buscando la luna en noches nubladas, como las que buscan consuelo en los ángeles, las cábalas y todo aquello que les acaricie el aura. Tengo miedo de envejecer buscando muletas cósmicas y remodelándome la dignididad a base de Feng Shui.

Así que me salvas. Quizá yo también pueda devolverte el favor. No te creas que los hombres envejecen más sutilmente.

martes, noviembre 11, 2008


Gioconda al Dente

El éxito de la Monalisa consiste en no mostrar los dientes. Su sonrisa no está supeditada a la visión Colgate de la vida, a la metáfora de los dientes como perlas, a la evasión saludable de la nicotina.
La sonrisa es una cosa muy de moda, muy de ortodoncia, muy de belfos y de equinos felices.
En el cajón de mi papá había varios dientes de caballos.
En el de mi mamá, estaban los dientes que se había llevado un ratón que a su vez se los había devuelto a mi madre.
En un vasito de agua reposaba siempre la sonrisa de mi abuela. Andaba por casa con pantuflas y sin dientes y por la calle con tacones y con dientes.
Bajo mi almohada aparecían de diente en diente módicas cantidades, siempre mal tasadas por un Monte Pío usurero pero suplementadas con el placer de pasar la lengua por las ventanitas y hacer chof chof en la herida sin coagular.
Por otra parte, ya no uso tacones. Si la última vez que me caí de un caballo me rompí una muela, no quiero saber qué pasará si me caigo de mis propios zapatos. Quizá sonría desde el vaso de mi abuela o termine en el cajón de mi padre, o disfrute pasando la lengua por un hueco hilarante o trabajando para un ratón usurero.
Si tengo suerte, terminaré posando como la Monalisa, pero no por los dientes. Por las manos.

lunes, noviembre 10, 2008

¿Qué será, será?

¿Qué se sentirá nacer en agosto? ¿Cómo será no tener frío en tu cumpleaños? ¿Cómo hubiera sido este día si no me hubiera amputado las flores?
¿Por qué me llega este año viendo a Doris Day cantando Qué será, será, whatever will be will be?
¿Qué sería si mi noche fuera el mediodía todavía?
¿La luna ya se metió?
¿Se me cumplirá el deseo?

Y sigo sin saber qué diantres tiene que ver el rey David mientras el desfile cíclico de pasteles sigue su curso.

viernes, noviembre 07, 2008

Corte... y queda

Lo tenía encuadrado como si fuera una película porque además tenía buena fotografía: todo en rojo y negro, en un intento contemporancio de bar moderno pero con el tufillo del barrio. En un extremo, gorda solitaria bebe un gin tonic. En el otro, pakistaní sobrio come sopa del tupperware que le acaba de traer una niña. Detrás de la barra, un camarero que se parece a René Crespo nos informa que volverá en un momento.
La música es buena.
En la mesa de junto se sientan cuatro personas que no piden nada y gritan mucho.
Sale de escena el pakistaní -que resultó ser el dueño del bar- y llega una chica que come arroz y se va.
En un momento nos quedamos solos en el bar hablando sobre el Veracruz de Vila-Matas. He recibido mi primer regalo de cumpleaños.

Dos tequilas cortesía de la casa.
Más cortesías.
Más noche.
De pronto soy yo la que está en medio de la película. Los diálogos son difusos y extraños.
Se me olvidó el guión. Empiezo a improvisar pero no sé exactamente qué estoy diciendo.
Creo que no es importante con todo esto, tan rojo y tan negro y tan lento.
Excelente banda sonora para una película de tan bajo presupuesto (Talking Heads, David Bowie, Portishead, Herbie Hanckok, Winehouse, La Velvet... )

Corte a...
Paseo por las Ramblas. Ahora todo es gris y mojado. No hay música de fondo pero los diálogos empiezan a tomar más consistencia. Ya se nota que las palabras van más encaminadas a enumerar recuerdos sobre las veces que hemos caminado este tramo.
Disolvencia a...

Voy en el autobús nocturno, mirando las partes más feas de esta ciudad. Voy tarareando "Sweet Jane" y no me importa que la gente mire. Es mi película. Al final decidí editar el inicio en donde un tipo hablaba de Web Semántica y de Lou Reed. Quizá por esa machacona insistencia ahora tarareo Sweet Jane, pero eso ya no es importante.
Creo que ese miércoles soñé con los créditos.





martes, noviembre 04, 2008


Yes... we... we... can´t

Todo el mundo se apunta a las elecciones de los Estados Unidos de Norteamérica y el Flagelo di Dante no podía ser menos así que, haciendo gala de un complejo sistema de informaciones de última hora y directamente desde el Zócalo de Tlaxcala, nuestro querido corresponsal Iván Farías nos hace llegar esta bonita foto de un visionario que ya da por vencedor a Obama. La imagen demuestra lo global de estas elecciones. Lástima que en lo local, seguiremos igual de jodidos.


jueves, octubre 30, 2008

Requiem por un pañuelo

He dejado de pasar los días y ahora son los días los que me pasan por encima. Por suerte son cada vez más breves: duermo más y nos quitaron una hora.
A las cinco y media el día se asimila a mi ánimo y ya se queda así: todo oscuro, con la luz (artificial) necesaria para no irme (lanzarme) de bruces. Lo terrible es que esto no se atreve a convertirse en un agujero negro. Es sólo una bruma, un montón de moscas revoloteando sobre mi ánimo, un paseo con los zapatos llenos de caca.
Siempre he tenido unas depresiones muy mediocres, muy idiotas, muy adolescentes.
No queda bien ser un emo al borde de mi 32 cumpleaños.
No queda bien el puchero, el lamento quedito, el berrinche asomado.
Entre más me odio, menos ganas tengo de dejar de odiarme.
Y como siga así, el segundo acto no tendrá más que el mismo monólogo con distinta escenografía.
Me digo que no vale la pena... pero no me lo creo.
Hace mucho que no me creo nada.
Pero nada de nada ¿eh?

martes, octubre 21, 2008

Todo Humo

Todos los episodios que amo están impregnados de tabaco. Los mejores arrumacos de mi vida huelen a ropa ahumada. La gente que más quiero, fuma o ha fumado. El asma que me tiene jodida se alimenta sutilmente de tabaco. Todas las letras que tengo están hechas con cigarros: desde los “mi mamá me mima” (porque el mimo olía a mi mamá y porque sus dedos aromatizados me llevaban la manita); hasta las de ahora, estas mismas que escriben tabaco con tabaco.

Nunca me he enamorado de alguien que no fume; la ecuación resulta clara: entre más humo más amor (y si no, mírame ahora… si es que logras verme a través de la nube). Nunca he dicho algo realmente serio sin un cigarro en la mano. Nunca nada se ha mezclado más con las risas que una tos de fumador ni nada ha apretado tantos nudos en la garganta.

También es verdad que no recuerdo olor más triste que el del acondicionador y el tabaco al día siguiente de una historia fallida.

Fumando en serio, he pasado de los Delicados sin filtro como parte del disfraz de universitaria progre a los cómodos Camel de mi globalizada historia. Fumando en broma, empecé con Virginia Slims, cual señorita de mierda que fui.

