lunes, diciembre 31, 2007

Razón número #1 para odiar estos días

No está mi mamá.
No está Vero.
No está Mariana.

Son la razón más importante. Sin su abrazo, el fin de año se queda manco.

(Corte y queda... que ya estoy llorando)

domingo, diciembre 30, 2007

Razón #66 para odiar estos días

Porque pese a mis quejas sobre los empachos, existen tres clásicos que me hacen falta:

Los romeritos bien picosos con sus papitas, el caldo de camarón ineludible en una buena cruda, pero sobre todo el ponche.

El ponche tiene un olor que lo llena todo, que acompaña todos los hervores de la temporada, desde las piñatas y las posadas hasta las últimas trasnochadas con la fruta espesa y remojada.

Aquí me jodí. Sin tejocotes no hay ponche. Y aún sin ellos sin caña y guayabas, tampoco. Me niego a suplir mis recuerdos con un caldito tibio de frutas de ocasión.

Por eso también odio estos días, porque de lo poco que gozaba, me queda casi nada.
Hace mucho que no veo una jícama pequeña rodar a mis pies o que no escupo la mierda de la colación.

Pocas cosas gozaba de estos días y se diluyeron sin cruzar el mar. La tradición es la ilusión de la permanencia. Uno de los pocos asideros a mis odios ancestrales pero bien continuos.

sábado, diciembre 29, 2007

Razón #7 para odiar estos días

La sensación de tirar un calendario para poner otro, hace parecer que se rompe el continum de la existencia y entonces hay una necesidad necia por "vernos antes de que se acabe el año"
Ver a todos.
Todos los días.
Bebernos todo.
Comernos lo que nos quepa en la panza.

Y al día siguiente los jinetes del apocalipsis cabalgan por los laberintos neuronales y una bomba nuclear en el estómago amenaza con eclosionar el mundo.

No se acaba nada. Sólo un pinche año. Otro.

Un año menos.

jueves, diciembre 27, 2007

Razón #14 para odiar estos días

Por estos días, la vida se me sostiene con alfileres, grapas y falsos botones y debo quedarme quieta y moverme nada o poco porque a la mínima fluctuación del viento, termino recogiendo el desmoronado ánimo con la punta de la lengua.
Este año, cuando pensé que ya era prueba superada y mi eficiente lavado de cabeza llegó a tal grado que incluso acepté de buen grado regalos del calibre de un costurero (sí señor y yo que me quejaba de que me regalaban cinturones dorados), todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí, hasta mi aliento ya, me sabe a hiel, me sabe a hiel.
Tengo una larga lista de culpables y de situaciones culpabilizadoras, pero al final la culpa de todo la tiene mi ordinariez y mi vulgaridad. Porque es francamente vulgar ponerse sensible en navidad. En nada se distinguen mis neuras de la tristeza disfrazada con esferitas de la maruja que se conmueve con las telenovelas. No hay diferencia entre mi evasión de la realidad y la peda maratónica que se acomoda el burócrata con Brandy Presidente para olvidarse de que lleva año tras año tras año cagándose sobre su familia.
Después de tanto tiempo con la misma sensación estereotípicamente cíclica, absurdamente Grinch, vulgarizadamente Scrooge, llego a la conclusión de que soy absolutamente ordinaria y vulgar.
¡Soy totalmente Naif!
¡Qué depresión!

domingo, diciembre 23, 2007

Estando aquí no estoy...

Será que por venir hablando en chilango de pronto tuve la certeza de que me disponía a cruzar Insurgentes. Ahora que lo pienso, la sensación exacta fue la de sentir que iba a cruzar Insurgentes en la esquina de Aguascalientes. No sé qué fue más grande, si la decepción de no ver el Sanborns en la contraesquina o la tristeza de quedarme sin tomar el metrobus.

Chale.

Mis neuronas se disuelven en el frío. Doy dos pasos con los ojos cerrados para estar ahí de nuevo, pero es inútil. Ahora ya mis pies saben en dónde están y van sin mí.

Les comento a mis acompañantes lo que me ocurrió.

"Padrina, ya no fumes" dice C.
"¿Como un deja vú?" Pregunta P.

Y para qué neceo diciendo que no, que estaba de verdad en Insurgentes, que detrás de mí estaba la tienda de novias y el balcón de la casa de N. Que si hubiera aspirado me habría llegado el olor mantecoso de los bisquets y la grisura seca de la Roma.

Para qué, si entonces no adivinaba que terminaría cantando a los Fabulosos Cadillacs y al TRI y que volvería a preguntarme "Where is my mind" como parte de la coherencia de la banda sonora de mi existencia. Tampoco sabía que sumaría a mi colección de desastres en casas ajenas(creo que empezó con el estallamiento vidrioso del cenicero de la abuela de X y R) el estado de impotencia en que sumí al indio pícaro. Dejé la media cagá en casa de los chilenos.

Al final acabé comiendo papas a las seis de la mañana en una banca y por más que cerré los ojos no era una banca de Tlaxcala (no se me quedó marcada el águila en la espalda) y las papas eran irremediablemente patatas.

Y hoy, con mi tradicional resaca de domingo, no tengo mayor deseo que construirme un mundo de retazos y avenidas antípodas que me ofrezcan sus cruces. Consell de Cent y Medellín: la esquina imposible en la que edificaré algún día mi casa.

miércoles, diciembre 19, 2007

Novela por entregas

Achaco la angustia que siento al sueño de anoche. Puede ser que tenga algo que ver con lo soñado sin embargo la angustia es superior y si fuese un poquito esotérica juraría que se llama premonición o presentimiento, pero como no soy nada mísitica, ni telepáticam ni elíptica, pues entonces sólo es angustia simple y llana. De la que se mece en la boca del estómago.

Si hilvano los sueños que sobre este tema he tenido desde hace muchos años (el primero fue aquel en el que alguien me rescataba del ataque sexual de una foca) hasta el de ayer (ya en el sueño sentía esa inquietud de lo que no puede ser simplemente porque no debió ser), me encuentro ante la historia del "Hubiera"

Y el hubiera existe. Existe algunas noches en que todo parece indicar que el deseo es una carretera paralela que recorre pueblos fantasmas. Y entonces, los fantasmas...

La historia avanza y tiene trazos de concluir pero siempre pueden aumentarse capítulos a capricho del guionista, del soñador, creo que nunca del soñado.

Disculpen el post entrecortado pero delante tengo a un par de sujetos que me invitan a tomar unas chelas. Y digo que sí, para ahogar la angustia como acostumbro, para correr un tupido velo, para dormirme y no soñar. Para dejar de creer que quizá sí, así pudo haber sido, así no es... así.

Y volveré a comprarme una libretita de papel en el 2008. Si los sueños persisten en hacerse novela por entregas, no será aquí.
Me voy.

Las chelas en Gràcia.

martes, diciembre 18, 2007

En clase...

Pues aquí nomás, en plena clase.

Pego aquí lo que estoy haciendo porque no hay paredes en las que clavar mis dibujos con tachuelas.
Fui la primera en terminar. levanté la mano, con voz ñoña dije "He terminaaado" y el profe me felicitó porque me quedó re chulo:

viernes, diciembre 14, 2007

Ventafocs

Ahí estaba el zapato blanco, lleno de lentejuelas, a mitad de las vías. Quizá las cenicientas modernas pierden el último tren o pierden la vida en el intento. Hoy en día ya no se gana. Lo que nunca pierden es el otro zapato y mucho menos el estilo: con este frío, sólo una Cenicienta podría andar con la cojera descalzada y será capaz de abandonar ese zapatito blanco de tan percudido y finísimo de tan corriente.
Cenicientas de periferia abundan por aquí. Abordan el metro para ir y esperan volver en un coche tuneado que deje su estela reggeatonera en medio de la noche. La gente parece no mirar el zapato y a mí me dan ganas de gritarles: "Ey, Cenicienta pasó por aquí" pero nadie se hace cómplice de mis ilustraciones, todos miran el reloj.
Todos son conejos.
Yo siempre quise ser Alicia pero el destino me redujo a oruga.
Ahora soy una oruga con I-Pod que se rueda sus propios videoclips mentales a falta de sueños de opio.
Creo que ya había escrito esto de que me equivoqué de cuento y de que soy la oruga. Pero es que me equivoqué de cuento y soy la oruga.
Pero es que mire, ¿lo ve?
Cenicienta pasó por aquí mientras yo fumaba tabaco.
Ella en cambio, se largó con el traficante de opio.
Ya no hay sueños que no paguen peaje.

lunes, diciembre 10, 2007

De la gente fea que hay por el mundo

Cuando pensaba que ya no existe gente así en el mundo, que son esterotipos sin cara ni ojos, que lo mío nomás son ganas de exagerar; volví a encontrarme con la mujer más estúpida y cretina que he conocido en los últimos 31 años.
Me resulta increíble que en pleno siglo XXI y que en este país que se las da de primermundista, exista una mujer como ella. Una mujer que basa su felicidad en ser totalmente KKK (Kinder (niños), Küche (cocina) y Kirche (iglesia)) y que además se la pasa dando consejos sobre detergentes, sobre cómo aprovechar las sobras y sobre cómo lograr que tus copas (no las del brassiere) queden deslumbrantes.
La pobre infeliz va y se topa conmigo y mi jeta de tres metros.
Le bostezo en la cara.
Me tomo litros y litros de vino y coñac para ver si borracha la tolero.
Me da resaca (no la bebida, ella).
Mira mi sillón y dice que es de los baratos.
Además no para de hablar, de decir estupideces, de criticarlo todo, de gritarle al niño, de decirle al pobre mequetrefe de su esposo que es tal, tal, tal...

Le solté un par de ironías pero no se dio por aludida (mucho pedirle a alguien que citó dos veces al programa "del tomate" -léase el "Ventaneando" español- como fuente de información).

La próxima vez, le vomito los zapatos (por cierto, qué zapatos más horrendos)

¿Que quién es esta imbécil?

Pues mi prima política.

Y ya se sabe: la política es una mierda.

jueves, noviembre 29, 2007

Miedos

Hay gente que tiene miedo de dormir sola. Yo tengo miedo de dormir acompañada y despertar junto a un cocodrilo o junto a mi propia pierna amputada de un mordisco.

