Grandes figuras populares
Al volver de la fiesta pirotécnica del castillo de Montjuic, vi a Catalina la Grande en el metro. Llevaba aretes de fantasía y pantalón beige pero no perdió jamás su expresión de zarina.
Junto con nosotros bajó la Cenicienta. La culpa no fue del príncipe. La multitud la dejó sin su zapato azul. Una uña pintada ya asomaba por la tobimedia de alta compresión.
La vida ya no es lo que era.
Los años no perdonan.
Pero no le digo nada a mi Malinche. Lo Cortés me quita lo valiente.
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