domingo, mayo 07, 2006

Alquimia del Raval

Me haría un vestido con las cortinas cochambrosas pero no quiero desnudar las ventanas. No por ellas sino por las hadas verdes de la absenta. Les guasta envolverse en ellas.
Miento.
No vi ningún hada.
Ni soy poeta maldita. Si acaso, malita como poeta.
Pero me bebí la absenta. Sin gotas de laúdano y con un montón de gringos y guiris jodiéndome el experimento. Ninguno era Baudelaire.
Y pensé que no pasaría nada. Que Hemingway había mentido con eso de que el Absenta era "una alquimia líquida que cambia las ideas"
Pero tenía que llegar a la Plaza Real para darme cuenta.
De pronto éramos productoras haciendo un casting y encontramos al actor ideal. Le pedimos teléfono para incluirlo en la super producción mental e imaginaria que haríamos algún día. Núria dij que era versátil. Yo creo que tenía carisma. Lo mismo era Bowie que Robert Smith o que la mismísima Siouxie
Después un imbécil me dice: "You are a tipical spanish girl" al tiempo que intenta agarrarme el trasero y yo sólo le digo: "Soy mexicana, pendejo" Y en el tiempo que tardo en darle la espalda me doy cuenta que soy una naúfraga que usa un sarcófago como patera. Apátrida pútrida que abordará un taxi a los pies de Colón para huir del puerto. Me siento a salvo tierra adentro, aunque esta sea tierra de nadie.
¿De Nadie? Entonces es mi hogar.
Debería comprarme una botella de absenta para beberla a sorbitos mientras escribo. No lo haré mejor pero soy fanática de las alquimias y ya las tenía un poco olvidadas.

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