Oh, blanda navidad
Pocos regalos recibà esta navidad. Uno de los pocos que se acordaron de mi, fue Papá Cruel que posó su manocruel sobre mi blog dejando esto que ven, asà como lo ven.
Por mi parte, aquà les va un regalito
PD: No entiendo porqué chingados se desconfiguraron los pinches acentos y las enies. Por favor, si ustedes ven esto "normal" (me refiero únicamente a la tipografÃa, lo demás no se juzga) diganmelo en su comentario.
jueves, diciembre 25, 2003
domingo, diciembre 21, 2003
Bizarre
Llevaba ya 24 horas de no comer nada salvo un volován de atún, una hojaldrita de pollo con mole y una copa de vino tinto. Fui a la presentación de prestigiada marca de relojes. Todo pretendÃa ser muy nice pero colocaron un reloj a manera de isla entre dos palmeras hechas con zanahorias y pimientos. Después repartieron gelatinas con el logotipo del reloj y de la joyerÃÂa que a partir de ayer es la distribuidora oficial de la marca en el estado. Por supuesto el apoderado legal de los relojes en México estaba más que divertido con las curiosidades culinarias de la dueña de la joyerÃa. Lo mejor fue que la doña le dijo: "Y no crea que el logo de las gelatinas es de papel, ¡se come! es de hostia (sic)"
El mamoncÃÂsimo suizo que además se declaró priista, estaba al borde de la risa, pero como parte de su oficio es fingir, mostró genuina admiración. Al irse dijo: "Cualquier reloj, da la hora, pero sólo N... da horas felices"
Me cago en su mercadotecnia.
El caso es que hoy tenÃa mucha hambre y no querÃa comer sola.
Claudia sugirió sushi y Camilo algo sustancioso. Yo me inclinaba por la sustancia también, pero para no despreciar los aires orientales de Claudia, sugeràir al chino.
Un chino en verdad sui generis. Para empezar no está en el centro, porque aquà todo está o debe estar en el centro. Después, es una casa habitación en donde los inquilinos viven abajo, junto a la cocina, y las mesas están en la parte superior. Sólo se distingue porque debajo del letro de "Cerveza Corona" dice con letras negras "Restaurante Wong"
Hay que subir por unas escaleritas y llegar al restaurante. Al llegar todo está lleno de cosas rojas traÃdas seguramente del barrio chino de la Ciudad de México. El laberÃntico camino parece digno de una pelÃcula de Jackie Chan pues hay que sortear algunas cajas y muebles desvencijados. La decoración, ktischinese, con dragoncitos y adaptaciones a lo mexican style, pasarÃÂa como mera curiosidad sino fuera porque la selección musical ha provisto a mis oÃdos de una de las aberraciones musicales más simpáticas: "I just call to say I love you" en versión mariachi. En este restaurante si que saben de world beat y de fusiones.
Ya.. ni me digan... sé que no soy la reina del buen gusto, pero francamente, ya ni la chingan.
Llevaba ya 24 horas de no comer nada salvo un volován de atún, una hojaldrita de pollo con mole y una copa de vino tinto. Fui a la presentación de prestigiada marca de relojes. Todo pretendÃa ser muy nice pero colocaron un reloj a manera de isla entre dos palmeras hechas con zanahorias y pimientos. Después repartieron gelatinas con el logotipo del reloj y de la joyerÃÂa que a partir de ayer es la distribuidora oficial de la marca en el estado. Por supuesto el apoderado legal de los relojes en México estaba más que divertido con las curiosidades culinarias de la dueña de la joyerÃa. Lo mejor fue que la doña le dijo: "Y no crea que el logo de las gelatinas es de papel, ¡se come! es de hostia (sic)"
El mamoncÃÂsimo suizo que además se declaró priista, estaba al borde de la risa, pero como parte de su oficio es fingir, mostró genuina admiración. Al irse dijo: "Cualquier reloj, da la hora, pero sólo N... da horas felices"
Me cago en su mercadotecnia.
El caso es que hoy tenÃa mucha hambre y no querÃa comer sola.
Claudia sugirió sushi y Camilo algo sustancioso. Yo me inclinaba por la sustancia también, pero para no despreciar los aires orientales de Claudia, sugeràir al chino.
Un chino en verdad sui generis. Para empezar no está en el centro, porque aquà todo está o debe estar en el centro. Después, es una casa habitación en donde los inquilinos viven abajo, junto a la cocina, y las mesas están en la parte superior. Sólo se distingue porque debajo del letro de "Cerveza Corona" dice con letras negras "Restaurante Wong"
Hay que subir por unas escaleritas y llegar al restaurante. Al llegar todo está lleno de cosas rojas traÃdas seguramente del barrio chino de la Ciudad de México. El laberÃntico camino parece digno de una pelÃcula de Jackie Chan pues hay que sortear algunas cajas y muebles desvencijados. La decoración, ktischinese, con dragoncitos y adaptaciones a lo mexican style, pasarÃÂa como mera curiosidad sino fuera porque la selección musical ha provisto a mis oÃdos de una de las aberraciones musicales más simpáticas: "I just call to say I love you" en versión mariachi. En este restaurante si que saben de world beat y de fusiones.
Ya.. ni me digan... sé que no soy la reina del buen gusto, pero francamente, ya ni la chingan.
sábado, diciembre 20, 2003
Profundas enseñanzas enrolladas en mis spaghettis (CapÃtulo I)
Aproveche los recursos con los que cuenta para hacer un rico platillo comestible al borde de la caducidad.
Finalmente, como dirÃa Bukowski, el mundo gira sobre un eje podrido. La receta iba asÃ: dos escuchimizados y envejecidos dientes de ajo y cebolla nuevecita, se ponen a freir en aceite de oliva de la mejor calidad posible aunque también fue coincidencia que el aceite haya sido bueno. Posteriormente recurra a las especias de frasco. La helada mató mi orégano y mi albahaca. Después dirán que exagero cuando digo que hace frÃo. La albahaca de frasco, bien disfrazada, disimula bastante su sabor. Un dÃa hice con ella un pesto que pasó a los anales de la historia de más de dos paladares. Una cucharadita de albahaca y a revolver un poco. No tolero a la invitada que no invité, me abstraigo y sumerjo mis pensamientos en la cebolla que se acitrona. Me viene a la cabeza esa frase que me hizo reÃr sólo por no llorar: "¿Quién chucha te está haciendo el amor que te ves tan bien?" Y me sonrÃo mientras echo un ojo a la cocción de la pasta, y pienso que faltan varios amigos y sobra la duendolina excesiva que no para de sonreÃÂr con sus malditos brackets y de bailar en medio de mi sala. La crema caduca mañana, asàque es perfecto que muera hoy antes de que se suiciden los lactobacilos. El vino ese es malo por dos cosas: Es blanco y eso ya lo demerita. Es muy barato y con gusto a no sé qué. Para efectos de cocina será genial. Vierto un chorro sobre el sartén y empieza a oler de maravilla. No tolero que la gente me ayude en la cocina, me gusta hacerlo sola. En realidad, trabajo en equipo por comodidad y por necesidad. Por comodidad, porque al ser la jefa, puedo eligir mi propio nivel de participación e involucramiento. Por necesidad porque sin equipo no serÃÂa la jefa. Pero en mi cocina, ni se metan. Algunas cosas son inexplicables. Por ejemplo, ahora mismo la idea era poner a flotar unos pulpos sobre esta salsa, pero recordé que Horacio recién se intoxicó con mariscos, asà que tuve que pensar rápido en algo. Un sabor más neutro como el de los champiñones. "Quién chucha te está haciendo el amor que te ves tan bien?" me acuerdo de nuevo. Si hoy me viera, seguro no opinarÃa que me veo bien. Estos pantalones me quedan cortos, tengo los labios resecos, la chamarra es vieja. La verdura fresca se echa a perder en seguida, asà que champiñón de lata que no sabe a champiñón, una lata pequeña. Algo le falta y recuerdo que hace tiempo compré un jamón a la pimienta pero no lo he usado porque sólo como en mi casa cuando como con alguien. Se pica el jamón en cuadros finos de manera que puedan cocinarse. La verdad, sabe bien, ya mordàuna orilla, peror el frÃo del refrigerador lo quema y entre más pequeños sean los trocitos, menos se notará ese tono bicolor. Camilo es el conejillo de indias, la salsa le ha parecido buena. Hay que bañar los spaghettis y dejarlos ahà un rato. Esta será la última cena del año con mis amigos. Después la casa de la colina se cierra con todo y gatos dentro y yo parto a Barcelona. Procedo a servir. Nadie se queja, todos halagan. He puesto pan, queso y prosciutto para complementar. Y sÃÂ, ya lo he probado, es suficientemente bueno tomando en cuenta el nivel de improvisación. RÃo de nuevo. Pienso en Bukowski de nuevo; mal recuerdo esto que ahora he venido a buscar para que quede exacto:
parece que la
cosa mas
sensata
que una persona puede
hacer
es
estar sentada
con una copa en la
mano
mientras las paredes
blanden
sonrisas de
despedida.
Enredo los spaghettis en mi tenedor. Se me tuerce la risa.
Aproveche los recursos con los que cuenta para hacer un rico platillo comestible al borde de la caducidad.
Finalmente, como dirÃa Bukowski, el mundo gira sobre un eje podrido. La receta iba asÃ: dos escuchimizados y envejecidos dientes de ajo y cebolla nuevecita, se ponen a freir en aceite de oliva de la mejor calidad posible aunque también fue coincidencia que el aceite haya sido bueno. Posteriormente recurra a las especias de frasco. La helada mató mi orégano y mi albahaca. Después dirán que exagero cuando digo que hace frÃo. La albahaca de frasco, bien disfrazada, disimula bastante su sabor. Un dÃa hice con ella un pesto que pasó a los anales de la historia de más de dos paladares. Una cucharadita de albahaca y a revolver un poco. No tolero a la invitada que no invité, me abstraigo y sumerjo mis pensamientos en la cebolla que se acitrona. Me viene a la cabeza esa frase que me hizo reÃr sólo por no llorar: "¿Quién chucha te está haciendo el amor que te ves tan bien?" Y me sonrÃo mientras echo un ojo a la cocción de la pasta, y pienso que faltan varios amigos y sobra la duendolina excesiva que no para de sonreÃÂr con sus malditos brackets y de bailar en medio de mi sala. La crema caduca mañana, asàque es perfecto que muera hoy antes de que se suiciden los lactobacilos. El vino ese es malo por dos cosas: Es blanco y eso ya lo demerita. Es muy barato y con gusto a no sé qué. Para efectos de cocina será genial. Vierto un chorro sobre el sartén y empieza a oler de maravilla. No tolero que la gente me ayude en la cocina, me gusta hacerlo sola. En realidad, trabajo en equipo por comodidad y por necesidad. Por comodidad, porque al ser la jefa, puedo eligir mi propio nivel de participación e involucramiento. Por necesidad porque sin equipo no serÃÂa la jefa. Pero en mi cocina, ni se metan. Algunas cosas son inexplicables. Por ejemplo, ahora mismo la idea era poner a flotar unos pulpos sobre esta salsa, pero recordé que Horacio recién se intoxicó con mariscos, asà que tuve que pensar rápido en algo. Un sabor más neutro como el de los champiñones. "Quién chucha te está haciendo el amor que te ves tan bien?" me acuerdo de nuevo. Si hoy me viera, seguro no opinarÃa que me veo bien. Estos pantalones me quedan cortos, tengo los labios resecos, la chamarra es vieja. La verdura fresca se echa a perder en seguida, asà que champiñón de lata que no sabe a champiñón, una lata pequeña. Algo le falta y recuerdo que hace tiempo compré un jamón a la pimienta pero no lo he usado porque sólo como en mi casa cuando como con alguien. Se pica el jamón en cuadros finos de manera que puedan cocinarse. La verdad, sabe bien, ya mordàuna orilla, peror el frÃo del refrigerador lo quema y entre más pequeños sean los trocitos, menos se notará ese tono bicolor. Camilo es el conejillo de indias, la salsa le ha parecido buena. Hay que bañar los spaghettis y dejarlos ahà un rato. Esta será la última cena del año con mis amigos. Después la casa de la colina se cierra con todo y gatos dentro y yo parto a Barcelona. Procedo a servir. Nadie se queja, todos halagan. He puesto pan, queso y prosciutto para complementar. Y sÃÂ, ya lo he probado, es suficientemente bueno tomando en cuenta el nivel de improvisación. RÃo de nuevo. Pienso en Bukowski de nuevo; mal recuerdo esto que ahora he venido a buscar para que quede exacto:
parece que la
cosa mas
sensata
que una persona puede
hacer
es
estar sentada
con una copa en la
mano
mientras las paredes
blanden
sonrisas de
despedida.
Enredo los spaghettis en mi tenedor. Se me tuerce la risa.
jueves, diciembre 18, 2003
Entre cumpleaños
Por si no fueran suficientes las fiestas que ya de por sà diciembre acarrea, se nos posan dos cumpleaños en el alma y se nos recargan en el cuerpo. El martes, fue el de Claudia, ayer de descanso y hoy celebrando a Roger.
Me da una pereza impresionante postear por estos dÃas. Sólo pienso en descansar un poco.
Resumiré: El cumpleaños de Claudia acabó con Martha tras las rejas. El de hoy, no sé en qué terminará, pero le auguro un fin relativamente similar al anterior... eso sÃ, es hasta que el sol salga. No podrÃa ser de otra forma con el amo de la noche.
Ni se molesten en dejar comentarios. Seguro me dará flojera leerlos.
Mañana quizá tampoco venga... la resaca estará en su punto más alto.
Si quieren, pueden traerme una michelada, un alka seltzer o un red bull. Los chilaquiles verdes no pueden faltar, esos son de rigor.
Por si no fueran suficientes las fiestas que ya de por sà diciembre acarrea, se nos posan dos cumpleaños en el alma y se nos recargan en el cuerpo. El martes, fue el de Claudia, ayer de descanso y hoy celebrando a Roger.
Me da una pereza impresionante postear por estos dÃas. Sólo pienso en descansar un poco.
Resumiré: El cumpleaños de Claudia acabó con Martha tras las rejas. El de hoy, no sé en qué terminará, pero le auguro un fin relativamente similar al anterior... eso sÃ, es hasta que el sol salga. No podrÃa ser de otra forma con el amo de la noche.
Ni se molesten en dejar comentarios. Seguro me dará flojera leerlos.
Mañana quizá tampoco venga... la resaca estará en su punto más alto.
Si quieren, pueden traerme una michelada, un alka seltzer o un red bull. Los chilaquiles verdes no pueden faltar, esos son de rigor.
martes, diciembre 16, 2003
Pinche dÃa feliiiiiiiiiiiiiiiiiiiz
Me ha enviado Pedro la foto del apartamento de Barcelona. Es muy lindo. Tiene un toque retro naranjoso y un par de cuadros feos. Eso me encanta, cada dÃa odio más lo perfecto y por eso cada me amo más.
Hoy es un dÃa en que me amo porque es cumpleaños de mi amiga Claudia y seguro la pasaremos bien.
Me regalaron, además, un Bordeaux que promete y una almohoada en forma de tortuga.
Tuve poco trabajo, y el poco que tuve fue agradable.
¿Será este mi último dÃa de vida?
Me ha enviado Pedro la foto del apartamento de Barcelona. Es muy lindo. Tiene un toque retro naranjoso y un par de cuadros feos. Eso me encanta, cada dÃa odio más lo perfecto y por eso cada me amo más.
Hoy es un dÃa en que me amo porque es cumpleaños de mi amiga Claudia y seguro la pasaremos bien.
Me regalaron, además, un Bordeaux que promete y una almohoada en forma de tortuga.
Tuve poco trabajo, y el poco que tuve fue agradable.
¿Será este mi último dÃa de vida?
domingo, diciembre 14, 2003
I'm a passenger
Y nos fuimos a Puebla, hartos de nuestra ciudad. Llegamos a una cantina a espaldas del Carolingio y desde la pared un toro sin ojo me observaba y se solidarizaba conmigo. "Portate bien" mugió la pinche res y yo, jarra de cerveza mediante, esperaba tan sólo el momento de poner mis canciones en la rocola más moderna que mis ojos han visto. Y desfiló la pata -que odio-, el caldo de camarón, otra cerveza, los tacos de quiensabequé, otra cerveza, la mojarra frita con limón, venga la otra jarra de chela, chuleta de cerdo con mucho chile y la última y nos vamos.
Nos vamos a los sapos por otra cubeta repleta de cervezas, Claudia se nos pone sentimental, me contagio y lloro. Que maneje Roger, gracias.
Llegamos y la indecisión ante el rave y las ganas de seguir aquà con esta música punchis punchis y mÃrame, pinche vaca con cuencas huecas, héme aquà frente a la computadora con la última cerveza del oxxo y la primera corrida de la noche que ahora me deja catatónica y me pone la necesidad de nuevo en la Avenida Juárez.
Escuché varias veces el latido de los corazones... juro que no fue el mÃo, pues como de costumbre, no se escucharme.
Lo bueno es que Claudia y Roger dijeron "nos vemos mañana" y asà no me quedo sola, en casa de que solicite a gritos compañÃa. Pudiera ser que no, que lo que requiera sea una buena dosis de soledad.
I'm a passenger, y canto... canto lo mismo... asà empezó el dÃa, buscando a Iggy Pop... lalalalalalalalalalá...
Y nos fuimos a Puebla, hartos de nuestra ciudad. Llegamos a una cantina a espaldas del Carolingio y desde la pared un toro sin ojo me observaba y se solidarizaba conmigo. "Portate bien" mugió la pinche res y yo, jarra de cerveza mediante, esperaba tan sólo el momento de poner mis canciones en la rocola más moderna que mis ojos han visto. Y desfiló la pata -que odio-, el caldo de camarón, otra cerveza, los tacos de quiensabequé, otra cerveza, la mojarra frita con limón, venga la otra jarra de chela, chuleta de cerdo con mucho chile y la última y nos vamos.
Nos vamos a los sapos por otra cubeta repleta de cervezas, Claudia se nos pone sentimental, me contagio y lloro. Que maneje Roger, gracias.
Llegamos y la indecisión ante el rave y las ganas de seguir aquà con esta música punchis punchis y mÃrame, pinche vaca con cuencas huecas, héme aquà frente a la computadora con la última cerveza del oxxo y la primera corrida de la noche que ahora me deja catatónica y me pone la necesidad de nuevo en la Avenida Juárez.
Escuché varias veces el latido de los corazones... juro que no fue el mÃo, pues como de costumbre, no se escucharme.
Lo bueno es que Claudia y Roger dijeron "nos vemos mañana" y asà no me quedo sola, en casa de que solicite a gritos compañÃa. Pudiera ser que no, que lo que requiera sea una buena dosis de soledad.
I'm a passenger, y canto... canto lo mismo... asà empezó el dÃa, buscando a Iggy Pop... lalalalalalalalalalá...
lunes, diciembre 08, 2003
Estimado amigo lector de este blog:
Si le parece que mi blog es muy aburrido, permítame decirle que tiene usted el pensamiento lleno de razón. El motivo fundamental de por qué esto es un bodrio, tiene que ver de manera directa con que mi vida también lo es.
Me gustaría decirle que se saltara este capítulo, pero desgraciadamente las hojas no vienen numeradas, así que calcule un fajo suficientemente grueso y proceda a leer alguna al azar. Si en dicha página encuentra palabras como: nostalgia, domingo, tristeza, abulia, melancolía, dolor, cotidiano, supermercado, queso, oficina y/o cigarro, quiere decir que el marasmo vivencial continúa.
Por el contrario le recomiendo que para que no esté perdiendo el tiempo, vuelva usted a esta su casa en un año. Para dichas fechas la incertidumbre sobre mi destino será tal, que el morbo de esta página fundamentalmente tendrá que ver con la posible programación de un suicidio "on line" o una desprogramación completa de vidas pasadas.
Es por eso, amigo lector, que no lo culpo si no pone nada en comentarios. La verdad es que hay poco por decir en gran parte de los casos como no sea la transcripción de un bostezo o un gesto solidario.
En caso de que pese a las leyendas de advertencia, decida seguir leyendo este blog, le informo que no me haré responsable por el malgaste de su tiempo libre.
Amable lector, me pongo a sus órdenes para cualquier aclaración y mucho apreciaría sus sugerencias para procurarme una vida menos ensopada.
De antemano, gracias
Si le parece que mi blog es muy aburrido, permítame decirle que tiene usted el pensamiento lleno de razón. El motivo fundamental de por qué esto es un bodrio, tiene que ver de manera directa con que mi vida también lo es.
Me gustaría decirle que se saltara este capítulo, pero desgraciadamente las hojas no vienen numeradas, así que calcule un fajo suficientemente grueso y proceda a leer alguna al azar. Si en dicha página encuentra palabras como: nostalgia, domingo, tristeza, abulia, melancolía, dolor, cotidiano, supermercado, queso, oficina y/o cigarro, quiere decir que el marasmo vivencial continúa.
Por el contrario le recomiendo que para que no esté perdiendo el tiempo, vuelva usted a esta su casa en un año. Para dichas fechas la incertidumbre sobre mi destino será tal, que el morbo de esta página fundamentalmente tendrá que ver con la posible programación de un suicidio "on line" o una desprogramación completa de vidas pasadas.
Es por eso, amigo lector, que no lo culpo si no pone nada en comentarios. La verdad es que hay poco por decir en gran parte de los casos como no sea la transcripción de un bostezo o un gesto solidario.
En caso de que pese a las leyendas de advertencia, decida seguir leyendo este blog, le informo que no me haré responsable por el malgaste de su tiempo libre.
Amable lector, me pongo a sus órdenes para cualquier aclaración y mucho apreciaría sus sugerencias para procurarme una vida menos ensopada.
De antemano, gracias
Fetichismo de pared
a) Póster del LUCC con precios en viejos pesos. b) Representación gráfica de la eclosión de mi corazón. c) Postales que he robado en los viajes. d) Consignas en catalán. e) Reloj blando de DalÃ, obsequio de mi señora madre, f) Boleto de fiesta zapatista en San Cristóbal. g) Tarjeta telefónica con la que llamé desde Venecia en un ataque de amor. h) Invitación a la presentación de un disco. i) Cadáver exquisito multitudinario hecho en fiesta casera. j) Cadáver exquisito realizado en El Dominó, ValparaÃso. k) Ché Guevara y frase revolucionaria. l) Réplica de berimbau, regalo de mi hermana. m) foto familiar. n) carta de agradecimiento que acompañaba libro de poemas. o) carta de despedida que acompañaba besos en el aeropuerto. p) dije de sol y luna feo pero "para que no te olvides"
Hecho el inventario, suscribo de conformidad que todas y cada una de las partes de este mural con reminiscencias adolescentes, contribuyen a acodarme en una saudade dominguera desde donde saludo a los recuerdos.
a) Póster del LUCC con precios en viejos pesos. b) Representación gráfica de la eclosión de mi corazón. c) Postales que he robado en los viajes. d) Consignas en catalán. e) Reloj blando de DalÃ, obsequio de mi señora madre, f) Boleto de fiesta zapatista en San Cristóbal. g) Tarjeta telefónica con la que llamé desde Venecia en un ataque de amor. h) Invitación a la presentación de un disco. i) Cadáver exquisito multitudinario hecho en fiesta casera. j) Cadáver exquisito realizado en El Dominó, ValparaÃso. k) Ché Guevara y frase revolucionaria. l) Réplica de berimbau, regalo de mi hermana. m) foto familiar. n) carta de agradecimiento que acompañaba libro de poemas. o) carta de despedida que acompañaba besos en el aeropuerto. p) dije de sol y luna feo pero "para que no te olvides"
Hecho el inventario, suscribo de conformidad que todas y cada una de las partes de este mural con reminiscencias adolescentes, contribuyen a acodarme en una saudade dominguera desde donde saludo a los recuerdos.

