martes, junio 29, 2004

Pulp Fiction en versión Homilía Dominical

No había escrito porque estaba jugando a que me deprimía. Adoro jugar a la ruleta de la ciclotimia por un rato para hacer mi vida más interesante. Pero ya pasó. Todo está muy bien, somos felices. Sí. No me cabe la felicidad en mi turgente pecho. Bah. Pero vamos a los hechos:
Me cagó su marcha de las 400mil personas en el Zócalo. El domingo fui a comer con mis papás (Ajá, con ambos. Cosa rara después de 14 años de divorcio). Mi padre seleccionó un buffet de mariscos; dizque por cien pesos te atascas como puerco. Fraude, fraude. Lo único chido era la empanada gallega. Pero ese no es el caso (disculpen a la reina de la gula). El asunto es que estábamos actuando como toda una familia feliz (con la abuelita incluida, faltaba más) cuando empezaron a llegar hordas y hordas de gente vestida de blanco. Pensé que se trataba de alguna secta cristiana en vigilia (por aquello de los mariscos). Pero nooooooooo, eran todos marchantes del Zócalo que acudieron ante la indignación de la inseguridad de la ciudad. Ah, porque en todo esto Fox es inocente y hasta los apoyó contra López Obrador que es de lo más pior. Hasta Monsiváis acudió a la cita. Ya ven que lo mismo opina de inseguridad que de Chiapas que de píldoras anticonceptivas y hasta de toallas sanitarias.
Pero volvamos al escenario primigenio de la narración: La cantina del buffet. Justo enfrente de mi, se sentaron unas doñas encopetadas y sudorosas de tanto caminar y ptuaj, también de subirse al metro. Una de ella decía que sentía que por primera vez había hecho algo por su país. La otra decía que sí, que ella también estaba muy satisfecha y que hasta la Catedral había hecho sonar las campanas en apoyo. Al par de zorrones se les notaba a leguas que son las típicas que mientan madres de las marchas que les impiden llegar a tiempo al té canasta. Me empecé a poner de mal humor, hasta que hermana (sí, ladenmedio) me dijo que me relajara, que las estaba viendo con mucha insistencia y que no me sacara de onda, pero nos tenían rodeados. En efecto, parecíamos el negrito en el arroz. Yo iba de negro, ella de naranja, mi abuela llevaba una blusa supersicodélica (atrapada en los 70), mi hermana lapeque venía de entrenar y mi madre... aaay... su camisita blanca de botones. Decidimos que ella iría por la comida porque en este ambiente de fraternidad antidelincuencial sería bien recibida y nadie vería con malos ojos que se llevara los mejores camarones, en cambio a nosotros nos verían con cara de conformistas tragones que no marchan pero se atascan.
Yo no estoy en desacuerdo con que se manifiesten ricos y pobres. Soy la menos indicada para negar la violencia y delincuencia en el DF después de que se robaron mi vocho beige, mi vocho rojo y mi vocho blanco. Lo que me jode es que esa gente sólo ve para sí. Bola de clasemedieros que son capaces de marchar porque les roban su bolsa de imitación Luis Vouitton, pero que no marcharon contra la guerra porque los jodidos irakíes no aparecen en su mapa mental, o porque Chiapas es sólo un escaparate del folklor. Me acordé cuando iba en la Fac. y marchamos del Parque Hundido a Rectoría y una ñora encopetada muy similar a las de la mesa de junto nos dijo que nos pusiéramos a estudiar, que ella no pagaba por vagos. Hija de puta. En ese entonces no era una vaga, me chingaba mucho todos los días. Mucho más que ella, parásito de su marido que seguro años ha que no se la coge.
Pero ellos no son vagos, ellos exigen sus derechos. Los campesinos que se plantan frente a la SAGARPA porque no tienen ni qué comer, esos son unos apestosos que mean la calle. Ellos no son unos borrachos, ellos se relajan después de su caminata dominical. Los maestros que se ponen pedos fuera de la SEP después de 20 días de plantón, esos sí son unos ebrios del carajo; y así con todo y con todos. Espero que se termine la inseguridad y la violencia en la ciudad. De corazón lo deseo. Pero también espero que esta horda convocada por las dos televisoras más serviles, preste más atención a lo que ocurre más allá de sus Rolex. Si esto está como está, es por una descomposición social profunda de la cual, todos somos responsables.
Empezaba a relajarme cuando mi vecina de apañar pulpos le dijo a otro güey: Uy, por fin libres de nacos. Y entonces me vino a la cabeza el diálogo de culto:
- I love you, Pumpkin.
- I love you, Honey Bunny.
- Everybody be cool this is a robbery!
- Any of you fuckin' pricks move, and I'll execute every motherfuckin' last one of you.