El chirrido que asoma en mi garganta en las madrugadas frías insinúa que debo dejarlo. Jamás lo he intentado. No me da la gana despertarme un día odiando el olor de todo lo que me ha da dado vida.

domingo, octubre 19, 2008

Espejito, Espejito

Encontré La Respuesta a mis males en un espejo de Pueblo Seco. Tan obvia y tan idiota es la pobre, que bien podría servir como punto de lectura de un libro de autoayuda.
La cuestión es que ahí estaba y si no la reproduzco es por no hacerla crecer, por no hacerle pensar que sirve de algo, por no darle el estatus de remedio.
Ahí andaba nomás... en un baño con una iluminación decente y mosaicos bonitos. Todo lo que me es ajeno, me resulta mejor.
Me aferro al salvavidas de patito a mitad del Mar Muerto. Supongamos sin conceder que sí, que esa era La Respuesta.

sábado, octubre 11, 2008

Sabado, sabadete...

"Dios los hace y ellos se juntan", maldito sea el gregarismo, por eso estamos como estamos y detrás de nuestras fotos siempre sale el libro tirado, las copias subrayadas, el vaso medio vacío (medio lleno, dirás tú), la ventana empañada.
Ya sé que no crees en Dios. Yo tampoco, pero con menos afán.
Pero me gusta pensar que Dios nos va a castigar tragando papeles toda la eternidad. Usamos muchas servilletas a la hora de cenar porque compramos las vestiduras del sillón claritas, no por moda sino por economía, hay que ahorrar para las cervezas y para una buena cena. También te tragarás todas las hojas que no reciclas, todos los suplementos dominicales que apenas leemos, todas las impresiones que hacemos para tachar de nuevo.
Si quieres ser más pagano, te castigará un dios de los árboles y los bosques. Y tú dirás que más gastan las fábricas, los grandes señores, que más papel se gasta en las revistas de moda y en los libros de autoayuda. Sí, tienes razón, malditos imperialistas yankees, cenemos un hot dog.
Autoayúdate que yo me ayudaré. Quiero ser forever young, bailar a Los Pixies cada viernes, ir a un lugar aglomerado, moverme hasta la barra con soltura, volver en taxi por las noches, tener una resaca sabatina, dormir sin que tu madre me despierte para recordarme que mañana es domingo y volveremos a ser personas que se sientan a esperar otro irremisible lunes.

miércoles, octubre 08, 2008

No sé qué hacer conmigo...

Y antes hubiera ido corriendo a cortarme el pelo, a pintarlo de colores, a comprarme ropa nueva, a buscarme un cibernovio, a experimentar alguna droga inteligente o idiota, o a pelearme con el primero que pase. Sin embargo ya aprendí que las peluqueras pueden causarte mayor desasosiego, que el tinte me deja el pelo hecho una mierda, que no debo gastar en tonterías, que quiero serle fiel a mi marido, que más vale mota por conocida que mierda por conocer y que siempre acabo muy remordida cuando provoco peleas por puro placer.

Así que pensé que ya que por motivos laborales, personales, sociales, epidérmicos y depresivos estoy atada a mi lap top; sería bonito cambiarme de casa y mudarme de blog. Ya había acondicionado un nuevo espacio por el pluro placer de escribir en hojas nuevas a ver si así se me acicatea un poco la inspiración, pero como soy más ambiciosa decidí que no tengo que mudarme y puedo tener mi casa jodida de siempre y mi casita en el campo y por eso abrí un blog nuevo, porque no sé qué hacer y porque es gratis; porque quiero ver si me emociono y escribo o si me deprimo y escribo y si pienso luego escribo...

Yo qué sé. Tal vez después decida mudarme a mi nueva casita y dejar esta, con su decorado kitsch y sus toneladas de mierda... yo qué sé. Eso sí, fui muy original con el nombre:

http://flagelodidante.wordpress.com

Que viva la vida digital.

Nos vemos por aquí... o no. No sé qué hacer conmigo.

jueves, octubre 02, 2008

Nada

Tengo un vacío de letras, un pozo ciego, una bolsa de mago, nada por aquí nada por allá, nada qué escribir, menos que contar.
Ningún tema me parece importante, todos los temas me parecen importantes, me siento incapaz de escribir, capaz de no decir nada, de horadar el hueco hasta la última coma.
No es ni siquiera un silencio.
Es nomás un murmullo que está ahí, un run-run de puro no decir, de ver cómo transcurren estos días sin frío ni calor, tibios de mediocridad.
Por no escribir de nada, escribo de nada.

jueves, septiembre 25, 2008

Grandes figuras populares

Al volver de la fiesta pirotécnica del castillo de Montjuic, vi a Catalina la Grande en el metro. Llevaba aretes de fantasía y pantalón beige pero no perdió jamás su expresión de zarina.
Junto con nosotros bajó la Cenicienta. La culpa no fue del príncipe. La multitud la dejó sin su zapato azul. Una uña pintada ya asomaba por la tobimedia de alta compresión.

La vida ya no es lo que era.

Los años no perdonan.

Pero no le digo nada a mi Malinche. Lo Cortés me quita lo valiente.

martes, septiembre 16, 2008


¡CUMPLEAÑOS FELIIIIZ!


Vaya canción anodina, remedo soso del happy birthday, con que hoy festejo los cinco años de este blog (el blog es él y sus circunstancias)
Eran mejor las mañanitas aunque nunca supe porqué las cantaba el Rey David.

Da igual.

La cuestión es que cinco años cumple mi flagelo, cada vez más desgastado, más recurrente, más políticamente correcto, más modosito y más bien peinado pero igual de quejoso, lamentoso (y lamentable), voyeurista y crónico.



Si no trae regalo, no importa. Llévese su rebanadita porque si no la familia se queda tragando pastel dos semanas. Ah, y no se emocione ni se abalance, la carita feliz nomás es parte del decorado.

miércoles, septiembre 10, 2008

Tengo una tristeza tan pequeña e inútil que se ahoga en un vaso de agua.

jueves, septiembre 04, 2008

Crisálida moco

Cada vez que intento revertir el proceso de envejecimiento, renazco en un insecto diferente: cada vez más feo, cada vez más débil, cada vez más peludo.
La solución no está en la naturaleza. Está en la ciencia.
Cambio mis células por chips.
Androide reseteable antes que bicho recrisalidable.

domingo, agosto 31, 2008

Mamotretos infumables desde el otra vez Insomnio(disculpe usted la tortura)