jueves, diciembre 04, 2003
¡ay!
Hace tiempo cosía un botón. Sobre la cama dejé la aguja. Al poco tiempo tocaron el timbre y cuando me incorporé para abrir la puerta la aguja penetró en mi rodilla desde la parte posterior (es decir desde el ojal) quedando sólo un pedacito fuera. Ante el dolor reuní
fuerzas y lo saqué de un tirón. Desde entonces cada vez que me acuerdo, me duele la rodilla y también molesta cuando hace frío.
Así han sido los pensamientos de hoy. Me duelen cuando me acuerdo y más cuando, como ahora, hace frío.
Hace tiempo cosía un botón. Sobre la cama dejé la aguja. Al poco tiempo tocaron el timbre y cuando me incorporé para abrir la puerta la aguja penetró en mi rodilla desde la parte posterior (es decir desde el ojal) quedando sólo un pedacito fuera. Ante el dolor reuní
fuerzas y lo saqué de un tirón. Desde entonces cada vez que me acuerdo, me duele la rodilla y también molesta cuando hace frío.
Así han sido los pensamientos de hoy. Me duelen cuando me acuerdo y más cuando, como ahora, hace frío.
miércoles, diciembre 03, 2003
Bodas, perfumes y flores
En mi coche hay una mochila con una blusa Versace y un par de perfumes caros. La rosa que se habÃa secado frente al asiento del copiloto estaba pisoteada en el suelo. Todo cambia. La mochila- dijo él- "es de una vieja, dámela mañana por favor" Claro que se la doy, no me queda esa blusa y el perfume es demasiado dulce. Pero ahà está la evidencia de que no usó el coche sólo para ir a su casa y a esa reunión familiar. Quizá sea de alguna de sus primas, pero no estoy segura. Lo que sà es que para nada corresponde al atuendo del tipo de chica que se ligarÃa. Esperaba encontrar en la mochila unos tenis apestosos y su uniforme de futbol, o unos pantalones limpios para cambiarse, o si la mochila es ajena y de mujer, unos jeans y alguna camiseta deslavada o una bufanda y un sweater, o unas botas del 3 ¿Cómo una Versace? ¿A dónde vamos a parar? Este güey se siente muy solo o de plano la vieja estaba muy buena o qué hizo el fin de semana que no me cuenta nada y sólo me pide que "por favor" se la devuelva. Lo que sà sé es que la mujeruca en cuestión tiró mi rosa al suelo y la pisó (deliberadamente no lo creo, ¿o sÃ?). Y la flor no significaba nada pues no me la dio nadie, sólo era la evidencia de que jamás limpio mi auto. QuerÃa ver cuanto duraba ahà hasta que alguien preguntara. Pero nadie preguntaba y ya nadie va a preguntar. Quizá sólo pensaron que soy cursi o idiota. Para el caso es lo mismo.
En fin, que para Versace Style tuve bastante el fin de semana en refinada boda digna de la mejor página de sociales. Decidà ser el toque folklórico de la reunión asà que me incorporé a la celebración para no sentirme fuera de lugar. Cierta gente siempre ve con buenos ojos a los elementos discordantes que le dan heterogeneidad a una sociedad más bien planita y "mona". Asà que yo era la prima loca del novio, ese papel jugué. La única que iba de largo y con vestido artesanal oaxaqueño. Nadie bailó conmigo y eso que me alacié el pelo y me puse un collar de coral hecho por mi misma, ah, y me puse mi rico perfumito DKNY que es el toque burgués que siempre me acompaña. Bueno, Paulina tampoco bailó con nadie y eso que ella es una verdadera reina y usa siempre un perfume diferente y un vestido diferente y un peinado diferente y siempre es otra y no la misma pero siempre es guapa, guapa y chic. Al final bailamos solas y claro, corrimos por el ramo y por supuesto no me tocó, pero qué más da. Ya me propusieron matrimonio y lo del ramo es mero trámite supersticioso y tradicionalista. Lo del matrimonio también es otro trámite tradicionalista y de mal agüero y lo de que me pidieron matrimonio pues seguro era una mala broma ¿o sà era verdad? Porque si es verdad, yo no he pedido casarme, pero si es broma, me volveré a sentir crédula e idiota.
En fin, que las bodas me hacen llorar porque los zapatos siempre me sacan ampollas y porque después de varios tequilas me olvido que llevo rimmel y me tallo los ojos.
-----------------
PS: Justo por esa puerta está entrando el interfecto. Lo recibo con la pregunta de la mochila. Ahora ya sé de quién es. Pinches hombres. Bendita intuición que no me falla.
En mi coche hay una mochila con una blusa Versace y un par de perfumes caros. La rosa que se habÃa secado frente al asiento del copiloto estaba pisoteada en el suelo. Todo cambia. La mochila- dijo él- "es de una vieja, dámela mañana por favor" Claro que se la doy, no me queda esa blusa y el perfume es demasiado dulce. Pero ahà está la evidencia de que no usó el coche sólo para ir a su casa y a esa reunión familiar. Quizá sea de alguna de sus primas, pero no estoy segura. Lo que sà es que para nada corresponde al atuendo del tipo de chica que se ligarÃa. Esperaba encontrar en la mochila unos tenis apestosos y su uniforme de futbol, o unos pantalones limpios para cambiarse, o si la mochila es ajena y de mujer, unos jeans y alguna camiseta deslavada o una bufanda y un sweater, o unas botas del 3 ¿Cómo una Versace? ¿A dónde vamos a parar? Este güey se siente muy solo o de plano la vieja estaba muy buena o qué hizo el fin de semana que no me cuenta nada y sólo me pide que "por favor" se la devuelva. Lo que sà sé es que la mujeruca en cuestión tiró mi rosa al suelo y la pisó (deliberadamente no lo creo, ¿o sÃ?). Y la flor no significaba nada pues no me la dio nadie, sólo era la evidencia de que jamás limpio mi auto. QuerÃa ver cuanto duraba ahà hasta que alguien preguntara. Pero nadie preguntaba y ya nadie va a preguntar. Quizá sólo pensaron que soy cursi o idiota. Para el caso es lo mismo.
En fin, que para Versace Style tuve bastante el fin de semana en refinada boda digna de la mejor página de sociales. Decidà ser el toque folklórico de la reunión asà que me incorporé a la celebración para no sentirme fuera de lugar. Cierta gente siempre ve con buenos ojos a los elementos discordantes que le dan heterogeneidad a una sociedad más bien planita y "mona". Asà que yo era la prima loca del novio, ese papel jugué. La única que iba de largo y con vestido artesanal oaxaqueño. Nadie bailó conmigo y eso que me alacié el pelo y me puse un collar de coral hecho por mi misma, ah, y me puse mi rico perfumito DKNY que es el toque burgués que siempre me acompaña. Bueno, Paulina tampoco bailó con nadie y eso que ella es una verdadera reina y usa siempre un perfume diferente y un vestido diferente y un peinado diferente y siempre es otra y no la misma pero siempre es guapa, guapa y chic. Al final bailamos solas y claro, corrimos por el ramo y por supuesto no me tocó, pero qué más da. Ya me propusieron matrimonio y lo del ramo es mero trámite supersticioso y tradicionalista. Lo del matrimonio también es otro trámite tradicionalista y de mal agüero y lo de que me pidieron matrimonio pues seguro era una mala broma ¿o sà era verdad? Porque si es verdad, yo no he pedido casarme, pero si es broma, me volveré a sentir crédula e idiota.
En fin, que las bodas me hacen llorar porque los zapatos siempre me sacan ampollas y porque después de varios tequilas me olvido que llevo rimmel y me tallo los ojos.
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PS: Justo por esa puerta está entrando el interfecto. Lo recibo con la pregunta de la mochila. Ahora ya sé de quién es. Pinches hombres. Bendita intuición que no me falla.
martes, noviembre 25, 2003
Juguetes justificantes
Ayer fui a comprar algunas cosas de Ãndole cotidiano: pan, queso, detergente, pasta de dientes y un yogurt. Frente al supermercado habilitan por estas fechas la jugueterÃa y sin pensarlo dos veces entré.
Cruzando el umbral me surgieron varios pretextos, entre ellos, que serÃa bueno comprar un Scrabble y que le habÃa prometido a mi sobrina un juego de memoria con figuritas porque ya no le gusta jugar con las barajas de su mamá.
Antes de llegar a los juegos de mesa zigzagueé por todos los pasillos. Hay unas pistas de coches buenÃsimas y otros juegos de destreza que debà haber tenido antes. En donde más me detuve fue en el pasillo de las muñecas. Sà ¿y qué?
Pensé que me gustarÃa tener una hija para comprarle una muñeca, o en realidad me gustarÃa tener una muñeca para sentir que tengo una hija. Las veces que pienso en hijos, siempre pienso en tener una niña. Pero casi no pienso en tener hijos, quizá sólo cuando voy a las jugueterÃas, pero entonces me doy cuenta que más que tener niños, me gustarÃa tenerme a mà misma de niña. Comprarme una muñeca sin pudor, cambiarle los pañales y luego refundirla en el closet sin volver a saber de su existencia. A lo mejor eso mismo harÃa con una hija. Dejarla crecer como planta. No puedo prodigarle cariño suficiente a mis gatos. Debà comprarme una muñeca y tratarla como solÃa hacerlo: pelos cortados, cara con marcas de plumón. Barbies con piernas mordidas hasta que se les asome el plastiquito. Bebés con ojos sumidos. Y ya sé, después me arrepiento y lloro y trato de arreglarlo. Asà soy con todo, asà mismo fui ayer. Primero puteo a mi amorcito y luego me voy a ver juguetes...
Ay hija de la chingada.
Ayer fui a comprar algunas cosas de Ãndole cotidiano: pan, queso, detergente, pasta de dientes y un yogurt. Frente al supermercado habilitan por estas fechas la jugueterÃa y sin pensarlo dos veces entré.
Cruzando el umbral me surgieron varios pretextos, entre ellos, que serÃa bueno comprar un Scrabble y que le habÃa prometido a mi sobrina un juego de memoria con figuritas porque ya no le gusta jugar con las barajas de su mamá.
Antes de llegar a los juegos de mesa zigzagueé por todos los pasillos. Hay unas pistas de coches buenÃsimas y otros juegos de destreza que debà haber tenido antes. En donde más me detuve fue en el pasillo de las muñecas. Sà ¿y qué?
Pensé que me gustarÃa tener una hija para comprarle una muñeca, o en realidad me gustarÃa tener una muñeca para sentir que tengo una hija. Las veces que pienso en hijos, siempre pienso en tener una niña. Pero casi no pienso en tener hijos, quizá sólo cuando voy a las jugueterÃas, pero entonces me doy cuenta que más que tener niños, me gustarÃa tenerme a mà misma de niña. Comprarme una muñeca sin pudor, cambiarle los pañales y luego refundirla en el closet sin volver a saber de su existencia. A lo mejor eso mismo harÃa con una hija. Dejarla crecer como planta. No puedo prodigarle cariño suficiente a mis gatos. Debà comprarme una muñeca y tratarla como solÃa hacerlo: pelos cortados, cara con marcas de plumón. Barbies con piernas mordidas hasta que se les asome el plastiquito. Bebés con ojos sumidos. Y ya sé, después me arrepiento y lloro y trato de arreglarlo. Asà soy con todo, asà mismo fui ayer. Primero puteo a mi amorcito y luego me voy a ver juguetes...
Ay hija de la chingada.

domingo, noviembre 23, 2003
Sábado de milagros
Estoy pensando seriamente que ayer fui utilizada por mi grano. El muy cabrón se quedó conmigo durante el desayuno con Edurne, la comida con Simón y los tragos con los cuenteros. Fue el protagonista que se apoderó de todos mis actos. Orondo, casi en la punta de mi micrométrica nariz, pasó por todos los estados posibles.
Grano y yo desayunamos chilaquiles verdes con Edurne, comimos con Simón camarones, quesos, un filete de atún y cheesecake con guayaba y bebimos, qué rico bebimos. Primero ese vino argentino que tan sabiamente escogió Simón, después tequilas y más tequilas. Pero Grano no se mareó nunca ni se cayó. Ahà permaneció el muy jijo...
Después me desorientó y nos perdimos por quién sabe qué barrancas del sur. Ni de brújula sirvió Mister Grano, quien a estas alturas del domingo ya tiene personalidad jurÃdica y patrimonio propio.
Amén de Grano y sus impertinencias, lo pasé genial.
En mi bolsa traÃa un "milagrito" de corazón. Se lo regalé a Edurne y casi me cree que se apareció asà nomás. Después me contó una historia sobre una señora a la que le aparecÃan milagritos en la bolsa que olÃan a flores. Pero para historias, las de Simón que me tuvo boquiabierta (boquiabierta o masticando) toda el tiempo, genial, me felicito por haberlo conocido.
Lo de los cuenteros fue bueno a pesar de mis prejuicios y todas esas artimañas defensivas que me acompañan. Lamenté no haber llevado mis textos para propinarles horas y horas de solaz aburrimiento. Un poco en venganza... jejeje
Después fuimos con Julissa a beber un par de tequilas más. Julissa me recuerda a alguien y no sé a quién. No sé.
Yo me hubiese quedado un rato más a pesar de la hora. No querÃa llegar a casa, la pasaba milagrosamente bien.
Estoy pensando seriamente en despojarme de todos mis prejuicios y ser más tolerante. Al final siempre la paso bien como sea y con quien sea... incluido este puto grano que en dos minutos hará eclosión.
Cercaré el área. El Vesubio es apenas un eructo, y el ParicutÃn un volcan escolar con Alka Seltzer.
El milagro será ahora conservar completa mi nariz.