Je, lástima que no soy judicial, ni Tarantino, ni hampón porque ya me los hubiera cargado a todos por inconsecuentes. Sólo soy una pobre ciudadana indignada que se mudó de la ciudad y vive en el estado más seguro del país. Yupi. Yupi y lero, lero.

viernes, junio 25, 2004

...
Ya lo decía el buen Charly García: Cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada.
Y sigue tirando
para
abajo
y para
a
b
a
j
o

y

para abajo.
Y es mejor no estar atado a nada.
Ni al adiós.


jueves, junio 24, 2004

Kill Vil

La venganza es un acto heróico para reivindicarse a sí mismo y no quedar como un pendejo.
Por el espejo retrovisor vi cómo enloquecía buscándolo. Para no reírme me metí un caramelo de mango a la boca. Un caramelo muy grande, muy grande, tanto que lo tuve que compartir. Como en los viejos tiempos.
Pasé un tope sin darme cuenta y su cabeza se incrustó contra el parabrisas. Nos reímos. ¿Te acuerdas cuando nos íbamos a Cholula en el coche de tu papá y decíamos "operación cero tope" y llégabamos en veinte minutos? Yo me seguía riendo. "No es tan gracioso pinche Beti" me dijo él. Para mí lo era no por el golpe de gag tonto sino por su búsqueda infructuosa.
Recordé cuando yo buscaba inutilmente el Budda Bhar por toda mi casa mientras él fingía ayudarme para meses después encontrarlo en su discman. También cuando le pregunté por los overoles supersónicos y el fingió demencia; al paso del tiempo me encontraría de frente a su novia con los overoles puestos.
Estos últimos meses me han demostrado que el tiempo es una serpiente que se muerde la cola. Volvemos al origen. Todo regresa. Y si ha de regresar, no seré esta vez yo la imbécil que se trague sus hijoeputeses mientras llora como Lily Ledy.
Así que llegando a casa tomé mi Esterbrook y rotulé al material como "ladrón que roba a ladrón" Uy, quesque es un disco muy difícil de conseguir. No maaanches, todo el psycho suena igual. Y estimado Vil, esto apenas empieza.

(Y después de este post ya cambiaré el tono, que me estoy poniendo muy idiota ultimamente)

lunes, junio 21, 2004

Días ciclotómicos

En días como estos, me anulo dos veces siendo la sombra de una sombra. En días como estos las noches de estos días son peores. Y todo se repite. Mis pies sin calcetines que mueren de frío, no encuentran consuelo en los paralelos pies que mueren de abulia encalcetinada. Las parejas descubren que se aman cuando ya no pueden amarse y entonces no se aman. Y todo se repite. Digo que jamás lloraré por nadie como lloré siempre y afuera llueve como si llorara por todos y me lluevo por dentro hasta naufragarme. Y todo se repite. El niño que no era no será y me asalta la noticia sin poder morder una almohada porque no es mi almohada ni soy yo ahí mordiendo nada y me muerdo las ganas. Y todo se repite. Y todo se repite.

Només per a tu...

No sé que faig aquí tan lluny. Et necessito amb mi.
Somni amb la nostra vida, la vida quotidiana, de nou la finestra al nostre carrer a Barcelona. De nou la finestra a Tlaxcala.
Una vegada més no sé que faig aquí.
Necessito la teva tendresa.
Necessito unes botes negres.
Necessito un cafè amb llet i un cafè sol.
Necessito les teves mans.
Necessito el teu temps.
Necessito un Mondeo i una càmera digital.
Necessito un Toledo i cinc petons.
La resta són ximpleries.
La resta són paraules.

