martes, febrero 24, 2004

Blogeros en solidaridad con otros blogeros

Como miembro de cualquier grupo, el elemento aglutinador en primera instancia, es sin duda el interés común en algún proyecto.
Pocas cosas hay tan autorreferenciales como un blog, sin embargo es la primera vez que veo tantos onanistas juntos deleitándose con las chaquetas ajenas, dándose ánimos y gozando de sí mismos. El caso es que a fuerza de mirarse tanto el ombligo, los ombligos ajenos van generando mucho interés. Sobre todo cuando asumimos que todas esas vidas al principio paralelas empiezan a hacer intersección con la nuestra.
Divido en tres los blogs que suelo leer: Los que están porque sí; los que me parecen sumamente interesantes; y los que están porque sí y/o me parecen sumamente interesantes, pero además existe una relación en la que nos hemos estrechado las manos o los cuerpos o algo.
Entre estos últimos blogs están el de mi admirado y apreciado Simon; el de mi caro tío, el escritor Israel Centeno; y el del come queso, bebe tonayan, cronista, apodador oficial y cuatísimo de las bancas de San Nicolás, Iván.
Bueno pues a raíz de este último me enteré del caso del escritor Gerardo Sifuentes . Leyendo después otros blogs que frecuento (caracoles, las crónicas desde mi ex colonia) Me doy cuenta de que:
a) Qué chiquito es el mundo.
b) Qué jodida es la tira.
c) Qué concéntricos son los círculos del infierno.
Así que porque es blogero, porque veo muy preocupado al Iván (y de ahí la exposición de mi doble lazo con él), porque es tema reiterado en los blogs, porque el día que nos tomamos unas chelas en el Salón Corona y la pasé de puta madre conocí a Sifuentes, pero sobre todo porque ya pueden torcerse a cualquiera con los pretextos más absurdos; me adhiero al clamor que se manifiesta en contra de semejante chingadera.
Quizá la promoción en los medios de este asunto pueda ser peor, pero los blogueros la vivimos generando redes, promocionándonos los unos a los otros, saltando de bitácora en bitácora. Sirva esto como simple muestra solidaria y demostrativa de que hay algo más allá de las cosas cotidianas e insulsas que algunos solemos escribir.

He aquí una carta explicando la situación

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