Estoy pensando seriamente que ayer fui utilizada por mi grano. El muy cabrón se quedó conmigo durante el desayuno con Edurne, la comida con Simón y los tragos con los cuenteros. Fue el protagonista que se apoderó de todos mis actos. Orondo, casi en la punta de mi micrométrica nariz, pasó por todos los estados posibles.
Grano y yo desayunamos chilaquiles verdes con Edurne, comimos con Simón camarones, quesos, un filete de atún y cheesecake con guayaba y bebimos, qué rico bebimos. Primero ese vino argentino que tan sabiamente escogió Simón, después tequilas y más tequilas. Pero Grano no se mareó nunca ni se cayó. Ahà permaneció el muy jijo...
Después me desorientó y nos perdimos por quién sabe qué barrancas del sur. Ni de brújula sirvió Mister Grano, quien a estas alturas del domingo ya tiene personalidad jurÃdica y patrimonio propio.
Amén de Grano y sus impertinencias, lo pasé genial.
En mi bolsa traÃa un "milagrito" de corazón. Se lo regalé a Edurne y casi me cree que se apareció asà nomás. Después me contó una historia sobre una señora a la que le aparecÃan milagritos en la bolsa que olÃan a flores. Pero para historias, las de Simón que me tuvo boquiabierta (boquiabierta o masticando) toda el tiempo, genial, me felicito por haberlo conocido.
Lo de los cuenteros fue bueno a pesar de mis prejuicios y todas esas artimañas defensivas que me acompañan. Lamenté no haber llevado mis textos para propinarles horas y horas de solaz aburrimiento. Un poco en venganza... jejeje
Después fuimos con Julissa a beber un par de tequilas más. Julissa me recuerda a alguien y no sé a quién. No sé.
Yo me hubiese quedado un rato más a pesar de la hora. No querÃa llegar a casa, la pasaba milagrosamente bien.
Estoy pensando seriamente en despojarme de todos mis prejuicios y ser más tolerante. Al final siempre la paso bien como sea y con quien sea... incluido este puto grano que en dos minutos hará eclosión.
Cercaré el área. El Vesubio es apenas un eructo, y el ParicutÃn un volcan escolar con Alka Seltzer.
El milagro será ahora conservar completa mi nariz.
viernes, noviembre 21, 2003
La loca de la colina (Un texto viejo, porque no hay nuevas ideas)
SÃ, soy un cliché: tomo coca-cola, hablo mal de los hombres, odio el fútbol, me muerdo las uñas y lloro en el cine. No tolero que me enciendan el cigarro, que me cedan el asiento, que me abran la puerta. No uso medias porque las rompo y no uso maquillaje porque al final del dÃa mis pestañas sólo piden clemencia y mis parpados quieren conservar ojos que sólo miren sueños. ¡Hace tanto que no sueño! Los hombres ya no dan material para construirlos. Antes eran otros tiempos, por ejemplo, mi abuela siempre amó a mi abuelo y nunca se le ocurrió que podrÃa ser de otra manera. Mi madre tuvo hijos y jamás pensó que podrÃa no tenerlos... pero estos son mis tiempos y ahora pienso que podrÃa enamorarme del amigo de mis hijos o del de mi abuelo. Pero todo son sueños locos, en realidad yo estoy enamorada como una imbécil a pesar de no estar contigo, de las parejas ocasionales, de las barreras de latex, del internet y sus promesas. Yo te amo aunque me vista de negro y te persiga con una motosierra (¿lo ves? soy predecible), por toda la casa y luego te pida perdón de rodillas mientras remiendo tus heridas con estambre de lana. Y luego vendrás a decirme que no soy una mujer normal. Lo sé. Pero sabes que sÃ, que tengo mis manÃas y fumo Marlboro y bueno, un ratito de instintos asesinos, los tiene cualquiera. ¿Se me pasó la mano? ¿sÃ? Contesta--------contestaaa------¡contestaaaaaaa!
SÃ, soy un cliché: tomo coca-cola, hablo mal de los hombres, odio el fútbol, me muerdo las uñas y lloro en el cine. No tolero que me enciendan el cigarro, que me cedan el asiento, que me abran la puerta. No uso medias porque las rompo y no uso maquillaje porque al final del dÃa mis pestañas sólo piden clemencia y mis parpados quieren conservar ojos que sólo miren sueños. ¡Hace tanto que no sueño! Los hombres ya no dan material para construirlos. Antes eran otros tiempos, por ejemplo, mi abuela siempre amó a mi abuelo y nunca se le ocurrió que podrÃa ser de otra manera. Mi madre tuvo hijos y jamás pensó que podrÃa no tenerlos... pero estos son mis tiempos y ahora pienso que podrÃa enamorarme del amigo de mis hijos o del de mi abuelo. Pero todo son sueños locos, en realidad yo estoy enamorada como una imbécil a pesar de no estar contigo, de las parejas ocasionales, de las barreras de latex, del internet y sus promesas. Yo te amo aunque me vista de negro y te persiga con una motosierra (¿lo ves? soy predecible), por toda la casa y luego te pida perdón de rodillas mientras remiendo tus heridas con estambre de lana. Y luego vendrás a decirme que no soy una mujer normal. Lo sé. Pero sabes que sÃ, que tengo mis manÃas y fumo Marlboro y bueno, un ratito de instintos asesinos, los tiene cualquiera. ¿Se me pasó la mano? ¿sÃ? Contesta--------contestaaa------¡contestaaaaaaa!
lunes, noviembre 17, 2003
Pechugas de ángel
Me canso de tener mis manitas en cocimiento. Diez minutos de un lado, diez del otro... ¿y luego? De pronto pensé que mi mano era una pechuga de pollo que jamás terminarÃa de cocinarse. Pechuga de pollo al negro carbón...¿y luego?
Luego nada... y mucho menos si hay algo peor que el Tonayan. Feliz cumple Iván, ya tenemos la misma edad y hemos de brindar con esa cosa de dudosa procedencia. Si hay algo que, tambaleante, te niegue el transitar del patio de la cordura a la sala de la locura, es precisamente el no tener como vecino a una buena botillerÃa (aaay, ¿por qué escribo "botillerÃa"? ¿por qué no se larga de una vez el fantasma chileno?) y un crédito suficiente.
Y luego mis manos, sobre el terciopelo negro de mi falda que tapa los tobillos y los zapatos de muñeca. No uso zapatos de muñeca por capricho, es que los de tacón son muy altos y me ponen excesiva. A veces quiero ser como todas, lo juro. A veces quiero decir cosas que me trago mientras mi mano, se va dorando despacito, soltando jugos, cocinándose... y yo no digo nada.
Y salgo a la puerta a despedirme y ya no es lo mismo. El hip hop es una mierda -opino- mientras la cátedra continua. SÃ, ya sé que es un estilo, sÃ, los sÃmbolos, sÃ, no me vengan ahora con teorÃas que harta estoy de eso.
Y después nos vamos y Miguel me pisa el pie que tengo en el acelerador. Quieren llegar. Yo no. Seráque ellos llegarán a fagocitarse el uno al otro.
Yo no quiero llegar a mirar mis manos de pechuga asada mientras se sumergen en el BBQ que es mi cama: revoltijo de todo y de nada, sobre todo de nada... que otra vez tendré que calentarme yo sola. Toda yo un rollo de carne (como el que hacÃa mi abuela) que se cocina a fuego lento mientras afuera pasan cosas. Pinche frÃo.
Me canso de tener mis manitas en cocimiento. Diez minutos de un lado, diez del otro... ¿y luego? De pronto pensé que mi mano era una pechuga de pollo que jamás terminarÃa de cocinarse. Pechuga de pollo al negro carbón...¿y luego?
Luego nada... y mucho menos si hay algo peor que el Tonayan. Feliz cumple Iván, ya tenemos la misma edad y hemos de brindar con esa cosa de dudosa procedencia. Si hay algo que, tambaleante, te niegue el transitar del patio de la cordura a la sala de la locura, es precisamente el no tener como vecino a una buena botillerÃa (aaay, ¿por qué escribo "botillerÃa"? ¿por qué no se larga de una vez el fantasma chileno?) y un crédito suficiente.
Y luego mis manos, sobre el terciopelo negro de mi falda que tapa los tobillos y los zapatos de muñeca. No uso zapatos de muñeca por capricho, es que los de tacón son muy altos y me ponen excesiva. A veces quiero ser como todas, lo juro. A veces quiero decir cosas que me trago mientras mi mano, se va dorando despacito, soltando jugos, cocinándose... y yo no digo nada.
Y salgo a la puerta a despedirme y ya no es lo mismo. El hip hop es una mierda -opino- mientras la cátedra continua. SÃ, ya sé que es un estilo, sÃ, los sÃmbolos, sÃ, no me vengan ahora con teorÃas que harta estoy de eso.
Y después nos vamos y Miguel me pisa el pie que tengo en el acelerador. Quieren llegar. Yo no. Seráque ellos llegarán a fagocitarse el uno al otro.
Yo no quiero llegar a mirar mis manos de pechuga asada mientras se sumergen en el BBQ que es mi cama: revoltijo de todo y de nada, sobre todo de nada... que otra vez tendré que calentarme yo sola. Toda yo un rollo de carne (como el que hacÃa mi abuela) que se cocina a fuego lento mientras afuera pasan cosas. Pinche frÃo.
jueves, noviembre 13, 2003
No soy de aquà ni soy de allá
Cada tanto me asalta ese sentimiento de antipertenencia (Sin contar las veces que me echan en cara el no haber nacido aquÃ). A veces me encuentro fascinada en Tlaxcala. La traÃda y llevada frase de “calidad de vidaâ€�, en Tlaxcala me suena a exceso de aire puro y carencia de bares interesantes. Montones de pajarillos y ausencia de librerÃas chidas. Seguridad para salir a caminar a las tres de la mañana pero falta de historias, de esas que sólo pasan en las grandes urbes, justo a las tres de la mañana. El problema es que voy al DF y la ciudad me queda grande, me estreso, me paniqueo, manejo a dos kilómetros por hora y tengo miedo. Casi cinco años en provincia han trastocado mis 22 de chilanguismo pletórico de chilanguez. Porque yo era una chilanga de pura cepa. Conocedora de los mejores antros, de las presentaciones de libros y revistas, de los conciertos importantes. Aunque nunca iba por falta de lana.
Sin embargo me siento muy de aquà cuando camino por los portales saludando a diestra y siniestra; cuando me involucro en el chismorreo del pueblo chico agrandando el infierno; cuando la vida se desarrolla en la Avenida Juárez y ahà salen los amigos, las fiestas, las comidas: la vida social, pues. Amén de la vida laboral que por razones de salud mental, procuro no tocar en este blog.
Hace unos meses fui a México con unos amigos y cuando preguntaron a dónde irÃamos de reven todos me vieron con cara de “Tú, chilanga, condúcenosâ€� La primera parte de la noche se salvó con el Salón Corona, pero la segunda... balbuceé... pensé... hice un inventario de antros, y siendo jueves, sólo dije quedamente “pussss... vamos al Bar Milán...¿no?â€� Por fortuna, no les pareció mal porque como en Tlaxcala no hay nada, algo es suficiente. Sin embargo a mi, la nopalera me pareció más polvorienta que de costumbre y vi pocas caras de los aferrados de antaño. Además de que me di cuenta que “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejosâ€�, pues mis años del Milán fueron... en... 95, 96, más o menos. Y total, que cuando voy al DF ya no sé a dónde ir y aunque acudo con cierta frecuencia a la ciudad, debo descontar los dos años de ascetismo y depresión en los que prácticamente no pisé ningún antro.
Eso sÃ, que mis amigos cuando vienen a verme se cagan de envidia porque aquà lo pasamos genial. Se sienten bucólicos corriendo por el campo que rodea mi casa (porque eso sÃ, vivo entre arbolitos, con mis gatitos y un ventanal de dos metros con inmejorable vista), los lindos paisajes, la tranquilidad, la paz. Mis amigos del campo son diferentes a mis amigos de la ciudad (Eso me lo explicó Montoya en Plaza Sésamo) pero a los dos gremios los quiero. También quiero tanto al DF y más, mucho más a Tlaxcala, aunque siempre me queje... pero... ya se sabe, soy fiel adalid de la cultura de la queja.
También me encanta Barcelona y si vivo ahà dos meses, empezarÃa a buscarle “perosâ€�. Me fascina ValparaÃso, pero por motivos personales es un lugar que no volveré a pisar. Adoro Montevideo, pero algo me dice que jamás radicaré ahÃ. San Cristóbal de las Casas me emociona hasta la lágrima pero el clima me sienta fatal. Asà que mejor me quedo aquà en Tlaxcala, cerquita de la Ciudad de México, más cerquita todavÃa del cielo y sobre todo, el lugar en el que he descubierto lo mejor y lo peor de mi. (aaaah... suspiro engalanado con el paisaje arrebolado y libre de smog)
Asà que, contradiciendo a Elena Garro, la culpa no es de los tlaxcaltecas, es mÃa porque soy un culo de mal asiento.
Cada tanto me asalta ese sentimiento de antipertenencia (Sin contar las veces que me echan en cara el no haber nacido aquÃ). A veces me encuentro fascinada en Tlaxcala. La traÃda y llevada frase de “calidad de vidaâ€�, en Tlaxcala me suena a exceso de aire puro y carencia de bares interesantes. Montones de pajarillos y ausencia de librerÃas chidas. Seguridad para salir a caminar a las tres de la mañana pero falta de historias, de esas que sólo pasan en las grandes urbes, justo a las tres de la mañana. El problema es que voy al DF y la ciudad me queda grande, me estreso, me paniqueo, manejo a dos kilómetros por hora y tengo miedo. Casi cinco años en provincia han trastocado mis 22 de chilanguismo pletórico de chilanguez. Porque yo era una chilanga de pura cepa. Conocedora de los mejores antros, de las presentaciones de libros y revistas, de los conciertos importantes. Aunque nunca iba por falta de lana.
Sin embargo me siento muy de aquà cuando camino por los portales saludando a diestra y siniestra; cuando me involucro en el chismorreo del pueblo chico agrandando el infierno; cuando la vida se desarrolla en la Avenida Juárez y ahà salen los amigos, las fiestas, las comidas: la vida social, pues. Amén de la vida laboral que por razones de salud mental, procuro no tocar en este blog.
Hace unos meses fui a México con unos amigos y cuando preguntaron a dónde irÃamos de reven todos me vieron con cara de “Tú, chilanga, condúcenosâ€� La primera parte de la noche se salvó con el Salón Corona, pero la segunda... balbuceé... pensé... hice un inventario de antros, y siendo jueves, sólo dije quedamente “pussss... vamos al Bar Milán...¿no?â€� Por fortuna, no les pareció mal porque como en Tlaxcala no hay nada, algo es suficiente. Sin embargo a mi, la nopalera me pareció más polvorienta que de costumbre y vi pocas caras de los aferrados de antaño. Además de que me di cuenta que “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejosâ€�, pues mis años del Milán fueron... en... 95, 96, más o menos. Y total, que cuando voy al DF ya no sé a dónde ir y aunque acudo con cierta frecuencia a la ciudad, debo descontar los dos años de ascetismo y depresión en los que prácticamente no pisé ningún antro.
Eso sÃ, que mis amigos cuando vienen a verme se cagan de envidia porque aquà lo pasamos genial. Se sienten bucólicos corriendo por el campo que rodea mi casa (porque eso sÃ, vivo entre arbolitos, con mis gatitos y un ventanal de dos metros con inmejorable vista), los lindos paisajes, la tranquilidad, la paz. Mis amigos del campo son diferentes a mis amigos de la ciudad (Eso me lo explicó Montoya en Plaza Sésamo) pero a los dos gremios los quiero. También quiero tanto al DF y más, mucho más a Tlaxcala, aunque siempre me queje... pero... ya se sabe, soy fiel adalid de la cultura de la queja.
También me encanta Barcelona y si vivo ahà dos meses, empezarÃa a buscarle “perosâ€�. Me fascina ValparaÃso, pero por motivos personales es un lugar que no volveré a pisar. Adoro Montevideo, pero algo me dice que jamás radicaré ahÃ. San Cristóbal de las Casas me emociona hasta la lágrima pero el clima me sienta fatal. Asà que mejor me quedo aquà en Tlaxcala, cerquita de la Ciudad de México, más cerquita todavÃa del cielo y sobre todo, el lugar en el que he descubierto lo mejor y lo peor de mi. (aaaah... suspiro engalanado con el paisaje arrebolado y libre de smog)
Asà que, contradiciendo a Elena Garro, la culpa no es de los tlaxcaltecas, es mÃa porque soy un culo de mal asiento.
miércoles, noviembre 12, 2003
Todo el dÃa soñé con estar bajo una manta como esta
Será porque me la pasé estornudando. Hoy salà una hora antes de la oficina y me enteré que el destino inmediato de los niños que hacen servicio social, son las bancas del parque. Todos me vieron entre sorprendidos y avergonzados, pues descubrà los furtivos noviazgos que se generan en mi oficina y yo sin enterarme. ¡¡Atchú!! Ayer pasé a ver a Roger y se habÃa cortado el pelo. Dato insulso de no ser porque en la noche soñé con él. VenÃa manejando y me decÃa: “Me estoy cortando el pelo poco a poco porque ya me voy a casarâ€� Entonces yo le decÃa que no le creÃa y me recargaba en su hombro mientras seguÃamos por la carretera. Hoy pasé por su oficina y lo vi de espaldas. Afortunadamente sus bucles siguen a media espalda, creo que no se casa. Qué bueno, odio las bodas. Por cierto, es miércoles y tiene programa de radio. Hoy sà lo escucharé, a menudo se me olvida. ¡¡Atchú!! Comà con Isidro, le quedó bien la comida aunque como se le desarmaron los chiles rellenos, le pareció que lo mejor era amarrarlos con un cordel, no sé si lo zurció como calcetin, pero parecÃan Frankesteins. Nos reÃmos mucho. Después subimos a ver la tele y a fumar con Camilo. Nos seguimos riendo, pero ahora más. ¡¡Atchú!! No sé qué le pasa a Claudia, está enferma y también insoportable. Tomo distancia que ya bastante tengo con mi resfriado. ¡¡Atchuuuuuú!! Hoy me encontré a un entrañable automóvil. El Mondeo con el que recorrimos la Sierra de Puebla y llegamos a Oaxaca. Casi se me sale una lágrima. ¿Que cómo lo reconocÃ? Pues porque sigue con el guardafango roto. La agencia aún no lo arregla y todos los incautos que lo rentamos lo reparamos con chicle o como podemos pa’ que no se caiga al cruzar la puerta. ¡¡Atchú!! ¡¡A-a-a-tchuuuú!!! Por fin me conectaron la tele por cable, asà que me largo a ponerme la pijama, a ver “Cuéntame cómo pasóâ€� a hacer zapping y a seguir estornudando. ¡¡Atchú!! Ah, y a escuchar el programa de radio de Roger.

