jueves, junio 24, 2004

Kill Vil

La venganza es un acto heróico para reivindicarse a sí mismo y no quedar como un pendejo.
Por el espejo retrovisor vi cómo enloquecía buscándolo. Para no reírme me metí un caramelo de mango a la boca. Un caramelo muy grande, muy grande, tanto que lo tuve que compartir. Como en los viejos tiempos.
Pasé un tope sin darme cuenta y su cabeza se incrustó contra el parabrisas. Nos reímos. ¿Te acuerdas cuando nos íbamos a Cholula en el coche de tu papá y decíamos "operación cero tope" y llégabamos en veinte minutos? Yo me seguía riendo. "No es tan gracioso pinche Beti" me dijo él. Para mí lo era no por el golpe de gag tonto sino por su búsqueda infructuosa.
Recordé cuando yo buscaba inutilmente el Budda Bhar por toda mi casa mientras él fingía ayudarme para meses después encontrarlo en su discman. También cuando le pregunté por los overoles supersónicos y el fingió demencia; al paso del tiempo me encontraría de frente a su novia con los overoles puestos.
Estos últimos meses me han demostrado que el tiempo es una serpiente que se muerde la cola. Volvemos al origen. Todo regresa. Y si ha de regresar, no seré esta vez yo la imbécil que se trague sus hijoeputeses mientras llora como Lily Ledy.
Así que llegando a casa tomé mi Esterbrook y rotulé al material como "ladrón que roba a ladrón" Uy, quesque es un disco muy difícil de conseguir. No maaanches, todo el psycho suena igual. Y estimado Vil, esto apenas empieza.

(Y después de este post ya cambiaré el tono, que me estoy poniendo muy idiota ultimamente)

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