jueves, marzo 31, 2005

Territorio conquistado

Encontré mi bar favorito en el barrio. Venden cerveza checa y el ambiente es muy jazzy, con mesas de madera y un sótano en donde hacen conciertos.
También sé ya cuál es mi cine favorito: El Renoir Floridablanca. Ahí ví "Hierro 3" y "La vida es un milagro" para después ir a cenar a la Locanda o a algún restaurante pequeño del Raval.
Los dueños del bar de siempre, ya me saludan y sin decir nada me llevan mi Estrella Damm: lo habitual.
Conozco casi de memoria las estaciones de la línea roja e imito el acento catalán del voceador de las estaciones: Torres i Bages!, Universitat!, Catalunya!, Urquinaona!
Me estoy volviendo fan de los cortados y empiezo a mirar extraño el vaso si la Coca Cola no trae su rodajita de limón amarillo.
Sigo con asombro los desaciertos de Aznar que sigue dando patadas de ahogado después de muerto mientras no sé qué ha pasado con el Señor Don Peje.
El sábado viene Rosa de Madrid y me pide que la pasee por esta ciudad. Que le muestre los barrios, las tiendas, los restaurantes, los museos; como si intuyera que ya establecí complicidad con Barcelona.
Pero todos estas ligaduras son como de chicle. En realidad lo que me tiene aquí son raíces más profundas. Aunque como siempre, me resulta más fácil hablar de chicles que de raíces. De cervezas que de sustancias. De bares que de fondos. De fotos que de instantes...
Aún así, justo cuando todo empieza a volverse familiar, me doy cuenta de que pronto darán las doce y la carroza se convertirá en un avión que me dejará rodando cual calabaza en el aeropuerto internacional Benito Juárez. Y he aquí la advertencia, que en realidad quiero que suene a conjuro: Todavía no me he ido, pero ya estoy regresando.

lunes, marzo 28, 2005

Hoy voy de frivolidades...

...mientras veo como mi saldo mengua poooco a pooooco. No pude resistirme a la cajita de música con la canción de Amelie, ni a la falda morada, ni al DVD de Chat noir chat blanc.
Esta es una verdadera sociedad de consumo y yo una víctima gozosa. Y al caer la noche, me avergüenzo y para autoconsolarme me pongo en la frente paños húmedos de frases como: "Para esto trabajaste seis años sin vacaciones dignas" "Hace mucho que no te compras cosas" "Te lo mereces porque siempre llegas cargada de regalos para los demás y poco para tí"
Me siento ultraconsumista, manirrota, dispendiosa, hasta que llega una mujer que se sienta a mi lado con cinco bolsas de Gucci y tres de Ferragamo y entonces veo en qué poquito lodo me revuelco. Pero luego pasa a mi lado un pobre migrante realmente jodido y entonces me siento una mierda.
Y no sé si prefiero seguir vivendo en mi pueblo en donde la gente va de shopping a un supermercado, o pelearme encarnizadamente por esa blusa de Mango que luciría mucho mejor en mi hermana que en esta tipa horrenda que me la quiere quitar. Grrrrrr...
Así mato el tiempo y me suicido económicamente de a poco, sobre todo cuando sé que en escaso tiempo, dado mi desempleo y mi algarabía gastadora, volveré a mis decisiones cruciales de cuando iba en la Universidad. Si tengo diez pesos, qué será mejor: ¿Capuccino en la cafetería o La Jornada sin café?
Claro, esto será decidido con todo el "charm" y el estilo de mis nuevas prendas. Nada de cine pues tengo películas por ver que me compré en Europa (Dicho por teléfono sonará genialmente frívolo...). ¿Salir por ahí? Lo siento, tengo libros que leer que me compré en la Fnac.
Y al final, hay un libro que no compré... no sé por ahorrarme la clarividencia por lo que viene o porque me pareció aún más frívolo que esto que escribo: Guapos y Pobres. Y trata precisamente sobre esta generación de treintañeros desempleados.
Eso sí, pobre lo seré y lo de guapa, ya veremos lo que tendré que hacer, que encima, además de todo lo que he comprado he comido en lo que denominaría una mezcla de sibarita con muerta de hambre; que muy frívola muy frívola (gorditos satánicos dixit), pero eso de la anorexia y el yonki style, no va conmigo. Una porción más de queso y haré eclosión.