Será porque me la pasé estornudando. Hoy salà una hora antes de la oficina y me enteré que el destino inmediato de los niños que hacen servicio social, son las bancas del parque. Todos me vieron entre sorprendidos y avergonzados, pues descubrà los furtivos noviazgos que se generan en mi oficina y yo sin enterarme. ¡¡Atchú!! Ayer pasé a ver a Roger y se habÃa cortado el pelo. Dato insulso de no ser porque en la noche soñé con él. VenÃa manejando y me decÃa: “Me estoy cortando el pelo poco a poco porque ya me voy a casarâ€� Entonces yo le decÃa que no le creÃa y me recargaba en su hombro mientras seguÃamos por la carretera. Hoy pasé por su oficina y lo vi de espaldas. Afortunadamente sus bucles siguen a media espalda, creo que no se casa. Qué bueno, odio las bodas. Por cierto, es miércoles y tiene programa de radio. Hoy sà lo escucharé, a menudo se me olvida. ¡¡Atchú!! Comà con Isidro, le quedó bien la comida aunque como se le desarmaron los chiles rellenos, le pareció que lo mejor era amarrarlos con un cordel, no sé si lo zurció como calcetin, pero parecÃan Frankesteins. Nos reÃmos mucho. Después subimos a ver la tele y a fumar con Camilo. Nos seguimos riendo, pero ahora más. ¡¡Atchú!! No sé qué le pasa a Claudia, está enferma y también insoportable. Tomo distancia que ya bastante tengo con mi resfriado. ¡¡Atchuuuuuú!! Hoy me encontré a un entrañable automóvil. El Mondeo con el que recorrimos la Sierra de Puebla y llegamos a Oaxaca. Casi se me sale una lágrima. ¿Que cómo lo reconocÃ? Pues porque sigue con el guardafango roto. La agencia aún no lo arregla y todos los incautos que lo rentamos lo reparamos con chicle o como podemos pa’ que no se caiga al cruzar la puerta. ¡¡Atchú!! ¡¡A-a-a-tchuuuú!!! Por fin me conectaron la tele por cable, asà que me largo a ponerme la pijama, a ver “Cuéntame cómo pasóâ€� a hacer zapping y a seguir estornudando. ¡¡Atchú!! Ah, y a escuchar el programa de radio de Roger.
Sobre los cepillos de dientes como sÃmbolos del amor y el desamor
Quizá no hay elemento más simbólico de los avatares amorosos que el cepillo de dientes. Cuando uno empieza a instalarse en casa de otro, casi tÃmidamente y como al descuido, coloca el cepillo de dientes en el lugar correspondiente. Es una amenaza de que se volverá a ese nuevo espacio de manera consuetudinaria. También se pueden dejar suéteres, abrigos, libros o discos. Pero son objetos menos Ãntimos y que francamente, se puden dejar en casa de cualquiera.
Al respecto charlaba con Arcelia quien recordaba los ires y venires de su cepillo de dientes. Recordamos alguna despedida definitiva con un cepillo de dientes entre las manos y un portazo que queda retumbando en los oÃdos por por horas.
También puede darse el caso de que nunca se pasó por el consabido cepillo y cuando casualmente se vuelve a la escena del crimen, la otra persona ya tuvo a bien desechar el cepillo... pero otra sensación invade cuando este aún permanece tieso e inamovible junto al otro cepillo. Los recuerdos acuden por cientos y esas mañanas pastosas y atestadas de lagañas nos insinuan que todavÃa pertenecemos un poco -o un mucho- a ese sitio.
Eché un ojo a mi vaso donde pongo los cepillos de dientes y hay muchos. De ellos sólo uno me inquieta (no sé porqué no lo tiro). Los demás son cepillos mÃos que no boto quizá para ver cómo se han ido acumulando las soledades.
(Esta última frase es una metáfora jodida, la verdad es que no los tiro porque se me olvidan o porque luego me sirven para quitar pequeñas manchas. Lo único cierto, es que soy más receptora de cepillos que colocadora de estos en baños ajenos. Debe ser porque descubrà que hay unos estuchitos muy prácticos que pueden llevarse siempre en la bolsa)
Quizá no hay elemento más simbólico de los avatares amorosos que el cepillo de dientes. Cuando uno empieza a instalarse en casa de otro, casi tÃmidamente y como al descuido, coloca el cepillo de dientes en el lugar correspondiente. Es una amenaza de que se volverá a ese nuevo espacio de manera consuetudinaria. También se pueden dejar suéteres, abrigos, libros o discos. Pero son objetos menos Ãntimos y que francamente, se puden dejar en casa de cualquiera.
Al respecto charlaba con Arcelia quien recordaba los ires y venires de su cepillo de dientes. Recordamos alguna despedida definitiva con un cepillo de dientes entre las manos y un portazo que queda retumbando en los oÃdos por por horas.
También puede darse el caso de que nunca se pasó por el consabido cepillo y cuando casualmente se vuelve a la escena del crimen, la otra persona ya tuvo a bien desechar el cepillo... pero otra sensación invade cuando este aún permanece tieso e inamovible junto al otro cepillo. Los recuerdos acuden por cientos y esas mañanas pastosas y atestadas de lagañas nos insinuan que todavÃa pertenecemos un poco -o un mucho- a ese sitio.
Eché un ojo a mi vaso donde pongo los cepillos de dientes y hay muchos. De ellos sólo uno me inquieta (no sé porqué no lo tiro). Los demás son cepillos mÃos que no boto quizá para ver cómo se han ido acumulando las soledades.
(Esta última frase es una metáfora jodida, la verdad es que no los tiro porque se me olvidan o porque luego me sirven para quitar pequeñas manchas. Lo único cierto, es que soy más receptora de cepillos que colocadora de estos en baños ajenos. Debe ser porque descubrà que hay unos estuchitos muy prácticos que pueden llevarse siempre en la bolsa)
lunes, noviembre 10, 2003
Mi diploma
Quiero agradecer a la Señorita Profesora Luc por todas sus enseñanzas y ensañanzas para con mi personita. Al final, la susodicha aflojó el diploma que hoy reviste este blog y que me hace ser toda una triunfadora. Soy un ser excelente y recomiendo ampliamente los cursos que de manera gratuita y desinteresada otorga la resacada para que cadÃa dÃa este mundo progrese y seamos seres de luz.
¡Graaaaacias miiiiiil!
Quiero agradecer a la Señorita Profesora Luc por todas sus enseñanzas y ensañanzas para con mi personita. Al final, la susodicha aflojó el diploma que hoy reviste este blog y que me hace ser toda una triunfadora. Soy un ser excelente y recomiendo ampliamente los cursos que de manera gratuita y desinteresada otorga la resacada para que cadÃa dÃa este mundo progrese y seamos seres de luz.
¡Graaaaacias miiiiiil!

domingo, noviembre 09, 2003
Cumpleaños
Desde la licencia que me otorgo por ser mi cumpleaños, permito ponerme cursi para agradecer a Verónica, Mariana, Papá, Mamá, Abuela, Luzma, Gela, Pedro, Herminia, Isidro, Claudia, Camilo, Miguel, Domitille, Arcelia, Rafael, Bramiguel, Georgina, Simon, AgustÃn, Lorena, Edurne, Blanquita, Ximena, Gabrielly, Melina, Diego, Erasmo, Horacio, Alejandro, Pedro P, Ricardo, David, Burbuja, Sendero, Gonzalo, Patricia y al borracho anónimo que llamó en la madrugada.
Este cumpleaños que pintaba de patético a mediocre ha ido metamorfoseándose en algo que me deja muy contenta gracias a sus llamadas, abrazos, besos, correos electrónicos, cuentos, poesÃas, chocolates, discos, pelÃcula (gracias papá por atinarle al regalo esta vez), vinos y demás vicios, tarjetas, flores y corazones plateados.
TodavÃa queda un poco de pastel y aunque está algo manoseado, con hambre y buena voluntad es comestible.
Cerveza, no quedó ni una.
PD: Gracias también a Angie que siempre, siempre recuerda mi cumpleaños y llegó derrapando a felicitarme (un poco más y me encuentra convertida en calabaza)
Desde la licencia que me otorgo por ser mi cumpleaños, permito ponerme cursi para agradecer a Verónica, Mariana, Papá, Mamá, Abuela, Luzma, Gela, Pedro, Herminia, Isidro, Claudia, Camilo, Miguel, Domitille, Arcelia, Rafael, Bramiguel, Georgina, Simon, AgustÃn, Lorena, Edurne, Blanquita, Ximena, Gabrielly, Melina, Diego, Erasmo, Horacio, Alejandro, Pedro P, Ricardo, David, Burbuja, Sendero, Gonzalo, Patricia y al borracho anónimo que llamó en la madrugada.
Este cumpleaños que pintaba de patético a mediocre ha ido metamorfoseándose en algo que me deja muy contenta gracias a sus llamadas, abrazos, besos, correos electrónicos, cuentos, poesÃas, chocolates, discos, pelÃcula (gracias papá por atinarle al regalo esta vez), vinos y demás vicios, tarjetas, flores y corazones plateados.
TodavÃa queda un poco de pastel y aunque está algo manoseado, con hambre y buena voluntad es comestible.
Cerveza, no quedó ni una.

PD: Gracias también a Angie que siempre, siempre recuerda mi cumpleaños y llegó derrapando a felicitarme (un poco más y me encuentra convertida en calabaza)
viernes, noviembre 07, 2003
De profesiones varias
La suerte de tener dos profesiones y no dedicarse a ninguna, es que una se convierte en un sujeto acomodaticio y afÃn a casi cualquier situación. En general, prefiero decir: "socióloga" a "periodista" que si mi trabajo tiene algo que ver con alguna de las anteriores profesiones, pues sin duda es con la primera. Creo que sobre todo se debe a que tiene más caché decir "socióloga" que "periodista". Como que suena mejor. Claro que siempre habrá oportunidad para decir que soy periodista si asà me conviene.
El autodenominarme socióloga (ojo, que me falta la tesis y cursar EconomÃa PolÃtica II) me refuerza además esa imagen que tanto me gusta de bicho raro. En este paÃs somos pocos y cada cierto tiempo amenzan con desaparecer la carrera. Justo hoy hablaba con Ximena, otro bicho raro de la sociologÃa, sobre la desolación que deben sentir los antropólogos fÃsicos que seguramente, son mucho menos que nosotros.
Lo anterior venÃa a cuento porque en mi ciudad se llevará a cabo un congreso de antropólogos fÃsicos y dicen que vendrán más de 300.¿En serio hay más de 300 antropólogos fÃsicos? Yo sólo conozco un antropólogo fÃsico que justamente está muy bien de fÃsico y es hermano de Ximena, asà que lo primero que imaginé fueron 300 antropólogos de estupendo fÃsico y claro, me emocioné. Ya Ximena me aclaró que en realidad el único antropólogo con fÃsico es su carnal y que los demás son según sus propias palabras: "puras antropologÃas, digo, dignos candidatos para ser considerados eslabón perdido" Bah... el gozo al pozo.
Y justo ayer terminó el Congreso de Estudiantes de FilosofÃa (también en esta ciudad) pero ahà está lo triste...me dà cuenta que ya crecà y entonces vi pasar muchos guapos aspirantes a filósofo pero casi todos imberbes, me parecÃan como los novios de mi hermana la pequeña, hasta ternura maternal me inspiraban. Sólo hicieron que recordara mi odioso y próximo cumpleaños.
Ojalá pronto organicen otro congreso de alguna profesión interesante. Contadores, abogados, ingenieros civiles, administradores de empresas, favor de abstenerse.
La suerte de tener dos profesiones y no dedicarse a ninguna, es que una se convierte en un sujeto acomodaticio y afÃn a casi cualquier situación. En general, prefiero decir: "socióloga" a "periodista" que si mi trabajo tiene algo que ver con alguna de las anteriores profesiones, pues sin duda es con la primera. Creo que sobre todo se debe a que tiene más caché decir "socióloga" que "periodista". Como que suena mejor. Claro que siempre habrá oportunidad para decir que soy periodista si asà me conviene.
El autodenominarme socióloga (ojo, que me falta la tesis y cursar EconomÃa PolÃtica II) me refuerza además esa imagen que tanto me gusta de bicho raro. En este paÃs somos pocos y cada cierto tiempo amenzan con desaparecer la carrera. Justo hoy hablaba con Ximena, otro bicho raro de la sociologÃa, sobre la desolación que deben sentir los antropólogos fÃsicos que seguramente, son mucho menos que nosotros.
Lo anterior venÃa a cuento porque en mi ciudad se llevará a cabo un congreso de antropólogos fÃsicos y dicen que vendrán más de 300.¿En serio hay más de 300 antropólogos fÃsicos? Yo sólo conozco un antropólogo fÃsico que justamente está muy bien de fÃsico y es hermano de Ximena, asà que lo primero que imaginé fueron 300 antropólogos de estupendo fÃsico y claro, me emocioné. Ya Ximena me aclaró que en realidad el único antropólogo con fÃsico es su carnal y que los demás son según sus propias palabras: "puras antropologÃas, digo, dignos candidatos para ser considerados eslabón perdido" Bah... el gozo al pozo.
Y justo ayer terminó el Congreso de Estudiantes de FilosofÃa (también en esta ciudad) pero ahà está lo triste...me dà cuenta que ya crecà y entonces vi pasar muchos guapos aspirantes a filósofo pero casi todos imberbes, me parecÃan como los novios de mi hermana la pequeña, hasta ternura maternal me inspiraban. Sólo hicieron que recordara mi odioso y próximo cumpleaños.
Ojalá pronto organicen otro congreso de alguna profesión interesante. Contadores, abogados, ingenieros civiles, administradores de empresas, favor de abstenerse.
jueves, noviembre 06, 2003
martes, noviembre 04, 2003
¿Qué tan a la izquierda de la izquierda?
Estoy en mi seminario de Ética PolÃtica (¿era seminario o es diplomado? ¿qué papelito obtendré en esta ocasión?). El café es malÃsimo pero las galletas muy buenas, tal y como lo dicta la ley de carbohidratos y lÃpidos: a mejor sabor, las calorÃas se multiplican exponencialmente. Son de mantequilla. Ya perdà la cuenta de cuántas comÃ. Creo que soy la única que come galletas, las demás canastillas siguen llenas y la que tengo cerca ha disminuido bastante su contenido.
Hoy no está tan mala la cátedra, tiene razgos interesantes liegeramente aderezados con lugares comunes, sin embargo como el nivel del grupo es bastante disparejo... no está mal. Escucho a ratos pues al salir de prisa de casa tomé un cuaderno cualquiera que resultó no ser "cualquiera". Era un cuaderno del 98 con un par de ensayos escolares sobre sociologÃa latinoamericana y otro más para mi clase de apreciación estética (añorado arcaÃsmo de escribir primero a mano y luego en la computadora con el programa ese tan poco práctico de "write". De escribir en el metro, en otras clases, en la biblioteca... añorados dÃas de correr de aquà para allá). Los dos primeros ensayos están llenos de palabras como "imperialismo" "fascistización" "neolibralismo" "revolución" "democracia". Parecen más panfletos que ensayos, pero echo de menos a esa Beatriz idealista a tope, idealista hasta la necedad. Lo que me jode es que no ha pasado tanto tiempo y ahora me siento mucho más conformista. Como me siga haciendo concesiones lindaré peligrosamente con el centro y luego con la derecha y aaarghhh... ahà sà que mejor me doy un tiro. Es que definitivamente, desde la derecha la vida se concibe de una manera tan insabora, tan incolora, tan calculada, tan mierda...
Claro, ahora sé que la revolución no es cambiar las putas galletas de mantequilla por tortillas duras. Algo tenÃa que aprender en este trueque de ideales por acciones. Algo tenÃa que aprender y mucho ha dolido. Me extraño bastante de mi misma. Me duelo.
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Estoy en mi seminario de Ética PolÃtica (¿era seminario o es diplomado? ¿qué papelito obtendré en esta ocasión?). El café es malÃsimo pero las galletas muy buenas, tal y como lo dicta la ley de carbohidratos y lÃpidos: a mejor sabor, las calorÃas se multiplican exponencialmente. Son de mantequilla. Ya perdà la cuenta de cuántas comÃ. Creo que soy la única que come galletas, las demás canastillas siguen llenas y la que tengo cerca ha disminuido bastante su contenido.
Hoy no está tan mala la cátedra, tiene razgos interesantes liegeramente aderezados con lugares comunes, sin embargo como el nivel del grupo es bastante disparejo... no está mal. Escucho a ratos pues al salir de prisa de casa tomé un cuaderno cualquiera que resultó no ser "cualquiera". Era un cuaderno del 98 con un par de ensayos escolares sobre sociologÃa latinoamericana y otro más para mi clase de apreciación estética (añorado arcaÃsmo de escribir primero a mano y luego en la computadora con el programa ese tan poco práctico de "write". De escribir en el metro, en otras clases, en la biblioteca... añorados dÃas de correr de aquà para allá). Los dos primeros ensayos están llenos de palabras como "imperialismo" "fascistización" "neolibralismo" "revolución" "democracia". Parecen más panfletos que ensayos, pero echo de menos a esa Beatriz idealista a tope, idealista hasta la necedad. Lo que me jode es que no ha pasado tanto tiempo y ahora me siento mucho más conformista. Como me siga haciendo concesiones lindaré peligrosamente con el centro y luego con la derecha y aaarghhh... ahà sà que mejor me doy un tiro. Es que definitivamente, desde la derecha la vida se concibe de una manera tan insabora, tan incolora, tan calculada, tan mierda...
Claro, ahora sé que la revolución no es cambiar las putas galletas de mantequilla por tortillas duras. Algo tenÃa que aprender en este trueque de ideales por acciones. Algo tenÃa que aprender y mucho ha dolido. Me extraño bastante de mi misma. Me duelo.
lunes, noviembre 03, 2003
viernes, octubre 31, 2003
domingo, octubre 19, 2003
Vaca
Me voy de vacaciones y no pienso teclear nada al respecto. Son mis vacaciones secretas todo terreno. Mi huida a no sé dónde. Deslizamiento sin previo aviso.
He decidido no dar explicaciones esta vez y rumiar mis vivencias estómago dentro. Sé que voy a pastar con tranquilidad en verdes prados, que seré un bovino pasivo, que mujo: luego existo.
Seré la vaca que rÃe y quizá, sólo quizá, traiga alguna foto y ninguna palabra.
Me voy de vacaciones y no pienso teclear nada al respecto. Son mis vacaciones secretas todo terreno. Mi huida a no sé dónde. Deslizamiento sin previo aviso.