(Quizá otro día diría corazón pero hoy me duele la rodilla)

Muchas veces he intentado jugar al espejo, a tener una pareja y coordinar los movimientos en perfecta coreografía tipo "Holiday On Ice" pero siempre he sido más amante del performance individual, de las acciones con cuchillos cebolleros y de la devolución de las entradas en caso de contigencias ambientales, etcétera (y además hoy me duele la rodilla ¿recuerdas?)

A mí me gusta dormir sola y estirarme. O me gusta acostarme sola y encogerme de frío, de noche, de insomnio. Me gustaban mis ritmos extraños, el rif de mi guitarra, mi soliloquio perpetuo, mis fantasmas desgraciados.

Y no es que quiera dormir sola; sólo añoro una cama sin piecera, una solitud tan honda, una sábana estampada. No es que quiera no quererte. Sólo quiero que no mutes en mi pierna o en cocodrilo o en una nota muy grave o en un discurso sin salidas o en un color chirriante o en un silencio espeso.

Tengo miedo de que todo cambie. Durmiendo sola, sólo cambiaban las hojas del calendario (y las sábanas de rombos por las de hojas secas). Tengo miedo (también) de mi rodilla en veinte años.

jueves, noviembre 22, 2007

Y si me nombras, que no sea en vano (ni en vena, ni en vino)

En el andén alguien gritó "chispi" y un escalofrío me coleó como pez a lo largo de toda la médula ósea. Después pensé que quizá no había gritado "chispi" sino que yo había oído "chispi".
O cada quién oye lo que quiere, o por los oídos se meten palabras que no quisieramos haber escuchado o recordado que se escucharon.
Tenía (tengo) una amiga que se burlaba de mí. Decía que parecía que tenía reservada toda mi ternura para decir cosas cursis y dulces. Tiene (tenía) razón. A veces pienso que el amor me saca nombres e historias, caras y gestos, defectos y miradas, frases y asombros que difícilmente reconocería en la sobriedad.
Masticando un trozo de bacalao sin gorro navideño escucho la conversación de los de junto. Ella le dice a él que se alegra de que no piense que las mujeres que se acuestan con cualquiera son unas putas. Él le dice a ella que tenemos los mismos derechos hombres y mujeres. Y la otra se traga un buen bonche de patatas aderezadas con panfletos. Quizá cenen y luego follen. Quizá surja algo y quizá después ella vuelva a ser una puta y él un imbécil panfletero. Después de el último cigarro, todos somos imbéciles y todos somos putos. Entonces recuerdo lo que oí en el andén. ¿Cómo se puede ser tan cursi en el minutos diez y en el minuto quince lanzar un vaso de vino (tinto, además) a la pared?
¿Cómo pudo renombrarme y decirme ñoñerías y después lanzar sobre la pantalla cien mil palabras de mierda y muerte contra mí? ¿Cómo dejé que se le saltara la vena del cuello mientras a mí me saltaban las lágrimas?
Y por eso, ahora agradezco que mi actual marido (me encanta decir "actual marido" con un cigarro de larga boquilla entre los dientes) no me dé más nombre que el mío y no se arriesgue a comprobar que tuve un corazón de resorte cada vez dando más de sí, más de sí... hasta que lo reventaron.
Quizá cuando pase el tiempo y el hoy sea un capítulo, me estremeceré todo el tiempo con mi verdadero nombre y no con un mote de caricatura de trazo tan grueso como el remedo de amor que parchábamos con apodos de vinil. Quizá cuando pase el tiempo recupere todos mis nombres y deseche todos mis apodos y mi corazón deje de ser un músculo perezoso que se acurruca despacito.

sábado, noviembre 17, 2007

Postal matutina

Escribo esto mientras espero que se caliente el agua para bañarme.
Todavía tengo el sueño adherido a la pijama.
Anoche soñé que tenía caspa. Mucha caspa.
Desperté pensando que nunca he visto nevar. Sólo vi, alguna vez, la nieve gris atropellada y a los niños sin guantes haciendo bolitas de frío miserable. Niños de tierra haciendo hombres de nieve sin nariz de zanahoria.
Pienso en aquellos niños de tierra adentro que quieren ver el mar. O cuyos padres piensan que deben ver el mar y que en realidad es tan prescindible como la nieve.
En mi sueño, la caspa era brillante cuando caía al suelo. Y yo corría y desprendía una estela como si fuera un cometa caspeante, pero en el sueño lo brillante no era bueno sino malo. Del mismo calibre de malo que la caspa sobre los hombros. De ese malito molesto, jodido y cotidiano.
Suerte que en la regadera tengo Head & Shoulders para quitarme los brillos casposos y los sueños de nieve.
Hace frío.
Ahora quiero estar tragando arena en el desierto.
Es otro tipo de sueño jodido.

lunes, noviembre 12, 2007

Feliz cumpleaños a mí

Empecé celebrando un día antes, en la fiesta de la Universidad. Chela en una mano, porro en la otra y frío, mucho frío. No me hubiera gustado nacer en un mes pegajoso como agosto o bien portado como enero. Me gustó nacer en el mes en que todos los propósitos ya se han roto y entonces se esperan los excesos de diciembre con natural resignación. Noviembre es lánguido, trágico y con ese tufillo depresivo que tan bien me va para ciertas cosas.
Decía pues de la fiesta con muchos escenarios y canciones cuyos graves retumban en el centro de mis reumas. Ya estoy mayor para esto y sin embargo, sigo celebrando igual que hace diez años. Agradezco las vueltas que da la vida y que me dejan de frente en el mismo punto de partida. For ever young, I want to be... Disculpen muchachos si resulto cavernaria, pero en mis tiempos que son aquellos aunque también estos...
Y me dormí adolescente y desperté señora con el marido roncando y las pantuflas rojas. Pero todo tiene su encanto y más cuando las llamadas de ultramar se concentran en la línea.
Por la noche estrené vestido como en mis primeros cumpleaños. Y ahí estuvo la gente que quiero y los ríos de cerveza y las buenas tapas y más humo, más humo. Y si bailo y canto, ¿qué más quiero?
Y aunque la vida sea diferente, de todas formas llevo "Las mañanitas" en mis bolsillo, porque a fuerza de tanto odiarlas, acabo echándolas de menos frente a las velas numeradas. Hace mucho que no disfrutaba un día de estos y en plena resaca sentimental, lo sumo al inventario de los buenos tiempos.
Aunque sea noviembre.

jueves, noviembre 08, 2007

Retrospectiva onomástica

Con esta canción me acuerdo de hace siete años.
Y todavía me sonrío en rojo.



lunes, noviembre 05, 2007

Escribo porque no tengo nada mejor que hacer

Y presté mi montón de fotocopias para leer.

También escribo para ver si logro bajar de una buena vez al Bob Dylan guitarreador que buenamente interpreta su rolita cada vez que se abre este blog.

Tengo una chica junto a mí que huele a cebolla agria.

(No tienen porqué seguir leyendo esta serie de inconsistencias)

Este fin de semana me abracé tanto a los excesos que ahora sólo pienso en agua, agua, agua.

Escribiré en vertical para matar a Bob.
Venga
Bob
Baja
y calla
que
me
tienes
con los oídos
llenos
del
sonsonete
de
tu
estribillo.
Y
que
nadie se confunda:
Esto
no
es
un
poema.
Es
una daga
finita
en el
corazón
de
la guitarra.
En
la
segunda
cuerda
y en la
décima
también.


Lo siento tanto.

miércoles, octubre 31, 2007

La moralidad Disney

(Preguntas que me asaltan mientras espero al maldito tren de Rodalies)

¿Por qué cuando era niña no tenía el menor reparo en echarle sal a las lombrices y sin embargo les pedía perdón a las galletas de animalitos por haberles mutilado las patas en mi vasito de Quick?

¿Y alguien me puede decir qué tipo de animales intentaban representar esas galletas?

jueves, octubre 25, 2007

Otoño individual

Otro otoño, uno más. El segundo aquí, las hojitas marrones en el suelo. A ratos sobreviendo y a ratos sobremuriendo. Un día me despierto antropóloga, al otro poeta y al tercero, irremediablemente, toronja. Debe ser por eso de vegetar y sentarse a esperar un tren que siempre llega tarde y, por lo mismo, llegar cuando ya están desmontando el escenario. Las palomitas pisoteadas por el suelo. ¡Hace tanto que cayó en desuso la permanencia voluntaria!
De nuevo una gota pende de mi nariz: se me asoma el frío. No he aprendido nada sobre el arte de llevar los abrigos con gracia y quitarlos cuando el calor artificial nos engaña con su prolongado verano eléctrico. Yo siempre tengo frío por dentro, y se me asoma, y se me nota el frío.
No quiero conocer a nadie. No quiero saludar en los pasillos ni dar dos besos. "Tego gripa" digo y hay a quien no le importa la promiscuidad de mis mocos e insiste en el saludo. Una compatriota me dice que nos juntemos para "hacer roncha" Me chocan las adhesiones gentilicias pero más me molesta el término "hacer roncha" y supongo que mi cara debe ser la ilustración de la frase "Qué hueva me das" porque se aleja. Y me quedo sola.
Otro otoño. Octubre y noviembre son los meses favoritos para sumergirme en el fondo de mi mismidad. Me da igual el mundo que me rodea. Me iría feliz a una casa en la montaña, para huir de todos, de las calefacciones y de los abrigos graciosos. Me quedaría ahí, sepultada bajo diez kilos de mantas y secando mi nariz con la manga de un sueter roído por el tiempo. Me quedaría dormida y me despertaría después de ser muchas veces poeta, varias toronja y ninguna antropóloga. Esa es otra de las paradojas de mi vida: Estudiar a la gente por puro masoquismo.

miércoles, octubre 17, 2007

Señorita Bocanegra

Me pide "un boli" el compañero de atrás y en el segundo que tarda en transferirse de mi mano a la suya, me doy cuenta de que está mordido. Todas mis plumas están marcadas por mis dientes. Es una manía que me remite a la madera astillada del lápiz Mirado del 2 y 1/2. Después a la pluma Bic de tercero de primaria que siempre acababa derramando su tinta sobre mi lengua.
Las niñas del salón decían que me podía morir y yo les decía que sí y les seguía el juego. Ellas eran niñas de lengüitas rosadas como gatos y estuches intactos de Hello Kitty. Sus cuadernos se apilaban en perfecto orden mientras los míos desparramaban hojas por aquí y por allá. El central problema de mi vida está en el desorden. Ya desde entonces era así.
Lo mejor de comerse la tinta de la pluma era que podía salir a lavarme la lengua y darme vueltas por el patio y perder el tiempo divangando sobre la posibilidad de escribir con la lengua.
Pensaba esto cuando Raúl me da unas Juanolas. No me gustan las Juanolas pero son negras y me las como por negras y porque me recuerdan a mi abuela. El de atrás sigue escribiendo con mi pluma mordida y yo no sé si ahora será prudente llenarme la boca de pluma. Mejor me como otra Juanola de regaliz aunque no sepan a pluma mordida. Me odio. Debería masticarme un dedo y castigarme por todas mis manías.

domingo, octubre 14, 2007


¡Ave Tigres!