jueves, marzo 24, 2005

Ojos bien abiertos

Había decido mantener los ojos bien abiertos para tragarme todo lo que pasará por ellos y a través de ellos. No sólo mirar, también hacer el ejercicio de observar. He comido muchísimo: jamones, chocolates, gambas, mejillones, atunes, quesos, olivas, panes; todo ha sido no sólo deglutido sino saboreado. He oído diferentes acentos, palabras en árabe, músicas nuevas, los Simpsons en doblaje español y no los he oído al paso, los he escuchado porque me interesa desentrañarlos.
Y entonces viene una mujer y me dice que no soporta más que la siga mirando así, que siento que observo todos sus movimientos y sus palabras. Y yo, doy un trago a mi cerveza y le digo que no sólo está siendo observada, sino analizada. No es la primera vez que alguien se queja de mis ojos escrutadores. Ella va enseñando media teta y dice que no paro de mirarle el escote y no sé si sepa que si la tengo de frente, la mirada suele irse al ángulo más pronunciado de un triángulo, sea hombre, mujer o pescado. Se cree muy buena y muy guapa (que tampoco lo es tanto, pero va con aires de "antes muerta que sencilla") y espera que yo la admire más que mirarla. Se equivoca.
Hablamos de varias cosas, creo que ella necesitaba cerciorarse de que yo no soy una cabrona, pero eso no lo sabrá porque le mentí varias veces. También me analizaba, pero no a lo frío y a lo bruto como yo, sino con esa sutileza femenina o mejor dicho, feminoide. A ella le gusta rodearse de mujeres, adora a las mujeres, es feliz teniendo mil amigas mujeres. Yo no. Yo prefiero a los hombres porque no tienen tetas que enseñar y no se quejan si los miro con intensidad. No tienen la paranoia de que mis ojos son los vidrios de una cámara de Gesell y detrás hay tres científicos haciendo notas. Siempre me he sentido más cómoda estando con hombres, sobre todo desde que descubrí que pasé 15 años incómoda rodeada únicamente de mujeres. Ahora elijo a las mujeres con las que quiero estar, y para eso tengo que observarlas, lo lamento mucho, pero así es.
Lo importante de mi conversación con ella, no fueron las palabras sino los ojos. Y por suerte, justo cuando el alcohol empezaba a ablandarme y a exhibir mis vulnerabilidades, cerraron el local y en la calle, más oscura y sin esa luz naranja, me concentré en mirar las baldosas del suelo.
Ayer fui al MACBA y había una exposición que me encantó. Más política que arte y lo suficientemente panfletaria para saber que convenía más ir embarrando las piezas de corazón y de seso que de globos oculares y es que mis ojos están muy confundidos después de que los censuraron. Tuve miedo de ir a otra exposición que sólo consistía en mirar, temí hacerle agujeritos a las fotos con sólo verlas. A mí no me educaron para mirar con recato, sin embargo me he autoeducado para observar. Dos días seguidos he pensado en que "está-muy-mal-ir-mirando-así-a-la gente" pero la gente no entiende que todo lo miro así, todo lo huelo así, todo lo siento así. Soy una intensa muy rústica, una rústica mal amaestrada, una burda borde, una voyeur exhibida, un globo ocular sin pudor de reventar por el puro gusto de seguir siendo así: Intenso y bruto.

domingo, marzo 20, 2005

La primermundización de lo cotidiano

En cierta forma, sí, todos somos seres humanos. O como diría mi papá "Todos somos hijos de dios". Claro, algunos vivimos en el tercer mundo que en el pleamar araña por milímitros al primer (¿o único?) mundo y en la bajamar somos escombros para el bajoalfombra. Claro que también está el último mundo, ese cuyo mayor anhelo en la vida es un plato de frijoles. Mientras para unos comer productos orgánicos es un retorno a las buenas costumbres alimenticias, para otros la "agricultura de traspatio" -nombre fino y elegante de las tres lechugas que a duras penas crecen en el último reducto de tierra no expropiado-, es la única manera de subsistir.
Por ejemplo, mis exageradas metáforas sobre "Volé a bordo de un autobús con alas " se volvieron realidad cuando al regresar de Londres en mi mismo avión viajaban más de cincuenta púberes incontrolables. Los niños europeos por lo visto, no van a museos locales en bus o a excursiones al lago o montaña más cercano. Ahora se van a Londres o a Italia y en lugar de gritar "Acelérele chofer, acelérele chofer que lo viene persiguiendo la mamá de su mujer"; se la pasan fastidiando a las aeromozas y gritando durante el despegue y el aterrizaje.
Los estudiantes de grados superiores, no tienen que pasar por el tráfico escondido de drogas. Después de tomar unas cervezas y decidir seguir un poco la fiesta, Nacho me dijo que iríamos al SOAS y yo supuse que sería un bar cualquiera. Pues noooo, el SOAS es The School of Oriental and African Studies, muy elegante, con su recepción alfombrada, sus torniquetes y sus puertas de cristal. Pasando este tramo formal, se bajan unas escaleras y uno se encuentra un bar con mesas de billar, la mejor música indie, cervezas, whiskies y bebidas de todo tipo enmedio de una densa nube de marihuna de la buena. Es el bar de la Sociedad de Alumnos. Como le dije a Nacho, la primermundización de las islas de CU (Chiste apto sólo para egresados y estudiantes de la UNAM).
Eso sí, muy primer mundo pero aquí en Barcelona no abren las tiendas los domingos. Sólo las panaderías o las tiendas de los pakis. Y muy primer mundo, pero afuera de los antros no hay carritos de hot dogs. Y muy primer mundo pero ¡Tengo un antojo de chilaquiles!
En fin... esta es la Unión Europea y aún guarda bastantes matices. Mientras en los aeropuertos españoles miran mi pasaporte con mucha simpatía por ser mexicana, en Frankfurt casi perdí el vuelo después del interrogatorio sobre qué mierdas hace una sudaca pisando su inmaculado suelo. En Londres la señorita del mostrador me sostenía una sonrisa mientras que con su apurado inglés hablaba bajito por teléfono informando que era la única viajera que no pertenecía a la comunidad europea.
El día que desde Texas (porque Texas es nuestro) hasta la Patagonia, seamos un bloque, seremos indulgentes y no cobraremos venganzas históricas. Tendremos suficiente trabajo domando a los E.E.U.U.

