sábado, marzo 07, 2009

Entre el “pulp” y la reina Highsmith

Con un lapso enorme de tiempo entre el primero y los otros dos libros, por fin terminé la trilogía de John Franklin Bardin. Aunque los libros datan de finales de los cuarenta, la traducción al español es de 2004. Incluso en Estados Unidos comenzó a brillar hasta los setenta. Según Cabrera Infante, que fue quien lo introdujo en el mundo hispanohablante, es uno de los grandes de la novela policial junto con Dashiell Hammett y Edgar Alan Poe. A mí, la verdad, me recuerda más al estilo de la Highsmith con esos thrillers psicológicos tan bien armados pero sin la maestría de los finales y la precisión literaria de la susodicha (aclaro que soy fan de Patricia Highsmith).

Aunque tiene algunos más, los tres libros que se consideran como los más importantes, son El percherón mortal, El final de Philip Banter y Al salir del infierno (este último traducido peor que película comercial pues el título original es: Devil Take the Blue-Tail Fly). El del percherón es el más popular y el primero que leí. La historia transcurre entre leprechauns (esos duendes de sombrero verde propios del folclor irlandés), percherones y las visitas al Dr. Matthews. Este libro es el más ágil de los tres aunque para mi gusto, no es el mejor armado, sin embargo los elementos que introduce y los juegos psicológicos te hacen perdonar la parte final del libro en donde todas las locuras estallan. El final de Philip Banter retoma como personaje al Dr. Matthews. Me parece que en esta obra retrata mucho mejor la caída en picada hacia la locura pues la aparente normalidad de los sucesos vistos desde fuera del publicista Philip Banter, hace que el contraste entre el mundo interno del personaje y la realidad sean mucho mayores. En esta novela, de nuevo el final queda un poco flojo y predecible. El tercer libro me parece el mejor. La historia parece más simple pero el desarrollo psicológico del personaje es muy bueno y las vivencias de angustia y desesperación de la pianista esquizofrénica se reflejan a la perfección gracias a un hábil manejo del tiempo.

Los que crean que la novela policiaca es un género menor, deberían leer estos tres libros (o uno o dos). No sé si Cabrera Infante tenga razón pero la comparación con Poe no es gratuita. La que yo hago con Hisghmith, creo que tampoco, pues no se trata sólo de una narración de sucesos que desembocan forzadamente en el suspenso sino de verdaderas construcciones psicológicas en donde la interacción entre la enfermedad y el entorno es una lucha constante con escalofriantes salidas.

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