martes, octubre 12, 2010

Luz de luciérnagas de Edson Lechuga (Los libros dedicados II)

“Porque la palabra ida se parece mucho a la palabra huida;
será porque irse es huirse en miniatura, a pequeña escala.”
Edson Lechuga, Luz de luciérnagas 




Cuando por fin tuve Luz de luciérnagas en mis manos, tuve que posponer su lectura porque me encontraba con otros textos que aunque muy placenteros, eran de carácter laboral, es decir, con etiqueta de urgente. Así que Luz de luciérnagas se quedó reposando en una mesa del DF. Pasaron unos días y caminando entre el queso de Oaxaca, la bisutería variada, los mangos maduros y los chiles secos a granel del mercado de mi colonia, compré por cinco pesos El otoño recorre las islas de José Carlos Becerra.  Tampoco lo iba a poder leer (releer), así que lo puse en la pila de libros justo encima del libro de Edson.
            Volví a Barcelona y  a los pocos días empecé a leer Luz de luciérnagas con esa sensación deslocalizada en donde el cuerpo está de este lado reconociendo rutinas mientras la mente sigue allá jugando al hubiera.  Mi estado de ánimo era  propicio para esta historia en donde el personaje, el autor y yo compartimos los mismos escenarios (Barcelona – Ciudad de México).  En el terreno sentimental, literaturas aparte, eso pega.
            La historia la protagoniza Germán Canseco (curiosa la coincidencia con el fotógrafo de Proceso), residente en Barcelona que tiene una cuenta pendiente consigo mismo desde el 85.  De una forma nada artificial ni efectista, de pronto estamos con Germán en la Ciudad de México recorriendo calles, mirando ventanas, oliendo fondas, hasta que ocurre lo que cualquier chilango sabe adivinar cuando alguien dice “ochenta-y-cinco”: el terremoto del que algunos guardamos recuerdos deshilvanados y otros guardan vivencias que engendran reflexiones que engendran desesperaciones que engendran una trama como la de Germán en donde hay varias formas de morir cuando todo alrededor es muerte.
            Germán acude de manera permanente a esos paralelismos entre las ruinas de la ciudad y sus ruinas sentimentales, entre los hierros torcidos y su espalda destrozada, entre el gris polvoso de la ciudad y el propio polvo enquistado en sus recuerdos.  Transitar de lo íntimo a lo colectivo y de la célula conmovida a la sociedad civil organizándose, inserta a este relato en un capítulo de la historia reciente de México por el que la literatura ha pasado de puntillas como si el tema sólo diera para consignar datos y no para habitarlos. Habitar estos datos y darles vida a pesar de la muerte es el gran acierto de Edson. 
            Si no fuera porque la lógica a veces me asiste, hubiera jurado que el libro que estaba sobre Luz de luciérnagas en una mesa del DF se había volcado como un vaso de agua empapando el libro de Edson. No sólo refresca la historia, sino que le da una fuerza increíble con las referencias intertextuales tan propicias y tan bien engarzadas con la prosa poética de la que sabe servirse el autor.  Ya en el colmo de las coincidencias, resulta que la edición vieja de El otoño recorre las islas que compré en el tianguis era la misma edición que leían Alma y Germán Canseco. Lo sé por la numeración de las hojas, por la fotografía de la portada (sí, Luz de luciérnagas trae fotos) y por el año de edición.  Incluso empiezo a sospechar que era el mismo ejemplar por el tipo de manchas, los pliegues de los bordes y porque el color amarillento delata que estuvo guardado en una caja de cartón por muchos años.  Sí, quizá sea el mismo y por si las dudas, siguen juntos, lomo a lomo en mi librero.
          Luz de luciérnagas es la primera novela publicada por Edson Lechuga. Esperamos que alumbre el camino de las próximas.

3 comentarios:

Daniel Dibildox dijo...

Hola Bea! Como estas? Estaba navegando por internet aprovechando que pude usar internet en mi pueblo y eche un ojo a tu blog. Despues de todo hay que leer otras cosas ademas de medicina....
Por eso tambien queria decirte que he estado leyendo mucho en mi pueblo ya que no hay mucho que hacer jajaja. Lei un libro de herta muller que se llama en tierras bajas, es su primer libro y creo q de los pocos traducidos al español, nunca habia leido una libro asi. No se si lo hayas leido, si no, te lo recomiendo, creo que por lo que estuvimos platicando en casa de mi abuelita te puede gustar. Ademas de platicarte y leer tu blog queria pedirte de nuevo las recomendaciones de libros que me hiciste ese mismo dia, ya que perdi la servilleta en la que tan elegantemente me hiciste las anotaciones jajaja. Bueno un abrazo y saludos a Pedro.

Beatriz dijo...

¡Eeeey! Primo tamagochi ¡qué sorpresa y qué gusto!
Te envío ese listado a tu correo de hotmail.
Te mando abrazote.

Adolfo Azpíroz dijo...

Bea!
Ayer estaba cenando con una amiga vasca (que en realidad creo que es chilanga, al menos de corazon) me presumia que "uno de sus mejores amigos mexicanos, Edson Lechuga, acaba de publicar un libro buenisimo..."
Bueno, esta coincidencia nomas la queria usar para mandarte besitos desde estas gelidas tierras nortenias y para decirte que te extranio y que estaria pocamadre que vinieran a visitarnos algun dia, como todos esos europeos que no me dejan caminar por las banquetas ultimamente...