Animal de costumbres
Habitar mi ecosistema me pone instintiva, glandular, intuitiva y expansionada . Habitarlo y sentirme parte de esta jungla me vuelve un animal gandalla, una bestia feliz.
Aunque le cambien el rumbo a la manada y ahora los ejes viales transiten a capricho de las modas sexenales, aunque los estanques de antaño sean franquicias de charcos artificiales, aunque cada día haya más depredadores al acecho... rujo con el mismo entusiasmo de mis años cachorros.
Reconozco y huelo a los míos. Me les voy encima con los dos brazos abiertos y los estrujo mientras un sonido tibio sale de mi garganta. Me regodeo en el gris oscuro del cielo.
Me encuentro.
Me estoy.
Me vivo.
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