(disculpeu els errors, la intenció és el que conta)

viernes, junio 18, 2004

Mi caro tío y lo que trajo consigo (Crónica muy tardía de lo que apenas se asimila)

soy la nada soy el lobo que nieva la nada niebla
un martini seco en la barra final de ninguna noche
soy lo blanco contenido en negro
soy lo negro contenido en blanco
Israel Centeno


Recuerdo cuando la mafia abordó el compacto rojo y qué vaina, todo quedó atascado de envolturas de Toronto. Dejamos al tío en su hotel y entonces Luis y yo bebimos ron Santa Teresa hasta que salió el sol. Ese día mientras tomábamos, yo no pude decirle a Luis que lo quería pero él siempre lo supo y como siempre lo supo se aprovechó de eso, de mi silencio que se me escapaba por los ojos en forma de moco. Mi caro tío Israel me dijo que me anduviera con cuidado, que Luis era un Ignatius Reilly pero bipolar y entonces le dije al tío que recordara que él también tenía cierto tipo de problemas y que por eso estaba como estaba más allá de toda la parafernalia bolivariana y del puto Chávez. Bueno, no se lo dije pero lo pensé. Él tampoco dijo lo de Ignatius Really pero sabía hacia dónde iba cuando me mencionó que le había regalado ese libro de pastas amarillas que después terminara hecho cenizas en una pira frente a la (mi) (su) (nuestra) casa.
Al otro día bebimos litros y litros de cerveza y entre más cerveza bebía más fácil le resultaba al tío Israel decir Popocatépetl y Coyoacán. Luego meamos en una gasolinería mientras gritabamos desaforadamente Pare de sufrir y nos burlábamos de un pobre mestizo aztequizado y vuelto esclavo por su propia sumisión no pedida. Nos meamos en él. Al final Luis y yo en el hotel Estadio y él abrazándome fuerte, no te vayas, te necesito y yo muda de impotencia: Luis, no me quieres, lo sabemos. La gente me necesita pero no me quiere, me la sé de memoria.
El tío diría de mi: Siempre enigmática sonrisa de ?la sobrina?, su arma montada detrás del poncho, los párpados que caen y dicen, yo soy la santa y quién se lo discute, Beatrice es interregno y punto.Son muchos los momentos y pasan una y otra vez sobre la pared en blanco, hacen clic en la sesión de diapositivas. Entonces la nostalgia es el disparo que sale debajo del poncho.
Estoy segura que si el tío no hubiera venido con esa mirada caraqueña a traernos rones y chocolates y todos sus libros con dedicatorias y el doble de libros para la sobrina que desde entonces ya despuntaba como una mafiosa hija de puta, jamás se me hubiera ocurrido ver de nuevo a Luis y menos después de tanto retruécano.
A veces extraño a mi tío. A sus juegos multipersonales, sus intentos por descifrarme y por llamarme Mercedes Sosa posmoderna mientras me lanzaba cartas al buzón. Y mira qué cosas que me encantaría beber una cerveza con él a medio Coyoacán mientras hablamos de Trosky y su piolet. Y mira que no extraño a Luis, ni quiero verlo pero sí a mi caro tío, porque sin su graciosa intercesión jamás hubiese aprendido que el amor duele sólo una maldita vez, lo demás son traguitos amargos de jarabe para la tos. Extraño al tío pero sé que no vendrá porque le han negado su derecho al pasaporte. A lo mejor por eso lo echo de menos, porque sé que no vendrá y que aunque venga jamás podremos reunir otra mesa igual que tenga como epílogo la consumación de mi necedad porque nadie me va a querer sólo porque lo quiera.
El caro tío, sí que sabía de amores. Por eso me lo robo aunque sea en epígrafe, aunque sea lo cito diciéndome, aunque sea, porque él no lo sabe...

jueves, junio 17, 2004

Crónica de una cruda que no deja de girar sobre su propio eje
(Para Memo porque por culpa de su cumpleaños estamos como estamos)

