Palabritas que se extrañan
Hay palabritas bien chidas y redonditas que se echan de menos. Una de esas palabras que me encantan es "chimuelo". Chimuelo describe a la perfección el hecho de que falten dientes.
Chimuelo es una palabra de uso común. De niña era orgullosa chimuela cuando mudaba dientes aunque la sonoridad también da para la nota roja porque en toda banda de cacos que se precie existe "el ahora occiso, Nicasio Godínez, alias el chimuelo".
Aquí se les dice "mellados". Mellado está un peine, un sacacorchos, mellada está la voluntad, pero por favor: un chimuelo es un chimuelo.
Es más bonita la palabra chimuelo, o incluso otra que se usa también por allá: molacho.
Molacho o chimuelo me dan mucho más la sensación de falta de diente, de ventanita bucal, de sonrisota desinhibida y encuerada.
Debe ser que aquí la cantidad de gente con la dentadura bien jodida es mayor y por eso dicen con la boca chiquita "mellado" como que no quiera la cosa, como para que no se perciba.
El chimuelo da pa' la risa, pa'l albur y pa' uno de los piropos que más me han proferido (vaya usté a saber porqué):
"Tanta carne y yo tan chimueloooo"
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