lunes, noviembre 29, 2004

Frases llenas de razón que bordaré con esmero en la servilleta de las tortillas

No quiero un novio, uo-oh-oh-oh...
Nada de amor, uo-oh-oh-oh...
Las Ultrasónicas.

Me parece que el Dalai Lama es un poco más digno que el Papa. Por lo menos no babea y no tiene su Dalaimóvil.
Jorge.

La única manera de ser feliz, es que te guste sufrir.
Woody Allen.

A la gente como nosotros nos resulta imposible vivir en pareja. No se puede. Tú ya tienes asumido que es algo que jamás podrás hacer ¿no?
Jorge, again.

sábado, noviembre 27, 2004

¿Cuáles campanas?

Carretera, pequeño Chernobyl que unos hombres van limpiando con trajes de planta nuclear de Springfield. El tráfico apenas fluye en un solo sentido, un solo carril, un monótono rrrrrrrr del cuesta arriba a menos de diezporhora. Diez CD's para escoger. Love me two times y no entiendo porqué tan pocas. Raiders on the storm y recuerdo una lluvia de agua de limón artificial sobre piedras, madera y un buda que juré elefante hasta que enfoqué la vista. De este caos carretero sólo me salva la sonrisa que traigo desde ayer. I'm a passenger and I ride and I ride y canto lalalalaalalá shalala shalalá y me río, Río Frío con un calor endemoniado y yo con el aire bajito bajito para que no se acabe la gasolina; por favor diosito whatever, buda que ayer te reías de mí o conmigo, que no se me acabe la gasolina. Maracatú atómico rima con este solazo a rajatabla y mi ánimo que todavía no decae y ya en plan playero singsongueo con Marley mientras la señora del Scort rojo me mira tratando de adivinar qué tan rojos son los ojos de quien a la mitad del caos se atreve a gritar There's a natural mystic blowing in the air. Comiendo mofle de ADO entono con Lila Downs aquello de Tengo miedo de quererte, pero ahí ni miedo ni nada, simple afinación musicovocal que no perfora mis entrañas. Lo que las tiene perforadas es el hambre y aunque no se ve ni pa' cuando saldremos de esta caravana absurda yo tiendo un puente entre el ayer y el al rato que siga prlongado el ayer.

jueves, noviembre 25, 2004

Jazzí está la cosa...

Round about midnight (En la versión de Dizzy Gillespie, esa es la que suena en mi cabeza)
Round about my head.
Jazzí están las cosas ahora.
¿Jazzí seguirán?
Si todo fuera como ese piano, mi estimado Thelonius.
Si todo fuera tan simple...



domingo, noviembre 21, 2004

Juanito y las supuestas habichuelas mágicas sin conceder

Supongamos que un día cualquiera, subiste a mi casa y me entregaste un frijol.
Supongamos que yo olvidé el frijol en un lugar impreciso entre la cocina y el sillón.
Supongamos que después sembraste una enredadera de frases como "Somos afines" "Sigo pensando en el rollo" "Te descubrí diferente antes de irme"
Supongamos que entonces busqué el frijol y desde mi colina lo eché a rodar cuesta abajo.
Supongamos que se formó una avalancha.
Supongamos que la avalancha sepultó a mi clon, al único clon con esperanzas.
Supongamos que soy una ogra con abogado y te demando bajo el argumento de efecto mariposa, defraudación de corazones, falseamiento de declaraciones y autor intelectual de mentiras siniestras.
Supongamos sin conceder que gano la demanda y te encarcelo en mi castillo.
Y supongamos que entonces ahora sí te pongo a fuego lento y huelo a carne humana y de tus huesos se desprende el último cachito de verdad: me quisiste, sí, un poquito, tres minutos y ya.

viernes, noviembre 19, 2004

Cine Mociones, presenta: Érase que se era, un cuento a tu medida.

Estás castigado. Ahora gira la cabeza hacia la pared hasta que yo concluya mi teatro de sombras. No te aburrirás, mis manos se deslizan: hacen y deshacen formas. Tú no puedes voltear, estás cas-ti-ga-do. Además no querrás ver cómo te rompo el hechizo y como te rompo la madre cuando intuyes una historia mientras miras otra. Sólo observa lo que te cuenta la pared. Las figuras te hablarán de lo que quisieras que ocurra... y sucederá, lo estoy haciendo por tí. Santa Mártir de todos los porros que no te has fumado. Cero efectos especiales pero de que brillo, brillo con o sin luz negra. Lo sé y lo sabes. Milagrito barato de rutina, por mí ya no lo hago, ¿Tú crees que no me duelen las falanges de tanto convertirlas en cisnes y aves?
Producciones de bajo presupuesto, amores de bajo perfil. No hay marcha atrás, sólo paredes sin ventanas.
Lo de "sin ventanas" estaba pensado desde que se construyó la escenografía. Es para que no se fugue el poco sueño que te construyo. Disfrútalo y punto. Quizá la próxima semana haya permanencia voluntaria o quizá ya se me haya fugado, de una vez y para siempre, la buena voluntad.
La lista de créditos crece con los extras que se incorporan a mi inventario de ocios:
(Y
con suerte
acabe
enredada
en los cables
del
tramoyista
en turno
Agradecemos a las autoridades
de nuestras bonitas ciudades
las lindas vacaciones
intercontinentales
que nos hicimos pasar
Gracias Gaudí
por el perfecto escenario
y gracias al paki
y a sus rosas)
Technicolor en desteñido, laboratorios recuerdo.
THE END.

