viernes, abril 30, 2004

Polaroids en perspectiva

Mucho antes: Soñaba con dejar de ser virgen.
Antes: Follaba.
Hoy: Hago el amor.
Después: Preferiré ver la película completa.

Mucho antes: Jugaba a la casita.
Antes: Me mudé y jugué a diseñar interiores.
Hoy: Mi cueva es un desastre.
Después: Me mudaré en cuanto ya no quepamos la basura y yo.

Mucho antes: Vestido rojo con dibujo de casita.
Antes: Jeans doblados, tennis con agujetas de colores y copete de pájaro loco.
Hoy: Todo lo que disimule la panza.
Después: Batones con flores (¡ajá! como el Homero Simpson).

Mucho antes: Fui de viaje a Disneylandia.
Antes: Fui a Cuba y a Chiapas en misiones solidarias.
Hoy: Hago planes para vivir en Barcelona.
Después: Adeudaré tres meses de renta en un departamente de interés social.

Mucho antes: Jugaba a que hacía una revista con mi hermana.
Antes: Escribía para la revista de la escuela.
Hoy: Tengo un blog y hago cuentos.
Después: Escribiré listas para hacer las compras en el mercado.

¡Aaaah! bendito carpe diem... me espera un futuro de hueva.

miércoles, abril 28, 2004

Mientras el calor insista...
Me embadurno los pies de primavera. Miro mi lino, mi azul, mi madera, mis manos desnudas. Miro un par de zapatos balanceándose en mis dedos. Observo este verde que no es el verde de la colina seca, sino el pasto bien regado de las primaveras artificiales. Pienso en Santa Coloma y su tono gris europa mientras me embarga una sensación de vacaciones, de paso, de niño que huye del colegio para perderse en cualquier jardín. Camino como si este lugar fuese virgen y no concluyera en las altas paredes que albergan los rituales burocráticos. Camino como si este paseo no hiciera frontera con mi auto diseñado para tirarme de bruces en una alberca de oficios pendientes.
La hierba pasa por mis dedos y mis plantas temen sentir el cuerpo de la paloma muerta en un septiembre macabro. El mismo septiembre que me tuvo aquí tirada esperando una resurreción con tufo a nomeolvides y con vestido negro que después de indecibles torturas terminó color gato. Recuerdo algo que leí ayer en una novela de Juvenal Acosta : "Aquellos que vestimos de negro guardamos luto por nosotros mismos". Imagino a la negrura pendiendo de mi armario como un cadáver al que amaré cuando se acabe este impasse climático. Entonces no será luto por mi, sino falsa añoranza por una primavera que no veré más. Me consuela que entonces repetirás lo que hace unas semanas dijiste en este mismo parque camino al cine: "T'estim, la meva nena gòtica"