Por más que intento hacer de esta vida un remedo de decencia y de normalidad, la noche insiste en tenerme de espectadora.
Todos los resortes del odiado colchón me expulsan. Voy al baño. No tengo ganas de mear pero ya que estoy aquí, me lavo las manos con el jabón que huele a señora sesentona de vestido floreado. Intento quitarme el olor jugando con el agua. Sale un chorro que me moja el camisón.
Antes de no dormir, terminé "Kafka en la Orilla" de Murakami y se me dibujó un signo de interrogación a quince centímetros de mi cabeza. El signo acabó por reventar a la nube y me llovió una imagen de etiquetas con la palabra Why? (sí, así tal cual, en inglés y creo que la impresión estaría hecha con un Arial 16) 4 x 5= 20 etiquetas blancas alineadas como aquellas para marcar los cuadernos. Cuando estaba en este absurdo de las etiquetas, pensé que ya estaba en la fase de vigilia en que las grandes pendejadas parecen ideas geniales. Supuse que vendrían dos o tres pensamientos absurdos y me dormiría.
Pues no.
Me dediqué a ponerle la etiqueta de "Why?" a los momentos más "Why?" de mi existencia.
Una vez agotadas las veinte etiquetas, me detuve en una escena etiquetada en la que, si los recuerdos hacen bizco había una cama, y si los ojos se separan había dos camas. Creo que eran dos y hacía calor. No sé. Diez años dan para destejer y tejer cuantas veces haga falta.
Cuando no puedo dormir siempre le hago un rewind a la vida.
Está muy spanglish este post... yo no sé a qué vienen estos insomnios bilingües.
Hazte para allá.
Me gustaría tener una cama para mí solita. Una cama que estuviera siempre fresca aunque yo dé más vueltas que el demonio de Tazmania. Una cama para dormir de noche.
Debería elegir una profesión nocturna pero entre las opciones sólo me seduce la de cantante de bar. Alguna vez quise ser poeta maldito (sí, maldito) pero ya está muy gastada esa categoría, casi tanto como la de aquellos que se creen Bukowski porque toman alcohol barato y escriben sobre putas. También quise ser Batman, pero los trajes ceñidos no me sientan bien y odio a los jovenes tipo Robin. Debe ser por eso que Kafka Tamura no acabó de caerme bien durante todo el libro. Jamás pude empatizar con él. No sé si el libro me gustó o no. Durante la lectura sí pero el resultado final no sé. Justo lo contrario que me pasó con 2046, que durante la película no sabía si me iba gustando pero cuando acabó me pareció genial, aunque no tanto como "Deseando amar"
Son extraños los orientales.
Quizá es que tengo horario oriental por ver películas orientales, leer libros orientales, comer sushi, tener un despertador comprado en el "Todo a cien" y vivir cerca del barrio chino. Ahora mismo en Tokyo son las doce del día. A las doce del día de aquí yo estaré con unas ojeras para incubar canguros.
Voy a intentar dormir. Se ha secado ya el camisón. Si no puedo, empezaré con Houllebecq.
Buenos días y buena suerte.

jueves, agosto 28, 2008

Humor rata

De pronto todo se ha puesto negro. No de la gama que tanto me gusta: negro terciopelo, negro noche, negro corazón o negro infierno.
No.
Todo se ha puesto de un negro rata con dientes pelones que me deja los recuerdos roídos y amarillos.
Yo tenía que escribir en su momento sobre un dumbo sin orejas, un chino con una maceta, una cubana de alambre y un don quijote con la espada rota. Entonces tenía sentido. Hoy aparecen todos juntos en la nota roja de un periódico meado. No me apetece hablar de ello ni del Chocolate Express descontinuado.
Yo tenía que escribir que eres mi vida y que te quiero mucho, pero lo cierto es que tu optimismo todo terreno me está amargando la existencia. ¿No podemos ver la mierda como mierda y no como estiercol florecedor? ¿No podemos simplemente asumir que el azar, el conformismo y el cansancio juegan un papel fundamental en nuestra vidita cotidiana? Mejor no entremos en detalles porque se me diluye el mapa entre las manos.
Yo tenía tinta suficiente para hacer de la felicidad un moño para decorar esta bomba de tiempo. Yo tenía historias que contar y un montón de gajos de mandarina. Pero hoy sólo tengo un horizonte negro rata, un pelaje de mujer malagradecida, una lengua que dice cada cosa, una cola más larga que mi insomnio y un mal humor tan espeso que se me queda cuajado entre las cejas.

martes, agosto 26, 2008

¡Maaadres!

Con amor, para mis amigos gais y mis amigos cristianos, esta joyita youtubera:

martes, agosto 19, 2008

Sueños del Olimpo

Estaba en pijama viendo las Olimpiadas como si tuviera veintitantos años menos. Estaba en pijama viendo el nado sincronizado como cuando memorizaba los pasos de las nadarinas para repetirlos en mi próximo chapuzón.
Por suerte en ese entonces no había cámaras acuáticas, y por eso no vi, en repetición cuadro por cuadro, como mientras yo juraba que mis piernas se movían rítimicamente, afuera más de uno pensaría "esta niña se está ahogando" o "esta pobre jamás será nadarina".
¿Y qué? yo sabía que era un juego, si me lo hubiera tomado más en serio me hubiera puesto una pinza de ropa en la nariz.
También veía a las gimnastas pero esas sí que no eran ni para jugar. De hecho, las veía poquito, no con envidia, porque ya me había documentado sobre las sórdidas historias de las gimnastas rumanas. Las veía poquito porque me parecían poquita cosa, tan flexibles, tan pequeñas, como pajaritos quebradizos.
Y veía, por supuesto la equitación. La veía pero no con ilusión sino con la certeza infantil de que estaría ahí, sí claro, montada en Don-Din, que no era un caballo imaginario o en Sahira, que era una yegua y no una bicicleta como las de las otras niñas. Si me lo hubiera tomado menos en serio no tendría todavía un par de cicatrices.
Y si no fuera por esas cicatrices (esta pequeñita, justo debajo del labio, la primera) y por los cientos de cuentos que leía juraría que esa niña que recuerdo no soy/era/fui yo. No me encajan en esta vida ni el caballo cepillado y el albardón oliendo a jabón de calabaza, ni las tardes trenzando crines, ni la nece(si)dad de ser grácil y éterea, ni mi pequeño pie mal colocado a medio estribo.
Si me cuadra, en cambio, la tele y la pijama porque ese es otro anclaje, de una vida más o menos miserable, de esta y obviamente no la del porte de aquellos desvaríos sincronizados que se ahogaron en Cuernavaca o de aquellas certezas equinas, que no eran otra cosa que un sueño prestado, que la prolongación de las frustraciones, que la vida que se quiere para otros.
Yo fui una niña que se subió a un caballo apaloosa y no se encontró jamás con su futuro. Suerte la suya y la de su corcel.

domingo, agosto 17, 2008

Finito...

Es domingo y por fin me he bajado del carrousel de postales.
Se acabó la road movie y empieza el melodrama de la resaca vacacional.
Hacer lavadoras para quitarle a la ropa el olor a mar y a pueblos lejanos. Polucionar los pulmones. Ordenar la vida, las cuentas, las lecturas, las rutinas. Eliminar un poco del festivo colesterol. Llenarme los oídos del eterno pleito de los vecinos... regresar sobre un pie, a pesar del desequilibrio.
Quizá caiga de cabeza a la olla de recuerdos o, si tengo suerte, probablemente encuentre una (esa) ventana para fugarme.

sábado, agosto 09, 2008

Las cronicas tendran que esperar...