Después de preciarme de ser una de las mejores interpretes a nivel universal de la "Puerta Negra" por fin pude ver a Los Tigres del Norte. Mis respetos, son sin duda los jefes de jefes, señores.
Disculpen la foto, pero la hice con mi celular en la mano (parezco romano de la antigüedad)

miércoles, octubre 10, 2007

Sobre grano fino

Lo peor de ordenar las fotografías de los vuelos aereos, es el olor a químicos de revelado que sale de cada sobre.
Si no fuera por la manía de consignarlo todo en mis cuadernos tiesos, no tendría suficientes testimonios como para saber que la foto que conservo en mi memoria jamás se tomó. En cambio, sí se reveló y le puse doble fijador en la memoria.
Esa foto es una imagen que inventé con nosotros (adoraba decir "nosotros" y ahora no sé ni quienes somos) sentados en unas escaleras y con un calor de los mil demonios de fondo. La masticó por una esquina el mismo gusano que me roía la conciencia y está llena de las huellas de todos los dedos que te dijeron adiós desde el autobús.
Y la foto ahora es solo una foto. Ya cuentan más de diez los años transcurridos desde que el obturador no abrió.
Mañana volveré a sentir en la punta de mi nariz el recuerdo. Nunca encontré el negativo, sólo la negativa y el caudal del chorro de agua sobre la imagen imposible. Ojalá que mañana amanezca resfriada.

miércoles, octubre 03, 2007

Temporada de hormigas

Se acabaron los mi-mama-me-mima, la comida a punto, la holgazanería justificada y el ciclo invisible de los pantalones limpios.
Nunca los periodos habían sido tan claros: ni siquiera cuando en la primaria se graficaban con monografías sobre estaciones del año perfectamente acotadas.

Y había entre esos dibujos una niña que llevaba un paraguas y un impermeable amarillo. Al reverso hablaban de las frutas y las flores de estación y de las hojas que nacen o caen

He conseguido un trabajo raro que requiere un orden escrupuloso, un orden idéntico a aquel que jamás he tenido. Pienso que podría sistematizar así toda mi vida. Que llegando a casa debería anotar y guardar en gavetas numeradas mis calzones y mis calcetines o, por lo menos, conservar el orden de mi pelo más allá del primer tren que abordo.

En teoría, las monografías estaban prohibidas pero de vez en cuando caía alguna. Los mapas de papelería, esos sí estaban permitidos, pero eran pequeños, se hacían rollito y mostraban que el mundo es uno y redondo

Ahora sé que el mundo puede dividirse y mirarse y estudiarse de tantas formas, que a duras penas cabe en enormes armarios numerados en series, subseries y subsubseries. Hoy una chica me ha pedido un mapa de Korea. Tenía ganas de decirle "¿Sabes? yo estuve en Seul", pero a quién diablos le importa. Quizá sólo a mì, que tengo a mi mundo repartido en dos roperos separados por miles de kilómetros.

Me gustaba sobre todo el globo terráqueo que me regaló mi abuelo. Olía a polvo y daba vueltas. Todavía conservaba el monolito de la URSS. A veces lo hacía girar, cerraba los ojos y apuntaba un lugar con el dedo. Si caía al mar caminaba la mano por el paralelo hasta llegar a tierra firme

Ahora estoy ocupada, demasiado ocupada, sin embargo no logro llenar el vacío que me deja el hemisferio que queda del otro lado. Debí guardar unos cuantos bubulubus para los días grises, pero me los comí todos. No sé guardar mis provisiones. Será por eso que ahora debo acoplarme al disfraz de hormiga y ordenar al mundo mientras canto muy bajito mi melodía de cigarra.

viernes, septiembre 21, 2007

La decadencia de este pinche blog o "Se traspasa a buen precio"

Indicadores internos: Mi vida ya no es lo que era, mis letras ya son lo que eran. Todo tiempo pasado fue mejor. Me doy autohueva. Escribo pura mamada.

Indicadores externos:
Primer aniversario del blog: 16 comentarios.
Segundo aniversario del blog: 18 comentarios.
Tercer aniversario del blog: 19 comentarios.
Cuarto aniversario del blog: 1 comentario.

Creo que olvidé revisar la fecha de caducidad y hace tiempo que esto ya está re podrido.

Ai' los dejo con la peste.

domingo, septiembre 16, 2007

Cuatro dieciséis de septiembre y una rueda que no cuadra

Es curioso amanecer en la misma ciudad donde hace cuatro años comencé a escribir este blog. Lo curioso le viene dado por un montón de nieve, las ruedas del Volkswagen y un pasillo húmedo.
Otra vez allí, con olor a anafre y piedritas. Otra vez allí, pero con el dedo acusador mucho más tímido y educado (sobornado, incluso).
Hace cuatro años... buffff... ¿te acuerdas?
Sí (pero si no me acuerdo, me lo invento y así evitamos la parte del hematoma)
Entonces palié la necedad con otros textos porque se trataba de no decir, o decir lo menos. Se trataba, creía yo, de callar, pero fue inevitable: la herida sangró en finísimo hilo de nylon. Cuando lo recuerdo siempre me sonrío. No por el blog que emergió ese día para contener mis dedos de Capilla Sixtina, sino por haber coronado mis caprichos de deidad con un borrego elegido al azar.
Eran días de neuronas como cobayas y de dulces explosivos en el vórtice de mi conciencia.
Eran días grises que pintaba de negro.
Hoy es curioso amanecer en un día gris coloreado verdirojo. Y blanco. Al fin.
Blanco, al fin, llego con mi abuela para sentir como sus manos que estrenan noventa y cinco años se deslizan suavecitas y calientas por las mías. Y me las quiero llevar puestas porque tengo miedo de que se cumplan sus vaticinios. Tengo miedo porque suelen cumplirse.
Hoy ha sido un día muy largo:
Amanecí cuatro años después, celebré bajito con mi abuela y ahora lloro porque abrazo las curiosidades con una tristeza que quema.
Debería celebrar que puedo volver a mi epicentro sin rencores, que tengo una abuela, que el dolor dejó de ser un pretexto, que soy más fuerte que cuando jugaba a ser fuerte... y sin embargo, estoy triste: Todavía me falta aprender la perfecta simetría entre el irse y dejarse ir y el quedarse y dejarse quedar.

miércoles, agosto 29, 2007

Aerofolk

De por sí el aeropuerto es un desmadre, de por sí, me caga esperar. Por si fuera poco olvidé darles la dirección a Júlia y a Sam y entonces tenía que estar por ellos en el aeropuerto sí o sí. De postre se juntaron cinco vuelos y la gente salía como "cagajones de burro" (no sé cómo salen los cagajones de burro pero eso dijo mi mamá que tuvo a bien acompañarme dado mi precario cofff...cofff... estado de salud).
Mientras aguardaba con mi típico mal humor a estos sujetos, me puse a observar el pinche folklore del aeropuerto. Agradezco a las autoridades aeroportuarias que hayan prohibido la entrada a los mariachis, porque neta ya nomás eso le faltaba a la numerosa familia que esperaba la llegada de una de sus miembros. Me di a la tarea de contar a los Burrón y juro que eran once y no estoy exagerando. De esos once, tres llevaban flores, uno una bolsita de regalo y otra una bolsa de Liverpool. Como si la fulanita no fuera a llegar lo suficientemente cargada, su familia insolente y gritona (sobre todo la tía que organizaba las porras para bienvenir a su ilustre pariente que cruzó el charco y que por la numerosa concurrencia más parecía que lo hubiera hecho a nado) se apañó toda la primera fila.
Atrás de mi un güey hiperfresa cuadraba celular en mano sus reventones del fin de semana ("no güeeeeeeeeey ese antro esta pinchísimoooo") y adelante de mi un tipo que no se movió y que logró colarse entre la familia sostenía cual estatua de mármol un letrero que decía: "Anthony & Melody"
La familia seguía ensayando porras, empujando a todo el mundo y pasándose entre todos un cafecito del Seven Eleven. Particularmente nos llamó la atención un primo, hermano o similar que vestido de camuflaje y con unos lentes de fondo de botella entraba y salía mil veces de entre la gente mientras iba repitiendo a lo Rain man "yamerito yamerito yameritooo".
De pronto dice una "Ora sí ya vieneeee" y el resto entre empujones y pisotones salieron corriendo a abrazarla dejando atrás al pobre novio con sus florecillas desvencijadas. Y yo pensé "Ya se van ¿no?"
Pos no... todavía se quedaron ahí en el pasillo haciéndose pendejos y saludándose y ¡Ojo! presentando a gente que nomás había ido acompañando a los parientes de la parienta.
Estaba a punto de no escribir esto, de no ser porque el viernes otra vez me toca ir al Puerto Aéreo (me encanta eso de "Puerto Aéreo) y como muero de ganas de que mi pasajero ya llegue y esté aquí conmigo, no quiero morirme de tedio y espera entre flores que me avivan la alergia y familias enteras que hacen de Aeropuerto una sucursal de Chapultepec.

jueves, agosto 23, 2007

TLX
Volví despacito de Tlaxnada a mitad de un huracán y poco pensé en el camino pues seguía ejerciendo de paño que se mojaba de lluvia al intentar escurrirlo.
Volví después de haberle dado de comer a las paranoias de los imbéciles de siempre.
Y gocé, también gocé riendo y riendo porque sólo riendo Tlaxnada es mi todo y sólo así puedo volver sin que me duela demasiado esa ventana.

viernes, agosto 17, 2007


¿Ya vio a este muchachote, comadre?