He decidido no dar explicaciones esta vez y rumiar mis vivencias estómago dentro. Sé que voy a pastar con tranquilidad en verdes prados, que seré un bovino pasivo, que mujo: luego existo.
Seré la vaca que rÃe y quizá, sólo quizá, traiga alguna foto y ninguna palabra.
miércoles, octubre 15, 2003
Mis amigas las arañas
Al atardecer, el sol hizo visibles los añicos tornasoles de su antigua casa. Con las cuatro patas que le quedaban, buscó una esquina bien situada y protegida. Después de varias vueltas de dos derechos y un revés terminó la fina redecilla. Su vida parecÃa tener sentido y pese a sus limitaciones fÃsicas, seguÃa siendo la mejor maestra de tejido del barrio. Pero aún para la más experta, no hay peor enemigo que un plumero.
(Foto tomada por Pedro Pardo)
Al atardecer, el sol hizo visibles los añicos tornasoles de su antigua casa. Con las cuatro patas que le quedaban, buscó una esquina bien situada y protegida. Después de varias vueltas de dos derechos y un revés terminó la fina redecilla. Su vida parecÃa tener sentido y pese a sus limitaciones fÃsicas, seguÃa siendo la mejor maestra de tejido del barrio. Pero aún para la más experta, no hay peor enemigo que un plumero.

(Foto tomada por Pedro Pardo)
martes, octubre 14, 2003
Karma chameleon
En noviembre se cumplen cuatro años de que me mandó a la chingada. Recuerdo que lo hizo justo después de un nefasto concierto de Paquita la del Barrio. Afortunadamente no fue a la inversa –primero el adiós y luego el concierto- porque la sobredosis de folklore hubiese convertido a esta historia en algo mucho más patético de lo que ya es.
Para él bastó decir: “Bety... pssss... ai’ muere... ¿no?� mientras yo me llevé meses de luto y llanto y tuve que irme literalmente al culo del mundo a abrazar un pingüino. (Viva Chile Mierda)
Y por más que rememoro esta historia sobre la que han crecido flores y pastos y casi hijos, no puedo evitar sentirme mal ahora que es a él a quien han mandado a la chingada. Lo veo hacer sus maletas, huir. Lo veo con sus ojitos verdes, llorosos y no tengo fuerza para decirle que vaya a abrazar a un pingüino y que se le pasará en seis meses; que ahora él y yo somos los mejores amigos y que quizá algún dÃa esa vieja jija también será su gran amiga.
Por eso lo invité a comer un gran plato de pulpos, para ver si se le pasa la pena... pero no, no se le va a pasar pronto. Eso lo sé. Karma chameleon.
En noviembre se cumplen cuatro años de que me mandó a la chingada. Recuerdo que lo hizo justo después de un nefasto concierto de Paquita la del Barrio. Afortunadamente no fue a la inversa –primero el adiós y luego el concierto- porque la sobredosis de folklore hubiese convertido a esta historia en algo mucho más patético de lo que ya es.
Para él bastó decir: “Bety... pssss... ai’ muere... ¿no?� mientras yo me llevé meses de luto y llanto y tuve que irme literalmente al culo del mundo a abrazar un pingüino. (Viva Chile Mierda)
Y por más que rememoro esta historia sobre la que han crecido flores y pastos y casi hijos, no puedo evitar sentirme mal ahora que es a él a quien han mandado a la chingada. Lo veo hacer sus maletas, huir. Lo veo con sus ojitos verdes, llorosos y no tengo fuerza para decirle que vaya a abrazar a un pingüino y que se le pasará en seis meses; que ahora él y yo somos los mejores amigos y que quizá algún dÃa esa vieja jija también será su gran amiga.
Por eso lo invité a comer un gran plato de pulpos, para ver si se le pasa la pena... pero no, no se le va a pasar pronto. Eso lo sé. Karma chameleon.

lunes, octubre 13, 2003
domingo, octubre 12, 2003
MisCelANeA DoMingUERa PaRa SOBreViVir
Un disco:
Rafa por fin me copió el disco de Saint Germain Des Prés, es muy bueno, aunque confieso que se escucha mejor en su casa acompañado de un mousse de chocolate, un cava y flores en el centro de la mesa.
Un texto:
Uno insulso, rescatado del Diario de Avisos de Mestizo(qepd) y posteado por mi bajo uno de mis cientos de nicks, el 22 de enero del 2001. Para hacer evocación a la nostalgia de aquellos tiempos:
Me gustan las letras redondas, los sandwiches cuadrados, los libros rectangulares y los amores en triángulo.
Voy paralela a mis deseos y perpendicular a las paredes hasta toparme con ellas.
Toda yo soy lÃneas curvas, circunferencias sedosas y óvalos receptivos.
Mi paisaje es de lÃneas quebradas que se adornan con espirales de agua y hierbas. Al final hay una recta que parece infinita. ¡Me gusta este lugar! Empiezo a echar raÃces cuadradas y sumo recuerdos implacables por cientos. Sin embargo, me siento como número primo, indivisible sólo por sà mismo, un eterno número non.
Pero al final no importa; lograré despejar esta incógnita y me elevaré al cubo... de la basura.
Un blog:
DescubrÃÂ el de asakhira. Me gusta.
Algo para comer:
Favor de hacerlo en este orden:
Tapa inferior del pan untada con mostaza Dijon, rebanada de queso gruyere, jamón de pavo, hoja de lechuga, par de pepinillos, rebanadas (dos) de jitomate espolvoreadas con sal y orégano y tapa superior untada con dip de cebolla de Sabritas o en su defecto con una mezcla de dos medidas de mayonesa por una de alioli. Este sandwich puede ser comido frente a la tele o la PC siempre acompañado de una coca cola light que redima el exceso calórico.
Una lectura:
"El doble placer de los reality shows" de Andreas Kurz.
PD: Olvidaba que los domingos son familiares, favor de disculpar el solipsismo.
Un disco:
Rafa por fin me copió el disco de Saint Germain Des Prés, es muy bueno, aunque confieso que se escucha mejor en su casa acompañado de un mousse de chocolate, un cava y flores en el centro de la mesa.
Un texto:
Uno insulso, rescatado del Diario de Avisos de Mestizo(qepd) y posteado por mi bajo uno de mis cientos de nicks, el 22 de enero del 2001. Para hacer evocación a la nostalgia de aquellos tiempos:
Me gustan las letras redondas, los sandwiches cuadrados, los libros rectangulares y los amores en triángulo.
Voy paralela a mis deseos y perpendicular a las paredes hasta toparme con ellas.
Toda yo soy lÃneas curvas, circunferencias sedosas y óvalos receptivos.
Mi paisaje es de lÃneas quebradas que se adornan con espirales de agua y hierbas. Al final hay una recta que parece infinita. ¡Me gusta este lugar! Empiezo a echar raÃces cuadradas y sumo recuerdos implacables por cientos. Sin embargo, me siento como número primo, indivisible sólo por sà mismo, un eterno número non.
Pero al final no importa; lograré despejar esta incógnita y me elevaré al cubo... de la basura.
Un blog:
DescubrÃÂ el de asakhira. Me gusta.
Algo para comer:
Favor de hacerlo en este orden:
Tapa inferior del pan untada con mostaza Dijon, rebanada de queso gruyere, jamón de pavo, hoja de lechuga, par de pepinillos, rebanadas (dos) de jitomate espolvoreadas con sal y orégano y tapa superior untada con dip de cebolla de Sabritas o en su defecto con una mezcla de dos medidas de mayonesa por una de alioli. Este sandwich puede ser comido frente a la tele o la PC siempre acompañado de una coca cola light que redima el exceso calórico.
Una lectura:
"El doble placer de los reality shows" de Andreas Kurz.