Porque este teclado esta muy raro y no se como se ponen los acentos, pero sobre todo porque estoy en esta casita de cuento rodeada por un jardin con todo y enanos.

Mejor es no pensar en nada y alejarse pronto de esta maquina que no combina para nada con el bucolico paisaje.



Au revoir!

lunes, agosto 04, 2008

¡Vacaciones!

Creo que no me emocionaba tanto con las vacaciones desde que salí de sexto de primaria y fuimos a Disneyworld (y qué quieren... es un viaje obligado del clasemedierismo mexicano desilustrado).

Así que me voy, como toda la fauna ibérica, a buscar solaz esparcimiento entre las hordas de turistas.

Ya iré contando cositas para que este blog sirva de algo.

Au revoir!

lunes, julio 28, 2008

Desvaríos frente a una tesis inacabada

Son las seis menos cuarto, quise decir cuarto pa' las seis ¿o cómo era que yo decía cuando apelaba a los relojes que nunca he usado?
Da igual.
Son estas horas bestiales y ya se oye el autobús de los obreros. Me como una paleta helada de piña-coco que termina dándome un asco que transita de lo lácteo o lo ácido. Estos sabores combinados es lo que tienen: un vaivén bastante artificial para las papilas y una reminiscencia bastarda de VTP de cualquier hotel pinche de Acapulco.
Son muchos los mosquitos que han pasado por aquí. Me los mato sobre los lunares con un pulso preciso. Ya no se notan. Hace un calor de los mil demonios. Dicen que allá afuera es verano.
Soy la gárgola de una catedral vuelta chiquero. Libros académicos en torres irregulares amenazan con sepultar a los poemas de Li -Po. Un ejército cancerígeno de colillas han consumido ya todas las municiones inspiratorias.
Y como siempre, todo a última hora, porque me gustan los divagues largos, las emociones fuertes, porque en vez de rematar el último capítulo vengo aquí, a romper las promesas de no venir a mensajear hasta que no acabara la tesis.
Si siempre me he fallado a mí misma ¿esta vez porqué no?
Debe ser que estoy harta de citar a otros y que necesitaba colocar por lo menos dos palabras que no tuvieran que ver con la construcción teórica de no sé qué pendejadas o con la evidencia empírica llena de flacideces asomando por encima del corsé.

sábado, julio 05, 2008

Mucho trabajo, mucho sol allá afuera y aquí me acuna Toquinho las nostalgias

(Ya merito, ya merito llega agosto)

domingo, junio 15, 2008

Abrir un poco la llave...

Ahora que hubo tiempo -sólo un par de días para respirar, meter dos dedos en el hueco del estómago y darme cuenta de que sigo igual de deprimida- vine a decir que he soñado con palomas que me persiguen. Palomas bomba que estallaron llenándome la cara de sangre y plumas.

Ahora que hubo tiempo -porque mañana será el enésimo lunes de mi existencia y tendré que llenarme el buche de obligaciones- volví a sentir la injusticia de que nos narre un pasado como si de verdad hubiera existido, de que nos invente y nos caricaturice como si fueramos la conjetura de sus propias mentiras.

(En este párrafo iba una ironía menor... pero no hace faltar ser tan cruel)

El calendario dice "junio" pero se nos ha instalado un mayo permanente. Un mayo de clima incierto que obliga a seguir con calcetines. Mejor así, ahora cada día tengo miedo de que el calor venidero madure las tristezas y las haga rodar.

Ahora que hubo tiempo volví a tener miedo y por eso abrí un poco la llave y dejé fluir las letras tibias para lavarme las manos al más puro estilo Pilatos.

Y espero que después de este mayo siga un julio agobiante, lleno de entregas, fechas, informes, marcos teóricos y metodologías que en buena parte me han salvado de perder el tiempo renombrando a la tristeza.

No sé si esperanzarme en agosto y sus promesas: verano, Rumania, descanso, sosiego, tiempo para las letras y vuelta a la normalidad en ambos continentes.

No sé...

Cierro la llave otra vez, esperando que se nos renueve el agua y la próxima venga más fresquita.

domingo, mayo 18, 2008

Para los que acaban de irse

De pronto me doy cuenta de que vivo en un satélite lejano y mis certezas quedan estrelladas allá en la tierra. En mi tierra. Vivo en un satélite colgado por hilos invisibles, un satélite obligado a mirar a la tierra. Mi tierra. Y ahí abajo pasan cosas, yo lloro y mis lágrimas no ruedan sobre el mundo. Mi mundo. Y entonces descubro que mi mundo no es mi mundo ni mi tierra es ya más mi tierra y me quedo como un pájaro sin alpiste suspendido en una gran jaula.
No sé de qué sirve la comunicación satelital si al final no estamos nunca a tiempo para darnos un abrazo. Ni con todas las llamadas del mundo amortiguo el hueco de estos dos golpes… seguidos… uno atrás de otro.
Y me gustaría pensar que el universo es una cosa inmensa creada por un alguien que nos arropa, pero no creo en nada. Entonces está un mundo ahí abajo y yo soy un satélite que sólo toma imágenes a distancia. Imágenes precisas de un dolor del que soy partícipe aunque no salga en la foto.
Pienso que cuando baje a mi tierra, palparé los residuos de un lodo ya seco. Y aunque sepa que pasó una tempestad, lamentaré no poder estar ahí con mi paraguas roto.
Por lo pronto el satélite se registra sin novedad. Quizá en dos o tres días vaya a un bar y me pida un Bacardí con Coca- Cola. O tal vez mañana pase por la panadería a comprarme una mantecada. Pero no será lo mismo, será solamente un guiño para que sepan que no los olvido.

jueves, mayo 08, 2008

Stop


Proyectos de gente adulta y seria me impiden seguir papando posts.

Neurona mata endorfina.

Aunque no sé quién diablos soy para imponerme reglas, me prohibo venir a perder el tiempo por estos lares.

Esto no sé si es un adiós o una pausa.

Es sólo que ahora que soy una persona opaca destinada en cuerpo y alma a la investigación y a la reflexión académica se me ha colado a pie de página un terrible sentido de la responsabilidad.

Espero que no me salga muy cara la multa por dejar estacionados los sueños en un lugar prohibido.

lunes, mayo 05, 2008


Estructura de un puente

El cansancio se resbala por el sacacorchos. No, dije que sangría no, que era para gringas de chancla y calcetín (o francesas de escote pronunciado) pero una vez que cae el primer vaso, se redime a sí misma por obra y gracia de Lou Reed: Just a perfect day, drink sangria in the park, and then later, when it gets dark, we go home..
Y tuvimos de todo: parque con sombra, risas con vista al mar, terrazas con calamares y sobremesas casi eternas.
Estuvo bien. Tendimos el puente de buena manera dejando en el otro extremo las obligaciones.
Incluso volvimos al mismo punto de partida con despedida a cargo de exótico personaje de deshilvanado discurso y salpicado traje blanco.
Y hoy el epílogo es un lunes que repta de mala manera por mi conciencia y me regala una alergia primaveral como penitencia por todos los excesos cometidos.