Me levanto cantando Tracy Chapman y parece que es el único residuo de la noche del martes. Ya es jueves y aún me sabe todo a martes. O a Marte. O a... a dónde me llevó mi nave de propulsión. Al centro de la misma tierra. Mierda, pienso. Mierda, no, tierra. Y entonces se me baraja una serie de posibilidades que oscilan entre el ser, el deber y el olvido. Nada me cuesta más que el olvido. No sé porqué mi memoria prodigiosa es un surtido rico de frases célebres y de anécdotas puntuales. Bonita colección de cicatrices de guerra, digo mientras me enjabono la última: purulenta, fresca y bicolor. Condecoración de guerra. Medalla que se ensarta directamente en la piel.
Busco ahora el maquillaje preciso para ocultar la ruina de unos ojos opacos como frijoles y unos labios masticados. If not now, then when? Aplico la sombra que difumino con la esponjita precisa. Todo de la misma marca fresa pero conciente: protege nuestro planeta, defiende los derechos humanos y no experimenta con animales, salvo con la lagartija moribunda que resulta ser mi uniceja.
You can wait for the new day, You can wait and lose this heart En dónde está el otro zapato para calzarme la vida paralela. Falda o pantalón. Con que será más fácil demostrar que soy inteligente. Al final me pongo falda, pues aunque me vea más pendeja parezco menos gorda.
Cepillo, cepillo, cepillo arrastrando las ideas hasta unas puntas separadas, carcomidas, maltratadas. Cepillo y cepillo aunque sepa que hoy la humedad y la lluvia se han confabulado para darle sentido escénico a mi depresión mientras riza mi cabello.
Salgo con todo a juego, Now love's the only thing that's free. Me pongo una correa de turquesa para que se sepa que mi dueño es el quedar bien. Camino con seguridad, pero mis tacones se entierran en el fango y pienso en esas películas mudas en las que la protagonista se hunde hasta la mitad en un pantano. Se solicita un Tarzán. If not now, then when?

miércoles, junio 16, 2004

lunes, junio 14, 2004

Sobre el lenguaje políticamente correcto (Primera parte)

Por hipocresía llaman al negro moreno; trato a la usura; a la putería casa; al barbero sastre de barbas y al mozo de mulas gentilhombre del camino Quevedo

En esta época de remodelación continua y la moda como traje a la medida, el lenguaje no podía quedarse atrás. Es una tendencia mundial eso de ir cambiando el nombre de las cosas a pesar de las tropelías contra el sentido común. Todos debemos uniformarnos y llamar a las cosas por su nuevo nombre a fin de no herir susceptibilidades. El lenguaje políticamente correcto, se vuelve entonces el maquillaje para no herir con las palabras pero seguir chingando cada día con las acciones. No porque los intelectuales, las políticas públicas y los engalanados discursos, digan pueblos originarios, el coleto chiapaneco dejará de referirse a los tzotziles como pinches indios y lo peor: las mismas autoridades que han mencionado pueblos originarios los seguirán tratando como pinches indios y aplicando medidas para pinches indios. Por otra parte, si hay pueblos originarios ¿el resto somos foráneos o extraterrestres?
Como este caso hay muchísimos más que resultan horrendos en lo lingüístico y absolutamente contradictorios en la práctica opresora de las políticas públicas.
Hay varias aberraciones que me molestan si me pongo políticamente correcta, pero que francamente me divierten:
Adultos en plenitud ¿En plenitud de qué? Evidentemente física, no. Económica tampoco porque las pensiones y jubilaciones son una burla. Social tampoco porque los ancianos se han vuelto un estorbo y no lo digo en el sentido figurativo sino en el real. ¿En dónde carajos cabe la abuela si vivimos en un multifamiliar de tres por tres? Cabe mencionar que el término ?adultos en plenitud? ha sido la fórmula perfeccionada que antes transitó por senectud y tercera edad.
Gente con capacidades diferentes En una ciudad como esta, el término sí que tiene sentido. Se requiere una capacidad realmente diferente a las humanas -como volar, por ejemplo- para transitar entre baches, agujeros, rampas mal hechas (cuando las hay) y cajones de estacionamiento ocupados por prepotentes. Fuera de broma, más que capacidades diferentes, serían habilidades diferentes y esto por una cuestión de adaptación a una sociedad que no los contempla.
Otros casos tienen que ver con características físicas: gente de color (¿no que el negro no es color?), chinos (para referirnos a todos los orientales), robustos (en vez de gordos); con las profesiones: sexoservidoras (prostitutas), profesionales del hogar (sirvientas); entre varias otras.
Lo grave no es esta floricultura lingüística, resulta incluso hasta poética la idea de renombrar al mundo. El problema radica en que es una manita de gato a nuestra realidad carente de propuestas integradoras. Este asunto del lenguaje políticamente correcto, tiene anclas en la izquierda. Pero como todo, la derecha lo ha usado para seguir promocionando sus cirugías plásticas y para dotar de contenido social a sus políticas de chinguen a su madre los pobres
Pero a pesar de todo, como diría Gertrude Stein: una rosa es una rosa es un rosa
Cursilería cultivada (con notas al pie)

