domingo, abril 04, 2004

No cabemos los dos en este sitio

El amor es incompatible con este blog y por eso no he escrito acerca de las intrascendencias cotidianas. Ni siquiera me quejé de que para una entrevista de dos pinches minutos en la televisión, masacraron mis fridakhalianas cejas, tampoco dije nada sobre mi irrecuperable teléfono celular ni hice mayor aspaviento con la visita de Jorge y su inconsecuente y siempre hilarante comportamiento. ¿Alguno escuchó mi lastimera voz respecto al atiborramiento de fármacos al que me sometí por la colitis y por una nueva baja de presión? No dije nada sobre las calles del centro que me retrasan diez minutos para llegar al trabajo ni hablé respecto a la pinche fuga gas que no queda reparada.
Yo, silencio... sobre todo si me callan con mil besos y me dicen que me quieren y yo me someto -contraria a mis costumbres- a la delicia de ser querida y me brotan corazones rojos de la boca y mariposas surcan los aires. Estoy tan anestesiada que debería introducir una aguja entre mi uña y mi piel; quizá así pueda escribir algo más que la versión estenográfica de esta cosa que repica "love is in the air"

PS: Simón: De enchiladas verdes nada. Por extrañas costumbres familiares de desconcertantes salidas, lo que hubo fue comida árabe y beneplácito y anuencia por ambas partes. Salí bien librada.

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