domingo, abril 25, 2004

Sábado en cuatro tramos

1
Fui con Claudia a un restaurante de comida típica y no muy barata. Casi no vamos a ese lugar, porque como no figura en el mapa del centro de Tlaxcala, a menudo nos olvidamos de su existencia. Cabe aclarar que todos los destinos de Tlaxcala, confluyen en la Avenida Juárez y sus alrededores de dos cuadras al redonda. Durante la comida, en las pausas de nuestra anodina conversación, nos clavamos en la mesa de enfrente. Primero se componía de tres alegres señoritas clasemedieras, jóvenes y bonitas que posteriormente fueron alcanzadas por cuatro adolescentes del género masculino que se debatían entre el desparpajo y una incipiente necesidad de ser galantes. Ellas pideron platos sencillos, uno para cada quien, e inclusive una desdeñó los multicalóricos platillos y pidió un aburrido plato de verduras al vapor. Ellos pidieron dos tremendos churrascos que se dividieron entre los cuatro y varias cervezas. En un momento las tres nenas se disculparon para ir juntas al baño. Aprovechando la ausencia de las damas, uno se tiró un eructo, otro le robó una papa del plato a una de ellas y uno más hizo la pregunta del millón: “¿Traen dinero para pagar?” El pequeño rubio de la gorrita respondió: “Pues yo tendré que pagar con el culo”. Cuando ellas regresaron de chismorrear, pintarse la boquita y mear, todos volvieron a sus poses habituales de venimosaquíaligarnoscontodalaceremoniaposible. No nos quedamos a ver qué culo pagaría el festín, pero el resto de la historia seguramente tendrá que ver con rascarse los bolsillos, sacar la última moneda y pedirles a ellas un préstamo. A menos que uno de ellos haga uso de la tarjeta de su papi. Y yo pensaba: “Oh benditos tiempos aquellos en que uno es tan joven que piensa que su culo puede comprar algo”
II
Cuando daba vuelta frente a la Plaza de San Nicolás, me encontré a Diana. Por lo visto le gustó Tlaxcala así que repitió la experiencia de recorrer sus calles. “Qué coincidencia” me dijo. Pero no, aquí nadie coincide, simplemente se encuentra de forma inevitable (ver el principio del párrafo anterior) así que quedé en pasar a su hotel a dejarle mis datos y en llamarle a Iván (que como siempre, tenía pagado el teléfono) para encontrarnos después. Cuando llegué al famoso hotel Alfiler vi a Diana. Nos invitó una cerveza y estuvimos charlando un rato sobre revistas, música, personajes, literatura, ciudades, fronteras y libros. Me dijo que le echara un vistazo a su artículo Las trampas del sexo. Dos caras del realismo sucio Mismo que recomiendo ampliamente. En verdad me hizo reír. Es antisolemne y certero. No digo más porque espero que alguno de mis tres lectores vaya a verlo en vez de estar leyendo mis taradeces.
III
Después de esto encaminamos nuestros pasos a la Avenida Juárez. Casa de Royer. En vista de la precaria cartelera cinematográfica optamos por rentar una película. Elegimos la del 11 de septiembre porque ninguno la había visto. No haré mi anacrónico juicio sobre un filme que ya está en video y que no tardará en aparecer en el canal 7. Sólo diré que el corto de Sean Penn me pareció estupendo. El de Iñarritu no me gustó mucho pero a mis compañeros espectadores, sí. El de Ken Loach me hizo llorar por tratar un tema que me duele intensamente. Los otros me parecieron intrascendentes e incluso, moralinos. Bueno, el del héroe musulmán-gringo estaba bonito aunque algo melodramático y a Royer le gustó el de Israel pero a mi me produjo dolor de cabeza. Me pasa eso con las tomas largas. Debe ser por mi atención dispersa.
IV
Me alejé por fin del Centro y vine a mi colina querida. Abrí el refrigerador y además de dos quesos podridos, encontré un concupiscente mousse de chocolate de los que hace Rafa Cázares (a quien por cierto linkeo porque recién descubrí su página y está muy chida). Pensé que no había quedado ninguno después de nuestra noche karaoke del jueves. Y aunque la textura ya no es la misma, el sabor es el epílogo perfecto de este sábado. Después vendrá otro cigarro y ojalá me broten algunas líneas porque tengo ánimos de escribir. También apetecerá un whisky.

viernes, abril 23, 2004

De cartas lluviosas y ridículas que un día arribaron a mi correo

Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
Como as outras,
Ridículas.
As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
Ridículas.

Pessoa

Pero ahora te envío esta carta de lluvia
que te lleva un jinete de lluvia
por caminos acostumbrados a la lluvia.

Teillier

Todo lo guardo. Lo que no me quita espacio, me ocupa bytes. Entre más hago limpieza, más cosas salen en casa. En el disco duro no es diferente y como cierto capítulo de mi vida va directo a la papelera de reciclaje, quiero guardar un recuerdito para que de nuevo no digan que esta historia (breve y sui generis) no fue recordada. Así que para mi propio deleite he aquí un "copy and paste" de un correo electrónico que hace tiempo me hizo suspirar profundamente... hoy sólo me arranca una sonrisa incrédula y quizá en un día lluvioso, invoque un poco a la saudade, por lo pronto no quiero tirarlo a la basura, quizá en el futuro sirva para embalsamarme el ego:

Me gus__ c__o te paras junto a __...que_a___ casi exac______e a la altura de nuest__s ojos, un detalle ______ que me dislo__.
_e gu___ de ti t_ inte_____cia s___r_ada, autárquica y empo____.
Me ___tan tus ___as ____des y esa niñez q__ no t____na nu__a de ______razarse.
__ ____ com_ va tu l__gua, distinta de la mía, ___o arrojas las palabras caídas siempre a intervalos de risa. No dices dos pal___as y ya viene una carc___da, dos o tres.
M_ _ust_ q__ n_ tengas ___os p____e imagino que te da__ el pri__ro.
Me gus_a que beb_s de_com___da por__e nu_ca me levanta___ la voz para critica__e.
Me gusta que no com____amos la misma tierra porque supo___ qu_ alg___a p___te de el_a e_tá exclu_iva_e_te reser__da p_ra no_otr_s c__o sába_as lim___s.

