miércoles, octubre 12, 2005

Contrastes

Tengo dos abuelas. Una que gozó mucho con sus vestidos de París y sus once hijos paridos. Otra que sufrió mucho y que es la que sobrevive. No digo que la gozó no haya sufrido ni que la que sufrió no haya gozado. Pero así las veo, como monedas lanzadas al viento y una cae de cara sonriente y la otra cargando su cruz.
No he sido una nieta ejemplar sobre todo con la abuela que queda. De la abuela quempazdescanse, era la consentida. Además de cierta filiación hedonista, me gustaba pelear con ella. La hice llorar un par de veces y luego iba a pedirle perdón. Creo que fui la única nieta que obtuvo muchos regalitos de su parte. La treta era sencilla: Hacer cara de perro abandonado cuando íbamos a pagar la tarjeta del Palacio de Hierro.
Pero yo no quería hablar de esa abuela, sino de esta otra a la que le quedan todavía cosas que padecer y yo no sé cómo aliviarla. Quizá ya sea demasiado tarde.
Y por eso lloré mucho cuando me despedí de ella, porque yo no sé si a los noventaytantos años alguien pueda esperar que la persona que dice adiós, vuelva. A mí la despedida me sabía a definitiva pero hoy en la mañana llamó para decirme que fuera a su casa porque tenía algo para mí.
Espero que ese algo sean dos bofetadones que me merezco. Sin embargo sé que será un regalito adelantado "por tu santo" como ella le dice a los cumpleaños así como les dice "gendarmes" a los policías y mi otra abuela le decía "puerto aéreo" al aeropuerto.
Bueno, pues me redespediré de mi abuela y amarraré mis lágrimas entre moco y garganta. Quizá resulte que mi abuela es eterna y que ha visto morir a todos sus hermanas, a todas sus amigas, incluso a sus sobrinos. A lo mejor un día le toca enterrarme, porque aunque su cuerpo esté cansado tiene una fortaleza de super héroe. Y me consuelo pensando eso, que mi abuela es eterna y que voy a volver y ahí estará, viendo Mr. Bean a todo volumen mientras se parte de risa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta... a veces chismeo y rechismeo por aqui.... Hoy me dieron ganas de leer este y aunque han pasado algunos años y hoy ya no estan ninguna de las dos, cada que lo leo se me viene un nudo a la garganta... extraño a mis abuelinis :(

Meny