lunes, octubre 25, 2010

Aguas quietas

Las aguas mentales reposan o se estacan. No lo sé. Lo segundo huele a podrido y no es así. En todo caso queda más lírica la quietud aunque no sea del todo precisa.
Y aquí viene la cita de Lévinas pero no la tengo a mano y odio las paráfrasis imperfectas. También odio buscar un texto que no sé en dónde dejé.
No quiero levantarme del asiento y no quiero pensar mucho.
Estoy cansada y me gustaría tener otras piernas más ágiles. Me gustan mis piernas de la rodilla hacia abajo. Aceptaría un trueque frankesteniano en las piernas y en la cabeza. En los ojos no porque por fin han vuelto a su forma original y las ojeras bajo ellos son bolsillos con monedas y no bolsas marsupiales.
Me gustaría también un recambio magodeozano. Yo también busco valor y otras cosas de colores pero hasta ahora sólo he obtenido un spam en mi buzón prometiéndome salud plena. Creo más en la literatura que en las aseguradoras.
Estoy cansada pensando estas cosas y tirada panza arriba en mi laguito mental.

2 comentarios:

Juan Jose dijo...

Pintas la tranquilidad de un lago que sólo refleja el atardecer, pero en él pueden caer una piedricit, o un meteóro capaces de provocar expansión de ondas o un tsunami dependiendo del caso...

Montserrat Algarabel dijo...

Me encantó este post. Te dejo besitos Bea, n.