sábado, agosto 04, 2007

Lugares comunes

La lluvia contiene en secreto todas las fórmulas químicas para acelerar mis dedos sobre el teclado y potenciar mi tristeza.
Sí.
Yo también sé que es un lugar común pero he cambiado mis tres virtudes extraordinarias por un plato de frijoles y una manta de acrilán. Desde entonces soy todos los lugares comunes:
mujer triste que escribe
mujer celosa que castra
mujer cariñosa que envenena con sus guisos
mujer emancipada con correa de dosmil kilómetros
mujer inteligente que no se sabe peinar
mujer que escribe cuando llueve
mujer que llueve cuando nadie lleva paraguas.

Y escribir, es lloverme sobre el mar.
Pero lloverme poquito.
De un tiempo a la fecha, se me acabaron las tormentas.
Y desde entonces lluevo poquito, ridículamente,
poquito.

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