jueves, noviembre 29, 2007

Miedos

Hay gente que tiene miedo de dormir sola. Yo tengo miedo de dormir acompañada y despertar junto a un cocodrilo o junto a mi propia pierna amputada de un mordisco.

(Quizá otro día diría corazón pero hoy me duele la rodilla)

Muchas veces he intentado jugar al espejo, a tener una pareja y coordinar los movimientos en perfecta coreografía tipo "Holiday On Ice" pero siempre he sido más amante del performance individual, de las acciones con cuchillos cebolleros y de la devolución de las entradas en caso de contigencias ambientales, etcétera (y además hoy me duele la rodilla ¿recuerdas?)

A mí me gusta dormir sola y estirarme. O me gusta acostarme sola y encogerme de frío, de noche, de insomnio. Me gustaban mis ritmos extraños, el rif de mi guitarra, mi soliloquio perpetuo, mis fantasmas desgraciados.

Y no es que quiera dormir sola; sólo añoro una cama sin piecera, una solitud tan honda, una sábana estampada. No es que quiera no quererte. Sólo quiero que no mutes en mi pierna o en cocodrilo o en una nota muy grave o en un discurso sin salidas o en un color chirriante o en un silencio espeso.

Tengo miedo de que todo cambie. Durmiendo sola, sólo cambiaban las hojas del calendario (y las sábanas de rombos por las de hojas secas). Tengo miedo (también) de mi rodilla en veinte años.

No hay comentarios.: