sábado, julio 03, 2004

Arte objeto

Ya lo decía Baudelaire: "la belleza es siempre extraña" y en este contexto observamos cómo la belleza de esta pieza se debe a la conjunción estética de un abierto homenaje a Duchamp, con elementos asociados a la memoria personal, a la idiosincrasia y al arraigo que se contienen de manera obvia en la tierra.
Si reinterpretamos las formas minimalistas, observamos la clara armonía entre la media luna y el contenedor para transformarlo en un instrumento articulador del entorno, el artista y su realidad.
Esta pieza multisimbólica y pluriculturalista remite de manera velada a la situación política de nuestros días. Sin embargo el artista va mucho más lejos al consumar rotundamente la sensación de ser parte esencial de este universo.


Les pido de la manera más atenta un fuerte aplauso para mi vecino que en su intención de alertarnos sobre un profundo bache en la calle, ha creado tan excelsa obra de arte involuntario.
Un reconocimiento también a las autoridades, ya que sin su acostumbrado desinterés, jamás tendríamos un agujero que detonara el artista que mi vecino lleva dentro.
Les recordamos que esta exposición es temporal. Durará hasta que vengan a reparar el bache (lo cual le da un aire de cuasi-permanente) o hasta que el artista requiera una tapa de baño.

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