jueves, agosto 28, 2008

Humor rata

De pronto todo se ha puesto negro. No de la gama que tanto me gusta: negro terciopelo, negro noche, negro corazón o negro infierno.
No.
Todo se ha puesto de un negro rata con dientes pelones que me deja los recuerdos roídos y amarillos.
Yo tenía que escribir en su momento sobre un dumbo sin orejas, un chino con una maceta, una cubana de alambre y un don quijote con la espada rota. Entonces tenía sentido. Hoy aparecen todos juntos en la nota roja de un periódico meado. No me apetece hablar de ello ni del Chocolate Express descontinuado.
Yo tenía que escribir que eres mi vida y que te quiero mucho, pero lo cierto es que tu optimismo todo terreno me está amargando la existencia. ¿No podemos ver la mierda como mierda y no como estiercol florecedor? ¿No podemos simplemente asumir que el azar, el conformismo y el cansancio juegan un papel fundamental en nuestra vidita cotidiana? Mejor no entremos en detalles porque se me diluye el mapa entre las manos.
Yo tenía tinta suficiente para hacer de la felicidad un moño para decorar esta bomba de tiempo. Yo tenía historias que contar y un montón de gajos de mandarina. Pero hoy sólo tengo un horizonte negro rata, un pelaje de mujer malagradecida, una lengua que dice cada cosa, una cola más larga que mi insomnio y un mal humor tan espeso que se me queda cuajado entre las cejas.

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