¿Y cómo estarán ustedes?
¿París es menos luminoso que nunca?

martes, abril 29, 2008

Decálogo para una amiga a la que hace años que no veo

1. No me digas que estoy más gorda que nunca (la obviedad es insultante).

2. No me preguntes por X. No sé nada de él y cada vez que me lo mencionan me entra una compulsión frenética por saber qué es de su mísera (que así me apetece imaginarla) existencia.

3. Prohibido hacer recuento frente a mi actual marido de todos los "ex algo" que me conociste. No sabes lo bonito que es vivir empezando de cero.

4. No compares mi modesto apartamento con mi casita con vistas a la montaña porque me da claustrofobia y no sé cómo salir de mí misma.

5. Come, bebe y fuma que estás de vacaciones. Hay que ser fiel a las tradiciones: No nos gustan las personas sanas.

6. Prohibido hacer tus típicas preguntas del tipo "¿Eres feliz?" Esas abstracciones sólo sirven para escribir guiones para películas o series de TV.

7. Recuerda que la vida no es ni una película ni una serie de TV. Mucho menos una telenovela.

8. Es obligatorio dejar que te apachurre las tetas por lo menos una vez (al día, claro).

9. Queda invalidada toda mención que aluda a que todo tiempo pasado fue mejor porque me obligarías a traer los trapitos sucios de aquellos entonces.

10. La sesión de intercambio sobre saberes ajenos es obligatoria. La ida y venida de información con su respectiva agregación y disección nos convencerá de que somos las más guapas, las más inteligentes y las más afortunadas.

domingo, abril 27, 2008

¿A que se parecen?


A los frijoles de casa de mi abuela.
Lástima que no me queden ni la mitad de güenos.
Debe ser que se me pasa la mano de nostalgia.

jueves, abril 24, 2008

Sant Jordi

Cuenta la leyenda que Sant Jordi mató a un dragón para rescatar a una princesa.


Sant Jordi es el patrón de Catalunya y por eso se celebra esta fecha regalando libros a los chicos y flores a las chicas. Para revertir la tradición, ahora ha de regalarse a las mujeres flor y libro y, por lo general a los hombres, un libro. El problema es que como cae casi a fin de mes, pues mi actual marido se quedó sin regalo por falta de presupuesto. Las Ramblas se atascan peor que nunca y más si coincide con un FCB - Manchester United. Las calles se llenan de libros y flores y algunas personas ingenuas creen que las rosas de invernadero huelen a algo.


También muchos partidos políticos y asociaciones aprovechan para vender el Capital de Marx en versión reciclada. Hay veces que te emocionas porque te piden una firma y piensas ¡ah qué caray, estos ya me reconocieron! pero nel. Seguramente es una ONG que te pide que firmes contra los trangénicos, las lapidaciones, los derechos de los ciegos, de los sordomudos, de las ballenas, etc. Buen rollito. El partido político de la derecha (PP) no puso su stand, seguro le dio miedo que se lo reventaran a huevazos. La izquierda variopinta sí puso los suyos.


Que se llene de libros no quiere decir que se llene de buenos libros y como es tradición que vayan los autores a firmar, pues tampoco quiere decir que se llene de buenos autores, pero así como el PP no puso su stand por miedo, hay gente a la que no le da miedo salir a firmar libros aunque escriban pendejadas como Bucay. Para entonces yo ya sabía que libro quería entre las pocas opciones que vi a mi paso. Así que directamente le dije a mi consorte: "Muy bien, ya tengo mi flor, ahora quiero mi libro o te denuncio por discriminación sexista" y mi actual marido dijo que le parecía muy bien, pero que qué libro quería, entonces le dije que el de "Chiquita" de Antonio Orlando Rodríguez.



Y me dijo "órale pues, te lo compro". Bueno, no me dijo órale pues, más bien me dijo "vale, mi amor, mi vida, lo que tú quieras" y yo le dije que pues sí que muchas gracias pero que no lo compraríamos ahí, en la librería que llevó al autor porque era una trasnacional de mierda que aplastaba a las pequeñas librerías (las ONG de la rambla hicieron bien su trabajo y me concienciaron sobre el cambio climático y las multinacionales) y que además no era yo precisamente una cultora de la mitomanía del rito de que el autor te firme el libro. Además, era una mezcla de escritores que daban pena porque había algunos -y buenos- a los quenadie se les acercaba y en cambio, a figurillas faranduleras les rendían pleitesía las colas kilométricas de fans enardecidas. Tal fue el caso de Buenafuente, Risto Mejide y el señor Fitipaldi sin sus Fitos.



Total que le dije a mi caballero medieval que mejor nos fueramos a Santako a echar unas chelas y ahí me compraba el libro, así que volvimos a una Santako mucho más catalana que el centro de Barcelona (pa' que luego digan que aquí puro #&#"/$&"$/ migrante que no se adapta)



Y pus ya me compró mi libro, mis chelas y después de tanta faramalla mediática y derroche romántico y cultural con Sant Jordi, uno se pregunta:

jueves, abril 17, 2008

Para una vez que doy a luz, todos son sombras.

Menos mal que todavía cantan las sirenas.

martes, abril 15, 2008


Día de furia
A la entrada del metro hay una mujer china que vende peluches musicales. Tiene uno de un gato que me irrita. Hay días que pienso en pisarlo pero no me atrevo. No por el gato, sino por la mujer que debe tener la espalda destrozada de tanto recoger al gato caminante que tanto odio.
El gato es mi medidor de mal humor.
Hoy lo odié mucho, ergo, mi humor está fatal.
Subo al metro y mujer simpática y sonriente me dice "buenos días"
Perspicacia que me pone alerta, que me deja quieta esperando que me pida algo.
No me pide nada. Me trae algo: "La buena nueva"
-¿Has hablado alguna vez con un testigo de Jehová?
-Sí y no me interesa para nada.
Aplico mi mirada #19 (la de "muérete pero poquito"). La mujer coge su Biblia y la subraya con marcador rosa. Saco mi Ipod y me meto los audífonos en las orejas hasta hacerme daño.
Llego a mi trabajo y todo lo que hice ayer, valió madres. La cagué en una nimiedad y órale, otra vez desde el principio.
Todo eso sin contar que muero de frío,nunca le atino al clima y (guiño Yuriesco) pasa ligera la maldita primavera, pasa ligera me hace daño sólo a mí.
Y falta taaaanto para que el día termine... que mejor vengo a postear, pues como siga mi furia asesina en combinación con mi suerte perra es posible que al final del día esté muy cansada o refundida en la cárcel.

martes, abril 08, 2008

Manzanas con Miguelito

Me como una manzana verde con Miguelito a la ridícula sombra de un árbol pelón.
El Corte Inglés ha dicho que ya es primavera.
Mi abrigo me ha suplicado que lo tire de cabeza a la lavadora.
Me autodiagnostico astenia primaveral mientras con mandíbula floja muerdo la fruta.
De mi reflexión estacional me sacude un desprecio hacia Miguelito:
"Jo -dice la pendejita de jeans pegados y falso rubio- le está poniendo pimentón"
Aquí no como manzanas con Miguelito.
Como manzanas con Pimentón y no sé si eso es excéntrico, es idiota o es simplemente asqueroso.
Seguramente muchos pensarán que Miguelito es mi amigo imaginario.
Me canso de dar explicaciones y entonces diré que sí:
Miguelito es mi amigo con quien comparto manzanas. Tiene corazón de chamoy y dicen que tiene plomo.

martes, marzo 25, 2008

In Memoriam


Para mis hermanas por cuidarla tanto, para mi mamá por hacer de tripas el corazón más grande que conozco y para la Jilari por hacerlas sonreír, rabiar y demostrar tanta ternura.




