martes, marzo 16, 2004

Time to lunch
El martes sabe a moneda vieja.
Luis juega con la hija que nunca tuvimos.
La medicina acelera la angustia.
Claudia fue capaz de cagarse en mis recuerdos.
El rimmel no es waterproof.
Pedro está muy lejos.
La hora de comer se rellena con dos botellas de agua.
Isidro se ha marchado.
El ventanal está abierto pero sólo son dos pisos.
Ximena me reinventa una vida patética.
La fuga de gas no ha sido reparada.
Mi madre está en Nueva York y no puedo llamarla.
El reloj me indica que terminó la hora de llorar.



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