lunes, noviembre 08, 2004

Just a perfect day

Mañana me pondré la camisa que menos me regañe, olvidaré la deuda que he contraído por creer que lo valgo, silbaré una tonada festiva (nada que hable de amores, abandonos y patrañas), convertiré el sentimiento en literatura basura maniaco depresiva, y una vez más daré click a mi lámpara de noche.
Mañana tendré que fingir que algo he aprendido aunque mis obsesiones sigan panza'rriba chapoteando en mis lagunas mentales. Mañana no me las daré de nada, pues con suerte seguiré siendo esta idiota que se cuelga de las tildes y que se predispone a hacer el ridículo cuando baile la última polka con los enanos.
Mañana pediré un deseo deshidratado mientras mato el tiempo jugando a apagar mi propio tiempo de un soplido. Vida de mierda, pienso, pero ahí viene ya el otro año encimándose sobre mi plazo postscriptum.
Mañana empiezo a cangrejear y 10, 9, 8, 7, 6... para exprimir los años perdidos. Mañana me bajo del tren mientras me felicito por quedarme en Estación Vostok cagándome de frío. No será mañana la primera vez que invoque una falacia para unirla a la colita de mis otros cientos de mentiras con que me tejo bufandas.
Así que mañana veremos cómo me sienta mañana y si me sienta bien, juro que antes de morirme de ganas, me muero completa. Ya es hora... salud.

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