Allá tú
Quizá pienses que debería escribir sobre aquellas calamidades que se leen en los periódicos. Que me largué y me olvidé, que si llueve en México no habrá efecto mariposa que me alcance. Pero no tienes razón, sabes que creo que la anarquía del caos es una cola de cometa que de cualquier forma habrá de tocarme.
Sucede que ya no me comprometo. Mira que inclusive, me casé y ahora no sé si el anillo reposa en mi mesita de noche, en el reloj de la cocina o si se está ahogando en un pantano de jabón. Ajá, yo pensé lo mismo: el símbolo no es el compromiso. Ni el fondo se usa ya debajo del vestido.
Quizá pienses que estoy peor que nunca. En un sentido sí. En los otros cuatro, no. En el sexto ya no confío desde que perdí el tino en el vaticinio. Yo misma me preguntó que pa' qué diablos me largué. Y después me entero de perros abandonados, niñas lloronas, pigmaleones enanos y plagios descarados y entonces creo que quizá no era para tanto o se murió la lavadora o Xochitiotzin no cae nunca del andamio.
Entonces podrás reprocharme que qué pasa con la ciudad y yo no sé. Permuté una ciudad por otra. Mi pueblo no entraba en este trueque. Si por eso me largué. Por eso y porque ya estaba yo muy vista y muy paseada. Canso.
Quizá pienses que estoy esperando otras glorias de hojalata, otros viajes colectivos en naves rústicas, otros pasajeros que se tiran siempre desde la ventana. Pues no. Yo solo espero que mi vida me alcance. Es lo malo de ls aviones, se subió mi cuerpo, pero a mi vida la dejaron abajo. Dijeron que por terrorista. Yo les creo.
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