domingo, febrero 15, 2004

Sobre atar cabos, hacer el ridículo y beber con creatividad

Hoy estuve con mis amigos tangibles. Es decir, con esos de la vida cotidiana y el estrechamiento de brazos. No con estas entelequias cibernéticas que después encarnan o que aún cuando se "tridimensionan" siguen teniendo un referente mayoritariamente virtual. Lo digo porque uno de mis invitados a comer soltó casi como al descuido: "Ya leí tu blog"
A mi se me hicieron rollo los calzones. Morí de la vergüenza pero fingí que no había pasado nada. Que todo estaba bien. Ahora ese sujeto entrañable tiene justo la pieza que falta. La que ata cabos y une las palabras de aquí con los hechos de allá. Y se vio retratado. Y se preguntará cosas. Y pensará que estoy loca. Y lo estoy. Uno no escoge siempre al voyeur. Muero de vergüenza y dan ganas de salir corriendo de este blog en paños menores. Desnuda no, no me he mostrado del todo. No aquí, por dios, que entonces nadie me querría. Ni yo. Difícilmente contrarrestaría la autocensura.
Y total, ahoguemos la vergüenza con un nuevo trago que me acabo de inventar para fijar los ojos en algo que no sea su mirada. Cóctel reparador de resacas, parche para úlceras gástricas, alivianador de los ridículos estrepitosos.
Va la receta:
Escarchamos con sal y chile piquín en polvo un vaso tipo old fashion y colocamos tres hielos. Añadimos una medida de tequila, el jugo de medio limón, diez gotas de jugo maggi, un chorrito de salsa valentina y rellenamos con jugo natural de naranja. Revolvemos con un cuchillo, con el dedo o agitando la mano al ritmo que marque Moloko. Nos seguimos haciendo pendejos. Cuando decimos salud, desviamos un poco la mirada del agraviado. Seguimos bebiendo otro igual y otro y otro hasta conseguir un estado de embriaguez o un dolor de estómago, trago no apto para extranjeros o para gente de humor alcalino.
Alguien preguntó que cómo se llamará mi trago. Yo no tengo en la cabeza más que mi propia vergüenza. "Flagelo di Dante" digo casi por inercia y para que lleve mi sello. Al final decidí que se llamará "Flagelo de Charro" para hacer folklórico homenaje al tequila.
Un día con muchos Flagelos de Charro dentro, le preguntaré a mi amigo. ¿Y qué opinas de mi blog y de todas las lindezas que sobre tí he vertido?
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(Bendito escudo llamado monitor y sofisticada arma blanca el teclado que me asiste)

PS: Las "x" posteriores tienen que ver con la censura de un domingo de resaca. ¿No que muy valiente? jejejejejeje

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