miércoles, octubre 08, 2003

Se solicitan grilletes
Hay días como ayer en que debería ponerme un grillete al tobillo para no salir a hacer estupideces.
Fui a la exposición de Patricia y Enrique y ahí me encontré al Brama. Le pedí a Bramiguel que me prestara su impresora para hacer la selección de poemas de la lectura del viernes. Entonces él me leyó un cuento, y leí mi poesía y todo era demasiado light. Le conté una anécdota sobre un tubo de óleo amarillo cadmio y se rió mucho. Después llamó Arcelia para decirnos que era importantísimo que fueramos a casa de Rafa.
Resulta que ella e Iván estaban en casa de Rafael supuestamente trabajando en su proyecto, pero la verdad es que se notaba que llevaban felices e incróspitas horas de solaz esparcimiento. Miguel y yo andábamos de un humor extraño. Queríamos ir pero no queríamos y al final acabamos yendo. No entiendo a Miguel. Primero no quería ver a Rafa y después le lleva un disco de Tom Waits.
Creo que la cagué con Iván, que le dije cosas que no debí haberle dicho y creo que le hice daño... aunque a decir verdad, el güey ya estaba suficientemente ebrio y sensible. Soy un manojito de vísceras esparcidas sobre Iván que es un osito de peluche; corrijo, es un misógino de peluche, porque ahí empezó la discusión que terminó en las patologías de su novia... blablabla. "Es un pleito de vecindad" dijo Rafa y me enojó el comentario.
Acto seguido, empiezo a burlarme de Rafa después de que estoicamente se sopló toda la lectura que hizo Bramiguel de mis poemas, pues era e-vi-den-te que a Rafael mis poesías le valen madre. A mi sus pinturas no me valen madre, yo no le doy el avión. Claro, no comparemos, él se cotiza caro y mis letras no valen ni tres pesos. Quizá por eso yo tenía esa actitud discordante. Sí, es "el" artista, pero que le baje. "Sí, que le baje" opinaría seguramente Bramiguel que también estaba como a la defensiva, igual que yo.
La única tranquila era Arcelia, en un plano muy racional desmembrando nuestras frases, recomponiéndolas de nuevo, poniendo pétalos de rosa en la cera de las veladoras, mirando mucho, mucho a Miguel.
Rafael prepara el mejor mousse de chocolate de todo El Sabinal, y el único helado de queso con cardamomo de toda la región. Hablando de comida y bebida (No por nada es el "Voilá"), en algún momento recordamos que las aceitunas de los martinis van sin relleno. Que las preferimos con hueso. Complicidades, claves, tonterías, eso alivianó la tensión.
En un momento me levanté de la mesa y lo único que escuché fue que Bramiguel dijo: "Beatriz está en el baño" y luego una portazo. Deduje que habría salido a mear, pero nunca volvió. Fingimos no desconcertarnos, yo sí lo estaba. Arcelia más.
Al poco tiempo decidimos irnos y lo que sigue es otra historia que ya contará alguien más... yo, simplemente debí refugiarme en casa. Ahora el de abajo solicita colirio.



PD: Sé que casi nadie lee mi blog. Y también sé que nadie de Tlaxcala lo lee, pero ya que salió al tema, estaré leyendo mis poesías en el teatro Xicohtencatl el viernes 10 a las 18 hrs.

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