martes, febrero 03, 2004

Limpieza posmoderna
Mi pobre madre lleva aaaaños pidiéndome que cuando vaya a visitarla, aproveche para echarle un ojo a las cosas mías que aún quedan en su casa. Siempre le digo que "sí" "ajá" "a la próxima". Ni en mi peor pesadilla desperdiciaría el escaso tiempo en la Megalópolis para ponerme a limpiar. Siempre amenaza con que me va a tirar todo a la basura... pero no lo hace por ese "respeto" que tiene hacia todas mis cosas, excepto a mi cama, que botó sin piedad alguna y a mi recámara que se ha convertido en el cuarto de la televisión descompuesta, la mecedora de la extinta abuela y todo aquello que no encuentra acomodo en otro sitio.
Parece que volvieron a redistribuir los muebles y ahora pasaron el PC a mi ex-cuarto, así que aprovechando la ocasión y armada del MSN y de cámara web, ideó un sistema de limpieza interactiva en la que va sacando mis cosas del clóset las muestra en la pantalla y me pregunta que si lo tira o lo guarda para que me lo lleve la próxima vez que vaya.
Por lo visto mis hermanas se han burlado de ella porque ya vi a una desfilar por detrás con un traje de baño en la cabeza. Lo compré para ir a Mérida hace 13 años, así que yo creo que sí, que sería bueno deshacerme de él.
A mi madre no se le va una; su necedad me causa una mezcla de ternura y enfado. Yo creo que la próxima vez, no me salvo de las tres toneladas de fotocopias que esperan bajo la escalera. Eso sí, ya dije que mi pliego petitorio incluye que se me otorgue un lugar digno para hospedarme los fines de semana, que desde que no tengo cama, debo mendigar un trocito de colchón o quedarme en cualquier otra casa.

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