Paraules desde el autoexilio
Bienvenida con paso firme al melting pot.
En mi salón hay un chino con camiseta de Pearl Harbor y una guineana con nombre muy bonito. Por supuesto hay un Mohamed, una argentina y un ecuatoriano.
Me siento en película gringa. Quien haya visto Happiness de Tod Solondz, recordará cuando la protagonista da clases en un centro de migrantes. Pues mi maestra es igual de estúpidamente cándida. Quien no la vio, ya sabe que mi maestra es estúpidamente cándida.
Es mi curso de catalán de los collons.
Estuvimos dos horas diciendo:
Com et diu?
Em dic Beatriz
La andaluza que lleva 40 años en Cataluña, jamás pudo concretar la frase y me picoteó con su uña roja el brazo. No entendió NADA.
Por otra parte, no sé qué es peor:
Si el picoteo continuo de la ruca andaluza o el terrible desasosiego de ver cómo va el conteo previo de las elecciones en México.
Pícame, ruca, pellízcame para pensar que estoy soñando y que el PAN no tiene ese porcentaje.
És molt trist.
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