PD: Olvidaba que los domingos son familiares, favor de disculpar el solipsismo.
sábado, octubre 11, 2003
Sobre esa malsana necedad de reventar los viernes
Tengo el cuello de jirafa giratoria y la envoltura de turquesas no para de raspar con cada vuelta. Prefiero esto, a que me digan Linda Blair, aunque luego vaya al baño a vomitar porque está de moda ser bulÃmica. Pero yo no soy bulÃmica. Estoy "out" totalmente "out" casi tanto como la insistencia en usar zapatos de plataforma. Dice la Cosmopólitan que ahora vienen los zapatos terminados en punta, pero a mi me joden muchÃsimo los juanetes y además me siento mosquetero. Insisto, no soy bulÃmica ni anoréxica, me viene bien las plataformas: paso firmes, contundentes, pesados... como yo.
No debà sentarme dando la espalda a la puerta y luego además escuchar las razones para que él no la quiera mientras yo espeto un asà es la vida, asà son las relaciones de pareja como si supiera mucho del tema, como si fuera la doctora corazón dando consejos a siniestra. Ahora me pega el aire en la espalda y no puedo ver quien llega. En realidad no me interesa que llegue nadie, sólo me importa ver que en efecto, hay una puerta de salida. Hace horas que no quiero estar aquà pero tampoco me largo... no tengo a donde ir, bueno, sÃ, a mi casa, pero a últimas fechas mi casa no es destino.
Nadie me va a acompañar si salgo de aquÃ, sigo volteando con insistencia para ver si la puerta sigue ahà mismo. Ya no tolero la risa de esta mujer que habla de alta sociedad como si viviera en ParÃs. Como si no se notara a leguas que su falda la compró en Suburbia y su blusa la hizo su madre. Estas niñas pacatas de provincia usan el pasillo central de la iglesia como pasarela de desfile de modas minetras engolan la mirada para pedirle a dios que les dé un buen marido.
Han cerrado la puerta, señal de que nadie más entrará. Quizá nosotros ya no podamos salir. Un ataque de claustrofobia, me invade. Tomo mi bolsa cuyo contenido estaba esparcido por toda la mesa. A toda prisa meto el teléfono, la agenda, un paquete de chicles, una servilleta, mis lentes, tres discos compactos, un rimmel, una barra de labios, las llaves de la casa, las de la oficina, una paleta de caramelo, los cigarros, el encendedor, la cartera, un cepillo, un paquete con chomp bindis, un envase de crema, dos lápices, una pluma... y luego digo que no soy una vieja cliché de esas que cargan todo en su bolsa. Sólo dejo las llaves del auto fuera para luego no estar hurgando durante horas. Lo único que me redime es mi aferre a los zapatos de plataforma. Por cierto, muy poco prácticos para emprender la huida.
Tengo el cuello de jirafa giratoria y la envoltura de turquesas no para de raspar con cada vuelta. Prefiero esto, a que me digan Linda Blair, aunque luego vaya al baño a vomitar porque está de moda ser bulÃmica. Pero yo no soy bulÃmica. Estoy "out" totalmente "out" casi tanto como la insistencia en usar zapatos de plataforma. Dice la Cosmopólitan que ahora vienen los zapatos terminados en punta, pero a mi me joden muchÃsimo los juanetes y además me siento mosquetero. Insisto, no soy bulÃmica ni anoréxica, me viene bien las plataformas: paso firmes, contundentes, pesados... como yo.
No debà sentarme dando la espalda a la puerta y luego además escuchar las razones para que él no la quiera mientras yo espeto un asà es la vida, asà son las relaciones de pareja como si supiera mucho del tema, como si fuera la doctora corazón dando consejos a siniestra. Ahora me pega el aire en la espalda y no puedo ver quien llega. En realidad no me interesa que llegue nadie, sólo me importa ver que en efecto, hay una puerta de salida. Hace horas que no quiero estar aquà pero tampoco me largo... no tengo a donde ir, bueno, sÃ, a mi casa, pero a últimas fechas mi casa no es destino.
Nadie me va a acompañar si salgo de aquÃ, sigo volteando con insistencia para ver si la puerta sigue ahà mismo. Ya no tolero la risa de esta mujer que habla de alta sociedad como si viviera en ParÃs. Como si no se notara a leguas que su falda la compró en Suburbia y su blusa la hizo su madre. Estas niñas pacatas de provincia usan el pasillo central de la iglesia como pasarela de desfile de modas minetras engolan la mirada para pedirle a dios que les dé un buen marido.
Han cerrado la puerta, señal de que nadie más entrará. Quizá nosotros ya no podamos salir. Un ataque de claustrofobia, me invade. Tomo mi bolsa cuyo contenido estaba esparcido por toda la mesa. A toda prisa meto el teléfono, la agenda, un paquete de chicles, una servilleta, mis lentes, tres discos compactos, un rimmel, una barra de labios, las llaves de la casa, las de la oficina, una paleta de caramelo, los cigarros, el encendedor, la cartera, un cepillo, un paquete con chomp bindis, un envase de crema, dos lápices, una pluma... y luego digo que no soy una vieja cliché de esas que cargan todo en su bolsa. Sólo dejo las llaves del auto fuera para luego no estar hurgando durante horas. Lo único que me redime es mi aferre a los zapatos de plataforma. Por cierto, muy poco prácticos para emprender la huida.
viernes, octubre 10, 2003
jueves, octubre 09, 2003
De porqué tanto trasnoche (juro que no es mi culpa)
Tengo una casa que me vomita, que me expulsa. Me saca por la mañana mientras un rayo de sol me flagela los ojos. Las paredes blanquÃsimas blancas, se van aproximando para propiciar sofoco.
Hay algo que huele mal en el refrigerador, quizá un dÃa lo abra para algo más que sacar una coca cola y descubra qué es. Tal vez sea el queso por semanas ignorado o el jamón con que hice el último sandwich. Tal vez el refri está en contubernio con la casa para expulsarme de una vez por todas.
Por las noches -ya muy noche- bajo las escaleras de piedra con sumo cuidado, elijo la llave de entre muchas que ignoro de dónde son, pero que forman parte del eterno inventario de cosas inútiles. Entonces me doy cuenta que, efectivamente, esta casa me expulsa. La puerta de madera se ha hinchado con la lluvia oponiendo feroz resistencia a la entrada de mi desvelo. Esta casa no me quiere nada. Ama sus vacÃos y sus muebles polvosos tanto como yo amo mis vacÃos y mis recuerdos polvosos.
Tiempo atrás éramos compatibles, gozaba poniendo mi cara sobre las paredes frÃas y las paredes frÃas me rodeaban como una burbuja. Yo no sé porqué ahora me odia tanto y no me deja volver antes de la una ni salir después de las nueve. Yo no sé porqué ahora se ha puesto más grande, más húmeda; las plantas crecen como una microselva, el polvo se mete a la nariz. Yo no sé porqué soy vÃctima de mi propia casa cuando lo mejor serÃa tomarla por asalto y someter sus pisos al lodo del camino que recogen mis zapatos de tanto ir por las calles pateando el tiempo.
"Es linda tu casa" me dicen. Linda y cabrona. Desde sus enormes ojos ventana me mira trasnochando en una esquina, en la casa de un amigo, en alguna plaza. Desde su pedestal de la colina lanza maldiciones mientras condensa soledades y conjuros para herirme.
Entonces, ya tarde, llego sigilosa. Me desvisto despacito tirando mi ropa al pie de la cama, me pongo la pijama y voy al baño. Contengo el chorro de orina para no hacer mucho ruido y a oscuras me cepillo los dientes. Después me deslizo entre las sábanas y prendo con temor la lámpara del buró, no quiero que ese click perturbe demasiado este silencio. No quiero que mi casa se dé cuenta que ya llegué porque entonces empezarán a hacer crujir las ventanas y a sonar las cañerÃas.
En la mañana un impulso eléctrico hará que me bañe a toda prisa, que me vista con lo primero que encuentre sin hurgar mucho en el armario, que salga corriendo olvidando alimentar a los gatos,que encienda el auto y en el camino, y en la tranquilidad del camino, me ponga un poco de maquillaje para disimular las ojeras y los labios resecos.
Tengo una casa que me vomita, que me expulsa. Me saca por la mañana mientras un rayo de sol me flagela los ojos. Las paredes blanquÃsimas blancas, se van aproximando para propiciar sofoco.
Hay algo que huele mal en el refrigerador, quizá un dÃa lo abra para algo más que sacar una coca cola y descubra qué es. Tal vez sea el queso por semanas ignorado o el jamón con que hice el último sandwich. Tal vez el refri está en contubernio con la casa para expulsarme de una vez por todas.
Por las noches -ya muy noche- bajo las escaleras de piedra con sumo cuidado, elijo la llave de entre muchas que ignoro de dónde son, pero que forman parte del eterno inventario de cosas inútiles. Entonces me doy cuenta que, efectivamente, esta casa me expulsa. La puerta de madera se ha hinchado con la lluvia oponiendo feroz resistencia a la entrada de mi desvelo. Esta casa no me quiere nada. Ama sus vacÃos y sus muebles polvosos tanto como yo amo mis vacÃos y mis recuerdos polvosos.
Tiempo atrás éramos compatibles, gozaba poniendo mi cara sobre las paredes frÃas y las paredes frÃas me rodeaban como una burbuja. Yo no sé porqué ahora me odia tanto y no me deja volver antes de la una ni salir después de las nueve. Yo no sé porqué ahora se ha puesto más grande, más húmeda; las plantas crecen como una microselva, el polvo se mete a la nariz. Yo no sé porqué soy vÃctima de mi propia casa cuando lo mejor serÃa tomarla por asalto y someter sus pisos al lodo del camino que recogen mis zapatos de tanto ir por las calles pateando el tiempo.
"Es linda tu casa" me dicen. Linda y cabrona. Desde sus enormes ojos ventana me mira trasnochando en una esquina, en la casa de un amigo, en alguna plaza. Desde su pedestal de la colina lanza maldiciones mientras condensa soledades y conjuros para herirme.
Entonces, ya tarde, llego sigilosa. Me desvisto despacito tirando mi ropa al pie de la cama, me pongo la pijama y voy al baño. Contengo el chorro de orina para no hacer mucho ruido y a oscuras me cepillo los dientes. Después me deslizo entre las sábanas y prendo con temor la lámpara del buró, no quiero que ese click perturbe demasiado este silencio. No quiero que mi casa se dé cuenta que ya llegué porque entonces empezarán a hacer crujir las ventanas y a sonar las cañerÃas.
En la mañana un impulso eléctrico hará que me bañe a toda prisa, que me vista con lo primero que encuentre sin hurgar mucho en el armario, que salga corriendo olvidando alimentar a los gatos,que encienda el auto y en el camino, y en la tranquilidad del camino, me ponga un poco de maquillaje para disimular las ojeras y los labios resecos.
miércoles, octubre 08, 2003
Se solicitan grilletes
Hay dÃas como ayer en que deberÃa ponerme un grillete al tobillo para no salir a hacer estupideces.
Fui a la exposición de Patricia y Enrique y ahà me encontré al Brama. Le pedà a Bramiguel que me prestara su impresora para hacer la selección de poemas de la lectura del viernes. Entonces él me leyó un cuento, y leà mi poesÃa y todo era demasiado light. Le conté una anécdota sobre un tubo de óleo amarillo cadmio y se rió mucho. Después llamó Arcelia para decirnos que era importantÃsimo que fueramos a casa de Rafa.
Resulta que ella e Iván estaban en casa de Rafael supuestamente trabajando en su proyecto, pero la verdad es que se notaba que llevaban felices e incróspitas horas de solaz esparcimiento. Miguel y yo andábamos de un humor extraño. QuerÃamos ir pero no querÃamos y al final acabamos yendo. No entiendo a Miguel. Primero no querÃa ver a Rafa y después le lleva un disco de Tom Waits.
Creo que la cagué con Iván, que le dije cosas que no debà haberle dicho y creo que le hice daño... aunque a decir verdad, el güey ya estaba suficientemente ebrio y sensible. Soy un manojito de vÃsceras esparcidas sobre Iván que es un osito de peluche; corrijo, es un misógino de peluche, porque ahà empezó la discusión que terminó en las patologÃas de su novia... blablabla. "Es un pleito de vecindad" dijo Rafa y me enojó el comentario.
Acto seguido, empiezo a burlarme de Rafa después de que estoicamente se sopló toda la lectura que hizo Bramiguel de mis poemas, pues era e-vi-den-te que a Rafael mis poesÃas le valen madre. A mi sus pinturas no me valen madre, yo no le doy el avión. Claro, no comparemos, él se cotiza caro y mis letras no valen ni tres pesos. Quizá por eso yo tenÃa esa actitud discordante. SÃ, es "el" artista, pero que le baje. "SÃ, que le baje" opinarÃa seguramente Bramiguel que también estaba como a la defensiva, igual que yo.
La única tranquila era Arcelia, en un plano muy racional desmembrando nuestras frases, recomponiéndolas de nuevo, poniendo pétalos de rosa en la cera de las veladoras, mirando mucho, mucho a Miguel.
Rafael prepara el mejor mousse de chocolate de todo El Sabinal, y el único helado de queso con cardamomo de toda la región. Hablando de comida y bebida (No por nada es el "Voilá"), en algún momento recordamos que las aceitunas de los martinis van sin relleno. Que las preferimos con hueso. Complicidades, claves, tonterÃas, eso alivianó la tensión.
En un momento me levanté de la mesa y lo único que escuché fue que Bramiguel dijo: "Beatriz está en el baño" y luego una portazo. Deduje que habrÃa salido a mear, pero nunca volvió. Fingimos no desconcertarnos, yo sà lo estaba. Arcelia más.
Al poco tiempo decidimos irnos y lo que sigue es otra historia que ya contará alguien más... yo, simplemente debà refugiarme en casa. Ahora el de abajo solicita colirio.
PD: Sé que casi nadie lee mi blog. Y también sé que nadie de Tlaxcala lo lee, pero ya que salió al tema, estaré leyendo mis poesÃas en el teatro Xicohtencatl el viernes 10 a las 18 hrs.
Hay dÃas como ayer en que deberÃa ponerme un grillete al tobillo para no salir a hacer estupideces.
Fui a la exposición de Patricia y Enrique y ahà me encontré al Brama. Le pedà a Bramiguel que me prestara su impresora para hacer la selección de poemas de la lectura del viernes. Entonces él me leyó un cuento, y leà mi poesÃa y todo era demasiado light. Le conté una anécdota sobre un tubo de óleo amarillo cadmio y se rió mucho. Después llamó Arcelia para decirnos que era importantÃsimo que fueramos a casa de Rafa.
Resulta que ella e Iván estaban en casa de Rafael supuestamente trabajando en su proyecto, pero la verdad es que se notaba que llevaban felices e incróspitas horas de solaz esparcimiento. Miguel y yo andábamos de un humor extraño. QuerÃamos ir pero no querÃamos y al final acabamos yendo. No entiendo a Miguel. Primero no querÃa ver a Rafa y después le lleva un disco de Tom Waits.
Creo que la cagué con Iván, que le dije cosas que no debà haberle dicho y creo que le hice daño... aunque a decir verdad, el güey ya estaba suficientemente ebrio y sensible. Soy un manojito de vÃsceras esparcidas sobre Iván que es un osito de peluche; corrijo, es un misógino de peluche, porque ahà empezó la discusión que terminó en las patologÃas de su novia... blablabla. "Es un pleito de vecindad" dijo Rafa y me enojó el comentario.
Acto seguido, empiezo a burlarme de Rafa después de que estoicamente se sopló toda la lectura que hizo Bramiguel de mis poemas, pues era e-vi-den-te que a Rafael mis poesÃas le valen madre. A mi sus pinturas no me valen madre, yo no le doy el avión. Claro, no comparemos, él se cotiza caro y mis letras no valen ni tres pesos. Quizá por eso yo tenÃa esa actitud discordante. SÃ, es "el" artista, pero que le baje. "SÃ, que le baje" opinarÃa seguramente Bramiguel que también estaba como a la defensiva, igual que yo.
La única tranquila era Arcelia, en un plano muy racional desmembrando nuestras frases, recomponiéndolas de nuevo, poniendo pétalos de rosa en la cera de las veladoras, mirando mucho, mucho a Miguel.
Rafael prepara el mejor mousse de chocolate de todo El Sabinal, y el único helado de queso con cardamomo de toda la región. Hablando de comida y bebida (No por nada es el "Voilá"), en algún momento recordamos que las aceitunas de los martinis van sin relleno. Que las preferimos con hueso. Complicidades, claves, tonterÃas, eso alivianó la tensión.
En un momento me levanté de la mesa y lo único que escuché fue que Bramiguel dijo: "Beatriz está en el baño" y luego una portazo. Deduje que habrÃa salido a mear, pero nunca volvió. Fingimos no desconcertarnos, yo sà lo estaba. Arcelia más.
Al poco tiempo decidimos irnos y lo que sigue es otra historia que ya contará alguien más... yo, simplemente debà refugiarme en casa. Ahora el de abajo solicita colirio.

PD: Sé que casi nadie lee mi blog. Y también sé que nadie de Tlaxcala lo lee, pero ya que salió al tema, estaré leyendo mis poesÃas en el teatro Xicohtencatl el viernes 10 a las 18 hrs.
lunes, octubre 06, 2003
Spleen Brumario
Empiezo a sentir las primeras rejurgitaciones de la depresión. Es algo asà como las nauseas que anteceden a un gran vómito. Esas que encogen un par de veces los hombros mientras los ojos lloran. A mi se me encoge el alma mientras mis ojos están en época de sequÃa. Existió un alguien en mi vida que me compraba helado de chocolate para que se fuera la tristeza. A veces más que comérmelo, querÃa reventarlo contra el suelo o contra la pared. Existió otro alguien que diagnosticó ciclotimia y me dijo que no era nada grave. Nada grave y nada nuevo, Doctor, no me joda. No me interesa la nomenclatura, vayamos Doctor, a las causas.
No, no hay causas, sólo llegó puntual la depre Es tan circular, tan predecible, tan propia de octubre. No es la habitual de cada 28 dÃas (muérdete la lengua, feminista) esta es la del fin de año, la de las lamentaciones por lo hecho, lo deshecho y lo no hecho. Curiosamente llega en el mes más flat de todos... ¿Problemas sentimentales? Negativo. ¿Broncas en la chamba? Las normales, sin patologÃas de escritorio. ¿No te quieren tus padres? Dicen que sÃ. ¿Tus amigos? Dicen que sÃ, pero no a todos les creo. ¿Eres feliz? Qué pregunta tan tonta.
Ya no me como el mundo, no me cabe y además me indigesta. Se acabó la cuerda de septiembre festivo con todo lo que esto implica. Esto también me causa desasosiego, pero es importante ponerle punto final. Quizá no llegue la depresión y sólo sea una falsa alarma, quizá sea el saborcito amargo de estar esperando a Godot, dolor moderado de estómago, piernas que no cesan de moverse y abulia... abulia fulminante.
No escucho que nada se pudra, ni veo crujir ninguna rama. No señorita, no hay causa para que usted se sienta asÃ, no hay ninguna mano estrujándole el pecho, ¿entendió? Su vida es pletórica de dicha. Pronto vendrán a visitarla y usted lo sabe ¿cree que no la he sorprendido contando los dÃas?. Tiene salud, trabajo. Ha comprado el disco que querÃa y además estaba de oferta. Mejor escúchelo y cante junto con Iggy Pop: Singin' la la la la la-la-la la, La la la la la-la-la la La la la la la-la-la la la-la.
Empiezo a sentir las primeras rejurgitaciones de la depresión. Es algo asà como las nauseas que anteceden a un gran vómito. Esas que encogen un par de veces los hombros mientras los ojos lloran. A mi se me encoge el alma mientras mis ojos están en época de sequÃa. Existió un alguien en mi vida que me compraba helado de chocolate para que se fuera la tristeza. A veces más que comérmelo, querÃa reventarlo contra el suelo o contra la pared. Existió otro alguien que diagnosticó ciclotimia y me dijo que no era nada grave. Nada grave y nada nuevo, Doctor, no me joda. No me interesa la nomenclatura, vayamos Doctor, a las causas.
No, no hay causas, sólo llegó puntual la depre Es tan circular, tan predecible, tan propia de octubre. No es la habitual de cada 28 dÃas (muérdete la lengua, feminista) esta es la del fin de año, la de las lamentaciones por lo hecho, lo deshecho y lo no hecho. Curiosamente llega en el mes más flat de todos... ¿Problemas sentimentales? Negativo. ¿Broncas en la chamba? Las normales, sin patologÃas de escritorio. ¿No te quieren tus padres? Dicen que sÃ. ¿Tus amigos? Dicen que sÃ, pero no a todos les creo. ¿Eres feliz? Qué pregunta tan tonta.
Ya no me como el mundo, no me cabe y además me indigesta. Se acabó la cuerda de septiembre festivo con todo lo que esto implica. Esto también me causa desasosiego, pero es importante ponerle punto final. Quizá no llegue la depresión y sólo sea una falsa alarma, quizá sea el saborcito amargo de estar esperando a Godot, dolor moderado de estómago, piernas que no cesan de moverse y abulia... abulia fulminante.
No escucho que nada se pudra, ni veo crujir ninguna rama. No señorita, no hay causa para que usted se sienta asÃ, no hay ninguna mano estrujándole el pecho, ¿entendió? Su vida es pletórica de dicha. Pronto vendrán a visitarla y usted lo sabe ¿cree que no la he sorprendido contando los dÃas?. Tiene salud, trabajo. Ha comprado el disco que querÃa y además estaba de oferta. Mejor escúchelo y cante junto con Iggy Pop: Singin' la la la la la-la-la la, La la la la la-la-la la La la la la la-la-la la la-la.