Para quien piense que mi cursilería bloggeriana es un suceso de generación espontánea, sépase que no. Llevo en esto del querido diario, muchos, muchos años.
En un acto simbólico y telenovelero de emancipación, quemé mi diario de los 13 años en pleno día de año nuevo. No contaba con que las cubiertas eran de plástico y provocarían tal humareda que mi proceso psicomágico terminaría en estrepitoso regaño, y es ahí donde aparece una segunda condición también constante y arduamente cultivada: la de hacer el ridículo.
Pero bueno, resulta que hoy,en un ataque de domingo casero, he sacado del baúl de los recuerdos los que fueron mis dos últimos cuadernitos tipo diario íntimo. Así que ahí van dos efemérides.
Un día como hoy pero de 1997 (disculpad mis veinte años) escribí esto:
"El pasado no es algo para vivir en él; es un pozo de conclusiones de donde extraemos para actuar"
Berger (1)
Y para hacer evidente mi incertidumbre y mi tristeza, he venido a comer al restaurante más deprimente que conozco (2): Ray Conniff(3), comida insípida, clientes aburridos y meseros fracasados. Por si fuera poco, parece que aquí el tiempo no pasa porque los relojes están descompuestos y aún hay secuelas de adornos navideños empolvados.
Heme aquí mirando por la ventana a los viejos y a los perros que pululan por la Alameda Central. Heme aquí poniéndole acentos a mis sentimientos. Héme aquí buscando el momento en que te perdí sin darme cuenta. (4)

Un día como ayer pero de 1998 (los veintún años ya resultan claramente imperdonables):
Busco mecanismos para hacer del adiós una despedida contundente. (5)
Como si no bastara con saber que todo el tiempo has sido un hombre con dos espaldas (6)


(1) Nótese la cita, sacada del cuaderno de apuntes de "Sociología interpretativa"
(2) Aquí se puede observar claramente como la que que esto escribe, tiene una fascinación por divagar mientras come y por estar sola. El problema es que hasta la fecha se la pasa divagando gran parte de su tiempo... y comiendo también. Ah, y estando sola, también.
(3) En esa época todavía no moría Ray Coniff. Ahora he aprendido a valorarlo, sobre todo cuando voy con mi carrito en el pasillo del papel del baño.
(4) En ese entonces la cursilería no admitía ningún disfraz. Hoy por lo menos se maquilla un poco.
(5) Esa manía de amenazar, todavía no se me quita. Tampoco la de andar diciendo "adiós" y quedarme ahí.
(6) Lo increíble no es que el hombre en cuestión haya tenido dos espaldas, sino que es el mismo personaje al que me dirigía en el fragmento anterior y a su vez fue el mismo de 1996 y de 1998 y también de 1999. Antes mis obsesiones eran de larga duración.

domingo, junio 13, 2004

Crónicas desde el ring de un taller literario (incluye sesión detrás de las cámaras antes y después de la lucha)

