Debut y Despiadado
Otro escrito apresurado, como han sido estos días en que supe de las lluvias porque mojaron mi ropa tendida en el mecate. Estoy asqueada de tanta despedida no por el adiós, sino porque esconde viejos refranes sobre muchas despedidas y pocas ganas.
Disculpen si estoy inconexa, sólo vine a teclear para paliar el tic-tac-tic-tac de la cuenta regresiva. En realidad venía a externar un queja por el mal comportamiento de Jorge y por la indecente abertura de mi falda, porque lo mismo me molesta mi celulitis que la pregunta reiterativa de si estoy enamorada. Me jode que cuestione porque espera una respuesta sobre historias añejadas como buen vino y avinagradas como amores caducos. Me jode porque su pregunta está plagada de morbo y barnizada con moho de agua estancada. Porque dice que mi falda es sexy y no mojigata como antes pero no es capaz de darse cuenta que ni la de antes ni la de ahora responden ñoñerías sobre estar enamorada.
Pero lo anterior no es importante, es un pretexto para acunarme en anécdotas y no en abrazos. Para quejarme y ahogar el suspiro. Para tener una chisme recién exprimido en la mañana y dejar en el anaquel de artículos rebajados, los nudos de garganta.
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