jueves, noviembre 04, 2004

Arrumaco desechable

Soy como un oso, como un árbol. La gente piensa que mis hombros pueden aguantarlo todo y que mi corazón es una servilleta hecha bolita después de un festín.
Y yo abrazo por petición expresa, porque cuando lo hago por voluntad propia termino por asir una bocanada de humo. Abrazo porque me lo piden y porque creen que se irán curados gracias a su perversa ingenuidad. No me gusta abrazar a la gente, pero a la gente le gustan mis metaabrazos abarcalotodo; después les gusta dejarme así, con mis brazos pinzas que no sirven ni para tallarme los ojos.
Soy la santa de escasos fieles convenencieros. Soy el pecho en el que hunden su cabeza. Aman dejarme así, empequeñecida y gastada después de cada función de articulaciones mecánicas. Muñeca inflable super inflada, infinito paño de lágrimas con sistema superabsorbente, arrumaco desechable que se recicla y se recicla y se recicla...

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