Llego a la colina y lo primero que hago es quitarme estos zapatos sacaojos. Después me quitaré todo lo demás: la capa, las mallas, el cinturón, la máscara, todo, todo, hasta desollarme. Me arden las vísceras, arde mi casa y he de huir porque no tengo a mano el número de los bomberos y porque hoy es día de lucha libre y si no aplico la urracarrana y el torniquete, no habrá catarsis. Pero sobre todo, si no voy a la función de lucha, me voy a quedar girando sobre mi piel tirada sobre el sillón. San To llamando a Lunave, la misión es impostergable.
Llevo conmigo los zapatos de Beatrix Kiddo para que me den suerte en mi lucha contra los técnicos. Adoro ser ruda en este ring. El réferi se jala los tirantes de los dientes. Me divierte la lucha de egos enmascarados o descabellados. Los cien gramos de arena en que se ha convertido mi lengua resacosa, le restan filo a mi estrategia verbal. Yo sólo clamo a San To enmascarado de plata, que no me quite el don de la tolerancia para ahorrarme el tener que reventarle en la jeta a este o a aquella su mediocre y pinchurriento cuento. En la lucha de egos soy ruda, ruda, rudísima. Tanto que traiciono a mi compañero de alineación y de un momento a otro, la Hiena Sangrienta se ve despojada de buena parte de su pelambre, esto es inaudito señoras y señoreeees. Espero la revancha de la Hiena que le aplica severa manita de puerco a mi texto sobre todo en el párrafo final.
Los técnicos sufren desconcierto, pero se defienden bien. Se desdibujan ambos bandos en medio de la discusión generada por una matéfora que sale volando desde la tercera cuerda y muere a los pies de una enmascarada guasona.
Un mensaje de nuestros patrocinadores se hace presente: Alfaguara presenta en bonita edición antología realizada por el HH. referi. lleve, lleve, bara, bara.
Miro mis piecitos de Beatrix Kiddo y me acuerdo que ayer dejé plantado a mi ex Bill que debí kill hace años. De haber llegado a mi cita, no hubiese dejado pedazos de disfraz y piel por toda mi casa. Entonces me acuerdo que no soy La Kiddo sino una pinche Beatriz que no flagela a ningún Dante por Vil que sea. Al final el referi del cuadrilátero me felicita al oído por mi cuento entonces yo les hago huevos a todos. Gané. Gané pero ahora tengo los pulmones reventados, varios huesos menos, contusiones varias y nuevos enemigos... ja.
Llego a lo de la Claux y le grito "vieja, ya llegué" a ver si se mocha con la comida. Le cuento que traigo un tiovivo en la cabeza y que necesito que me alimente porque tengo frío en el ombligo y mi máscara necesita una reparación y un zurcido invisible en las comisuras de los labios.
Me dice que sí me veo madreada, que me duerma al amparo de su mantita azul. Y me recuesto mientras pienso que toda yo soy un disfraz relleno de borra y tedio, que esta máscara es perfecta porque me cubre cualquier mueca de traición, que mi capa está agujerada y salpicada con vino tinto y que no hay altos vuelos sino realidades rastreras. Mi imagen no difiere mucho de la del panzón alcohólico y enmascarado que se la rifa en un cuadrílatero de feria de pueblo.
Se apagan los reflectores. Sólo por esta vez, no me quiero quitar la máscara. No tengo cara para ver a nadie.

miércoles, junio 09, 2004

Mi vecina
Les prsento a mi vecina de enfrente. Afortunadamente ningún cretino nos ha construido en medio un edificio de veinte pisos.
Hoy amaneció con un aro de nube. Parecía un salvavidas.
El día que le tomé la foto, lucía todavía su peinado blanco.
De su lado amanece.
Del mío atardece.

martes, junio 08, 2004

Mi hermana "ladenmedio"

Como é por dentro outra pessoa
Quem é que o saberá sonhar?
A alma de outrem é outro universo
Com que não há comunicação possível,
Com que não há verdadeiro entendimento.
Nada sabemos da alma
Senão da nossa;
As dos outros são olhares,
São gestos, são palavras,
Com a suposição de qualquer semelhança
No fundo.
Fernando Pessoa, 1934


