Apuntes de la Moleskine
(15 horas encerrada fuera de Frankfurt)
I
Yo: ¿Y si de pronto el aeropuerto fuese un coso kafkiano del que no pudiera salir?
Yo Misma: Imposible, Kafka es checo.
Y: Mierda.
YM: Mierda kafkiana.
Y: (...)
Atrás un hombre habla solo. Habla solo en alemán. El cabrón no iba a hablarse en español sólo para complacer la interrupción de mi monólgo dialogado. Es por eso que pienso, así, fugazmente:
"soledad".
No la suya, la mía.
Y: Qué tal que nadie me entiende?
YM: Siempre te quedará el inglés...
Y: ¿Y si se me atora? ¿Se me olvida? ¿Se me retuerce en la garganta?
YM: Sabes decir apfelstrudel, de hambre no morirás.
Y: Pero sí de diabetes y de colesterol. Lleva mucha mantequilla.
YM: A lo sumo tendrá manteca vegetal.
Y: ¡Estamos en Alemania!
YM: ¿Otra vez mitificando Europa?
Y: Es que esto sí es Europa. Bueno, Esto, esto, no. Esto es ninguna parte. Un alemán puede reclamar que su strudel es de manteca y no de mantequilla.
YM: ¿Cómo lo sabes si no hablas alemán?
Y: Buena pregunta, el caso es que yo lo que quiero es volver, no comer strudel.
YM: ¿Volver? ¿A dónde?
Y: A México, pendeja.
YM: ¡Ja! ¡La pendeja soy yo! La pendeja eres tú que sigues asociando "Volver" y "México"
Y: Es gramaticalmente correcto. Siempre es posible volver al lugar en el que se ha estado.
YM: "Gramaticalmente correcto" la peor excusa para alguien que trata a la gramática con las patas. En fin. ¿Es sentimentalmente correcto?
No me respondo nada por una razón muy simplona: hace mucho que no escribo a mano y ya me duelen los dedos. Es eso y un chiflón que me da en la espalda cada vez que se abren las puertas automáticas. Buscaré otro lugar. Quizá beba café.
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