Era un cuaderno peludo. El testigo ladrador de mis ires y venires, mis amores y mis desamores, y mis arraigos y desarraigos.

Fue un regalo de consolación, un trueque cariñoso, una cachorra feíta y rara, unas orejitas que se movían por el jardín mientras yo buscaba respuestas al ritmo de sus ladridos. Me fui a buscarlas demasiado lejos y la dejé ahí, donde yo quería estar y no podía. La dejé sin biberón, sin canasta y sin nota. No era un abandono en toda regla, era un buen trato en lo que transcurría cierto tiempo y yo veía si era capaz de cuidarme a mí misma. No lo logré nunca y al final pasó lo que pasa con todo lo que quiero: se alejan o me alejo.

Cierro los ojos y la pienso fingiendo embarazos, haciendo de madre de la chica Superpoderosa verde (alguna vez también "parió" un tribilín) y jugando a amamantarlos hasta que lo logró de tanto desearlo. Sinceramente prefiero imaginarla con el hocico lleno de tierra después de enterrar los chocolates que mi mamá iba a regalar en navidad, o los trozos de pollo robados de la cocina u otros manjares insospechados de los que no hablaremos (ejem, ejem) pues forman parte de un pacto fraternal que no voy a romper.

Le puse Hidra para darle seriedad a sus circunstancias bastardas. Le puse así por herencias inexplicables y cariños retorcidos, porque en ese entonces yo tenía el carácter más fuerte y la necesidad de un protector del calibre de una hidra y no de un Rintitín. El tiempo le dio elegancia y su nombre fue adaptándose a unas dueñas menos anormales: fue la Hidris, la Jili, la Hillary... entre otros rebautizos menos afortunados ymás bizarros.

Y aunque era una guerrera, tenía que irse y mejor que se fuera así: con el rabito arriba y los dientes asomando, con su cabecita buscando la mano que la acariciara y con su hocico tendido en las piernas mientras le dejabas caer un trocito de tu comida. No estuvo solita en su muerte. Estuvo con ella esa niña valiente que le planta cara a todo y que ahora sufre por no tenerla un día más sufriendo.

Yo le debo a esa perra un montón de cosas pero como soy mala pagadora, egoísta, hedonista y no sé jugar a favor de mis afectos, lo único que me queda es ofrecerle la sombra de mi ficus para que descansen sus cenizas. Le acompañan todos sus tesoros escondidos y muchísimo cariño.

Lo mejor que hice por ella fue dejarla en mi casa de verdad junto a las personas que más quiero.

jueves, marzo 20, 2008

Y mientras decido si quiero decidir algo, los dejo con una bonita cortinilla musical digna del revolcón neuronal que hoy me aqueja.
No se pierdan a Mr. Spock cantándole a Bilbo Baggins.

domingo, marzo 16, 2008

Monóalgos de humo I

Esta semana estuve un poco sorda. La anterior también. Yo creo que por eso me caló hondo el gesto del señor teatrero que me miró y movió entre interrogaciones el brazo así: con la mano avanzando sobre la mesa. Quizá con los oídos más prestos hubiera soslayado la mímica o pensado que le estaba pidiendo la cuenta al mesero. Pero he aquí, que no había escapatoria y con los hombros encogidos y mi cara de quien no hizo la tarea dije muy bajito “no” incluso lo dije en un tono más bajo que el que usé cuando dije “sí” en mi boda (lo dije muy bajito y con voz de rata y queda prohibido hacer interpretaciones al respecto).
¿Qué estaba yo diciendo?
Ah… sí, que esta semana estuve un poco sorda y no oía la megafonía del tren y también pensé que mi teléfono no tenía cobertura. Me jode que me pregunten por señas que qué estoy escribiendo (así, con este gerundio de simultaneidad, de habitualidad, de anterioridad) cuando no estoy “escribiendo” nada. Por eso ni me levanté de la silla, porque tengo pretextos pero todos tan inútiles como mi mano derecha. Soy zurda y estuve un poco sorda.
La cuestión es que me di cuenta de lo importante que es el sentido del oído porque tuve que estar bien atenta para ver el panel del tren que no alcanzo a leer desde las escaleras, cambiar el teléfono de oído y sin poder fingir que no veo a la gente.
Resulta que soy zurda y sorda. Y que cuando voy al tren no alcanzo a leer las letras. No sé dónde dejé mis lentes (tampoco sé dónde dejé mi anillo de bodas y queda prohibido hacer interpretaciones al respecto)
¿Qué estaba yo diciendo?
Ah, sí, que estoy un poco ciega y que perdí mis lentes. Deben andar por ahí en alguna bolsa. No es que no vea nada ni que los necesite como a un lazarillo, pero de pronto ya me duele la cabeza y no leo algunos letreros públicos. Soy zurda, sorda y miope. Pero lo que más me jode es que no estoy “escribiendo” nada. Nada desto. De lotro sí. Pero el señor no me preguntaba por escritos delotro sino por escritos desto. Pinche viejo bohemio. Ni me paré de la silla. Toda la tarde me quedé royendo que no estoy escribiendo desto aunque algunas veces lo necesito. Y me puse a deshojar mis gerundios, mientras ellos hablaban de Hendrix y del mítico concierto de Deep Purple.
¿Dónde habré dejado el anillo, carajo?

viernes, marzo 07, 2008

Despierto con angustia en un viernes cualquiera. Y bajo la regadera se me ocurre cantar muy bajito "la gota de rocío" y se me redobla la angustia con la canción pegada entre mis cejas como un post it.
Voy al tren. Media hora de retraso. Y en la cabeza la puta gotita inquisidora me sigue taladrando
"oh gota de rocío... no dejes de caer"
Dejé de cantar hace tiempo. La proximidad con los vecinos me aterra. Me da pavor mi voz mezclada entre los gritos de la anciana de arriba.
Pero tantas gotas de rocío han hecho un charco de recuerdos. Ya no tengo voz, ni guitarra, ni nadie con quien cantar a dos voces la gota de rocío.
Se me ahoga la ansiedad en mi garganta muda.

sábado, marzo 01, 2008

Libretita tapas negras


Me voy a comprar una libretita Moleskine para inventarme en ella los secretos que ya no tengo.