Cuando paso por casa (entre "por" y "casa" me niego a poner un "su")me gusta entrar a su cuarto. Observar las fotos que pone sobre un corcho: Ella con su ex novio #1, ella con su exnovio #2, ella con mi hermana en una fiesta, ella bajo la torre eiffel, ella con mamá y yo en Pisa, ella en Venezuela, ella en la huasteca, ella en Londres. Ella con 14 años, ella con 16, ella con 17, ella con 20, ella con 22, ella hoy. Siempre sale bien en las fotos. Debe ser porque es guapa de por sí.
Me gusta deambular por su recámara. Observar su colección de muñequitos de plástico -de esos que salen en las roscas de reyes- dispuestos en un podium o en un frasco vacío de cristal, sus engedros diabólicos de plastilina, su gato multicolor de alambre, las ranas, las piedras de colores, los retazos de juguetes de cuando éramos niñas.
Me gusta ver su cajita de collares, sus aretes de recién nacida, la cruz que le dio mi abuela, el dije que jamás usa. Su ropa siempre en orden, discreta, de buen gusto. Sus zapatos pequeños y deformados por sus pies.
Me encanta verla hablando sola en portugués (es entonces cuando yo recuerdo lo de Como é por dentro outra pessoa...) o meciéndose en la cama mientras oye Bossa Nova, o pidiéndole una explicación sobre su propia vida a la perra fea, o apuntando jeroglíficos en un calendario, o armando una instalación con las cosas más increíbles, o moviendo las caderas como rumbera de los años cincuenta, o estudiando obstinadamente hasta sacarme una ventaja acadèmica que me avergüenza.
Pero lo que más me fascina es cuando saca la caja que guarda bajo su cama. Ahí está su colección de chicles masticados todos debidamente exhibidos tras un celofán y con la fecha al pie; la suela de un tennis que usó en la secundaria; las cartas de sus novios; la colilla del cigarro que le hizo saber que jamás fumaría; muchas fotografías; el libro de Mecano autografiado; cajas, latas, pedazos de papel, envolturas de dulces; un diario en donde exhibe un mechón de pelo de mi otra hermana como trofeo apache...
Me gusta su universo y cómo lo construye. Cómo es rotundamente ella a pesar de que puede pasar horas escondida bajo las cobijas, con los oídos ocultos tras los audífonos siempre sonando, con esa actitud de avestruz, con su cara de nada frente a lo que no la conmueve y con su chillido agudo frente a lo que la emociona.
Luego la gente dice: "de las tres, ella es la más normal..." pero las apariencias engañan. No es la más normal, ella tiene su propio universo. Su alma es su propio universo.





jueves, junio 03, 2004

Traumas animados de ayer y hoy: Top Ten del Monjerío.
De los anales (sí, anales) de la historia de este blog, traigo este post porque un sector del público lo solicitó hace tiempo, porque se le habían desconfigurado las tildes y las "ñ", porque estoy poco inspirada y quería seguir la línea anticlerical del último post, y básicamente porque me da la gana.