martes, noviembre 16, 2004

Se avecina el nomadismo

Ahora que he de huir, vengo a poner aquí este cuento viejo y manoseado. Publicado en revistas locales, virtuales y fatales, ya es hora de ponerlo en este blog; sobre todo ahora que no tengo tiempo para mascotas. Por cierto, regalo un gato blanco y bizco y también una colección de revistas Muy Interesante de 1987.
Ahí les va el cuento, expriman lo que le queda de carne fresca.

Recuerdo de un circo
Recuerdo cuando me gané un avestruz en un concurso organizado por un circo bosquimano itinerante. Millones de seres se daban cita en ese lugar, pero el boleto ganador fue el mío. Parecía ser que todo el mundo deseaba ardientemente el avestruz, excepto yo. Era tal la ansiedad que se generaba en el lugar, que renunciar al premio se habría considerado no sólo falta de respeto sino una gran estupidez de mi parte.Entre aplausos pasé por mi ave. Avestruz y yo nos miramos con desconcierto y lo primero que cruzó por mi mente fue que seguramente despreciaría el alpiste; lo primero que cruzó por su mente fue una serie de descomposiciones gestuales que provenían de mi rostro.No supe cómo llevarla conmigo; una cadena de perro me parecía improbable y absurdo; cargarla bajo el brazo como un paraguas tampoco era posible. Me limité a caminar y el pajarote tomó el mismo camino que yo, como si fuera mi guardaespladas.Esto me dio un doble aire de ganadora, sin duda el avestruz nació para ser mío.Salí del circo bosquimano, cruce un puente de madera, llegué a un río y el avestruz tras de mi.Di vueltas en círculo, corrí a toda velocidad, me oculté tras unos fresnos y el avestruz tras de mi.Cada vez que volteaba hacia atrás estaban los grandes ojos del animal implorando descanso y comida.Por fin llegué a un hostal, pedí una habitación para mí y solicité que colocaran al avestruz junto con los otros animales. Al siguiente día pretendí huir por la puerta de atrás, dejar al ave y continuar mi camino hacia no sé dónde.La hija del dueño del hostal se dio cuenta de mi artimaña y me detuvo. Le dije la verdad: no tenía dinero y lo único que podía ofrecerle, era el avestruz en prenda y aceptó. Fui a ver al avechucho al corral que compartía con dos cerdos, una cabra y un perro sin dos patas y vi en sus ojos un dejo de angustia.Tuve que abandonarla.La última vez que volví a las antiguas instalaciones del circo bosquimano vi de nuevo a mi flamante animal cargado de cascabeles, flores y guirnaldas. Se le ofrecía como atractivo turístico del hostal donde me quedé.Avestruz y yo nos vimos a los ojos y supo enseguida que hacer. Caminó sobre mis huellas a pesar de que podría pasar días sin comer, sin beber, sin dormir. Yo lo acepté a mi lado otra vez. Caminamos y caminamos mientras se desprendía poco a poco de todos sus adornos y se adaptaba a su nueva forma de vida en la que sólo sería mi sombra.No recuerdo cuando murió, sólo recuerdo que después de unos veinte años, me volví para mirarla como cada dos días y ya no estaba. Con remordimiento volví sobre mis pasos y sólo pude ver a un grupo de niños peleando por sus ojos redondos como canicas. Lo demás era inservible, era un saco de huesos apestoso y viejo como yo. Después de todo, yo también me reconozco porque lo único que me queda de lo que fui, son mis ojos.


viernes, noviembre 12, 2004

De lo global a lo local y de regreso y así nos vamos...

El jueves pasado mi profe Luc Delannoy hizo una pausa en la transmisión de sus conocimientos musicales y con un plumón verde escribió esto en el pizarrón:

La guerra es la paz
La libertad es la esclavitud
La ignorancia es la fuerza.
George Orwell, 1984

Después borró muy pocos caracteres y el mensaje quedó así:

La guerra es la paz
La libertad es la esclavitud
La ignorancia es la fuerza.
George Bush, 2004

Lo iba a postear y luego lo olvidé por estar mirándome la mugre del ombligo. Pero ahora pienso en micro y veo como aquí, se reproduce lo mismo y este fin de semana electoral, me da pavor, sobre todo porque esa última frase me rebota en la cabeza: "La ignorancia es la fuerza"
Ojalá que no gane el peor. Que la mierda del mundo no haga de Tlaxcala su versión a escala.