domingo, octubre 05, 2003

RECoRtes LobOToMiZAdos del FesTIval San FRAncisCo (discUlpeseme eL ExcEsO de DoMINgUisMo)
Hace años que no disfrutaba tanto un concierto. Después de organizar y organizar tocadas, me cuesta trabajo disfrutarlas, sin embargo quedé más que sorprendida con el trabajo de Santa Sabina. Luego Jorge tuvo a bien deshacer un concierto que ni vio y como siempre, se pasó la noche jodiendo la vida y la visión de todos. Peor que un chilango gandalla, es un chilango con pretenciones intelectualoides. (Y nótese que adoro mi ser chilango pero este güey es un exceso) Su visión unilateral casi me jode la fiesta, pero la sorteé con una graaan sonrisa.
Volviendo al asunto del concierto, el trabajo estético tanto en lo sonoro como en lo visual me iluminó el sábado. En el teatro todo se veÃa más imponente que en la tÃpica tocada de rock. Rita se veÃa div(a)ina, el escenario lucÃa hermoso. Me dio gusto ver de nuevo a Poncho. Todo esto me trajo nuevas ideas para un cuento (con matices autobiográficos, lo siento) Total, que ya tengo nosecuantosmillones de ideas para ponerme a escribir, pero soy una huevona, lo sé.
¿Ves qué pinche dispersión? No puedo ni siquiera hacer una mediocre crÃtica del concierto, mi cerebro está en verdad escuchimizado. No sé cómo soy capaz de quejarme de los egos de Jorge, Nacho y su banda teatrera si yo también soy asquerosamente autorreferencial (y es justo hacer otro paréntesis para decir que también la presentación de Ruta g estuvo muy buena, pese a los prejuicios cerebrales de Jorgito)
Mierda... ya en este tono de comentarios, y tratando de volver por enésima vez al asunto de Santa Sabina, viene a cuento mi anécdota adolescente: Esta vez sà cantaron una de mis canciones favoritas (junto con “VacÃoâ€�, que no la tocaron): “Lamentoâ€� (y abro otro paréntesis sólo para hacer notar mi preferencia por los lamentos y los vacÃos)
Ya lo sé, estoy escribiendo pura estupidez... sáquenme de este domingo, sáquenme de aquÃ, esto más que escritura automática, es escritura autómata.
PD:Estoy posponiendo la pelea con la hoja en blanco. Ya llevo varios dÃas diciendo “mañanaâ€� y mañana resulta ser “mañanaâ€�. “Mañanaâ€� justo cae en uno de esos odiosos lunes que sólo pueden redimirse con algunas letras mientras el cerebro se engancha al fin de semana convulso.
Demasiadas imágenes, mucha gente, algunos reencuentros... ya necesito volver a la vida monacal. El exceso de excesos, la desmesura y el cúmulo de vivencias, además de joderme la hoja en blanco y dejarla lista para el “querido diario� (Un querido diario que además se autocensura... ¡Vaya mierda!); me está matando neuronas a lo pendejo. Y eso ya se nota ¿verdad?
sábado, octubre 04, 2003
INSTANTANEAS DEL VIERNES POR LA NOChE
Esta niña, pobrecita, escucha música medieval y sueña con princesas y palacios. En el marco de las crenchas que caen a cada lado de su rostro (peinado de infanta idiota despeinada en el bosque), busca desesperadamente al brujo que la hechizó. El brujo está poseÃdo por la voz de la soprano. Y la niña, pobre, casi se conmueve con la lágrima que brota del ojo derecho del brujo negro. Sube la Infanta Idiota a condecorar a la soprano en nombre del Rey. Desde arriba mira al brujo que mira a la soprano. Maldita nobleza, ¿para qué rayos le sirve?
corte directo a...
Esa mujer de madÃbulas trabadas empieza a odiarme. ¡De ja eso! ¡Daña!
Me mira desde el otro lado de la mesa en el rejuego prógnata de su adicción mezclada con celos. Coctel Molotov para una diva que se vistió para matar... para matar arañas en la soledad de su recámara.
corte directo a...
En México, alguien patea una piedra de rÃo. Cae una cáscara de plátano en mi patio.
En Barcelona, alguien patea una lata de atún. Cae una sirena en mi patio.
En Tlaxcala, alguien patea mis riñones. Cae un litro de aguardiente en mi patio.
corte directo a...
Vista aérea de mi almohada manchada de negro. Dos o tres pestañas esparcidas en las sábanas blancas (estrictamente blancas, como las que ahora visten mi cama). El teléfono sonando una, dos, tres veces. Un animal llorando en la puerta. Varios pañuelos desechables empapados y esparcidos en el piso. Tal y como lo odiaba el ex marido de no sé quien. El teléfono sonando una, dos, tres veces. Zoom in al moretón de mi pierna izquierda.
Fade out.
Esta niña, pobrecita, escucha música medieval y sueña con princesas y palacios. En el marco de las crenchas que caen a cada lado de su rostro (peinado de infanta idiota despeinada en el bosque), busca desesperadamente al brujo que la hechizó. El brujo está poseÃdo por la voz de la soprano. Y la niña, pobre, casi se conmueve con la lágrima que brota del ojo derecho del brujo negro. Sube la Infanta Idiota a condecorar a la soprano en nombre del Rey. Desde arriba mira al brujo que mira a la soprano. Maldita nobleza, ¿para qué rayos le sirve?
corte directo a...
Esa mujer de madÃbulas trabadas empieza a odiarme. ¡De ja eso! ¡Daña!
Me mira desde el otro lado de la mesa en el rejuego prógnata de su adicción mezclada con celos. Coctel Molotov para una diva que se vistió para matar... para matar arañas en la soledad de su recámara.
corte directo a...
En México, alguien patea una piedra de rÃo. Cae una cáscara de plátano en mi patio.
En Barcelona, alguien patea una lata de atún. Cae una sirena en mi patio.
En Tlaxcala, alguien patea mis riñones. Cae un litro de aguardiente en mi patio.
corte directo a...
Vista aérea de mi almohada manchada de negro. Dos o tres pestañas esparcidas en las sábanas blancas (estrictamente blancas, como las que ahora visten mi cama). El teléfono sonando una, dos, tres veces. Un animal llorando en la puerta. Varios pañuelos desechables empapados y esparcidos en el piso. Tal y como lo odiaba el ex marido de no sé quien. El teléfono sonando una, dos, tres veces. Zoom in al moretón de mi pierna izquierda.
Fade out.
jueves, octubre 02, 2003
miércoles, octubre 01, 2003
Breve caminata diurna
Camino y saludo a ese, que me odia pero hoy me trata bien.
Camino, mis botas pesadas marcan mis pasos pesados. Esta ciudad es un mito,no existirá cuando esta caminata sólo sea una anécdota deslizada entre la cucharita del café y la lagaña matutina.
Sigo pensando qué diablos hago yo, sin mochila, sin nada, con lo puesto y dos discos en la mano, caminando como si no fuera un miercoles plagado de párpados pesados.
Apenas dos pasos más, y ya vengo caminando en comitiva. Nos juntamos en la calle, parece que vamos al mismo sitio, pero no nos tomamos en cuenta. La evidencia aparece cuando al cruzar la calle cada quien mira por su vida o por sus extremidades, que en este lugar la vida no se pierde en un crucero pues los pocos autos pasan lento. Las precauciones son sólo un sÃntoma de que estamos un poco alertas, que no somos tan zoombies, que aún queda un resquicio de vida propia.
No está el destinatario de mi caminata, de mis discos. No está. Llega tarde, duerme de dÃa y vive de noche. Lo envidio. Lo envidio porque es noche y brilla, o me parece que brilla. A veces me quedo callada y funcionan mis ojos, entonces también brillo. Pero no ocurre siempre. Es una lástima. Emprendo el camino de regreso.
Finalmente y media cuadra antes de llegar a mi criptoficina, puedo entregar los CD's. SabÃa que serÃan bien recibidos... ¿esperabas algo más, tontita?
La media cuadra restante, se me va saludando automáticamente a la gente. Lo tengo tan ensayado que no necesito pensar más que en lo que quiero pensar. Niña caprichos, un dÃa todo te saldrá muy mal. Mientras tanto, a cada paso, continuas saliéndote con la tuya.
Sólo quedan las escaleras, malditas serpientes eternas que se enroscan en mi rodilla aún dañada por querer montarme en el trauma de la niñez. Cada escalón me recuerda al maldito caballo, también me recuerda a mi padre gritando "Si te caes, te subes de nuevo" y yo... ¿querÃa aprender a montar? Cada escalón, me grita que no, mi rodilla me suplica que no más. Llego. Las otras que afuera florecen, aquà se marchitan, en cambio yo florezco aquà sotenida por alambres. No somos aves de corral, no somos aves. Ni somos flores. Ni somos noche.
Queda la esperanza dentro de la PC. Una esperanza que pega su cara al vidrio, y se deforma. Por fin me siento en mi sillón negro giratorio y ergonómico. Quiero salir de nuevo. Quiero ir por la calle con un par de discos buscando destinatario. He olvidado que ya salÃ. He olvidado los motivos, el aroma de mi casa, la música que oÃmos.
Una nueva caminata quizá reconfigure el miércoles.
Camino y saludo a ese, que me odia pero hoy me trata bien.
Camino, mis botas pesadas marcan mis pasos pesados. Esta ciudad es un mito,no existirá cuando esta caminata sólo sea una anécdota deslizada entre la cucharita del café y la lagaña matutina.
Sigo pensando qué diablos hago yo, sin mochila, sin nada, con lo puesto y dos discos en la mano, caminando como si no fuera un miercoles plagado de párpados pesados.
Apenas dos pasos más, y ya vengo caminando en comitiva. Nos juntamos en la calle, parece que vamos al mismo sitio, pero no nos tomamos en cuenta. La evidencia aparece cuando al cruzar la calle cada quien mira por su vida o por sus extremidades, que en este lugar la vida no se pierde en un crucero pues los pocos autos pasan lento. Las precauciones son sólo un sÃntoma de que estamos un poco alertas, que no somos tan zoombies, que aún queda un resquicio de vida propia.
No está el destinatario de mi caminata, de mis discos. No está. Llega tarde, duerme de dÃa y vive de noche. Lo envidio. Lo envidio porque es noche y brilla, o me parece que brilla. A veces me quedo callada y funcionan mis ojos, entonces también brillo. Pero no ocurre siempre. Es una lástima. Emprendo el camino de regreso.
Finalmente y media cuadra antes de llegar a mi criptoficina, puedo entregar los CD's. SabÃa que serÃan bien recibidos... ¿esperabas algo más, tontita?
La media cuadra restante, se me va saludando automáticamente a la gente. Lo tengo tan ensayado que no necesito pensar más que en lo que quiero pensar. Niña caprichos, un dÃa todo te saldrá muy mal. Mientras tanto, a cada paso, continuas saliéndote con la tuya.
Sólo quedan las escaleras, malditas serpientes eternas que se enroscan en mi rodilla aún dañada por querer montarme en el trauma de la niñez. Cada escalón me recuerda al maldito caballo, también me recuerda a mi padre gritando "Si te caes, te subes de nuevo" y yo... ¿querÃa aprender a montar? Cada escalón, me grita que no, mi rodilla me suplica que no más. Llego. Las otras que afuera florecen, aquà se marchitan, en cambio yo florezco aquà sotenida por alambres. No somos aves de corral, no somos aves. Ni somos flores. Ni somos noche.
Queda la esperanza dentro de la PC. Una esperanza que pega su cara al vidrio, y se deforma. Por fin me siento en mi sillón negro giratorio y ergonómico. Quiero salir de nuevo. Quiero ir por la calle con un par de discos buscando destinatario. He olvidado que ya salÃ. He olvidado los motivos, el aroma de mi casa, la música que oÃmos.
Una nueva caminata quizá reconfigure el miércoles.
lunes, septiembre 29, 2003
Bye, bye ochentaaaa
Alguien me comentaba el otro dÃa, sobre cierto personaje que compraba mucha música de los ochenta porque en plena época no tuvo dinero para adquirirla. Ahora que es-como yo- un asalariado ligeramente por arriba del promedio, compra toda la parafernalia ochentera como memorabilia de las carencias estudiantiles.
Pocas cosas añoro de la adolescencia, quizá porque estaba en otra frecuencia mÃstica-espiritual-intelectual, pero de la niñez extraño algunas cosas que nunca tuve. He aquà el top ten de las cosas anheladas durante toda mi primaria:
1.- La Cabagge Patch
2.- El micrófono de juguemos a cantar
3.- La colección completa de PEZ
4.- El disco de Enrique y Ana con el correspondiente "disco chino"
5.- El juego de quÃmica de "Mi alegrÃa"
6.- Un reloj Swatch
7.- La Trapper Keeper de delfines
8.- Las tarjetas de Garbage Pail Kids
9.- La peluquerÃa de Play Doh (en ese entonces se llamaba "plastimasa")
10.-Una mochila original (de las de Sanrio) de "Hello Kitty"
Mucha ñoñerÃa, lo sé... pero a mi los ochenta me tomaron en plena infancia. Mucha gringada, también lo sé... pero me cultivaron como sueño el ir a Disneylandia.
Asà que ahora, sólo colecciono los PEZ. Lástima que ya no tenga a quién presumirlos.
Alguien me comentaba el otro dÃa, sobre cierto personaje que compraba mucha música de los ochenta porque en plena época no tuvo dinero para adquirirla. Ahora que es-como yo- un asalariado ligeramente por arriba del promedio, compra toda la parafernalia ochentera como memorabilia de las carencias estudiantiles.
Pocas cosas añoro de la adolescencia, quizá porque estaba en otra frecuencia mÃstica-espiritual-intelectual, pero de la niñez extraño algunas cosas que nunca tuve. He aquà el top ten de las cosas anheladas durante toda mi primaria:
1.- La Cabagge Patch
2.- El micrófono de juguemos a cantar
3.- La colección completa de PEZ
4.- El disco de Enrique y Ana con el correspondiente "disco chino"
5.- El juego de quÃmica de "Mi alegrÃa"
6.- Un reloj Swatch
7.- La Trapper Keeper de delfines
8.- Las tarjetas de Garbage Pail Kids
9.- La peluquerÃa de Play Doh (en ese entonces se llamaba "plastimasa")
10.-Una mochila original (de las de Sanrio) de "Hello Kitty"
Mucha ñoñerÃa, lo sé... pero a mi los ochenta me tomaron en plena infancia. Mucha gringada, también lo sé... pero me cultivaron como sueño el ir a Disneylandia.
Asà que ahora, sólo colecciono los PEZ. Lástima que ya no tenga a quién presumirlos.

sábado, septiembre 27, 2003
viernes, septiembre 26, 2003
Mitos franceses, mitos geniales.
Me salà de mi carne, gocé el goce más alto:
oponer una frase de basalto
al genio oscuro que nos desintegra.
Alfonsina Storni
Cargamos con las culpas de un cuerpo maleducado, sometido, reprimido. Siendo mujer peor aún. Puedes sentir placer a discreción. Y una se traga el cuento pero cuando cruza la lÃnea...
¿Será que el plaisir es el principio del jouissance ? ¿El jouissance es el climax o la muerte del plaisir ? Sospecho que el jouissance es la declaración rotunda de la petite mort ¿y la petit mort ? Una falacia con toques ligeramente masculinos.
Me salà de mi carne, gocé el goce más alto:
oponer una frase de basalto
al genio oscuro que nos desintegra.
Alfonsina Storni

Cargamos con las culpas de un cuerpo maleducado, sometido, reprimido. Siendo mujer peor aún. Puedes sentir placer a discreción. Y una se traga el cuento pero cuando cruza la lÃnea...
¿Será que el plaisir es el principio del jouissance ? ¿El jouissance es el climax o la muerte del plaisir ? Sospecho que el jouissance es la declaración rotunda de la petite mort ¿y la petit mort ? Una falacia con toques ligeramente masculinos.
jueves, septiembre 25, 2003
Hoy fuimos a Huamantla y el Brama se enojó porque su trozo de conejo estaba frÃo. Iván en cambio se comió con singular alegrÃa unos huevos duros rellenos de atún. A mi me sigue dando un poco de "ñañaras" (uy, años sin usar esta pintoresca palabra) comer conejo, pero igual que Iván, con sigular alegrÃa, me lo comà sin pensar demasiado en colitas de algodón y sombreros de mago. Yo también me hubiera enojado si mi conejo hubiese estado frÃo. La diferencia es que cuando estamos en público soy una berrichuda endógena. Cuando estamos en "petite comité" soy una berrinchuda exógena... y eso lo saben todos mis amigos y ya no se asombran, sin embargo yo sà me asombro de los berrinches ajenos.
Iván le ha puesto un apodo genial a Rafa: El "voilá"; esto a causa de su aparente exquisitez. DeberÃamos hacer un inventario de los motes que este güey le ha colgado a medio Tlaxcala.
Esto no es mi querido diario, os lo juro, pero no hay nada que contar, ni tampoco he escrito. Ayer vi una obra de teatro tristÃsima llamada "Historia de la Oca" No lloré porque habÃa mucha gente y es que mis berrinches y mis llantos en público son siempre pa dentro... luego por eso tengo tanta basura acumulada en las venas. No como el Brama, que hace berrinches pa' fuera pero pensándolo bien también debe tener la sangre llena de... por lo menos de alcohol.
Y al final, el niño mata a la oca. Me recordó mi cuento del avestruz (¡viva la autorreferencia!) mismo que puede leerse apuchurrando el link que dice "alma gemela" en la parte derecha de la pantalla ("Recuerdo de un circo", se llama) Algún dÃa corregiré ese cuento. Tiene partes que me gustan. Como dirÃa mi ex Lex: "Si le rascas, tiene carne fresca"
Y bueno, ayer fue miércoles de lágrima y vino. Al final, ni tanto vino, ni tanta lágrima...Claudia y Roger me salvaron la noche.
Iván le ha puesto un apodo genial a Rafa: El "voilá"; esto a causa de su aparente exquisitez. DeberÃamos hacer un inventario de los motes que este güey le ha colgado a medio Tlaxcala.
Esto no es mi querido diario, os lo juro, pero no hay nada que contar, ni tampoco he escrito. Ayer vi una obra de teatro tristÃsima llamada "Historia de la Oca" No lloré porque habÃa mucha gente y es que mis berrinches y mis llantos en público son siempre pa dentro... luego por eso tengo tanta basura acumulada en las venas. No como el Brama, que hace berrinches pa' fuera pero pensándolo bien también debe tener la sangre llena de... por lo menos de alcohol.
Y al final, el niño mata a la oca. Me recordó mi cuento del avestruz (¡viva la autorreferencia!) mismo que puede leerse apuchurrando el link que dice "alma gemela" en la parte derecha de la pantalla ("Recuerdo de un circo", se llama) Algún dÃa corregiré ese cuento. Tiene partes que me gustan. Como dirÃa mi ex Lex: "Si le rascas, tiene carne fresca"
Y bueno, ayer fue miércoles de lágrima y vino. Al final, ni tanto vino, ni tanta lágrima...Claudia y Roger me salvaron la noche.