La asquerosa promiscuidad amorosa de "lo tuyo es mío y lo mío es tuyo" tiene a mi privacidad en estado vegetativo, enchufada a un blog que ni es vida ni es es nada.

Y después de no morir escribiré con un plumón negro de punto fino las cosas que no existen, que no quiero que nadie mire, que empiezan en verdades y terminan en mentiras, que fueron performances de mi extremado lirismo, que nacieron drama y murieron comedia... y entonces me sentaré por ahí en un banco que no tenga Wi-Fi y en donde me ampare un árbol que se ría de mí cuando me levante con las hojas en blanco y la conciencia tranquila.

miércoles, febrero 27, 2008

Hooola Sevilla
Adioós Sevilla
(Variaciones lorquianas al vueling)


Ayer estuve unas horitas en Sevilla.

Ay amor, que se fue por el aire en aerolínea de bajo coste.
Ay amor, que se fue y no vino otro día sino el mismo.

Vi el Guadalquivir, el barrio de Triana de lejos, la Giralda desde abajo y el Alcázar por un lado. Todo en quince minutos y a paso veloz (a mí me gusta pasear a ritmo de excursión de jubilados).
Pero es que no iba a eso... no iba a turistear.
Iba a ponerle ladrillos a esa entelequia que solemos llamar futuro.
Parece que quedaron bien puestos y que el cemento afiance dependerá de mí.
Espero hacerlo bien y que no queden pegados con un gargajo.

Espero volver a Sevilla a caminarla despacio entre naranjos y olivos y entre tapitas y cañas.

miércoles, febrero 20, 2008

HOAAAA

La gente va en el metro con cara de todos los días pero de entre la muchedumbre emerjo yo: el teletubbie bizarro, el favorito de niños mestizos, criaturas nativas y bomboncitos negros.

Ayer fui un paréntesis en el llanto de un niño hindú. Me saludaba con su manita y su mamá sonreía satisfecha por mi eficiente labor de dibujo animado. Cuando me bajé en Fabra i Puig el niño volvió a llorar como si le apagaran la tele a mitad del show.

Dejad que los niños se acerquen a mí, soy el flautista de Hammelin del nuevo siglo, de los barrios proletarios y los niños con juguetes tóxicos. Los niños bailan conmigo, me eligen entre las multitudes, me dan sus trozos de pan con baba y yo siempre digo "ahora no les voy a hacer ni puto caso" pero al final les prodigo una sonrisa y un destello "Candy Candy" de mi diente chueco les ilumina el día.

¿Por qué no me ven con un deseo semejante esos chicos con rastas de la Universidad? ¿Por qué no soy la chica sensación que ilumina las desgraciadas vidas de los adolescentes sobrehormonados?

Porque soy un teletubbie. Un teletubbie pacheco con los forros mal cosidos. Un teletubbie con el contorno por un lado y el color por otro. Un teletubbie hecho por un chino borracho.

A los niños les da igual que sea de imitación. Sobre todo a los niños a los que sí me prodigo con verdadero afecto: A los niños feos, a los inmigrantes, a los desposeídos, a los que llevan la carreola con las ruedas chuecas, a los que no saldrían en un comercial de pañales desechables.
A los rubitos de anuncio los ignoro o les saco la lengua.
Soy el teletubbie justiciero.

jueves, febrero 14, 2008

Palabritas que se extrañan

Hay palabritas bien chidas y redonditas que se echan de menos. Una de esas palabras que me encantan es "chimuelo". Chimuelo describe a la perfección el hecho de que falten dientes.
Chimuelo es una palabra de uso común. De niña era orgullosa chimuela cuando mudaba dientes aunque la sonoridad también da para la nota roja porque en toda banda de cacos que se precie existe "el ahora occiso, Nicasio Godínez, alias el chimuelo".
Aquí se les dice "mellados". Mellado está un peine, un sacacorchos, mellada está la voluntad, pero por favor: un chimuelo es un chimuelo.
Es más bonita la palabra chimuelo, o incluso otra que se usa también por allá: molacho.
Molacho o chimuelo me dan mucho más la sensación de falta de diente, de ventanita bucal, de sonrisota desinhibida y encuerada.
Debe ser que aquí la cantidad de gente con la dentadura bien jodida es mayor y por eso dicen con la boca chiquita "mellado" como que no quiera la cosa, como para que no se perciba.
El chimuelo da pa' la risa, pa'l albur y pa' uno de los piropos que más me han proferido (vaya usté a saber porqué):
"Tanta carne y yo tan chimueloooo"

jueves, febrero 07, 2008

Ritos de paso

Y si las cosas no se acaban hasta que se acaban ¿por qué requiero forzadamente hacer pausas visibles, marcar calendarios y renovar mis hojitas marrones?
No lo sé.
Necesité algunas cuantas -muchas o no tantas, nunca suficientes- cervezas para celebrarnos el fin de clases. No quiero pensar en que ahora sí tengo que pensar. A veces creo que lo mío es puro obreraje intelectual sin andamio alguno y que acabaré estrellada como una sandía en el infinito popperiano (sí, me pasé de lanza... estoy creuda ¿vale?).
Cuestión: El lugar común de los ciclos por más que reniegue de Buda. La oficina árida e impersonal. Mi jefa, por suerte, ausente y mis ojos viendo con deseo toda el agua de los mapas fluviales.
Pero lo necesitaba. Necesitaba jugar a la generación escolar, a la salida del colegio, a la toga y el birrete, a todas esas cosas que no hacemos los antropólogos ni hicimos los sociólogos.
Inclusive en mi ritual de paso no faltó el "amigaaaaa, te voy a extrañaaaaar" y el clásico de clásicos: "¿por qué justo ahora que nos vamos descubro que eres tan chiiiidoooo?"
Bah.
Boberías de borrachos buscándose un paréntesis antes de enfrentarse a lo que viene. Lo que viene, para mí, es hacer acopio de disciplina, sacar orden del desorden que me acompaña y domar al caos para poder hacer mi investigación con un poquito de cordura (cordura, con "c").
Por lo pronto ya tengo un viajecito académico programado (espero que al menos me inviten un par de tapas) y me regodeo en la melancolía que me empiezan a transmitir mis sujetos de estudio.

lunes, febrero 04, 2008


Felipiando nomá...