lunes, noviembre 08, 2004

Just a perfect day

Mañana me pondré la camisa que menos me regañe, olvidaré la deuda que he contraído por creer que lo valgo, silbaré una tonada festiva (nada que hable de amores, abandonos y patrañas), convertiré el sentimiento en literatura basura maniaco depresiva, y una vez más daré click a mi lámpara de noche.
Mañana tendré que fingir que algo he aprendido aunque mis obsesiones sigan panza'rriba chapoteando en mis lagunas mentales. Mañana no me las daré de nada, pues con suerte seguiré siendo esta idiota que se cuelga de las tildes y que se predispone a hacer el ridículo cuando baile la última polka con los enanos.
Mañana pediré un deseo deshidratado mientras mato el tiempo jugando a apagar mi propio tiempo de un soplido. Vida de mierda, pienso, pero ahí viene ya el otro año encimándose sobre mi plazo postscriptum.
Mañana empiezo a cangrejear y 10, 9, 8, 7, 6... para exprimir los años perdidos. Mañana me bajo del tren mientras me felicito por quedarme en Estación Vostok cagándome de frío. No será mañana la primera vez que invoque una falacia para unirla a la colita de mis otros cientos de mentiras con que me tejo bufandas.
Así que mañana veremos cómo me sienta mañana y si me sienta bien, juro que antes de morirme de ganas, me muero completa. Ya es hora... salud.

viernes, noviembre 05, 2004

.
¿Sabes? No me gusta nada ese punto. No sé si el punto eres tú o si te escondes detrás del punto. Ese no es el punto. El punto es que te encierras como cochinilla, te lames la tristeza y yo sólo encuentro un punto en donde debería estar tu nombre. El punto es que quizá estés triste. El punto es que empiezo a sospechar que también estoy triste. Tal vez no estoy poniendo un punto sino un acento en mi tristeza. Yo también soy otro punto. Un relieve en la hoja de papel, un tímido tropiezo, una pausa perfectamente prescindible cuando leemos un texto a la carrera. Por eso siempre voy poniendo los puntos sobre las íes tan latinas que no figuran en tu perfil griego.
El caso es que no me gusta ese punto, no me gusta verlo ahí como un lunar inerte en el mapa de tus miedos. Algo te pasa y ese es el punto. El otro punto, es que eso a mí, no me corresponde. Soy el punto y aparte de un párrafo que no sé si habremos de escribir. Pero ese punto lo tocaremos otro día. Por ahora, sólo me queda desearte un punto final para tu punto muerto. ¿O me dirás que sólo es un grano de mostaza?



jueves, noviembre 04, 2004

Arrumaco desechable

Soy como un oso, como un árbol. La gente piensa que mis hombros pueden aguantarlo todo y que mi corazón es una servilleta hecha bolita después de un festín.
Y yo abrazo por petición expresa, porque cuando lo hago por voluntad propia termino por asir una bocanada de humo. Abrazo porque me lo piden y porque creen que se irán curados gracias a su perversa ingenuidad. No me gusta abrazar a la gente, pero a la gente le gustan mis metaabrazos abarcalotodo; después les gusta dejarme así, con mis brazos pinzas que no sirven ni para tallarme los ojos.
Soy la santa de escasos fieles convenencieros. Soy el pecho en el que hunden su cabeza. Aman dejarme así, empequeñecida y gastada después de cada función de articulaciones mecánicas. Muñeca inflable super inflada, infinito paño de lágrimas con sistema superabsorbente, arrumaco desechable que se recicla y se recicla y se recicla...

miércoles, noviembre 03, 2004

Apuntes en las piedras


Ir es muy fácil. Lo difícil es volver. Por eso prefiero caminar de espaldas, así casi no se siente el regreso.
Entre la sed y el asma queda un pequeño huequito en donde duerme la noche convertida en gato negro.
Certidumbre rima con podredumbre. Mi mundo de certidumbres lo cambiaría gustosa por una sola certeza.
En las estrellas vuelven a formarse, lo mismo que en la tierra, lo mismo que en mis ojos si tuviera a mano un espejo. Como ellos no lo saben, no miran mis ojos.
Hay unas manos que me desmenuzan por dentro y me jalan hacia el fondo de mi propia sucesión de imágenes.
No comprendo esa manía por convertirlo todo en palabras. Si no voy nombrando las cosas que voy viendo, se quedan atoradas. Esto es como un juego de lotería y me angustio cuando alguna forma no tiene un nombre concreto.
Soy una mantis religiosa.
Tengo tres espinas clavadas en la mano derecha. La más inútil de mis manos. Es el souvenir merecido por llevarme las estrellas de la tierra.
Soy un compendio de peculiaridades y datos curiosos. Demasiado sensible, demasiado pensante pero una verdadera plasta espiritual.
El desierto es una representación física de sí mismo. Esto que estamos siendo es una metáfora de otro tiempo y de otro espacio. Es que aquí no somos nosotros. Somos las representaciones mentales de este desierto que nos está inventando. Por eso me asombro aquí y ahora. Después seguiremos siendo tan grises y anodinos como cada lunes.