domingo, junio 15, 2008

Abrir un poco la llave...

Ahora que hubo tiempo -sólo un par de días para respirar, meter dos dedos en el hueco del estómago y darme cuenta de que sigo igual de deprimida- vine a decir que he soñado con palomas que me persiguen. Palomas bomba que estallaron llenándome la cara de sangre y plumas.

Ahora que hubo tiempo -porque mañana será el enésimo lunes de mi existencia y tendré que llenarme el buche de obligaciones- volví a sentir la injusticia de que nos narre un pasado como si de verdad hubiera existido, de que nos invente y nos caricaturice como si fueramos la conjetura de sus propias mentiras.

(En este párrafo iba una ironía menor... pero no hace faltar ser tan cruel)

El calendario dice "junio" pero se nos ha instalado un mayo permanente. Un mayo de clima incierto que obliga a seguir con calcetines. Mejor así, ahora cada día tengo miedo de que el calor venidero madure las tristezas y las haga rodar.

Ahora que hubo tiempo volví a tener miedo y por eso abrí un poco la llave y dejé fluir las letras tibias para lavarme las manos al más puro estilo Pilatos.

Y espero que después de este mayo siga un julio agobiante, lleno de entregas, fechas, informes, marcos teóricos y metodologías que en buena parte me han salvado de perder el tiempo renombrando a la tristeza.

No sé si esperanzarme en agosto y sus promesas: verano, Rumania, descanso, sosiego, tiempo para las letras y vuelta a la normalidad en ambos continentes.

No sé...

Cierro la llave otra vez, esperando que se nos renueve el agua y la próxima venga más fresquita.