PD: Hoy es cumple de Ximena. Hace un año, después de atascarme de cheetos y vino tinto durante la celebración de su cumpleaños, terminé en el hospital. Hoy por eso mantengo sana distancia y prometo brindar por ella moderada pero efusivamente. Ximenaaa: besos y abrazos.

martes, marzo 15, 2005

Nachito's Square

Hoy desayune quesadillas hechas con tortilla de maiz y jugo de naranja mientras hablamos de Lopez Obrador. Y esto no tendria trascendencia si no fuera porque ocurrio frente a un lindo jardin interior de una casa victoriana cuyas escaleras me recuerdan a la pelicula del exhorcista. Casita ubicada en la No-se-que Road, a la que tengo que llegar a bordo de la ruta 12 del autobus.
"Cerca" y "lejos" son dos conceptos tan relativos, que se me ocurrio pensar que Barcelona y Londres estaban cerca... Que tan chiquito es el charco, digo yo, y me vengo a ver al buen Nacho candidato a doctor por esta redundantemente noble institucion que oculta a sus estudiantes bajo el piso.
Vole a bordo de un autobus con alas en donde cada quien se sentaba donde queria y era aquello un apanyadero (no tengo enye) de asientos que ni en los ATAH Tlaxcala - Mexico. Si querias un refresco o un cafe, te lo vendian al mas puro estilo de "lleve lleve lleve pistachiiieeeeees" y luego te bajaban ahi, en medio de aviones y avionetas bajando un poco la cabeza pa' que no te despeinaran mucho. Pero bueno, vale la pena por Nacho. Uno de esos amigos de los que cuentas con una mano (aunque le toque ser el dedo menyique, jejejeje)
El dice que en Londres la gente no se queja por lo que supongo que debe sentirse muy solo en sus quejas acompasadas del mas acido humor. Odia la cantidad desbordante de carreolas por las calles (eso mismo ya habia notado yo en Barcelona), odia el metro, odia que los ingleses sean tan hipocritas, odia el racismo velado de la gente, odia el consumismo, odia su escuela... y odia que los ingleses de lo unico que se quejen, sea del clima. Tienen razon. Hay mucho viento en Londres. Tanto, que barrio con los acentos de esta computadora ubicada en las catacumbas del King's College.
Yo solo odio que las cosas esten tan caras. Primero convierto a euros y me quedo fria con los precios, cuando convierto a pesos, mejor salgo corriendo. Tambien odio que las calles no sean cuadradas sino redondeadas y al final siempre acabo en el puto Soho, que no es el mito flower power con el que habia sonyado... como todo en la vida. Para colmo, no encontre la tienda aquella de souvenirs de cine que tanto me habia gustado. Habra cambiado en cinco anyos? Yo siempre pienso que en Europa las cosas permanecen, que la ciudad se rie de la gente que envejece buscando un rayito de sol abrazada de algun leon de Trafalgare Square. Pero a veces ocurre lo contrario, que la gente se rie de esta ciudad tan british y a la vez tan melting pot. Que la gente se va a reir hasta desbordarla.
Ahora saldre de esta catacumba (Nacho no termina su trabajo y manyana tiene asesoria), e ire a ver el Tamesis. Pese a los pronosticos propios y ajenos, sigo de bastante buen humor. Que dure lo que tenga que durar... puf.

sábado, marzo 12, 2005

Apuntes sueltos de una larga jornada
No sé ni por dónde empezar. Quizá por los pies que siempre que entran a catedrales góticas, tiemblan de frío o que caminan por pimera vez en su vida con botas, medias y suéteres por una playa. O mejor empiezo por mi mano derecha que sufre de reuma con tanto frío/calor y esta vejez prematura de fin de invierno. O sigo con mis oídos embelezados con el catalán mientras mi lengua no atina a decir más que "adeu" y "moltes gracies". O lo más importante: debería empezar por mi corazón, por fin tibio y a tiempo, por fin acogido, comprendido y correspondido. O debo hablar de mi mente que viaja de museo en museo y se quiere devorar los escaparates de la librería de la Plaça Catalunya. O debo dejar vagar a mis ojos suspendidos en el mar de Cadaqués.
Y disculpen si ahora fluyo sin darle tantas vueltas a la "a" y tantas curvas a la "s". Ya vendrán tiempos más planos para transmutar la vida en letras. Ahora, de golpe, todas las letras se vuelven todos los aires, todos los caminos y todos los horizontes.

domingo, marzo 06, 2005

Postal
Saludos desde Barcelona. Stop.
Se jodió la postal. Stop.
Era del Park Güell. Stop.
Besos y ya escribiré más.Stop.
Abraçades y molts petons.