martes, junio 08, 2004

Mi hermana "ladenmedio"

Como é por dentro outra pessoa
Quem é que o saberá sonhar?
A alma de outrem é outro universo
Com que não há comunicação possível,
Com que não há verdadeiro entendimento.
Nada sabemos da alma
Senão da nossa;
As dos outros são olhares,
São gestos, são palavras,
Com a suposição de qualquer semelhança
No fundo.
Fernando Pessoa, 1934


Cuando paso por casa (entre "por" y "casa" me niego a poner un "su")me gusta entrar a su cuarto. Observar las fotos que pone sobre un corcho: Ella con su ex novio #1, ella con su exnovio #2, ella con mi hermana en una fiesta, ella bajo la torre eiffel, ella con mamá y yo en Pisa, ella en Venezuela, ella en la huasteca, ella en Londres. Ella con 14 años, ella con 16, ella con 17, ella con 20, ella con 22, ella hoy. Siempre sale bien en las fotos. Debe ser porque es guapa de por sí.
Me gusta deambular por su recámara. Observar su colección de muñequitos de plástico -de esos que salen en las roscas de reyes- dispuestos en un podium o en un frasco vacío de cristal, sus engedros diabólicos de plastilina, su gato multicolor de alambre, las ranas, las piedras de colores, los retazos de juguetes de cuando éramos niñas.
Me gusta ver su cajita de collares, sus aretes de recién nacida, la cruz que le dio mi abuela, el dije que jamás usa. Su ropa siempre en orden, discreta, de buen gusto. Sus zapatos pequeños y deformados por sus pies.
Me encanta verla hablando sola en portugués (es entonces cuando yo recuerdo lo de Como é por dentro outra pessoa...) o meciéndose en la cama mientras oye Bossa Nova, o pidiéndole una explicación sobre su propia vida a la perra fea, o apuntando jeroglíficos en un calendario, o armando una instalación con las cosas más increíbles, o moviendo las caderas como rumbera de los años cincuenta, o estudiando obstinadamente hasta sacarme una ventaja acadèmica que me avergüenza.
Pero lo que más me fascina es cuando saca la caja que guarda bajo su cama. Ahí está su colección de chicles masticados todos debidamente exhibidos tras un celofán y con la fecha al pie; la suela de un tennis que usó en la secundaria; las cartas de sus novios; la colilla del cigarro que le hizo saber que jamás fumaría; muchas fotografías; el libro de Mecano autografiado; cajas, latas, pedazos de papel, envolturas de dulces; un diario en donde exhibe un mechón de pelo de mi otra hermana como trofeo apache...
Me gusta su universo y cómo lo construye. Cómo es rotundamente ella a pesar de que puede pasar horas escondida bajo las cobijas, con los oídos ocultos tras los audífonos siempre sonando, con esa actitud de avestruz, con su cara de nada frente a lo que no la conmueve y con su chillido agudo frente a lo que la emociona.
Luego la gente dice: "de las tres, ella es la más normal..." pero las apariencias engañan. No es la más normal, ella tiene su propio universo. Su alma es su propio universo.





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