Resulta que cuando una vive lejos de su país, se le pasan aquellos pequeños detalles de la cotidianidad más simplona. Mal que bien me había enterado de que si el chino, de que si el Peje, de que si las niñas histéricas de Chalco...
Así que si ya está pasado de moda, si ya el tema ha sido ampliamente comentado en los Vips o si su CD ya se vende a 10 pesos en el metro desde hace un rato, pues discúlpeme, yo no me había enterado.
La primera vez que lo vi, iba forrando un camión en Eje Central y anunciando un aceite (ajá güey y yo me creo que come fritangas). La segunda vez, me quiso tomar el pelo todavía más severo anunciando no sé qué de Sabritas (otra vez ajá). La tercera vez ya vi de dónde provenía: De un programa matutino (HOY) con locutores chafísimas. Pero él es muy serio y no participa en las pendejadas y bailecitos ñoños de los otros sino que muy serio les echa un rollito a las ñoras.
Entonces entendí toda la onda y todo su éxito comercial:
A las doñas amitas de casa nos gusta que nos hablen bien bonito. Porque, sí, el amor entra por los ojos y este tipo está guapísimo, pero si además tiene esa voz dulcecita y habla con tal contundencia sobre obviedades de libro de Anthony de Mello y refranes sacados del reverso de las hojas de calendario, pues ya la hizo. Reflexiones, así de chulas, comadre, llenas de fuerza interior para enfrentar el día a día.
Después de echarse su speach pretende que hagamos ejercicio con el tamal de rajas del desayuno atorado en el cogote. Pero pues ahí sí que lo haga el solito y mejor nos sentamos frente a la tele viendo como se contorsiona y exhibe toda su musculatura portentosa al ritmo de un disquito lounge seudo oriental.
Por todo esto, he bautizado a este hombre como mi stripper místico. Este es el galán new age, el muchachote guapote del programa matutino de las viejas fodongas como yo.

sábado, agosto 04, 2007

Escena en librería con lluvia tras la ventana
Entonces él se acercó a la francesa mulata, nalgona, bonita. No alcancé a oír el pretexto pero debió ser barato y simplón.
Me gustaría, si puedes, invitarte una cerveza.
Ella no dijo ni que sí ni que no pero mencionó a sus amigos y los señaló con el dedo. Imagino que yo estaría sosteniendo la revista con la boca abierta. Con mi típica boca abierta de mirar a los extraños, hurgar en sus vidas y conjeturar hasta volverlos personajes de todos los cuentos estreñidos en mi cabeza.
Mi afición a sacar conclusiones fugaces de vidas ajenas es mi especialidad.
Decidí que:
Él estaba en un ecosistema ajeno y se trataba de adaptar haciendo gala de tres datos aleatorios entre los que figuraban dos autores y un best seller.
Ella se comportaba con la simpatía inherente al turismo de aventuras en una ciudad como esta. Él era del tipo mexicano simpaticote explotador de su folklore innato.
Ella sabe de sobra que tiene un culo hermoso.
Tomo otra revista y busco el directorio. Siempre leo los directorios de las revistas y siempre pienso que, de tener más huevos, enviaría una colaboración. Pero me freno cuando la imagino en la basura o salpicada con la burla del editor, ese que suele ocupar el tercer renglón del directorio.
Él le muestra un libro y a lo lejos escucho ...sss Fuen..sss y deduzco por el murmullo, la delgadez del libro y la intención del güey que se debe ser Aura.
Tomo otra revista y la auguro una vida de menos de doce números. Ojalá su romance dure menos de doce minutos. Yo jamás ligué en una librería y siempre fue una de mis terribles fantasías nerds. Sospecho que por eso, este par de personajes, empiezan a caerme terriblemente mal. El cuento que les escriba algún día, los dejará muy mal parados nomás por puro redimirme.
De lejos parece que ha dejado de llover pero esto no se puede asegurar con los cristales tan llenos de hilitos. En todo caso, prefiero mojarme que seguir pensando que nunca ligué en una librería y nunca envié nada a una de esas revistas de couché.
Lugares comunes

La lluvia contiene en secreto todas las fórmulas químicas para acelerar mis dedos sobre el teclado y potenciar mi tristeza.
Sí.
Yo también sé que es un lugar común pero he cambiado mis tres virtudes extraordinarias por un plato de frijoles y una manta de acrilán. Desde entonces soy todos los lugares comunes:
mujer triste que escribe
mujer celosa que castra
mujer cariñosa que envenena con sus guisos
mujer emancipada con correa de dosmil kilómetros
mujer inteligente que no se sabe peinar
mujer que escribe cuando llueve
mujer que llueve cuando nadie lleva paraguas.

Y escribir, es lloverme sobre el mar.
Pero lloverme poquito.
De un tiempo a la fecha, se me acabaron las tormentas.
Y desde entonces lluevo poquito, ridículamente,
poquito.

martes, julio 31, 2007

¡Ah, qué la chi...nampa!

Diría que esta ciudad es otra de no ser porque huele, como siempre, a cilantro y a gris (no a gris oxford sino a gris chilango).
Me molesta que le cambien el sentido a las calles porque se me pierde el sentido del recuerdo. Aunque tenga acumulado un segundo piso de nostalgia no es igual que Illinois ahora vaya para el otro lado y haga correr el humo de mis primeros cigarros banqueteros hacia una calle que no figura en mi mapa mental.
Tampoco me gusta que La Condesa se haya convertido en el parque temático de los wannabes y que girar por Amsterdam ya no sea aquel enroscamiento de emociones sino el lento transitar de letreros y cafés que quieren pero no pueden albergar charlas amables.
Es horrible que a Insurgentes le hayan quitado todas las vueltas y ahora siga recto hacia no sé dónde y que acabe no sé cómo en la esquina donde se acumulan todas mis frustraciones de conductora neurótica.
Detesto toparme con un Starbucks cada tres cuadras, porque los odio con toda mi alma y no me convencerán aunque tengan un frappé de cajeta que casi me hace sacar la bandera blanca y rendirme a los encantos de la odiada trasnacional.
Y sin embargo, aunque tengo un puñado de "peros" a flor de labios me gustaría habitarla por siempre. No me importa que las rosas no duren y que nos quede el mar tan lejos. Y no sé porqué digo "nos" cuando aquí sólo es un "me" al que no te sumarás ni aunque me reste de la perfecta ecuación que pende de un balcón sin novedad. Quizá si el pavimento no murmurara tantas historias, no tendría que inventarme pretextos para justificar esta necedad que nace en mi ombligo y muere en el tuyo.






viernes, julio 27, 2007


Peregrinación al santuario de Nuestra Señora Su-frida

Como fieles devotas, Belén y yo nos formamos en la larga fila. Paso a pasito nos acercábamos al templo de las Bellas Artes. En el camino no se hicieron esperar los souvenirs típicos: fotografías y dibujos con “la verdadera historia”, chicles y golosinas para paliar la espera y la infaltable estampita de la Santa Kahlo milagrosa, cuya jaculatoria podría ser algo así como “Señora Sufrida, haznos parecer cultos”
Cuando por fin logramos atravesar el umbral, el majestuoso edificio se encontraba lleno de feligreses dispuestos a pasar bien cerquita del ayate de su preferencia. No faltaba el niño llorón que rodaba por las escaleras ante la mirada inquisidora de la fervorosa señora de Las Lomas cuyo mayor sacrificio consistía en soportar a la plebe enardecida con la certeza de que nomás ella podría desentrañar el misterio de Nuestra Señora.
Subimos las escaleras sin entonar ningún canto popular, quizá mecidas por la hueva de un día semisoleado y llegamos por fin a la capillita principal llena de gente que procuraba no hacer ruido y apenas murmullaba, semipisaba, sudaba callada.
Dice un guardia que atrás de la raya que estamos trabajando, pero es tentadora la asociación de la mano (MI mano y no otra) pasando por el lienzo, la mano posándose en el tercer ojo cubierto de pelo: la ceja fetiche.
Después pasamos a la zona del vía crucis y los misterios dolorosos: las cartas donde narra su aborto, su postración en la cama. Los gozosos: su amor por Diego. Fisgoneamos todas sus letras, sin pudor, sin respeto, hurgamos, desollamos a la santa del momento, hurgamos en sus reliquias.
Y finalmente el caos en el templo, no sé si los cura-dores esperaban este oleaje peregrino pero los atropellos, los niños perdidos, la búsqueda del ayate milagroso, los vendedores, el exceso de ex votos, de testimonio, de yo la conocí, yo tengo una foto, la tablita de madrea, la charolita que dedicó, todo, todo, es testimonio de su existencia. Frida existió, dicen. Otros juran que se les apareció y otros más hacen películas rentables cuya proyección no se limitará a la Semana Santa.
Lleve, lleve, su estampita, su figurita, su librito, su playera, su pulserita…
Nos vamos cansadas, desmilagradas, desanimadas.
Yo no le pedí nada.
Belén tampoco.
Nos veremos maldecidas con un crecimiento inusual de vello facial.
Para reconciliarnos con Fridita y pedirle perdón, siempre nos quedará la casita azul.
Frida Homenaje Nacional (1907 - 2007) Palacio de Bellas Artes del 13 de junio al 19 de agosto.
(La imagen que ilustra este texto la hice yo... ¿a que no quedó tan pinche?)

jueves, julio 26, 2007

La reina del karaoke gay

Pues sí, volví a triunfar sin grandes aspavientos.
Otra vez me coroné como la reinita del Oasis y saludé a mi querido público.
Aunque no llevaba medias de color, fui la chica Yeyé.
Y después, todo el respetable se paró a bailar cuando canté "Qué bello"
Dosifiqué mi talento que no es cuestión de andar prodigando por ahí mi presencia escénica (con guiño para mi Pe)
Besos, abrazos, felicitaciones... adoro sentirme una diva.
Me faltaron dos personas: una que andaba volando en un avión (pero que ya prontito voy a ver) y otra que se ha vuelto una persona centrada y responsable y no accedió a la peda entre semana (sólo acude a sesiones de aficionados al "bel canto").

domingo, julio 22, 2007


Boogie

De panza sobre la cama, con la misma cabecera de fondo (mimbre y madera), tal y como hago ahora, leía a Boogie el Aceitoso cuando era una niña.

Confieso que algunas veces no lo entendía y que me sobresaltaba cuando volaba los sesos blanco y negro de algún otro personaje.

