domingo, diciembre 24, 2006


Cuento infantil de Navidad para niñas ñoñas


Entonces tenía seis años y una Barbie de blonda cabellera trajo consigo maldiciones infinitas. Entre sus trajes de tul y estrellas brillantes guardaba un bonito mensaje:

"Santa Claus no existe, tu abuelo no sabe guardar bien los juguetes, tu padre ha hecho un berrinche inmenso por su niña y con esto se abre la serie de navidades de mierda que te esperan"

Mi venganza personal tomo dos flancos. El primero contra los heraldos malditos. Les mordí las piernas de plástico chirriante a todas las Barbies hasta dejarlas en muñones. Las pinches barbies salieron ganando y todas se convirtieron en inútiles princesas que ocultaban sus deformidades bajo largos vestidos comprados en el mercado. Princesitas del sobrerruedas de la Nápoles. Reinitas del tianguis de la Narvarte.

El segundo flanco fue contra mi propia familia. Un año despreciaba los regalos (la verdad había algunos horrendos como un cinturón dorado que me regaló mi abuela). Otro año me ponía muy enferma y amenazaba a todos con mis colgantes mocos. Un año más me peleaba con alguien y así... indefinidamente hasta que pasé la adolescencia y quedaba fatal seguir montando telenovelas. Fue entonces cuando entre sueños recibí la segunda parte de la profecía Barbie:

"Nunca serás como nosotras. Al contrario, serás una antibarbie y las navidades te traerán una tristeza tan honda que sólo podrás rellenar el hueco tragando como un puerco"

De haberlo sabido, en lugar de jugar a las princesas huevonas debí jugar a la Barbie exploradora y el mismo día de navidad la hubiera ahogado en la pantanosa olla de los romeritos.


Colorín colorado este cuento no ha terminado...

miércoles, diciembre 20, 2006

Exhibiciones e inhibiciones

Me tocó exponer en clase de historia de la antropología a un teórico cuyo nombre no mencionaré porque no quiero que cuando alguien meta al google "Fulanito" le salga este blog como testimonio de ideas erradas -o no, ya ni sé- sobre el autor en cuestión.
Por una extraña razón que nunca he podido desentrañar me cuesta menos trabajo hablar en público que entablar relaciones cara a cara. O eso pensaba, porque mi compañerito de exposición me hizo sentir una mierda durante todo el proceso de preparación de la clase lo cual hizo que llegara tambaleante e insegura a la exposición.
Al final no estuvo tan mal. Me apendejé todo el tiempo pero me redimió la oportunidad en la última recta para taparle un poco la boca a mi compañero acaparador que no escatimó ni tiempo ni esfuerzos para lucirse y dejarme en segundo plano.
Me sentiría realmente mal si esta hubiera sido mi única y fallida exposición de la semana pero la verdad es que todavía saboreo las mieles de la gloria.
El domingo me exhibí de mejor manera ante un público mucho más grande y en un escenario más bonito cuando subí a recoger mi premio.
Dos semanas atrás me había llamado la secretaria del jurado para invitarme a la entrega de premios. Después de hacerme muchas preguntas yo a rajatabla le pedí que me dijera si había ganado algo o no. No me podía decir nada, según ella, pero me pidió que p-o-r--f-a-v-o-r no faltara.
Al final mi corte de pelo si fue talismánico de donde se deduce que el fracaso capilar en el corte es inversamente proporcional a la buena suerte que provoca.
Resumen:
Primer lugar, flores, cheque, trofeo (bien feíto el pobre), ovación, entrevistas en prensa local, publicación de la plaquete y la certeza de que no es una mierda lo que escribo y que si lo es, al menos produce dinero (como el abono, mira tú)
Así que por eso no me acongoja la mediocridad de hoy. Siempre puedo dedicarme a recitar poesías en el metro (es triste pedir, pero más triste es robar) y dejar la antropología. O hacer etnografías rimadas. O diarios de campo plagados de metáforas. O yo qué sé.

sábado, diciembre 16, 2006

Recuperando la inocencia perdida

Inocencia 1:
Después de juntarme con la peor lacra de la sociedad tlaxcalteca, me volví una experta en albures. En mi caso, tenía doble gracia porque, dada la característica machista del albur, debía ser lo suficientemente ingeniosa para no meterme un autogol (sin albur). El caso es que me precio de ser la única mujer del grupo con la que no pudieron. Pero la práctica hace al maestro y con el filo perdido fuí albureada de la manera más vil... ¡por un gallego! Eso da para muchos malos chistes. Lo peor es que me dí cuenta al día siguiente. Chale.