Yo no debería estar escribiendo esto pero resulta que no sé empezar por los principios y no encuentro cómo atacar en las costillas. Y no debería estar aquí moviendo los dedos dejando las huellas de la abulia en el teclado.
Debería pensar que la vida es cosa seria. Que si fui sobrina del tío Gamboín, quisiera ser alguien, quisiera triunfar... pero creo que más bien soy hija de la desidia y ahijada de la vagancia.
El otro día un señor en el metro buscaba un cable y medicina para la garganta. El cable se le quemó a su guitarra y la garganta se la dejó en el último concierto. Eso lo dijo con la cara repleta de tics y una voz con sequía de whisky DYC. Yo hace años que no me dejo la piel en algo, ni la garganta, ni siquiera un cable. Eso sí: lo mismo le meto a whisky que a las chelas y luego estoy llorando por los rincones. Lo único que dejo son uñas mordidas cuando el agua me empieza a llegar al cuello. Zup-zup: escupo las uñas.
Yo no debería estar aquí sino intentando cuadrar un proyecto que me garantice la vida un rato más. Lo que más odio de mí, es que mi mediocridad siempre se diluye en mi genialidad y entonces siempre salgo a flote aunque con el interior corroído por la culpa. Suspongo que si de verdad algún día me esforzara hasta sacarle chispas a un cable, dejarme media tráquea o quemarme las pestañas con algo más que con el bóiler; haría alguna cosa grande, grande de verdad... Cambiar al mundo, sí, ¡aaaaah!

viernes, febrero 01, 2008

Los hoyos de la memoria

Cuando tenía seis años me llevaron de vacaciones a un pueblo de Durango a casa de unos tíos. No recuerdo si fueron muchos días o pocos, pero sí recuerdo con claridad que tenían una tienda de abarrotes, una mueblería y una tienda de ropa. A mí lo que más me gustaba era la tienda de abarrotes con un enorme mostrador de madera al que llegaba subida en un banquito. La tienda tenía un olor muy especial que sólo encontré años después en una tienda de un pueblito de Tlaxcala. Debe ser la mezcla de madera, velas, aguardiente y granos.
La casa de mis tíos tenía un patio grande al centro y las habitaciones lo rodeaban. Yo dormía con mi prima Teresa que me decía muchas mentiras y que tenía toda la colección de revistas de Parchís bajo la cama. También tenía dos fotonovelas pero esas no las podía sacar del cuarto so pena de algo... no sé ahora de qué.
De la mueblería recuerdo los cuadros que eran como reproducciones de niños tipo Oliver Twist al óleo. Ahora pienso que los muebles eran horrendos, pero a los seis años no hay mejor regalo que jugar a la casita en una tienda de verdad y con muebles de verdad y que nadie te diga nada porque eres la más bonita. La más consentida. La favorita del mundo.
Mi maleta volvió surtida de ropa nueva. Tampoco sé ahora cuánto, cómo y cuáles pero había un vestido con algo lila.
Pero lo mejor, lo mejor, era la tienda con el mostrador de madera y un costal enorme de galletas de animalitos. También había un contenedor de vidrio con caramelos rojos y unos dulces de tamarindo. Cada día pasaba un señor vendiendo membrillos con chile. Yo nunca había comido membrillo y me gustó.
En la habitación de mi prima Tere había unas regaderas sin cortina y a mí me daba pena bañarme. El suelo era rojo y estaba cubierto de talco y Teresa dibujaba caras de mujeres con el dedo.
Viajé en avión hasta la capital y después alguien pasó por nosotros. Recuerdo que fue en avión porque mi primo Manolo tiró el desayuno en el pasillo y la azafata lo regañó. No sé cómo volví.
Ayer que no podía dormir, me vino este recuerdo y traté de recordar la mayor cantidad de cosas posibles sin inventarme nada. Creo que después de 25 años es bastante lo que vino a mi mente (me dejé algunas cosas en el tintero, pero las dejé a propósito). El problema es que no podía dormir intentando recordar neciamente una contraseña que puse hace relativamente poco y que me impide el acceso a unos documentos.
Creo que me voy haciendo mayor... Dentro de poco escribiré en este blog y si cae algún comentario, será del tipo: "abuelaaaaa, eso ya me lo contasteeeee"

domingo, enero 27, 2008

Domingueada

Es tan fácil acostumbrarse a confiar de nuevo en alguien sin que asome la incertidumbre por ninguna cortina, que de pronto se me olvida que yo era otra persona que estuvo a punto venir pero no encontró jamás el billete en los bolsillos.

jueves, enero 24, 2008

I say a little pray foy you

Ya hice todo lo racional, sesudo e intelectual... no me queda más, así que:

Récenle a su santito, préndanme una velita, échenme la güena vibra, contacten con su nahual, pídanle a la luna, oren a Yemayá, invoquen a Alá, conjunten con los astros, depositen su óbolo...



¡Que se me haga por favorcito!
¡Que se me cumpla!

(No digo qué porque se me ceba)

lunes, enero 21, 2008

¿Mamá nací de un capullo?

Es medianamente normal que una gordis simpaticona como yo vea Bridget Jones y se sienta "identificada". O que justo por ser una gordis simpaticona mi ídola sea Beatrix Kiddo y una legítima aspiración de mi vida sea enfundarme en un traje amarillo sin que parezca una butifarra de huevo.
Pero resulta que desde ayer no se me quita de la cabeza la idea de que nací de una vaina y soy un cuerpo del espacio exterior. Un ultracuerpo en toda regla.
Debió ser la demencial combinación de fideos comprados en el Chainataun y comidos con palillos de bambú más Invasion of the body snatchers pero hoy nadie me quita de la cabeza que soy un extraterrestre.
La gente no me mira raro, señal de que voy perfeccionando mi técnica y nos vamos multiplicando.
Pronto todos seremos extraterrestres comunistas y el mundo será una gran película serie B.
Por cierto, la película no es musical aunque en el póster lo parezca y aunque sería re bonito: los marcianos llegamos ya, y llegamos bailando el chachachá.

viernes, enero 18, 2008

Ventanitas
Mientras escribo esto, un señor limpia los vidrios de mi oficina.
"Si no llueve hoy quedarán bonicos, bonicos"
Le digo que hoy no va a llover. Yo no quiero que hoy llueva sobre los vidrios que afanosamente limpia el señor enfundado en su mono azul.
Las ventanas son pequeñas y no hay mucho que ver. Son como ojos con sueño y apenas me dejan adivinar un poco de edificios, unos árboles desperdigados y en primer plano, como no, una grúa de construcción.
Casi nunca miro por ellas porque las persianas están bajadas. Las ratitas de biblioteca no hacemos fotosíntesis y nos alumbramos con halógenos alargados y elegantes.
El señor que limpia las ventanas me cuenta cosas en voz alta. Se nota que no es rata bibliotecaria y no se le da el idioma del susurro.
Ahora que por fin los vidrios están limpios, se han bajado de nuevo las persianas.
El señor se ha ido y no le pude dar las gracias porque una ratita susurrante llegó a pedirme los orto, foto, geo y topo. Abreviaturas casi silenciosas de lugares que quizá no pisaremos jamás.
Quería darle las gracias por limpiarme el poco agraciado paisaje. Es un ironía que en los armarios se guarda todo el mundo y para mí sólo tengo una rendija agrisada.
¿A quién quiero engañar?
Seguramente hoy llueve.

lunes, enero 07, 2008

Y ahora sí, se acabó la vacación.

Mi rey vago se portó chido y me trajo dos discos y el libro de "El África fantasmal" de Michel Leiris.

Ahí va una rolita de uno de los discos. Transmitiendo desde el Averno:
Muchachito Bombo Infierno

miércoles, enero 02, 2008


Yaaaaaaaaaa

Basta de tantas lamentaciones.
Pare de sufrir.

Viva el 2008.
Me inscribiré al club de los optimistas.