Últimamente no estoy muy en consonacia con mi género o con lo que feministas, femeninas y esterotipistas pretendan que sea mi género.
En la vida muy privada soy tan políticamente incorrecta que más de uno se escandalizaría de mis declaraciones. En mi vida semi privada soy casi correcta pero irónica y en la vida pública... hace tanto que carezco de vida pública que apenas recuerdo aquellos discursos hilvanados con las mejores frases de lo progresísticamente correcto. En todo caso, más de una vez se me ha achacado misoginia pero yo creo que no hay tal. Si acaso un poco de autocrítica y de resignación ante tanta mujer estúpida que pulula por el mundo.
Ya, ya sé que los tres esterotipos que describo a continuación son producto de la ficción pero algo hay en cada una de estas caricaturas que asusta. De hecho para cada caso tengo dos o tres ejemplos a mano, con nombre y apellido, que bien podrían empatarse en alguna de estas categorías y si no, pruebe usted mismo y verá como alguna de sus conocidas encaja.
En todo caso es un pretexto para recomendar un libro y dos películas. En realidad es un pretexto para escribir algo. No puedo con el cuento que estoy escribiendo. Hoy, no.
Ahí van:
Alice: Maruja marxista-leninista de Doris Lessing en "La buena terrorista". Personaje odiable. Alice es una mujer ñoña que proviene de la clase media inglesa pero se cree ultrarevolucionaria. Vive en una casa okupa (squatter) a la que le pone cortinas y flores y vive permanentemente obsesionada con caerle bien a la gente. El gran retrato de una cretina poco ilustrada e inconsciente que navega entre sopas nutritivas y pintadas clandestinas.
Sherry: La desgraciada ambiciosa de "The Killing" de Kubrick. Casada con un cajero del hipódromo al que trata como una mierda, Sherry dará al traste con un plan minucioso que no podía fallar. Es mala, mala, malísima y como toda mala, mala, malísima tiene un amante, un marido maltratado, una belleza superior y un refrigerador vacío.
Li Zhen: La taradita resignada de "Days of being wild" de Wong Kar Wai. Con su cara de "sufro, sufro, sufro" es la víctima perfecta, la que se deja ningunear a cambio de un minuto de amor (contado con reloj). Después, literalmente va llorando por las esquinas bajo la lluvia. Pero por favor ¡Si al tipo ya se le veía venir!
La cuestión es que además de estas recientes experiencias hace mucho que no encuentro un personaje femenino que me guste, que me motive, que me emocione. Ni la exageradísima Lisbeth Salander de la trilogía bestsellerista de Larsson, ni las gringas sórdidas de Carver, ni la Brigit de Dashiel Hammet... quizá por eso sigo buscando una heroína y mientras llega me sigo regodeando con las mujeres de pequeños cuentos misóginos de la Highsmith. Mujeres fallidas, jodidamente fallidas.
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