10.- La monja fea: Madre Ema. Recién habí­a salido del noviciado y ya era cuarentona. Era bióloga además de ser monja y hacía muecas de placer cuando abríamos bichos en el laboratorio. Un día nos confesó que se metió de monja cuando vio que ya no iba a casarse. Alguna incauta le preguntó porqué y ella se limitó a responder "por fea"
9.- La novicia desesperada: Madre Lupe. Esta pobre monja fue víctima de la primera rabieta de la que tengo memoria (5 años): De un puñetazo tiré el librero sobre su pie. Estuvo con el pie vendado algunos días, pero me perdonó y no me acusó con nadie.
8.-La de concurso: Madre Ana. Un día estábamos todas las rechonchas pubertas alrededor de la alberca en un campamento escolar, cuando de las aguas emerge cual Bo Derek la Madre Ana en su traje de baño negro y con un cuerpazo de escándalo. Todas quedamos boquiabiertas y con la camiseta a las rodillas tapando nuestras impudicias.
7.-La arrepentida: Madre Malena. A decir verdad todavía no era monja pero era una novicia con "gran" vocación. Tan grande que al querer estar más cerca de Dios no encontró mejor vía que estar cerca del Padre Chucho. Se casaron y aunque las monjas hicieron lo posible para evitar el chismorreo, toooodo el colegio se enteró.
6.-La lesbiana: Madre Isabel. Nadie se explicaba porqué pese a su gran belleza, su renombrada familia y su escasa vocación estaba­ metida en un colegio. Después se supo porque una maestra la sorprendió haciendo un examen un tanto sospechoso. El resto de las monjas callaron, pues su familia sostenía gran parte de los lujillos de estas lujuriosas hermanas. Al final, la confinaron a la administración, donde desde una ventanita, sólo puede ver la mano que le extiende el cheque de la colegiatura.
5.-La cómplice: Madre Tere. Esta monja era bien joven y siempre hablaba con muchas muchas groserías. Dos veces nos aplaudió las travesuras en vez de castigarlas. Sobre todo la perpretada contra la señorita Emma, un pituca que daba clases de mecanografí­a y usaba peluca.
4.-La polémica: Madre Maricruz. La mujer tení­a más guardarropa que la barbie de la niña Onassis. De pronto nos daba clases con unas faldas muy modernas en color khaki (ella me enseñó eso del color khaki) y en el recreo, la cambiaba por una falda blanca, tennis reebook y lentes ray ban. Nunca entendí porqué estaba exenta del voto de pobreza, pero la última vezque la vi, iba caminando en Buenos Aires por la calle de las boutiques más exclusivas. La muy cabrona no recordó mi nombre pero le mandó saludos a mi madre.
3.- La revolucionaria: Madre Josefina. Decidió que los viernes, las chicas de la preparatoria eran libres para portar la ropa que quisieran (adiós uniformes), convocó a elecciones para las jefas de grupo y regalaba libros sobre la teologí­a de la liberación a toda aquella que se lo solicitara. Sus faldas eran étnicas y artesanales y tenía un gran mostacho parecido al de la Kahlo. Lo último que se supo de ella es que estaba en Chiapas trabajando con el EZLN.
2.- La cocinera: Madre Esperanza. Era la que atendí­a la tiendita de la escuela y se encargaba de mantener la línea redonda de las alumnas. Preparaba tostadas, donas,molletes... todo con mucha grasa y altos niveles de colesterol. Mi hermana más pequeña que recién salió del monjerío, me contó que durante su último año hacía sushi y bocadillos light. Todo progresa.
1.-La monja/monja: Madre Gertrudis. Nos enseñaba a hacer punto y a bordar trapos de cocina para el dí­a de las madres. Era muy viejita, tení­a las manos callosas y de sus ropas emanaba un olor a coño de anciana que claro, en ese entonces no sabí­a que ese era el olor a coño de anciana.

martes, junio 01, 2004

Los neopecados

El Vaticano ha decidido seguir ejerciendo el tutelaje de las almas, sin excluir a las almas internauticas. Es por ello que el Matrixcano a través del Papa Juan Pablo 2.0 se complace en presentarles una serie de bonitos pecados de reciente creación con la finalidad de que usted no abandone el sentimiento de culpa detrás de un banner ni le cierre las ventanas a la luz.
Entre los neopecados se incluye el de creación y uso de sitios pornográficos; creación y difusión de virus informáticos; y creación y envío de spams (este pecado sí que merece la excomunión)
Otros nuevos pecados destacables son: el de uso de software sin licencia (si ahora Bill Gates tiene una bula papal, no se asombren) y bajar música o películas de forma ilegal. Así que ni se le ocurra bajar la canción de Roberto Carlos (Tú eres mi hermano del alma realmente mi amigooo) o Santa Sangre de Mel Gibson porque podría considerarse inclusive una herejía. Mucho menos haga el download del Rosario rezado por el Papa porque ahí sí es un ataque directo a las arcas de Su Santidad.
La lista también incluye a los hackers, que violan la privacidad y la seguridad de los sistemas informáticos, y el hecho de abusar de las líneas de chat dando falsas informaciones sobre la propia persona. Así que se acabó eso de Chico_hot_22cm, porque sus 22 centímetros de falsedad pueden arder en el infierno por pecador.
Si después de cometer estos deliciosos pecados del teclado, cabe en su alma un poco de arrepentimiento no dude incorporar a su messenger a algún sacerdote para que lo confiese. O pruebe con actos de contricción impuestos por usted mismo:
¿Qué tal una reflexión motivada por la audiobiblia que lo devuelva al buen camino?
¿Por qué no jugar y educar a sus hijos con este bonito lego tal y como lo hace Flanders?
Todo esto sin salir de la red. Recuerde que Dios está en todas partes, y si no lo cree, busque en el google.