Boogie, matón eficiente, alternaba mis lecturas de cuentitos aptos para mi edad con las hojeadas furtivas a la última hoja de la Proceso (revista que nació el mismo día que yo), esa que me abrió los ojos a la violencia y a la ironía.

Descanse en paz, Fontanarrosa.


lunes, julio 16, 2007

Bleeeeeeeeeeerp

¿De verdad piensa que yo voy a abrir esa caja?
¿Que no sé que su boca de cartón es una trampa para cazar osos golosos?
Y no crea usted que no me tienta darme una empachada de papeles, eructar los acentos (siempre los repito, disculpe), y limpiarme los huecos interdentales con los renglones.
Pero... ¿pa' qué?
Aunque en mi mundo rosa corren ríos rosas de Pepto Bismol, algunos recuerdos negros no se teñirán tan fácil ni se digerirán tan pronto.

miércoles, julio 11, 2007

Volando voy, volando vengooo


Debería estar haciendo mi maleta, pero no.

No, porque no sé si voy o vengo.

A veces pienso que volveré a casa y otras que saldré de casa. Entonces no sé si este equipaje puede hacerse con ánimos de reciclaje, de cinta de moebius, de loop indefinido, de círculo vicioso, de arito de ratón corriendo por su vida, corriendo, corriendo, sin ir ni venir.



Debo morderme las uñas (quise decir cortarlas)

Depilarme.

Lavar la ropa con suavizante (por si las dudas)

Buscar un libro por si no duermo.

Dormir por si no leo.



Pedí pasillo (en el viaje corto y en el largo)

Y no pude elegir compañero de asiento. De haberlo hecho hubiera elegido un mudo que no preguntara si voy o vengo, si de placer o de negocios, si estudio o trabajo. A veces la gente hace este tipo de preguntas difíciles y escogen lugares para acorralarte: filas eternas, aviones transocéanicos, trenes lentos, barras de bares (aquí es todavía más complicado saber si uno va o viene).

Debería estar haciendo mi maleta, pero siempre tengo un pretexto a mano para no hacer lo que tengo que hacer... por el camino yo me entretengo.

lunes, julio 09, 2007



Deliciosa satisfacción esa de darle "Enviar" al último trabajo del semestre de larga agonía.


Deliciosa
e indescriptible.

martes, julio 03, 2007

Ausencias cruzadas

La última vez que lo vi tenía los ojos de vidrio -yo- y la mirada de vidrio -él- y no prometimos nada porque nada había y el avión salió puntual.
Después pensé que de todas las mentiras que me habían regalado, aquellas eran las mejor arregladas, las más perfumadas, las mejor dispuestas. De tan buena calidad el plástico que juré que eran de verdad. A todos nos ha pasado sufrir la desilusión de las hojas en algún consultorio médico o en cierto hotel de media estrella.
Hoy veo que el tacto al final nunca engaña, que las medias estrellas siempre son noches completas y la ciencia ha avanzado tanto que las flores artificiales producen emociones naturales.

La última vez que la vi, sólo aprecié su barbilla que vista desde cierto ángulo podía parecer prominente. En realidad resultó que la alegría de sus ojos resultaba incompatible con mi tristeza y prefería acomodarse en la curva de la imperfección.
Después pensé que de todos los límites que me habían marcado, aquel resultó el más sutil. Aprendí que así lo hacen las mujeres interesantes frente al enemigo pequeño: ofrecen terrones de azúcar con el veneno justo para matar, delicadamente, las perversas intenciones.
Hoy veo que lo único incompatible con las alegrías y las tristezas resultó ser el fantasma que nos invocó para que jugaramos a invocarlo. Por si las dudas, y desde entonces, no endulzo mi café ni atribuyo las cojeras de la mesa a ningún tipo de ánima.

La última vez que te vi, fue de espaldas. De entre todas las espaldas del mundo la tuya era la mejor pared. Doblé en la esquina para no toparme con tu cara y debe ser por eso que ahora te recuerdo borroso, como testigo protegido de programa de televisión.
Después pensé que de todos los engaños el tuyo fue el menos dulce. Que me abalancé sobre los huesos de un pollo descartado en el festín de las mujeres interesantes .
Hoy veo que tu espalda sigue siendo una columna de 360 grados en torno a la cual giraron una mujer interesante, un hombre esperando un avión, el cadáver de un pollo y una guirnalda de plástico que alguien quitará cuando se termine la temporada de cosechar ficciones.

sábado, junio 30, 2007

Enmienda al post anterior

¿Uma Thurman?
Pero...
¡Pa' qué!
En realidad me parezco más a esta mujer y me encantaría parecerme más (por lo menos en la voz):

martes, junio 26, 2007

Ocio de la madrugada

Estoy haciendo un ensayo sobre posmodernidad y son las 4 de la mañana.
Para cambiar de capítulo decidí darme una vueltecilla por la red y ¡zaz! que me encuentro en el blog de la mommy langosta un interesante ejercicio para quitarme el tiempo.
Y ahí voy yo...
y lo hago...
Y ¡huevos! que me sale que soy 83% parecida a Uma Thurman.
¿A que sí?
¿A que ustedes siempre que me ven piensan que soy idéntica a Uma?
Pues no se burlen que un día de estos me pongo el trajecito amarillo de Beatrix Kiddo (voy a parecer una luneta) y al primero que se ría le corto la cabeza con la espada de Hatori Hanzo.
Para que vean que no me los estoy choreando, ahí va la demostración científica... jua jua jua.


jueves, junio 21, 2007

Soy feliz cuando como bocadillos (aunque no lleven aguacate)



Cuando como bocadillos soy feliz, feliz, feliz, porque eso significa que le estoy restando tiempo al noble arte de comer en aras de cosas más o menos productivas.

Ya casi me acostumbro a estos bocadillos sosos que vendrían a ser tortas en baguette pero sin jitomate (o sí pero embarrado sobre el pan), sin cebolla, sin aguacate, sin mostaza, sin chipotles, sin su quesito de oaxaca despeinado por los bordes, sin su papel de estrasa... Parecería que todo son pérdidas pero la cosa más o menos se balancea ofreciendo un jamón decente al interior.

Extraño las tortas de Don Chema que siempre acababan desparramando su grasa sobre mi escritorio. Las tortas del último recurso, del "no-tengo-tiempo-de-nada". Del como mientras reviso el documento. Porque eso sí, cuando dejo de comer es porque paso del estar ocupada al estar agobiada y eso es un suplicio para el que mis tripas elaboran rugientes consignas.

Soy feliz cuando como bocadillos y me lleno la boca de excusas para seguir corriendo. Soy feliz cuando llevo la torta en una mano y en la otra la vida. Antes era feliz buscando tiempos para no hacer nada. En ese entonces me sentía existir. No como ahora en que sólo existo sin sentirlo, o sintiéndolo mucho, siento que no existo.

Por eso, para seguir existiendo, hay que comer y mejor todavía, comer lo que sea para no quedarme ahí sentada frente a un menú de tres tiempos que ve pasar mi vida con la existencia aletargada por la hipersomnia postpandrial.

lunes, junio 11, 2007


La reina en Carcassonne

Juro que yo nunca quise ser una princesa aunque las conocí a todas de cerca. No quise correr el riesgo de cortarme la planta del pie con un zapato de cristal o de magullar mi espalda fina con un garbanzo duro. Los enanos también me daban miedo.

Mi infancia vivió entre la hegemonía infantil de Disney y las versiones originales de la crudeza eurocentrista. Las segundas me daban más morbo y las primeras más color. Desde entonces me quedaba con el morbo: con la Cenicienta sin ratones, las gotas de sangre que hablan y la Rapunzel no caricaturizada por gracia de la Guerra Fría.

Nunca quise ser princesa porque hubo una que no reía y otra que contaba cuentos para dormir a un asesino.

Nunca quise ser princesa porque no me hizo falta el trámite. Directamente me instalé en mi cómoda posición de reina.

sábado, junio 02, 2007

Cuando todo, toditosejunta

Y nos faltaron horas para más gin tonics y me sobra intolerancia para hacer trabajos en equipo y la conciencia se remueve con un cucharón de sopa y la sopa es calma y la calma es una frontera que queda lejos - lejos y despierto con la camita de los invitados vacía y el pie tenso en un calambre que concentra todo el estrés que mi hueva ha acumulado para devolvérmelo en el centro de la frente y en los libros libros libros que me faltan por leer y las ideas por remendar y los pedros por interrumpir los posteos y los ensayos para justificar que escribo que digo que sé que pensé que algún día pensaba pero no es verdad porque soy un simulacro posmoderno de mí misma.

Soy la que me invento que soy y ya nadie me cree.

Todo
todito se junta

Aquí
en la cabeza

No bastarán dos aspirinas ni el perdón me equivoqué porque pasadas las tres decenas las equivocaciones se convierten en derrotas y la candidez en bestialidad con moños.

Y toditosejunta en mayojunio: las visitas tan breves, los cumpleaños tan lejos, los aniversarios sin anillo, los ensayos sin fondo, los fondos sin letras, los proyectos sin término, los viajes sin hospedaje, las hipótesis sin teoría, las lecturas en voz alta con la musa enmudecida, los programas de radio sin audencia... y los posts vacíos con letritas todasjuntas para justificar las ausencias y decir que ya vine. Pero ya me voy.

viernes, mayo 18, 2007



La única poesía que me sé (o me sabía, ya tengo charquitos mentales) es la de Rin Rin Renacuajo. Me la enseñó mi abuelo cuando tenía cinco años y de vez en cuando sin pretexto alguno acude a mi mente. Ayer se me apareció Rin Rin y su amigo el Ratón a media clase y estuve pensando en ellos insistentemente. Pensé que sólo se curaría si venía a poner esto en el blog porque así como se pega una canción tonta, yo traigo al pinche renacuajo brincando por mis neuronas. Sirve este post de exorcismo, a ver si así...

