Así han sido estos días: una mezcla de pelos revueltos y casa desordenada, de síes, de noes, de subibajas, de buscar la sección de abajofirmantes para adherirme al tópico de que las hormonas sí importan.
Yo que sé...
Digo que nomás es una pausa, un enorme paréntesis: mi vida es una torta sin relleno, un pan ahuecado, mucho crujido y poca migaja.
Voy de los trabajos de hormiga con pagas simbólicas -y yo que creo que todos los símbolos están devaluados- a los ocios de elefante con gastos reales -y yo creo que lo real me queda muy lejos-.
Juego a que me relajo, pero jugar me pone muy tensa porque hace tiempo que no gano. Debe ser que tengo las cartas malas y encima, esto se juega con fichas.
Y lo otro, lo de de escribir se jugaba con palabras. He aquí unas cuantas palabras lanzadas como dados sin puntitos en un frasco de formol.
Pido, en todo caso, que por su bien, se me ignore.
1 comentario:
Lo grave de esos días es que tienden a repetirse y cuando reaccionamos ya contamos con una colección de "no hacer nada" y caemos en la cuenta de que poco nos importa y tratamos de reiniciar sin voltear para tras, pero que va, más adelante volvemos a lo mismo. Y lo jodido es que nadie nos hace caso.
Un abrazote.
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