miércoles, septiembre 24, 2003
ENTRE IRSE Y QUEDARSE
Entre irse y quedarse duda el dÃa,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahÃa:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sÃlaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.
Octavio Paz
(A propósito del dÃa, del ojo y de la pausa)
Entre irse y quedarse duda el dÃa,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahÃa:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sÃlaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.
Octavio Paz
(A propósito del dÃa, del ojo y de la pausa)
martes, septiembre 23, 2003
acidtripfue una de las primeras páginas que descubrà en mis mozos años de cibernauta.
De ahà sale la imagen de ahà abajo.
¿y?
Y ya...
El maldito Tonayan Escocés, no me dejó el cerebro muy presto para echar letras. Sabrán disculpar la cruda.
Ah, y el link está mal hecho...
es www.acidtrip.com
De ahà sale la imagen de ahà abajo.
¿y?
Y ya...
El maldito Tonayan Escocés, no me dejó el cerebro muy presto para echar letras. Sabrán disculpar la cruda.
Ah, y el link está mal hecho...
es www.acidtrip.com
lunes, septiembre 22, 2003
Traumas animados de ayer y hoy: Top Ten del MonjerÃo.
10.- La monja fea. Madre Ema. Recién habÃa salido del noviciado y ya era cuarentona. Era bióloga además de ser monja y hacÃa muecas de placer cuando abrÃamos bichos en el laboratorio. Un dÃa nos confesó que se metió de monja cuando vio que ya no iba a casarse. Alguna incauta le preguntó porqué y ella se limitó a responder "por fea"
9.- La novicia desesperada: Madre Lupe. Esta pobre monja fue vÃctima de la primera rabieta de la que tengo memoria (5 años): De un puñetazo tiré el librero sobre su pie. Estuvo con el pie escayolado algunos dÃas, pero me perdonó y no me acusó con nadie.
8.-La de concurso: Madre Ana. Un dÃa estábamos todas las rechonchas pubertas alrededor de la alberca en un campamento escolar, cuando de las aguas emerge cual Bo Derek la Madre Ana en su traje de baño negro y con un cuerpazo de escándalo. Todas quedamos boquiabiertos y con la camiseta a las rodillas tapando nuestras impudicias.
7.-La arrepentida: Madre Malena. A decir verdad todavÃa no era monja pero era una novicia con "gran" vocación. Tan grande que al querer estar más cerca de Dios no encontró mejor vÃa que estar cerca del Padre Chucho. Se casaron y aunque las monjas hicieron lo posible para evitar el chismorreo, toooodo el colegio se enteró.
6.-La lesbiana: Madre Isabel. Nadie se explicaba porqué pese a su gran belleza, su renombrada familia y su escasa vocación estaba ahà metida en un colegio. Bueno, pues después se supo porque una maestra la sorprendió haciendo un examen un tanto sospechoso. El resto de las monjas callaron, pues su familia sostenÃa gran parte de los lujillos de estas lujuriosas hermanas. Al final, la confinaron a la administración, donde desde una ventanita, sólo puede ver la mano que le extiende el cheque de la colegiatura.
5.-La cómplice: Madre Tere. Esta monja era bien joven y siempre hablaba con muchas muchas groserÃas. Dos veces nos aplaudó las travesuras en vez de castigarlas. Sobre todo la perpretada contra la señorita Emma, un pituca que daba clases de mecanografÃa y usaba peluca.
4.-La polémica: Madre Maricruz. La mujer tenÃa más guardarropa que la barbie de la niña Onassis. De pronto nos daba clases con unas faldas muy modernas en color khaki (ella me enseñó eso del color khaki) y en el recreo, la cambiaba por una falda blanca, tennis reebook y lentes ray ban. Nunca entendà porqué estaba exenta del voto de pobreza, pero la última vezque la vi, iba caminando en Buenos Aires por la calle de las boutiques más exclusivas. La muy cabrona no recordó mi nombre pero le mandó saludos a mi madre.
3.- La revolucionaria: Madre Josefina. Decidió que los viernes, las chicas de la preparatoria eran libres para portar la ropa que quisieran, convocó a elecciones para las jefas de grupo y regalaba libros sobre la teologÃa de la liberación a toda aquella que se lo solicitara. Sus faldas eran bien étnicas y artesanales y tenÃa un gran mostacho parecido al de la Kahlo. Lo último que se supo de ella es que estaba en Chiapas trabajando con el EZLN.
2.- La cocinera. Madre Esperanza. Era la que atendÃa la tiendita de la escuela y se encargaba de mantener la lÃnea redonda de las alumnas. Preparaba tostadas, donas, salchichas... todo con mucha grasa y altos niveles de colesterol. Mi hermana más pequeña que recién salió del monjerÃo, me contó que durante su último año hacÃa sushi y bocadillos light. Todo progresa.
1.-La monja/monja: Madre Gertrudis. Nos enseñaba a hacer punto y a bordar trapos de cocina para el dÃa de las madres. Era muy viejita, tenÃa las manos callosas y de sus ropas emanaba un olor a coño de anciana que claro, en ese entonces no sabÃa que ese era el olor a coño de anciana.
10.- La monja fea. Madre Ema. Recién habÃa salido del noviciado y ya era cuarentona. Era bióloga además de ser monja y hacÃa muecas de placer cuando abrÃamos bichos en el laboratorio. Un dÃa nos confesó que se metió de monja cuando vio que ya no iba a casarse. Alguna incauta le preguntó porqué y ella se limitó a responder "por fea"
9.- La novicia desesperada: Madre Lupe. Esta pobre monja fue vÃctima de la primera rabieta de la que tengo memoria (5 años): De un puñetazo tiré el librero sobre su pie. Estuvo con el pie escayolado algunos dÃas, pero me perdonó y no me acusó con nadie.
8.-La de concurso: Madre Ana. Un dÃa estábamos todas las rechonchas pubertas alrededor de la alberca en un campamento escolar, cuando de las aguas emerge cual Bo Derek la Madre Ana en su traje de baño negro y con un cuerpazo de escándalo. Todas quedamos boquiabiertos y con la camiseta a las rodillas tapando nuestras impudicias.
7.-La arrepentida: Madre Malena. A decir verdad todavÃa no era monja pero era una novicia con "gran" vocación. Tan grande que al querer estar más cerca de Dios no encontró mejor vÃa que estar cerca del Padre Chucho. Se casaron y aunque las monjas hicieron lo posible para evitar el chismorreo, toooodo el colegio se enteró.
6.-La lesbiana: Madre Isabel. Nadie se explicaba porqué pese a su gran belleza, su renombrada familia y su escasa vocación estaba ahà metida en un colegio. Bueno, pues después se supo porque una maestra la sorprendió haciendo un examen un tanto sospechoso. El resto de las monjas callaron, pues su familia sostenÃa gran parte de los lujillos de estas lujuriosas hermanas. Al final, la confinaron a la administración, donde desde una ventanita, sólo puede ver la mano que le extiende el cheque de la colegiatura.
5.-La cómplice: Madre Tere. Esta monja era bien joven y siempre hablaba con muchas muchas groserÃas. Dos veces nos aplaudó las travesuras en vez de castigarlas. Sobre todo la perpretada contra la señorita Emma, un pituca que daba clases de mecanografÃa y usaba peluca.
4.-La polémica: Madre Maricruz. La mujer tenÃa más guardarropa que la barbie de la niña Onassis. De pronto nos daba clases con unas faldas muy modernas en color khaki (ella me enseñó eso del color khaki) y en el recreo, la cambiaba por una falda blanca, tennis reebook y lentes ray ban. Nunca entendà porqué estaba exenta del voto de pobreza, pero la última vezque la vi, iba caminando en Buenos Aires por la calle de las boutiques más exclusivas. La muy cabrona no recordó mi nombre pero le mandó saludos a mi madre.
3.- La revolucionaria: Madre Josefina. Decidió que los viernes, las chicas de la preparatoria eran libres para portar la ropa que quisieran, convocó a elecciones para las jefas de grupo y regalaba libros sobre la teologÃa de la liberación a toda aquella que se lo solicitara. Sus faldas eran bien étnicas y artesanales y tenÃa un gran mostacho parecido al de la Kahlo. Lo último que se supo de ella es que estaba en Chiapas trabajando con el EZLN.
2.- La cocinera. Madre Esperanza. Era la que atendÃa la tiendita de la escuela y se encargaba de mantener la lÃnea redonda de las alumnas. Preparaba tostadas, donas, salchichas... todo con mucha grasa y altos niveles de colesterol. Mi hermana más pequeña que recién salió del monjerÃo, me contó que durante su último año hacÃa sushi y bocadillos light. Todo progresa.
1.-La monja/monja: Madre Gertrudis. Nos enseñaba a hacer punto y a bordar trapos de cocina para el dÃa de las madres. Era muy viejita, tenÃa las manos callosas y de sus ropas emanaba un olor a coño de anciana que claro, en ese entonces no sabÃa que ese era el olor a coño de anciana.
domingo, septiembre 21, 2003
Retazos del fin de semana (en el DF... sólo ahÃ)
"Aunque al final me deprima, putear es lo que menos me putea" (Amiga que se está volviendo puta)
"Quieres ir a una fiesta exclusiva en donde nadie te conoce y nadie te quiere" (Amigo envidioso)
"Mujer francesa vestida de escocesa y Bailarina sobre elefante rosa" (Contraseñas para entrar a la fiesta exclusiva)
"Tu problema no es que seas punk o que seas dark, tú problema es que eres un pendejo" (Amigo envidioso comentando talk show)
"Si me sigues chingando te voy a romper todo lo que conocemos por dientes" (Hermanita furiosa)
"Una familia de cinco miembros no podrÃa vivir con 30 mil pesos al mes, o bueno ¿a qué te refieres con vivir?" (Amigo rico de mis amigos pobres)
"Las mujeres son entidades que recogen la excelsitud del planeta" (Comerciante de La Lagunilla)
"Déjame decirte que ese güey está muy feo, si lo quisieras o anduvieras con él, pues todavÃa. Si sólo es para tirártelo, qué mal gusto tienes" (Amigo invitado a la fiesta exclusiva)
"Aunque al final me deprima, putear es lo que menos me putea" (Amiga que se está volviendo puta)
"Quieres ir a una fiesta exclusiva en donde nadie te conoce y nadie te quiere" (Amigo envidioso)
"Mujer francesa vestida de escocesa y Bailarina sobre elefante rosa" (Contraseñas para entrar a la fiesta exclusiva)
"Tu problema no es que seas punk o que seas dark, tú problema es que eres un pendejo" (Amigo envidioso comentando talk show)
"Si me sigues chingando te voy a romper todo lo que conocemos por dientes" (Hermanita furiosa)
"Una familia de cinco miembros no podrÃa vivir con 30 mil pesos al mes, o bueno ¿a qué te refieres con vivir?" (Amigo rico de mis amigos pobres)
"Las mujeres son entidades que recogen la excelsitud del planeta" (Comerciante de La Lagunilla)
"Déjame decirte que ese güey está muy feo, si lo quisieras o anduvieras con él, pues todavÃa. Si sólo es para tirártelo, qué mal gusto tienes" (Amigo invitado a la fiesta exclusiva)
sábado, septiembre 20, 2003
Viernes
Pareciera que si es viernes, me obligo a que suceda algo. No sé qué, pero "algo". Será porque en mi lógica de burócrata amaestrada, el fin de semana es una rutina para escapar de la rutina. Los viernes se encuentran en la misma gama de estÃmulos obreros que el dÃa de quincena, los aguinaldos, los dÃas festivos y todas aquellas pausas respiratorias.
La fiesta acabó pronto o simplemente terminó a la hora que tenÃa que ser. Creo que me sentÃa muy bien rodando cuesta abajo en San Francisco. Quizá la culpa sea del sable del poder o de mis botas con nueve centÃmetros de tacón o de Iván Godzilla o del Brama tratando de huir de su propio personaje o del abrigo de Gandalf o del último bostezo de Claudia o de las ocurrencias de Bernardo que me recuerda tanto a Nacho.
Raro en mi, pero me ha entrado un ataque festivo casi ligado a la compulsión. Sospecho que me estoy recuperando para perderme otra vez y entonces sÃ, guardarme en la eterna melancolÃa mucho más parecida a mi, que este extraño sentimiento gozoso que últimamente me embriaga (y esto último no es metáfora).
Después de un martes en que todo me sonaba a "Just a Perfect day" con todo y then later when it get's dark, wi'll go home. Viene este viernes, cargado de trabajo que al final me hace sacar la cabeza y gritar: exijo fiesta. Sin embargo, sé que la racha durará poco, mientras tanto You just keep me hanging on.
Y mañana sábado y domingo... y cuando vuelva el lunes, lo normal es que regrese la mirada taciturna y el encogimiento de hombros.
Pero hoy fue viernes y pasó por mi garganta suficiente cerveza. Juro que no tanta como para no seguir pensando que You just keep me hanging on. Y no sé que pase después... Todo parece indicar que ocurrirá lo de siempre: Nada.
Pareciera que si es viernes, me obligo a que suceda algo. No sé qué, pero "algo". Será porque en mi lógica de burócrata amaestrada, el fin de semana es una rutina para escapar de la rutina. Los viernes se encuentran en la misma gama de estÃmulos obreros que el dÃa de quincena, los aguinaldos, los dÃas festivos y todas aquellas pausas respiratorias.
La fiesta acabó pronto o simplemente terminó a la hora que tenÃa que ser. Creo que me sentÃa muy bien rodando cuesta abajo en San Francisco. Quizá la culpa sea del sable del poder o de mis botas con nueve centÃmetros de tacón o de Iván Godzilla o del Brama tratando de huir de su propio personaje o del abrigo de Gandalf o del último bostezo de Claudia o de las ocurrencias de Bernardo que me recuerda tanto a Nacho.
Raro en mi, pero me ha entrado un ataque festivo casi ligado a la compulsión. Sospecho que me estoy recuperando para perderme otra vez y entonces sÃ, guardarme en la eterna melancolÃa mucho más parecida a mi, que este extraño sentimiento gozoso que últimamente me embriaga (y esto último no es metáfora).
Después de un martes en que todo me sonaba a "Just a Perfect day" con todo y then later when it get's dark, wi'll go home. Viene este viernes, cargado de trabajo que al final me hace sacar la cabeza y gritar: exijo fiesta. Sin embargo, sé que la racha durará poco, mientras tanto You just keep me hanging on.
Y mañana sábado y domingo... y cuando vuelva el lunes, lo normal es que regrese la mirada taciturna y el encogimiento de hombros.
Pero hoy fue viernes y pasó por mi garganta suficiente cerveza. Juro que no tanta como para no seguir pensando que You just keep me hanging on. Y no sé que pase después... Todo parece indicar que ocurrirá lo de siempre: Nada.
viernes, septiembre 19, 2003
Sus hilos corrieron de la cáscara de naranja al viejo arce, de la botella abandonada al caballito de madera, de la lápida al campanario. Clausuró el camino que iba del diván al vestido de novia de la abuela; hizo una trama desde el balcón hasta el péndulo oscilante. Enmarcó miradas tiernas y lascivas; risas irónicas e histéricas. Dentro de las cuadradas celdas creó jardines, hogares, basurales, escuelas, sanitarios y cárceles dentro de la cárcel. Nos obligó a caminar de una lÃnea a otra para llegar al destinatario de los “buenos dÃasâ€�,del beso, del golpe seco. Tejió irrepetibles historias para que nunca termináramos de transitar por ellas. Dios ha muerto, pero nos encerró en su telaraña.
jueves, septiembre 18, 2003
Hormigas
Cuando la lluvia decide inmolarme
nada queda sobre mi piel desierta.
Pienso que la tristeza
es un puñado de hormigas contratadas
para caminar sobre mis piernas
y que no olvide que sigo viva.
Son ellas, patitas de aguja,
acicates definitivos
que impiden permanecer de piernas cruzadas
habitando lo inmóvil de estos dÃas
en que perecer
se parece tanto a permanecer
y la locura es una idea fija anclada a la silla.
Son ellas, dientes de sierra,
quienes incitan a darle un vuelco al cesto de letras
aunque haya mucha basura en esta esquina,
en aquel patÃbulo
y en cada cuarto de hotel.
Una vez cumplida su tarea,
regresan al hormiguero por cada arteria
hasta llegar al lado izquierdo de mi pecho.
Ahà nacen y mueren.
Después,
son azuzadas por nuevas lluvias
para emprender una vez más, la cÃclica fuga.
Cuando la lluvia decide inmolarme
nada queda sobre mi piel desierta.
Pienso que la tristeza
es un puñado de hormigas contratadas
para caminar sobre mis piernas
y que no olvide que sigo viva.
Son ellas, patitas de aguja,
acicates definitivos
que impiden permanecer de piernas cruzadas
habitando lo inmóvil de estos dÃas
en que perecer
se parece tanto a permanecer
y la locura es una idea fija anclada a la silla.
Son ellas, dientes de sierra,
quienes incitan a darle un vuelco al cesto de letras
aunque haya mucha basura en esta esquina,
en aquel patÃbulo
y en cada cuarto de hotel.
Una vez cumplida su tarea,
regresan al hormiguero por cada arteria
hasta llegar al lado izquierdo de mi pecho.
Ahà nacen y mueren.
Después,
son azuzadas por nuevas lluvias
para emprender una vez más, la cÃclica fuga.
miércoles, septiembre 17, 2003
martes, septiembre 16, 2003
Bajo el árbol
Esta hoja aún no ha sido
y ya me arrebata al cielo.
No sé si perdonarle su tibieza
o dejarla ocurrir sobre mi párpado ajado.
Pienso que debe ser
el rojiluz de mi media mirada
(o un rey de bastos
o una pluma blanca
que corre
hasta mis labios)
lo que sujeta al tiempo
colocándolo
entre este árbol y el mundo.
Esta hoja aún no ha sido
y ya me arrebata al cielo.
No sé si perdonarle su tibieza
o dejarla ocurrir sobre mi párpado ajado.
Pienso que debe ser
el rojiluz de mi media mirada
(o un rey de bastos
o una pluma blanca
que corre
hasta mis labios)
lo que sujeta al tiempo
colocándolo
entre este árbol y el mundo.
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