jueves, junio 03, 2004

Traumas animados de ayer y hoy: Top Ten del Monjerío.
De los anales (sí, anales) de la historia de este blog, traigo este post porque un sector del público lo solicitó hace tiempo, porque se le habían desconfigurado las tildes y las "ñ", porque estoy poco inspirada y quería seguir la línea anticlerical del último post, y básicamente porque me da la gana.

10.- La monja fea: Madre Ema. Recién habí­a salido del noviciado y ya era cuarentona. Era bióloga además de ser monja y hacía muecas de placer cuando abríamos bichos en el laboratorio. Un día nos confesó que se metió de monja cuando vio que ya no iba a casarse. Alguna incauta le preguntó porqué y ella se limitó a responder "por fea"
9.- La novicia desesperada: Madre Lupe. Esta pobre monja fue víctima de la primera rabieta de la que tengo memoria (5 años): De un puñetazo tiré el librero sobre su pie. Estuvo con el pie vendado algunos días, pero me perdonó y no me acusó con nadie.
8.-La de concurso: Madre Ana. Un día estábamos todas las rechonchas pubertas alrededor de la alberca en un campamento escolar, cuando de las aguas emerge cual Bo Derek la Madre Ana en su traje de baño negro y con un cuerpazo de escándalo. Todas quedamos boquiabiertas y con la camiseta a las rodillas tapando nuestras impudicias.
7.-La arrepentida: Madre Malena. A decir verdad todavía no era monja pero era una novicia con "gran" vocación. Tan grande que al querer estar más cerca de Dios no encontró mejor vía que estar cerca del Padre Chucho. Se casaron y aunque las monjas hicieron lo posible para evitar el chismorreo, toooodo el colegio se enteró.
6.-La lesbiana: Madre Isabel. Nadie se explicaba porqué pese a su gran belleza, su renombrada familia y su escasa vocación estaba­ metida en un colegio. Después se supo porque una maestra la sorprendió haciendo un examen un tanto sospechoso. El resto de las monjas callaron, pues su familia sostenía gran parte de los lujillos de estas lujuriosas hermanas. Al final, la confinaron a la administración, donde desde una ventanita, sólo puede ver la mano que le extiende el cheque de la colegiatura.
5.-La cómplice: Madre Tere. Esta monja era bien joven y siempre hablaba con muchas muchas groserías. Dos veces nos aplaudió las travesuras en vez de castigarlas. Sobre todo la perpretada contra la señorita Emma, un pituca que daba clases de mecanografí­a y usaba peluca.
4.-La polémica: Madre Maricruz. La mujer tení­a más guardarropa que la barbie de la niña Onassis. De pronto nos daba clases con unas faldas muy modernas en color khaki (ella me enseñó eso del color khaki) y en el recreo, la cambiaba por una falda blanca, tennis reebook y lentes ray ban. Nunca entendí porqué estaba exenta del voto de pobreza, pero la última vezque la vi, iba caminando en Buenos Aires por la calle de las boutiques más exclusivas. La muy cabrona no recordó mi nombre pero le mandó saludos a mi madre.
3.- La revolucionaria: Madre Josefina. Decidió que los viernes, las chicas de la preparatoria eran libres para portar la ropa que quisieran (adiós uniformes), convocó a elecciones para las jefas de grupo y regalaba libros sobre la teologí­a de la liberación a toda aquella que se lo solicitara. Sus faldas eran étnicas y artesanales y tenía un gran mostacho parecido al de la Kahlo. Lo último que se supo de ella es que estaba en Chiapas trabajando con el EZLN.
2.- La cocinera: Madre Esperanza. Era la que atendí­a la tiendita de la escuela y se encargaba de mantener la línea redonda de las alumnas. Preparaba tostadas, donas,molletes... todo con mucha grasa y altos niveles de colesterol. Mi hermana más pequeña que recién salió del monjerío, me contó que durante su último año hacía sushi y bocadillos light. Todo progresa.
1.-La monja/monja: Madre Gertrudis. Nos enseñaba a hacer punto y a bordar trapos de cocina para el dí­a de las madres. Era muy viejita, tení­a las manos callosas y de sus ropas emanaba un olor a coño de anciana que claro, en ese entonces no sabí­a que ese era el olor a coño de anciana.

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