Todo era tan fácil como mover los dedos y sin embargo, se me había olvidado. Se me había olvidado que sacudirme el miedo de los nudillos tiene que ver con pulsar una tecla y después otra y otra y varias y entonces surge cualquier cosa. No vamos a hablar de calidades, vamos a hablar sólo de la producción de palabras. Las que sean. Incluso estas.
Podría hablar de autoboicot, podría decir algo en contra de mis inseguridades y en favor de mis circunstancias, incluso podría apelar al lugar común de "falta de inspiración"; podría hablar, sí, pero podría mejor escribir... puedo escribir. Puedo.
Puedo hacerlo incluso sin miedo, pero eso será después.
Por ahora sólo meto este papelito por debajo de la puerta. Este recado con el que me pido clemencia y me suplico seguir escribiendo como hasta ahora: con la luz apagada y con el ojo apuntando al ombligo.
Y después... después ya veremos.
5 comentarios:
Me gustó un montón el final. Saluditos
Tal perece que estamos en las mismas circunstancias, Estoy muerto de miedo por la inactividad y nada que arranco. Veremos, veremosqué pasa
La última ocurrencia podría ser escribir sobre negativos grandísimos de eclipses solares o de paisajes negros de las 3am o de pararse sobre un metro cuadrado de hierba pintado sobre cartón con crayolas ante el hecho de no tener siquiera una hectarea de tierra aunque sea árida. Puro blof de artistas con discurso incorporado.
Te mando un besote aunque no llegue. ANIMO
Bueno Bea, acá estamos esperarndo el regreso de tus textos
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