(Por cierto, ahora me entero -gracias a San Google-, de que la poesía es de Rafael Pombo)

Rin- Rin Renacuajo

El hijo de Rana, Rinrín Renacuajo,
salió esta mañana, muy tieso y muy majo.
Con pantalón corto, corbata a la moda,
sombrero encintado y chupa de boda.
"¡Muchacho, no salgas!" Le grita mamá.
Pero él hace un gesto y orondo se va.
Halló en el camino a un ratón vecino.
Y le dijo: "¡Amigo! venga, usted conmigo.
Visitemos juntos a doña Ratona
y habrá francachela y habrá comilona".
A poco llegaron, y avanza Ratón.
Estirase el cuello, coge el aldabón.
Da dos o tres golpes, preguntan: "¿Quién es?"
"–Yo, doña Ratona, beso a usted los pies".
"¿Está usted en casa?" –"Sí, señor, sí estoy:
y celebro mucho ver a ustedes hoy;
estaba en mi oficio, hilando algodón.
“Pero eso no importante; bienvenidos son".
Se hicieron la venia, se dieron la mano,
y dice Ratico, que es más veterano:
"Mi amigo el de verde rabia de calor,
démele cerveza, hágame el favor".
Y en tanto que el pillo consume la jarra
mandó la señora traer la guitarra
y a Renacuajito le pide que cante
versitos alegres, tonada elegante.
"–¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,
pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa".
"–Lo siento infinito, responde tía Rata,
aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy a cantar
una cancioncita muy particular".
Mas estando en esta brillante función.
De baile y cerveza, guitarra y canción,
la Gata y sus Gatos salvan el umbral,
y vuélvase aquello el juicio final.
Doña Gata vieja trinchó por la oreja
al niño Ratico maullándole: "Hola"
y los niños Gatos a la vieja Rata
uno por la pata y otro por la cola.
Don Renacuajito mirando este asalto
Tomó su sombrero, dio un tremendo salto,
y abriendo la puerta con mano y narices,
se fue dando a todos "noches muy felices".
Y siguió saltando tan alto y aprisa,
que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo estirón.
Y así concluyeron, uno, dos y tres,
ratón y Ratona, y el Rana después;
los gatos comieron y el Pato cenó.
¡Y mamá Ranita solita quedó!

miércoles, mayo 16, 2007

El final se acerca ya
lo esperaré leyendo a Hempel

Me gustaría tener un cinturón heurístico para fortalecer lo que sé, que es tan poco, que pienso que más que cinturón, necesito un collar heurístico negativo. La culpa de mis paranoias las tiene Imre Lakatos. Estos días son académicamente intensos y se me está diluyendo la literatura que era el único núcleo duro al que aferraba mis verdades.
Mentiría si digo que no sé porqué no me pongo a inventar como poseída y me dejo de etnografías. A veces la gente me lo pregunta. Desconoce que mientras estoy dispuesta a falsearme cualquier hipótesis, soy incapaz de aplicar un modus tolens a ciertas frases, a cierto modo de hacer... a esas cosas que uno no explica por pudor pero que las trae adentro y simplemente "así son"
Será que todavía no hago antropología con el corazón. Será que jamás lo haré y que la vulgaridad del ensayo - error me sacude la epistemología, me la suda pues.
Por otra parte sigo pensando en blogguibloggersbloguest... on line... offline... y en cómo diablos paso de Marvin Harris a esta dicotomía sin pegarme un madrazo en la jeta. También pienso en la pobre víctima que introduzca "Lakatos" en el google y se tope con mis alucines.
Algo que odiaba de niña eran las carreras de costales. Para mí ganar, significaba llegar última. Ganar era simplemente no caerse y esa misma sensación tengo ahora: falta poquito, no quiero caerme, solo quiero acabar este puto semestre de una vez y después aterrizar un 12 de julio en el centro de mi chilanguismo. Besaría el suelo, pero lo hizo antes el Papa y no me gustan las babas ajenas.
Contundentes como fondos no problemáticos estarán ahí tres tacos al pastor: me comeré uno en nombre de Khun, otro en nombre de Popper y el tercero en nombre de Hempel. El agua de horchata va por Feyerabend.

miércoles, mayo 09, 2007

Cada día

Hoy vi pasar una mujer con un nido en la cabeza, un hombre con una radiografía en una mano y un libro de autoayuda en la otra, un hombre con una trompeta y una mujer que no sabía cómo ocultar su tristeza.
Fui a clases con resaca y a una conferencia con esperanza con minúscula.
Volví de clases y me hice un sandwich. Terminó la conferencia y me hice una promesa. Después me fui a escribir boberías a un parque. Recordé que antes escribía boberías en los parques. Recordé que dejé de hacerlo porque las coníferas me dan alergia.
Volví a casa en auto con aire acondicionado. Me seguía picando la nariz. Barrí la escalera y me seguía picando la nariz.
Le puse un chorrito de vino a la salsa de los spaghettis y cenamos y cruzamos tres frases.
Y me vine al ordenador a escribir estas boberías sin coníferas y con la minúscula esperanza de que a pesar de la resaca sigamos cruzando tres frases. Me sigue picando la nariz.

domingo, abril 29, 2007

Álbumes de familia

Los tomo de la estantería digital. Los husmeo. Veo como se regodean con sus fallas en el control de la natalidad y cómo le otorgan sonrisas nuevas a su engendro y repetidas muecas a su pareja de turno. Se ponen más gordos y ya no usan pantalones que muestran medio culo.
Me pregunto si fue el azar o mi excesivo juicio lo que me liberó de un pasado de adicción a las sanguijuelas y me dio un presente libre de hombros salpicados de reflujo.
De pronto me olvido que los conozco y no encuentro las cinco diferencias entre ellos y los primates tiernos de los zoológicos. Y pensándolo bien, tampoco las encontré antes porque yo también soy demasiado bestia y fui demasiado instintiva.
Será por eso que mientras una parte de mí se alegra genuinamente, mi dolor animal gime porque esos cachorros no son míos, porque el macho de la manada se largó sin previo aviso, porque en las trayectorias migratorias algunos fueron cazados al vuelo, porque mi egoísmo es un instinto propio de mi especie.
Cuando miro un de sus álbumes me da por pensar que es un National Geographic narrando la vida de primates que se despiojan. Me río y disimulo, pero tristemente acabo golpéandome el pecho como una gorila nostálgica.

viernes, abril 27, 2007

Mercadotepnia abansada

Y así se anunciaba un microempresario del narcomenudeo en Badalona. Lo detuvieron y no estoy segura si por daños a la salud o por terrorismo ortográfico.
(Nótese que incluye mapa para no perderse)

domingo, abril 22, 2007

¡Sinceramente gracias!

A mi tío Enrique, a la Luc, a Sulan y Julio, a Omar viajero, a Carlos, a las siamesas a punto de..., a la sirena Geo, a Nicolás, a mi Nacho querido y al Esteban crudo, por sus felicidades y complicidades.
La presentación estuvo bien. Me decidí por la camisita chiapaneca multicolor y opté por decir lo que me saliera de los mismísimos ánimos en ese momento. La plaqueta quedó bastante decente y el prólogo que me hizo Salva me gustó mucho. Como mis redes sociales todavía no son muy amplias, gran parte de la concurrencia se conformó por un montón de jubilados que me pidieron que les firmara sus libritos y los de sus amigos que no pudieron ir por el achaque de turno.
También estuvo la creme de la creme de la poesía local, varios amigos de la universidad y de Santako y mi nueva familia con la infaltable suegra incluida.
Dadas las circunstancias, no pude arrasar con los bocadillos ni con el cava, pero amablemente Itmar y Júlia me llevaron mi dotación.
Trataré de hacer una edición especial para subir a la red en pdf.
¡Moltes gràcies a tothom!

jueves, abril 19, 2007

Magno evento y yo con estos pelos

Hoy (en unas cuatro horas) presento mi plaqué (castellanización obvia) de poesía titulada "Listo para entrar a vivir" en la Biblioteca Central de Santa Coloma de Gramenet.
Tendré que leer algunos poemillas en público pero todavía no sé cuáles.
Algunos dicen que los libros son como hijos. Difiero. Mi primera publicación es un hijastro y esta segunda, es una mascota.
No estoy nerviosa, más bien impaciente porque no he visto cómo quedó el librito de marras y porque no sé qué ponerme.
Están todos invitados. Habrá cava, canapés y después las chelas after show. Si, disculpen la premura, pero si no me puedo organizar la vida cotidiana menos las excepcionalidades.
Mañana (si tengo tiempo que por estos días es un bien escaso) les contaré cómo transcurrió el asunto y si elegí la camisa folk o el look de secretaria ejecutiva bilingüe.

domingo, abril 08, 2007

Por mi derecho a ser cursi
-
La historia del osito Knut es peor de lacrimógena que la de Remi o la de Candy. Knut fue abandonado por su madre, la famosa osa Tosca, una ex trabajadora de un circo de la ex RDA que vive en el Zoo de Berlín después de que el muro se viniera abajo. Desde entonces es una osa deprimida que no quiso que sus pequeños hijos vivieran añorando la blanca nieve como ella ha hecho desde entonces. Ella no quería tener a Knut y a su hermano gemelo (qepd) en esas condiciones y prefirió dejarlo morir.
Knut fue adoptado por un señor del zoológico y cuando todo parecía ir más o menos bien, los ecologistas alemanes pidieron la pena de muerte para Knut pues era un oso desnaturalizado y el tratamiento que le daban violaba las reglas del reino animal. El clamor popular que se enternece con estas cosas, abogó por una larga vida al Knut domesticado y ahora vive en el zoológico viendo a niños feos detrás de un cristal.

Este es Knut.


Y me recuerda al oso (tohui panda le pusieron al osito del amor) que marcó mi infancia (la de mi hermana más), este no se ve por aquí, pero vale la pena darle click al enlace. De manera que muy bonito el osito alemán, pero el de Chapultepé también es bien chido.
http://www.youtube.com/watch?v=dN0xnQSJYCY

martes, marzo 27, 2007

Monólogo desde el bus

Pasé un dedo por el suelo y entonces se delató: ¡Vaya que es viejo este continente!
Mira si será viejo que sus estudiantes han nacido muertos y sus profesores tratan de insuflarles vida echándoles aire con un abanico de fotocopias. Lo malo es que ni los aires de la ilustración, ni los discursos existencialistas han logrado despejar sus curriculares ojeras y su abulia posmoderna.
Yo vengo, dije un día, de un país allende los mares. Casi no lo creían porque no tengo un sombrero.
Yo, dijo otro cuya piel es un grito de diferencia, pertenezco a aquella tribu. Y sí le creyeron y lo convirtieron en un totem, en su objeto de estudio portátil, en el oráculo del pasado.
El otro día pensé que las consignas de las paredes deben ser pedidas por encargo a un decorador que se esmera en dejarlas muy näive. Debe ser por eso que nadie repara en el contenido, que la cheguevarización de los símbolos nos ha dejado naúfragos de frases abrigadoras para los fríos de estos lares. Tenemos a cambio la frazadita de la politicorrectitud que no aguantará ni dos lavadas.
Somos modernos, piensan. Pensamos. Se empeñan. Me duermo.

miércoles, marzo 21, 2007

A ver si alguien echa una mano, ¿no?