_U_
----------------
PS: Olvidaba que las viejas cartas de lluvia tienden a deslavarse después de una noche de resaca.

miércoles, abril 21, 2004

De identificaciones five o' clock
Tres tristes tigresas tragaban trigo en un trigal. No entiendo porqué las felinas no hablan y refuerzan el ancestral machismo poniendo sobre su boca un masking tape que sólo les permite beber el té a sorbitos. Y todavía asienten cuando dicen que Cortázar fue machista al plasmar su personaje de la maga. Yo amo a la maga, quizá porque soy un poco maga y porque Cortázar me gusta. Y claro que hay machismo, pero la maga es un personaje que se revoluciona en su propio hombre. De por sí llevaba buena parte de la mañana pensando en los Rocamadours negados en mi vida y para colmo en la noche caminé un poco por el río Zahuapan que no me recuerda en nada al Sena salvo por el olor. Porque sí, queridas tigresas, la mierda parisina no es menos mierda que la mexicana aunque enarbolen el tlahuicolismo y reivindiquen las tlatlapas como plato nacional (yo no sabía que exisitían las tlatlapas sino hasta que llegué a mi amada Tlaxcala).
Me gustó eso que dijo Diana Palaversich sobre la identidad nacional y porqué se había nacionalizado australiana: Para quitarse de encima la carga histórica. Nada ligero de decir para una croata. No sé si midió que lo dijo en Tlaxcala y a pocos metros de la "escalinata de los héroes" en donde la identidad pesa más que el mismísimo Pípila con todo y losa. Seguro no lo sabía, como yo misma no sabía que aquí antes de ser Beatriz, soy defeña. Pero a mi no me importa que hablen basura del DF como tampoco me duele que critiquen a Tlaxcala (un poquito sí que duele, sí, pero menos que un piquete de mosquito). La identidad no cruza por ahí a menos que se crea necesario apuntalar a los niños héroes, a la raza de bronce y a los demás arquetipos que se ensalzan en los discursos de oratoria de las secundarias técnicas.
Y así, paseando y hablando sobre gays en la frontera que hacen literatura y literatura gay en la frontera del clóset, me distancié lo más posible de mi casa y de mi auto. Cerraron el estacionamiento y el reencuentro con mi casa de la colina fue a bordo de un taxi. Mejor. Los recuerdos no deben ir sobre mis propias ruedas.
En este preciso momento le comento a Iván Farías que Diana me cayó muy bien pese a mi galopante misoginia. Y no es que, por ejemplo, las tres tristes tigresas me caigan mal, me caen bien, es sólo que podrían exprimirse un poco más el cerebro. Se supone que no son las típicas tontas y en ello se regodean (¿habrá alguna mujer que se considere tonta a sí misma?) entonces hablen niñas, hablen porque si no, el té dura bien poquito y luego yo me siento culpable por bocona y diletante... diletante como mi amada maga.

lunes, abril 19, 2004

Todo es ceremonia: manifiesto de Clem Gorman
Todas las actividades diarias y juegos individuales, si se analizan desde esa perspectiva, son ceremoniales.
En una ceremonia, las fuerzas básicas de la energía se encauzan con alguna finalidad.
El método del encazamiento consiste en la repetición del ritual, acciones monótonas para crear energía de la misma manera que una dinamo crea electricidad.
La fuerza espiritual es amor/poder indescriptible para curar la enfermedad/unión con el cosmos.
El círculo es la forma arquetípica para todas las ceremonias.
Toda ceremonia es una repetición de la primera creación arquetípica del mundo.
El mundo es sólo un producto de energía espiritual encauzada/creada por la dinamo del deseo.
Beber en un bar es un ceremonial/sostener una conversación es un ceremonial/ hacer el amor es un ceremonial/ comprar un regalo es un ceremonial/ todo teatro es un ceremonial.
Ahora que no tenemos tiempo, todo puede ser tan ceremonial como uno desee.
Darse cuenta de la naturaleza ceremonial del mundo es un preludio para colocar la ceremonia donde le pertenece.
La ceremonia pertenece al corazón de la vida/ al centro del círculo tribal.
Ceremonia es magia/ceremonia es ciencia/ceremonia es fe deseada/ el deseo crea el mundo/ el mundo es ceremonial/ ceremonia es amor/amor es magia.
"Ubunews" Sidney, 1969.
Trascripción hecha sólo por dotar de ceremoniosa explicación a la parsimonia nuestra de cada día. Antes intenté ser aficionada a la psicomagia... me quedó un poco de necesidad ritual.

sábado, abril 17, 2004

Adeu...

