miércoles, mayo 04, 2011

Algunos hombres

He visto hombres que salen de su casa temprano con la corbata ajustada y un portafolio.  Esperan el autobús y miran el reloj varias veces como si tuvieran mucha prisa. Si encuentran lugar para sentarse, lo hacen junto a la ventana y van viendo el paisaje como si pasearan frente a las jaulas de un zoológico.  Todo lo observan detenidamente y cuando algo les llama la atención giran la cabeza despacito hasta que desaparece de su vista.  Si no encuentran lugar, se quedan de pie y no miran a los demás pasajeros.  Fingen no estar cansados y vuelven a su prisa imaginaria que enfatizan con su reloj de pulsera.  A veces alisan su corbata con la mano.
Recorren todo el trayecto que hace el autobús y cuando llegan a la última parada, miran hacia el cielo, esperan que el semáforo les dé el paso y cruzan para tomar el mismo autobús pero en dirección contraria.
Otros hombres simplemente se conforman con sentarse en el banco más cercano para darles de comer a las palomas.

2 comentarios:

Joaquin Antonio dijo...

Mi estimada Beata, ese es apenas un fragmento de las maravillas conque podemos recrearnos cuando vamos por la calle. Más interesante aun cuando tomamos asiento frente al que da de comer a las palomas, cómo lo miran los que pasan y qué de cosas muestran los viandantes. Es el espectáculo de la vida cotidiana que a veces las prisa y la neura no nos dejan apreciar. Un buen abrazo

Anónimo dijo...

me gusta, me gusta... un saludo betrix... después de algún tiempo he vuelto a encontrar tu blog ;)