En vez de estar perdiendo mi tiempo cambiando los colorcitos de este blog (incluso lo dejaré así, con este look de unidad familiar del Infonavit), haré un servicio a la comunidad con la ayuda de tooooodos ustedes (y cuando digo todos entorno los ojos para ampliar la perspectiva de mi mirada).
Resulta que del otro lado del espejo tengo un compa virtual que se las vio canutas con la policía y necesita que le echemos una mano.
Quizá por ahí con suerte, alguien tenga algo de lo que necesita (pique aquí)para ayudarle y si no puede, no sea malito y distribuya este link en su blog, porque ya lo dijo Bertold Brecht (o alguien dijo que lo dijo Brecht aunque en realidad es otro caso de endilgamiento literario) y no lo quiero volver a repetir porque si vienen por usted también, a mí ni me diga que no le avisé.
En todo caso, pongo el link no sólo como un deber moral, sino también porque cuando pasan estas cosas, lo mínimo, lo mínimo es denunciarlas.

martes, marzo 20, 2007

Es horrible, pero así es

He estado recorriendo algunos blogs muy sesudos, con pocos posteos, pero muy sesudos ellos.
Me gustaría tener algo inteligente que decir cada vez que abro esta ventanita, pero la verdad es que soy bastante rupestre y escribo cada vez que me sale de... ¿las entrañas?
Intenté hace algún tiempo recomendar tres libros por mes. Si mal no recuerdo ese fue un ejercicio del año pasado que se truncó cuando entré a la maestría y, con poco tiempo para la ficción, me pareció que recomendar a Marvin Harris, a Lévi-Strauss y a Radcliffe-Brown, podría ser no sólo inútil y mamón sino además fuera de contexto.
Este blog ha tenido críticas aceptables y linkeos considerables más por viejo que por sabio y quizá por puro azar. Creí en que podría escribir algo bueno cuando leí esto hace muuuuuchos años (¿20 quizá?), así que sigo tirando los dados:

Había un grupo de personas, hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, todos vestidos con los trajes más extraños y sin hablar. En el suelo había un montón de grandes dados, y en los seis lados de cada dado había letras. Una y otra vez, aquellas personas revolvían los dados y luego los contemplaban fijamente largo tiempo.
-¿Qué hacen? –susurró Bastián-. ¿Qué clase de juego es ése? ¿Cómo se llama?
- Es el juego de la arbitrariedad –respondió Árgax. Les hizo señas a los jugadores y gritó-¡Bravo muchachos! ¡Adelante! ¡No os detengáis!
Luego se volvió a Bastián y le cuchicheó al oído:
- Ya no saben narrar. Han perdido el lenguaje. Por eso han inventado ese juego para ellos. Como ves los entretiene. Y es muy fácil. Si lo piensas, tendrás que admitir que todas las historias del mundo, en el fondo se componen sólo de ventiseis letras. Las letras son siempre las mismas y sólo cambian su combinación. Con las letras se hacen palabras, con las palabras frases, con las frases capítulos y con los capítulos historias. Mira ¿qué pone ahí?
Bastián leyó:

BGTPOJDSGFDGHH
FWEPOURMDSVÑFDGF
FÑLKGJFE
TÚYERKOYETJYESDJDKF
QWERTYU
RGRTGNGLBHFGNLTDJG
BDROTIREREKFDÑL
LGYPPPWKGJFKGLFA
- Sí -se rió sofocadamente Árgax- , casi siempre ocurre eso. Pero si se juega mucho tiempo, durante años, surgen a veces por casualidad, palabras. No palabras especialmente ingeniosas, pero por lo menos palabras. “Calambrespinaca” por ejemplo, o “choricepillo”, o “pintacuellos”. Sin embargo, si se sigue jugando cien años, mil años, cien mil años, con toda probabilidad saldrá una vez, por casualidad, un poema. Y si se juega eternamente tendrán que surgir todos los poemas, todas las historias posibles, y luego todas las historias de historias, incluída ésta en la que precisamente estamos hablando. ¿Es lógico, no?
- Es horrible - dijo Bastián.

La historia interminable
Michael Ende

viernes, marzo 16, 2007

Mujer... casos de la vida real

Estaba en una tienda de saldos de ropa interior (pa' qué los engaño diciendo que estaba en Gucci cuando en realidad buscaba calzones de a euro) viendo los güonderbras, cuando de pronto entró una mujer corriendo con un niño en brazos.
Había dos señoras esperando para pagar y otra más cerca del mostrador. De un momento a otro, la cajera da un salto y abraza a la mujer con el niño mientras le grita "felicidadeeees, felicidadeeees"
Y yo, con mi habitual capacidad de observación del detalle y con mi agudo olfato para el chisme me fui recorriendo sutilmente (tan sutil como puedo ser yo) del güonderbra a las bragas para niñas que estabán más pa' llá para oír si la felicitación era por un cumpleaños o qué diablos. La señora que se quedó faja en mano a punto de pagar, empezó a hacer mueca de disgusto que fue transformándose en asombro cuando vio a las dos mujeres llorando.
Disculpen, dijo la cajera, es que no me lo puedo creer, después de seis meses, no me lo puedo creer.
Entonces entró una abuela a la tienda y gritó:
"Maricammeeeeé, tu niñoooooo"
Y ella fue la que nos explicó al resto de espectadoras que el padre del bebé se lo había llevado sin permiso de la madre cuando tenía apenas dos meses y se había desaparecido (sic).
La mamá lloraba y decía, es mi niño y me lo imaginaba justo así, tan guapo.
Y el resto de mujeres a la caza de ofertas nos quedamos estupefactas.
La señora de la faja lloró y la de atrás se reía no sé si del gusto o de los nervios.
Final feliz de un capítulo que seguramente es parte de una historia infeliz.
Me fui sin calzones nuevos y con una corbata bien apretada rodeando mi garganta.
Ces't la vie, pero aún no me acostumbro... ni a vivir ni a ser mujer y no llorar en el intento.

lunes, marzo 12, 2007

Estoy muy enojada

Y reconozco que escribo esto desde lo más elemental de mi visceralidad.
Pero no me explico cómo diablos llegan cada día a mi correo mensajes de una asociación evidentemente pro- panista, derechista y tendenciosa.
La asociación en cuestión se llama mejorsociedadmejorgobierno.
y no da derecho a réplica ni a borrarse de sus pinches listas, cosa que no me extraña, porque el PAN no es precisamente dialogador y tampoco tiene mucho interés en lo que tenemos que decir las víctimas de su lamentable SPAM.
Intenté mandar un correo de vuelta y claro, es sólo uan lista de distribución.
Ya sé que podría ponerlo en mi bandeja de no deseados igualito que hice con las cadenas de oración que me llegaban. Cadenas de oración con un apestosotufo a Provida, léase Prosida.
Lo más indigante es que sospecho de dónde obtuvo esta gente mi correo: lo obtuvo de una dependencia gubernamental que fue capaz de cambiar sus lineamientos y prioridades conviertiendo la atención a jóvenes en una franquicia que prefirió dar grandes donativos a Provida que a campañas de difusión de la PAE (Píldora Anticonceptiva de Emergencia)
Los spams de vendedores de viagra y relojes de imitación son molestos, pero los panistas disfrazados de sociedad civil realmente me causan bilis, porque ni siquiera puedo mentarles la madre, o ya, serenamente, intentar que escuchen que no me interesa su propaganda neoliberal de mierda.

domingo, marzo 11, 2007

La circularidad del caos

A veces me gustaría entender el extraño entramado de la puesta en práctica de la palabra "orden"
¿Por qué hay gente que lee las revistas desde la página 1?
¿Cómo logran tener sus casas impecables como para fotos de revista?
¿Por qué van al supermercado con una lista previa?
¿De qué manera logran comer balanceadamente y a la misma hora?
¿Con qué criterio deciden siempre acostarse a la misma hora aunque no tengan sueño?

Yo no lo sé...
El caso es que soy víctima de mi propio desorden que no sé si tiene que ver con mi desapego por la geometría y la lógica matemática o por mi capacidad de desconexión del mundo real.
Me robaron la cartera y juré que la había perdido. Busqué por todos los rincones de mi casa y encontré un montón de cosas perdidas pero mi cartera no.
Mi desorden tiene la capacidad de ordenarse sistemáticamente en su caos y ponerse en mi contra:
La única vez que me llevé la Laptop a mi casa, entraron a robar.
Sólo lavé mi coche yo misma una vez y lo hice con los cristales abajo.
Ahora "perdí" mi cartera con el pasaporte el mismo día en que podría pasar a recoger mi terjeta de residente.
Sin pasaporte, no hay tarjeta, sin tarjeta no hay trabajo, sin trabajo no hay dinero, sin dinero para qué quiero una cartera: el orden de la lógica subyacente es lo que se me acomoda en la vida.
En fin, toda la semana estuve de pésimo humor porque si hay algo que me da una hueva infinita son los trámites. Me ponen mal, muy tensa, muy nerviosa, muy obsesiva.
El viernes apareció mi cartera en el buzón de casa con una nota de la policía.
Estaban todos mis documentos (IFE, licencia, pasaporte), faltaba mi tarjeta del banco, mis quince euros que me había ganado con sangre (sí, era lo que me habían pagado por lo que conté dos mensajes más abajo), mis brillitos de los labios y mi escapulario verde de la virgen de yoquesé.
Tengo en la mente la cara del güey que me quitó la cartera pero seguí echándome la culpa porque adoro flagelarme y más cuando la consecuencia es el desorden natural de mi vida. Sin embargo el detallito del escapulario es bastante revelador de todo raterillo que se chinga al prójimo pero respeta sus símbolos. Me pondré densa: prototipo de fundamentalista.
Siento como si me hubieran metido la mano en el escote. Hoy tiraré la cartera a la basura y pondré mi manoseada documentación en otro lugar.
Pondré a la desconfianza como prioridad. El resto de cosas se acomodan solas.

domingo, marzo 04, 2007

Pos totaaaal, ¿qué tanto es tantito?