Pensar en estas últimas horas contigo, me pone como católica ferviente al pie de la hoguera. Esperanza total en la resurrección. No en la reencarnación que quizá cambie tus pelos por piel de sapo y convierta a mis ubres en lo más sagrado del planeta. Soy una hedonista y por eso no quiero que te vayas. No es por el futuro, ni por si tenemos tres hijos, ni por si el pisito estará bien, ni por nuestra tienda de comercio justo, ni porque me gusten las ramblas. Es por el mañana en que me desparramaré en mi cama sin encontrarte, es por la tremenda flojera que me produce levantarme a prender el calentador del agua, es porque sin ti mis dotes culinarias se quedan guardadas en los bolsillos del delantal, es por leer El País y luego cambiártelo por La Jornada y por concluir que el mundo es una mierda que nos contiene.
Ayer cuando me esperabas, a una señora vestida de azul le dio un ataque epiléptico mientras un pianista tocaba algo de Debussy. Y yo veía la escena desde atrás como quien mira una película, porque el azul de su vestido sólo era el recuerdo de tu horrible pijama con barquitos e infantiles dibujos marinos; Debussy no me evocaba nada que tuviera que ver contigo y eso aceleraba mis nervios. Después de las salutaciones de rigor y de hacerme presente casi a fuerza (palomita, cumplí), tomé un taxi que me condujo a la 908. No quería estar ahí sino en mi casa, contigo. El hidromasaje es un lujo de esos que me gustan pero prefiero los pelos de gato. Debimos volver a Tlaxcala, hacer el amor con MTV de fondo, luego fumar y comer chocolates. Ese hotel supo a despedida y desde entonces todo me patea un adiós: desde los chilaquiles del desayuno, hasta este preciso momento en que te pido que te vayas para escribir estas líneas. Es que yo ya estoy diciendo adiós. Los planes saben a poco; no es en ellos donde me consuelo. Tampoco me consuelo en tu frase “esto aún no termina” pero a pocas horas de que Iberia te lleve de regreso, todo gesto es despedida. Verte planchar las camisas, la maleta cerrada de nuevo, la ropa necesaria para ponerse mañana, la última comida, la última cena. Todo me dice “The end” y los discos de Sónar, el libro de Alicia, Bebo y Cigala parecen ser una memorabilia o un relicario de promesas de amor. No te vas a la guerra, ni yo bordaré en el alfeizar de mi ventana. La pregunta esencial, en este instante preciso, me la refanfinfla. La pregunta supongo que es:
¿Resucitaremos?

miércoles, abril 14, 2004

De las cosas que odio y de porqué odio tanto mis frutaciones
He aquí un top ten de esas pequeñas e insignificantes cosas que me ponen de mal humor y que han hecho que mi fama de colérica y rabiosa suba como la espuma.
10.- Las piernas peludas con medias transparentes.
9.- Que me digan "manita"
8.- La propaganda política clavada en los árboles.
7.- La caspa.
6.- El pollo mal cocido.
5.- Que la gente diga " mas sin en cambio" en lugar de "sin embargo"
4.- Las botas vaqueras de Fox.
3.- Tenedor y cuchillo haciendo ruido contra el plato.
2.- Los anuncios escandalizadores y mentirosos de "Vive sin drogas" de TV Azteca.
Y por último, y en primerísimo lugar...
1.- El doctor Simi y todo el concepto de Farmacias de Similares. Mercadotecnia para lucrar con la pobreza y la necesidad de la gente. Medicina chatarra.... mierda. Nadie tiene una idea de cómo el Doctor Simi me encabrona, me enfurece, me sulfura ¡¡¡ME EMPUTA!!!

Y sobre mis frustraciones: Borré el pésimo poema de ayer. La carita conmiserada de Aldo Sivi me lo confirmó. La relectura de hoy por la mañana me lo escupió. De Esteban no puedo esperar nada bueno nunca... pero eso ya lo sabía, sus frustraciones son mayores que las mías. Sólo deseo que esta racha de escribir puras chingaderas pase pronto. Parece que contraje el virus analfabetae estupidus y quizá esta vez no haya cura. Me odio... hoy me odio tanto que iría a cogerme al doctor Simi y sin uno de sus fabulosos condones de plástico de cocina.

domingo, abril 04, 2004

No cabemos los dos en este sitio

El amor es incompatible con este blog y por eso no he escrito acerca de las intrascendencias cotidianas. Ni siquiera me quejé de que para una entrevista de dos pinches minutos en la televisión, masacraron mis fridakhalianas cejas, tampoco dije nada sobre mi irrecuperable teléfono celular ni hice mayor aspaviento con la visita de Jorge y su inconsecuente y siempre hilarante comportamiento. ¿Alguno escuchó mi lastimera voz respecto al atiborramiento de fármacos al que me sometí por la colitis y por una nueva baja de presión? No dije nada sobre las calles del centro que me retrasan diez minutos para llegar al trabajo ni hablé respecto a la pinche fuga gas que no queda reparada.
Yo, silencio... sobre todo si me callan con mil besos y me dicen que me quieren y yo me someto -contraria a mis costumbres- a la delicia de ser querida y me brotan corazones rojos de la boca y mariposas surcan los aires. Estoy tan anestesiada que debería introducir una aguja entre mi uña y mi piel; quizá así pueda escribir algo más que la versión estenográfica de esta cosa que repica "love is in the air"

PS: Simón: De enchiladas verdes nada. Por extrañas costumbres familiares de desconcertantes salidas, lo que hubo fue comida árabe y beneplácito y anuencia por ambas partes. Salí bien librada.