Inocencia 2:
Me leí sesudo análisis sobre antropología económica y ahora tengo que hacer el consabido control del lectura. Pensando un poco sobre lo que quería escribir descubrí que alguien ya lo había resumido por mí. No sé si será muy académico citar a Baloo. En todo caso, les dejo el regalito:



martes, diciembre 12, 2006


Trashumante amputada

Yo no vengo de una familia de viajeros sino de una de esas con raíces añejadas en el olvido. Me pensé diferente. Borreguito, pero viajero. Entonces era un pobre oveja con pretensiones. Ahora sólo soy una pobre oveja sin lana. He viajado menos de lo que necesitaba y hoy no veo ni siquiera tramos escampados de veinte kilómetros.
Mi poco inglés me ha servido para no quedarme atrapada en alguno de los tres continentes que he pisado. Mi poco catalán me regala algunas sorpresas y me permite la mediocre vida académica que voy llevando. Sé dos palabras en francés y tres en portugués y con eso se consigue poco más que un café con leche. Aunque a veces me basta con eso: cafè amb llet. Sobre todo ahora que empieza a fer molt fred i me quiero destuetanar, desmedulizar, desaparecer bajo las sábanas: hibernar.
Le cerraron el paso a mis ovejas.
Ya no pastoreo más que a mis escasos impulsos.
Nadie sabe cuánto y cómo duele. Esta bitácora de duelos ha tenido que aprender a contener las quejas sin parpadear su ojo verdoso. Tanca la llibreta. Go away.
Cállate, que jugar a ser feliz es un buen juego. Que no moverse es estabilidad. Que la monogamia es evolución. Que el ahorro es buena virtud. Que el primer mundo es molt maco. Que la globalización te permite tragarte tus penas con tortillas de maíz. Que no es que tu vida sea una mierda, es que todavía no le encuentras el sabor (¿a mierda?). Que estas fechas son muy malas. Que la rutina es una venganza que se come fría. Que comer frío es cosa buena, ya ves cuántos se mueren de hambre. Que, que, que... que tomas el metro con dirección a la chingada. No tiene parada en el aeropuerto. Ni en la zona franca. Ni en un carrousel para fingir que viajas a bordo de un corcel anaranjado.
Pròxima Parada: Abúlia enllaç Llínea Depresió. Aquí me bajo con el resto del rebaño.
La foto es mía. Evite el chiste fácil. Me refiero a que yo la tomé.

viernes, diciembre 08, 2006

Círculos y listones

Hace tiempo que no saltaba de la cama para tirar letras y ver cómo hacen ondas en el agua.
Hace tiempo que no terminaba con el camisón exprimiéndome la paciencia y la vida acomodada en listas:
La de las cosas de casa pendientes.
La de las cosas que faltan en la alacena.
La de los trabajos académicos.
La de los días que faltan de clases.
La de los novios y amantes furtivos.
La de los correos que no he enviado.
La de las llamadas que no he hecho.
La de las cuentas del dinero que no tengo.
La del dinero de la hipotética loteria que no he jugado.

Después empiezan esbozos de listados que en realidad son nubarrones. Vergüenzas de ayer, frustraciones de hoy, desesperanzas de mañana. Todo se va cargando en la espalda y no queda más que salir huyendo impulsada por los resortes del desanatomizado colchón. Éxodo de la tierra del sueño.

Y luego viene la búsqueda de remedios: la pastilla que no hay, la leche que no pondré a calentar, el agüita de lechuga como mito jamás probado, la tila, el gordolobo, el pensar algo bonito, el cantarme canciones de cuna... Nada sirve.

Así que nomás tiro letras en este lago y miro los círculos concéntricos. No por nada. Sólo para cambiar círculos por listas y listones.
¡¡Haz conmigo lo que quieras!!

Frase deleznable donde las haya.
¿Por qué diantres le dije eso a la peluquera?
Ahora tengo un corte muy versátil:
Peinado hacia un lado parezco Frankestein y hacia el otro parezco imbécil.
Todo esto es culpa del spleen de fin de año, de mi intrínseco ritual de corte de pelo como liberación de las puntas maltratadas y días ajados.
Esta vez el corte también tiene un aire de talismán. En algunos días veremos si funciona.

miércoles, diciembre 06, 2006

Mi sostenido... fa natural

Lo que más extraño de mi vida de antes eran esos días lluviosos y...




y la posibilidad de postear largamente sin que nadie me interrumpiera.
(como justo ahora)


Merde.

lunes, diciembre 04, 2006

Paulina Rubio: Lárgate de mi blog

Durante una temporada me pregunté de dónde salía ese pinche anuncio de tonos telefónicos. Primero le eché la culpa a Haloscan (que es el que aloja los comentarios del blog), luego lo ignoré. Después lo odié y dejé de abrir mi propio blog (¡diablos, con lo ególatra que soy y yo sin verme!)
Hoy me desperté con una cibermisión: Terminar con el Pop-up de mierda en donde alternadamente cantaban Paulina Rubio o David Bisbal.
Investigué y encontré al culpable: El Nedstat. Y qué fácil hubiera sido erradicar las estadísticas, pero yo no puedo vivir sin enterarme de quién me visita y de dónde. Es que gracias al contador de visitas uno se entera cómo y sobre todo quién... pero como ven, yo disimulo y finjo que no me leen quienes hacen como que no me leen, dicen que la distancia es el olvido pero mi contador de visitas me cuenta lo contrario.
El caso es que encontré un nuevo bichito para las estadísticas y juran que no trae publicidad a cuestas. Ojalá funcione. Si alguien tiene el mismo problema de David Bisbal musicalizándole el blog, pues es justamente el antes Nedstat hoy Web4ujujuy o algo así. Me encantaría cambiar el template de esta cosa, renovarme o morir pero no me atrevo a meterle mano. Soy bastante inútil.
Resumen:
a) Ya pueden volver sin temor a la publicidad. Es más, vuelvan por favor.
b) Olviden este post y actuen como si nada. No hay razón para sentirse observado.
c) Si tienen el mismo problema, yo cambié a sitemeter, a ver qué tal va.