miércoles, enero 25, 2006
Planetas desechables
Era un esbozo de historia. Perfectible como todas. Quizá lo mejor logrado era el escenario en donde se desarrollaría la acción: una planicie exhuberante y llena de colores. Sin embargo, los personajes no le convencían. Eran drámaticos, estúpidos e incapaces de aprender de sus errores. Estaban a medio camino entre los ángeles y los monstruos.
Con un movimiento rápido sacó el folio de la máquina de escribir, lo hizo bolita y pretendió arrojarlo al fuego, pero una vez más no le atinó y cayó detrás de una envoltura plateada que también formaba parte de ese conjunto de esferitas irregulares que poblaban la inmensa alfombra negra.
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