Luego dicen que estamos rete atrasados tú...
Debe ser por los veintitodos lugares comunes en que Cantinflas nos ha sumido y porque los mexicanos tomamos tequila y llevamos sombrero como Speedy González que siento que el común de la gente me trata como idiota.
Todo me lo explican, todo. Como si uno no aprendiera los modismos españoles a fuerza de leer las pinches traducciones de los libros de Anagrama.
Se cagan de risa -los más leídos y escribéidos- de que tengamos un partido político llamado Partido Revolucionario Institucional, y es que si bien el nombre tiene su parte surrealista, tiene su razón de ser en un chingo de historias que no me apetece contarles porque a ellos no les apetece escucharlas, ya que prefieren reírse de las ocurrencias de nosotros los charritos... híjole.
Lo peor es que cuando tratan de imitar el acento mexicano invariablemente terminan hablando como la Tusita. Pero yo entiendo que no es su culpa, la culpa es de la televisión que repite estereotipos al por mayor. Cada domingo recetan por la TVE una película de Cantinflas o de Joaquín Pardavé. No sé si ya les dijeron que la televisión a color llegó a México (seguro ignoran que incluso la inventó un mexicano) y que hemos cambiado un poco, algo, bastante. Es como si yo viniera buscando a Joselito por la calle o me pensara que todas las chicas visten como Pili y Mili.
El caso es que ellos se ríen con el PRI y yo me río con la LOE (Ley Orgánica de Educación). Los de la derecha, las monjitas y los curas salen todos en desbandada a pedir que no les quiten los subsidios a la enseñanza privada religiosa y a que la asignatura de religión siga vigente y tenga la misma validez que las matemáticas o la literatura. ¿Subsidios a la educación en escuelas privadas? Eso huele a rancio en un país como México que tiene su orgulloso artículo 3, que garantiza la laicicidad de la enseñanza, la gratuidad y la obligatoriedad.
Que si tienen una madre como la mía, fiel a las tradiciones y a las costumbres ,y quiere meter a su hija en una escuela de monjas pues que les cueste como a la mía. Y por supuesto que la asignatura de religión tenía ese nombre coloquial entre las alumnas pero en la boleta salía como "Educación en la fe" y evidentemente no contaba para el promedio oficial. Si la aprobábamos era básicamente por miedo al infierno y eso para las monjas ya eran almas ganadas.
Cuando venía una inspectora de la zona, las monjas se metían el crucifijo al brasiere y escondían a las vírgenes de las paredes en los cajones del escritorio porque aunque era enseñanza privada, eso de enseñar religión estaba, en teoría prohibido, aunque en la práctica las monjas se picaban el ombligo con la inspectora escolar.
Y yo no digo que aquí lleguen a tal extremo, pero sí me parece un exceso que se tenga que subvencionar la educación particular y encima que sea el clero el que elija a los profesores de religión y además que se les promedie con las demás asignaturas. Además con la cantidad de musulmanes que veo en la calle... ¿A ellos también les subsidiarán la escuela y vendrá un consejo musulmán a elegir a los profesores de religión que se evaluará con los mismos parámatreos de la católica?
Luego resulta que no estamos tan pendejos, digo yo.
Y eso que no he hablado de lo colgados que son para entregar las cosas porque dicen que en quince días y se tardan el doble. Como dice Ximena "de algún lado lo heredamos". Pero bueno, al menos los quesos están insuperables y los vinos molan, es decir, están chidos.
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