Tengo un chingo de cosas que hacer, pero ya las haré cuando el tiempo me ahorque. Mientras tanto ¡que viva el fin de semana!













jueves, marzo 01, 2007

Para mi currículum

En mi ridículum vihte, se cuentan varias actividades insólitas que datan de los tiempos precámbricos en que salí de lago en la representación del patito feo, posteriormente de nuez, pasando por la venta de útiles escolares y yendo a parar a mi fugaz empleo como bar-tender.
Hoy fui una rata de laboratorio.
Me dieron un vale para un café y un bollo de chocolate (el equivalente por tipo de cambio al frucsi al tiempo y torta de queso de puerco) y 15 euros a cambio de machacarme con muchísimos tests y sustraerme un poc de líquido vital.
Ojalá pronto salga una convocatoria para probar algún fármaco interesante y paguen bien. Ojalá el fármaco sea para ser feliz, adelgazar, no sea adictivo, estimule mi capacidad de concentración y dé brillo a mis ideas. De hecho, pagaría por todo ello.

martes, febrero 20, 2007

Paseo ojete por la pesada línea roja

Me miro en la puerta del metro y pienso que soy muy fea, pensamiento fugaz que se agota cuando veo a otra ¿diez? ¿veinte? ¿treinta veces más fea? Esto no me hace más bella, simplemente opacada por contraste de fealdad.
Echo una ojeada al vagón. Ese parece cajero del HSBC. No lo digo por su cara sino por la manera en que le mira el culo a la fea que está detrás de mí. Ahora soy doblemente desgraciada, pues redime su jeta horrenda con buen culo. Ahora que miro bien, el cajero del HSBC es demasiado cabezón. Empiezo a sospechar que es chileno. ¿Será chileno? La duda me carcome pero jamás le preguntaría. Primero porque creo que me respondería "Sí, ¿por qué?" y entonces no podría responderle "Por tu cabeza" y segundo, porque es probable que crea que me lo quiero ligar y yo lo último que quiero en esta vida es ligar con un chileno. Ya tuve dos en mi vida y sé que lo mejor es pasar de largo, poh. Además qué me importa, poh, dejai de copuchear... weona!
¿Esa pendeja de los tennis verdes qué me mira? ¿Me mira porque estoy muy fea? Bueno, ella con ese plastorro de maquillaje tampoco es que esté muy guapita. ¿Cómo estará el chileno aquel? ¿Vivirá o morirá? No, no estoy pensando en ese chileno sino en el otro. ¡Qué cosas! de no haber estado en Korea creo que la vida me hubiera cambiado, mucho, muchísimo y quizá no estaría en esta línia vermella sino en otra... o en ninguna.
Yo no quiero tener hijos. No sé porqué me asalta este pensamiento. Si por mí, por este vagón o porque creo que los humanos, todos, somos horrendos. Qué feos somos todos. Incluso tú, la bonita de azul con tus ojos azules y esas horrendas venas azules en la frente. Somos feos y no quiero tener hijos ni ligues chilenos ni una puerta del metro frente a mi cara.

jueves, febrero 08, 2007

Claquetazo

A mí me gusta ir al cine. Podría decir que me gusta ver películas pero no es tan preciso. Me gusta desde que el cine era un castillo que olía a palomitas rancias y a niños meados. Me gusta desde que Cenicienta y sus ratones me miraban antes de que empezara la película y desde que me parecía que los niños que rodaban por los pasillos del Cine Continental eran un niños muy maleducados. Ahí vi -entre muchas otras-, "E.T.", "Los Aristogatos", "El Barón de Munchausen" e "Historia sin Fin".
Cuando pensé que ya había crecido, me hacía crepé en el fleco, tomaba helados en Helen´s y después venía el paseo por Plaza Universidad que terminaba en los Multicinemas donde exhibían los bodrios propios de la edad como "Karate Kid", "Volver al futuro" y (esto me duele confesarlo) "Devuélveme a mi chica" con los Hombres G.
No sé cómo me brotó un poco de criterio y descubrí el cine de enfrente: el Pecime. Por esa época me gustaba ir al cine sola y ahora no recuerdo si era por soledad o por inercia. En esa sala exhibieron "La mujer de Benjamín" y "Fresa y Chocolate". Sola también me aventuré unos metros más allá y llegué a la Cineteca. Ahí pensé que encontraría al amor de mi vida mientras veía los nombres de actores y directores en las baldosas. Lo pensé porque transitaba por ahí esa fauna de greñudos y barbones que desde entonces me atrae. Ahora sé que no se puede tener todo y entre las barbas y las greñas, me quedé -como desde entonces- con las barbas. En la Cineteca vi, además de muchos hombres guapos, "Blanco", "Exótica" y "Trainspotting" y un montón de películas más.
Y casi a la par o totalmente a la par de mis épocas de Cineteca(ahora tengo los recuerdos editados), no había nada como ir fumando por las Islas de C.U. y terminar en Arquitectura viendo alguna película de la muestra. Ahí vi "The Pillow´s book" y "Everyone says I love you" en la que no paré de reír. Después la miré sin el paseo previo de las islas y no me reí ni el diez por ciento.
Siguió una era Cinemex donde vi de todo un poco. Desde "Nirvana" hasta "Siete años en el Tibet" (¿o eran seis?), pasando por "La ciudad de los niños perdidos" y de buscar cines nuevos con Ximena mientras nos malviajábamos por la ciudad a bordo del vochito beige.
Después emigré y encontré un cine entre árboles. Un cine en un Jardín Botánico donde un señor muy gordo te llevaba las palomitas a tu lugar porque no se daba abasto con su microondas. Un cine que por suerte remodelaron para que sus butacas no hablen demasiado. Ante mis ojos desfilaron "Canciones desde el segundo piso", "The Wall", "Big fish" y un largo, largo, etcétera que no detallo porque me brotan fotogramas a borbotones.
En el intermedio entre esta escena y la que sigue hubo un cinito muy mono con sonido estéreo y localidades exlusivas para selectas celebridades como yo. El cinito particular de Mixcoac que además era un pequeño sanatorio de curar heridas con humito y helado del refri de la vecina. Era de los de permanencia voluntaria y transmisión continua hasta entrado el día siguiente. Por esa pared transitaron "El Santo contra los monstruos", "Kill Bill I y II", "Microcosmos", "Requiem por un sueño" y muchas más.
Y ahora me gusta ir al cine después de tomar café en el bar de los filipinos con karaoke. Me gusta sentarme en la séptima fila contigo a mi lado e intercambiarnos las fichas técnicas que recogemos en la entrada. Me gusta ir al cine de siempre, el de Versión Original Subtitulada, salir, comer dos galletas de la suerte y tomar algo en cualquier bar cutre dominguero del barrio mientras tú comentas cualquier cosa y yo vuelvo a proyectar la película en la barra cochambrosa del local.

martes, enero 30, 2007


Quesque soy una poeta de lo cotidiano


En días tan pinches
sólo habría consuelo
en bicéfala paleloca
.

domingo, enero 21, 2007

Confesiones
A veces todavía me acuerdo (pero como si fuera una película) de esos días atosigados de humo y descarnaciones.
Hay días en los que escribo por escribir, más por mover los dedos que por concentrarme en algo que valga la pena. Y no sé porqué cuando no sé qué decir todos se me agolpan en las sienes, todos juntos, como si no estuvieran clasificados por año de recolección y propiedades curativas o venenosas o directamente mortales.
¿Será la mitificación del pasado o mi pesimismo lírico?
Mi umbral de dolor ya no es tan alto, se me ha bajado a golpe de buenos tratos y pan del día. He perdido la costumbre de ir sacando clavos con tornillos y de darles títulos nobiliarios a los borregos que cuento para poder dormir.
Pero a veces, todavía me acuerdo y repito las escenas desde diferentes ángulos; me hago un paneo de mi propio patetismo y les deformo la cara con grandes angulares.
Y confieso que cada día me extraña más encontrar entre mis ropas un hilito conductor que me lleve de esta sonrisa agónica a aquella carcajada histérica. Y confieso que es entonces cuando me hurgo las entrañas y sólo encuentro huesecillos desnudos de cerezas.

domingo, enero 14, 2007

Debería empezar por comprarme una bata de terciopelo azul

No puedo ser diva, ser intelectual, ser ilegal y además dedicarle tiempo a mi blog, a mi perro y a mis plantas que amenazan con suicidiarse escurriéndose por el balcón.



Lo de la ilegalidad es lo único del todo cierto.
La doctora me ha dicho que quizá estaría mejor en mi país y a mí me crece un maíz enorme en el corazón y por eso en vez de gritarle, lloré... me desgrané. No se le pegó la gana firmarme un papel a la muy hijadelachin. Me sugieren que la demande pero estoy muy ocupada y odio a los abogados

Lo de intelectual me lo ha dicho la vecina del primer piso.
De hecho me dijo "Inteletuá" En conjunto me dijo: "Enhoragüena, no sabía que tenía una vecina inteletuá" Me dieron ganas de contestarle que yo tampoco, pero se refería a mí.

Lo de diva es mi eterno wannabe y disfruto viendo mi nombre impreso.
Hoy la gente recoge las cacas de sus perros con mi fotografía: esta semana fui la estrella de las revistas y periódicos gratuitos de la localidad.

Y sin embargo...
Me gustaría ser una diva desgarrando un blues; una intelectual con las neuronas al servicio de su irresuelta vida cotidiana; una ilegal pero de las buenas, como Camelia la Texana o la Reina del Sur.

Pero no...
Sólo soy casialgo, no soy de aquí ni soy de allá... diletante de todo, experta en nada. Escribiendo poco y mal. Estudiando peor. Tramitándome la vida a plazos agigantados.

miércoles, enero 03, 2007

Supongo que hay que inaugurar el año

Y como yo no tengo nada bueno ni nada nuevo que decir, usaremos un recurso fácil: El Youtube.
Eso sí, la canción me encanta.
Un recurso fácil tampoco es un pretexto y quizá el único pretexto sea compartirlo.

Beth Gibbons, "Mysteries"