Porqué no reseñé mi viaje a Chicago
Debe ser porque me atraganté con tantas vivencias que no pasaron ni con la pink lemonade. O porque salir de la misma tienda con la misma ropa, me daba cierto sentimiento de adherencia. O porque ver este cuadro de Cassat en donde estamos mi madre y yo me conmovió mucho. O porque su madre me recordó a la mía no sólo por su edad similar sino por su ternura. O porque en todo el viaje no le dije a Ximena lo mucho que gocé este paseo con ella. O porque nos faltó tiempo. O porque sé que vamos a volver en otra ocasión. O porque me sentí pequeña entre tantos edificios. O porque el olor a curry de la Devon Avenue me hizo olvidar que estaba en gringolandia. O porque lo que hay detrás de la ventana del cuarto piso -pero sobre todo dentro- no cabe en palabras
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