jueves, agosto 23, 2007

TLX
Volví despacito de Tlaxnada a mitad de un huracán y poco pensé en el camino pues seguía ejerciendo de paño que se mojaba de lluvia al intentar escurrirlo.
Volví después de haberle dado de comer a las paranoias de los imbéciles de siempre.
Y gocé, también gocé riendo y riendo porque sólo riendo Tlaxnada es mi todo y sólo así puedo volver sin que me duela demasiado esa ventana.

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